La chapuza de Tierras Polares en nuestro viaje a Islandia en el verano del 2015 al ponernos un único conductor-(¿guía?) español, parado o parado-fraudulento, que no sabía inglés y al que había que ayudar continuamente con sus problemas de falta de comprensión del inglés, no se la perdono ni perdonaré nunca.