Enrique555
Experto
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La cordillera del Atlas divide Marruecos en dos realidades bien distintas. El norte es verde y fértil, se parece más al extremo meridional de la península ibérica que a África. Al sur del Atlas en cambio se abre un paisajes brutal de desiertos, dunas y oasis. La antesala del Sahara. Es por donde discurre la ruta de las kasbahs, uno de los itinerarios más recomendables de Marruecos.
Originalmente, una kasbah era una alcazaba o recinto amurallado y fortificado en el que habitaba la tropa militar. Su misión era defender asentamientos, cruces de caminos o el palacio del gobernador anexo, el al-ksar (de donde deriva nuestra palabra alcázar). Sin embargo, aquí en el sur de Marruecos la palabra ksar tiene otro significado y hace referencia a un conjunto de viviendas civiles rodeado por una muralla con varias torres fortificadas. Ha sido durante siglos la unidad básica de estructura urbana de este pre-Sahara y un perfecto ejemplo de adaptación al uso y al medio. Hoy la generalización ha hecho que llamemos kasbah a cualquiera de estas fortalezas de barro.
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