Hola, os dejo por aquí mi súper viaje por Marruecos. Lo hicimos con ATAR EXPERIENCE y nos encantó tanto la ruta, como la organización, los lugares alejados de los circuitos turísticos que nos recomendaron y la gente súper amable de Atar Experience. Jota, el director de la agencia, es español y vive en Marrakech, así que, se conoce lugares increíbles. ¡Recomendable 100%!
19 de agosto: Marrakech
Llegamos a Marrakech con una mezcla de emoción y expectación. La ciudad nos recibió con su calor intenso, típico de agosto, y un caos organizado que, aunque abrumador al principio, pronto aprendimos a disfrutar. El transfer desde el aeropuerto fue rápido, y en cuanto cruzamos la puerta del riad, nos sentimos en otro mundo. Era un pequeño oasis en plena medina: frescura, silencio y una decoración que combinaba lo tradicional con lo acogedor.
Esa noche decidimos salir a explorar la plaza de Jmaa el Fna. Aunque está llena de vida y colores, evitamos los chiringuitos turísticos de la plaza, siguiendo las recomendaciones que habíamos recibido. En lugar de eso, nos adentramos en una calle lateral y encontramos un pequeño restaurante con terraza. Allí probamos nuestro primer tajín de pollo al limón. Fue delicioso, aunque no podíamos dejar de mirar cómo Marrakech empezaba a encender sus luces mientras el día se despedía.
20 de agosto: Marrakech libre
El día comenzó con un desayuno en el patio del riad: pan caliente, mermeladas caseras y, por supuesto, té con menta. Decidimos dedicar el día a perdernos por las calles de la medina, pero lo mejor fue alejarnos de las zonas más concurridas. En una calle estrecha y poco transitada encontramos un pequeño taller donde un artesano trabajaba con madera de cedro. Nos explicó, en francés y con gestos, cómo tallaba cada pieza. Terminamos comprando una pequeña caja como recuerdo.
Otro momento especial fue cuando llegamos al zoco de los tintoreros. Allí los tejidos colgaban como arcoíris vivos, y uno de los tenderos, sin pedirnos nada a cambio, nos invitó a subir a su terraza para tener una vista panorámica. Desde arriba, Marrakech parecía un caleidoscopio de colores y sonidos.
Por la tarde, agotados pero felices, nos refugiamos en una terraza con vistas a la Koutoubia. Mientras tomábamos un té con menta helado, observábamos cómo el sol descendía lentamente sobre la ciudad. Fue el final perfecto para un día de exploración.
21 de agosto: Marrakech – Cascadas de Ouzoud – Bin el Ouidane – La Catedral
Nos levantamos temprano, algo que ya sabíamos que sería común durante este viaje. A las 8:30 nos recogió Said, nuestro conductor, quien desde el primer momento nos hizo sentir cómodos. Su español era impecable, y además tenía esa habilidad de contar historias que te mantienen pegado a cada palabra. Salir de Marrakech fue como cruzar un portal: de la intensidad de la ciudad pasamos a la calma de los paisajes rurales.
El camino hacia las cascadas de Ouzoud comenzó atravesando pueblos pequeños. Said nos explicó que estábamos en la región donde se produce el famoso "aceite de Marrakech". Lo interesante es que muchas almazaras (las pequeñas fábricas donde extraen el aceite) están al borde de la carretera, y algunas incluso venden directamente a los viajeros. Apunté mentalmente comprar una botella a la vuelta. Me hacía ilusión llevar a casa un pedacito del sabor de Marruecos.
Al acercarnos a Ouzoud, el paisaje cambió. Las montañas comenzaron a rodearnos, y el aire se sentía más... Leer más ...