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DOUGGA Y BULLA REGIA
DOUGGA Y BULLA REGIA
Opuntia.
Túnez, Domingo 18 de Mayo, 2025
A las 7.30 estaba en Bab El Bahr, frente al Hotel Royal Victoria. No tardó en venir el coche para recogerme. En él había tres individuos: El conductor, un tipo de unos 40 años de aspecto normal, el guía -delgado, de unos 60 años-, un hombre sentado en la parte de atrás también de unos 60 años y ahora yo.
El guía se llamaba Mohamed, como media Túnez, y el tipo estaba en el asiento de atrás Steve, británico que vive en Nueva Zelanda. La excursión la contraté a traves de Civitatis y pagué un fortunón: Carísima. Por un momento estuve planteándome incluso pasar la noche en la localidad de Jendouba desde donde visitar ambos sitios arqueológicos, pero me iba a llevar demasiado tiempo y el mismo dinero, así que al final opté por la excursión.
Mohamed conoce bien la historia tanto de Túnez como de los lugares a los que íbamos a visitar pero era un poco papagayo: Se tenía bien aprendida la lección y te la soltaba. Y es un poco mandón.
Hicimos una primera parada para tomarnos un café en la plaza del pueblo de Testour, con un pasado muy ligado a Andalucía. Inicialmente se llamaba Tichilla pero recibió a partir del siglo XVII gran cantidad de españoles musulmanes y judíos expulsados de la Península en 1609 y se asentaron aquí, dándole al lugar un indudable sabor andaluz. La ciudad prosperó pero mantuvo su carácter diferente al resto de Túnez lo que se refleja en su arquitectura y su lenguaje siendo durante mucho tiempo un reflejo de la ciudad de Granada incluso los nombres de sus calles y plazas tenían nombres granadinos. Pero hoy ya se han asimilado a la vida tunecina aunque aún guarda algunos rasgos.

Nos tomamos un café en la plaza. Steve no tomó nada. Cuando llegó el momento de pagar me miraron Mohamed y el conductor con una cara extraña. Me pareció raro porque entendí que todo iba incluído en el precio de la excursión pero -al parecer- no lo era, así que apoquiné y pagué los cafés.
Subimos de nuevo al coche y al cabo de un rato llegamos a Dougga.
Ciudad Romana de Dougga.- دڨة
Se encuentra en una meseta al pie de una colina desde donde se divisa el fértil valle de Oued Khaled. Para el siglo II a.C. se había convertido en la capital bien desarrollada del rey númida Massinissa, quien la usó como base para apoyar a los romanos en su guerra contra Cartago durante la Segunda Guerra Púnica.
Aunque la región quedó bajo control romano nominal tras la victoria de Julio César en la Batalla de Tapso en el 46 a.C., no se romanizó completamente hasta otros 250 años. Incluso hubo una administración dual: una para los ciudadanos romanos y otra para los Pelegrini o súbditos sin ciudadanía. Pero esto acabó cuando Septimio Severo dio a Dougga el status de municipium. Para ello construyó un gran arco triunfal. El período de máximo esplendor fue el siglo II y muchos elementos que perviven hoy aquí son de esa época. Luego decayó y para cuando los vándalos llegaran en el siglo V la mayoría de sus habitantes habían emigrado ya.
Aparcamos cerca del Teatro. Espectacular. Construido en los años 168-169 aprovechando la ladera de la colina. Con capacidad para 3.500 espectadores, aún se utiliza hoy para representaciones de teatro clásico, especialmente durante el Festival de Dougga. Sobre la fila superior de asientos había un pórtico, hoy desaparecido.
Desde lo alto del teatro ví el Templo de Mercurio, que se encuentra más abajo en lo que se podría llamar el "centro ciudad" con los templos de Augusta Piedad, Mercurio, el Foro y el mercado, que eran edificios públicos donde los hombres de estado se sentaban a discutir los asuntos de la ciudad en el foro o tomando parte en los rituales de los diferentes templos.

El interior del Templo de Mercurio está dividido en tres naves: Una central y dos laterales, y al ser Mercurio el dios del comercio, estaba el templo orientado hacia el mercado, que estaba bordeado en sus dos lados más largos por una serie de pequeñas tiendas, todas exactamente del mismo tamaño, que fueron construidas bajo el pórtico – ahora desaparecido.
Destaca sobre todo por el tamaño de sus columnas y por su buen estado de conservación el Capitolio, construído en el siglo II sobre un pedimento al que se accede por unas escaleras. Estaba dedicado a los tres dioses protectores: Júpiter, Juno y Minerva.

b) Las letrinas (podían estar hasta 6 personas al mismo tiempo).

Cuando caminábamos por entre las casas romanas hubo un momento extraño: Mohamed se acercó a Steve para hablarle en privado pero sé que le pidió más dinero. Diez minutos más tarde Steve me comentó que el tour operador le cobró una tarifa equivocada. El reservó a través del hotel donde se hospedaba (yo lo hice online con un mes de antelación por lo que creo que me cobraron menos que a él, aun así fue carísimo). Y ahora Mohamed le estaba diciendo que tendría que pagar la diferencia. Y ahora Steve me estaba comentando acerca de la falta de profesionalidad y blablabla y del hecho de que no te puedes echar para atrás una vez que estás ahí en Dougga, en medio de la nada.
El sitio arqueológico de Dougga (patrimonio de la Unesco) es inmenso y tiene gran variedad de restos. Incluso hay un mausoleo púnico, en forma de torre, que contenía inscripciones bilingües púnico-libio y que hoy se conserva en el Museo Británico.
Subimos al coche y nos dirijimos a nuestro próximo destino: Bulla Regia
Bulla Regia - بولا ريجيا
Se encuentra a 8 kms de Jendouba. Este yacimiento presenta casas romanas construídas subterráneamente para combatir las altas temperaturas. Se situaba a mitad de camino de la ruta comercial entre Cartago y Añaba (Argelia) rodeada de fértiles tierras, especialmente cereales. Antes de los romanos había tenido orígenes bereberes, púnicos y griegos. Los romanos invadieron estas tierras tras la Segunda Guerra Púnica.
Bulla Regia no es tan espectacular como Dougga, aunque por supuesto tiene su interés. Sólo visitamos los baños que están junto a la entrada, la Casa del Tesoro, la del Pescador y la Casa del Anfítrite. Y luego merodeamos viendo dónde se encontraba el mercado, el foro pero hay que tener bastante imaginación. Lo que se conserva bien es lo que está bajo tierra, especialmente los mosaicos de la Casa del Anfítrite: Es increíble que mantengan esa calidad estando todavía in situ. El piso subterráneo de la Casa del Pescador me recordó a la Tumba de los Reyes, en Pafos (Chipre).

Hay también capitolio, restos de templos, teatro... pero el lugar es muy amplio... y el sol achicharra que te matas, así que regresamos al coche y fuimos a comer. El lunch está incluído en el precio de la excursión. Comí unos filetes de pavo con ensalada... OK. Nada del otro mundo. Steve no comió nada. Me dijo que él sólo desayuna y cena. Vimos cómo el conductor, que estaba en otra mesa, pedía comida para llevar. Steve me dijo:
- Alguien va a cenar mi comida de hoy. Aquí no se desperdicia nada.
Tras el café, regresamos a Túnez, donde llegamos un par de horas antes. Hicimos un pequeño descanso a medio camino para ir al baño. Mohamed nos sugirió "en petit comité" que deberíamos dar una propina al conductor. Pero luego Steve y yo hablamos:
- ¿Crees que deberíamos dar una propina? -preguntó Steve.
- Hemos pagado un pastizal por esta excursión. Ni en Europa son tan caros los tours. Además les he pagado el café de Testour. Yo no pago más. Además Mohamed es un pelma.
- De acuerdo.
Nos dejaron en Bab El Bahr, donde comenzó la excursión. "Adiós, muy buenas" y nos largamos. Llegué a mi hotel a eso de las 6.30, a tiempo para ducharme, relajarme y darme un paseo por la Avenida Habib Bourguiba al tiempo que buscar un sitio para cenar.
Me senté en la terraza de una pizzeria, donde cené y volví al hotel a dormir.