Escapada a Bélgica: Tres días en Bruselas, Gante, Brujas y Amberes ✏️ Blogs de BelgicaVisita express pero muy completa a este país que tanto se me había resistidoAutor: MarinaW Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Índice del Diario: Escapada a Bélgica: Tres días en Bruselas, Gante, Brujas y Amberes
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Por fin a finales de marzo de 2019 pude conocer Bélgica ¡Parece mentira con la cercanía, facilidad y cantidad de ofertas que hay desde Madrid aún tuviera pendiente este pequeño país con las ganas que tenía y con lo que me gusta a mí un viaje! Pero ste año me planteé hacer un viaje corto antes de verano, que siempre se me acumulan para finales de año y el destino no podía ser otro.
Siendo así, empecé a mirar vuelos combinando algún día de vacaciones con un fin de semana y al final la combinación ganadora fue salir un viernes por la tarde-noche desde Madrid y regresar en la tarde del lunes. Parece poco tiempo, pero como veréis nos cundió muchísimo. VUELOS Volamos al aeropuerto de Zaventem, el más cercano a Bruselas. Ojo con Charleroi, que suele tener vuelos más económicos pero está bastante más lejos y luego hay que pagar el trayecto. Ida MADRID – BRUSELAS ZAVENTEM (Brussels Airlines): 36,80€/pax (maleta de mano incluida por persona) Vuelta BRUSELAS ZAVENTEM – MADRID (Ryanair) 33.55€ persona (pagando por 1 maleta de mano) Como íbamos muy poco tiempo, llevamos una maleta de mano para los dos y una mochila pequeña, así nos ahorrábamos los cargos de Ryanair (al menos unos). Total vuelos: 70,35€/ persona. HOTEL El alojamiento no es barato en Bruselas así que buscamos lo de siempre para estos casos: Céntrico, limpio y con baño compartido para rebajar costes. Así encontramos el Van Gogh Youth Hostel City Centre, que cumplía con lo dicho y además nos incluía desayuno continental. Precio por 3 noches en habitación doble privada con baño compartido: 170,98€. La experiencia fue bastante buena. Muy cerca de la estación del norte y también del centro para ir andado. Un ambiente juvenil respetuoso y muchas guías de la ciudad gratuitas. Lo único malo fueron los colchones, que estaban como tablas. Total hotel: 85,49€/persona. PRECIO INICIAL PERSONA: 155,84€. Etapas 1 a 3, total 5
El vuelo salía a las 21:10 de Barajas así que en esta ocasión fuimos al aeropuerto directamente desde el trabajo en transporte público. Pasamos los controles bastante rápido y en la espera nos comimos unos señores bocadillos que nos habíamos llevado de casa para ir ya cenados, porque sabíamos que llegaríamos tarde.
El vuelo fue fenomenal, lleno de grupos de jóvenes animados ante la perspectiva de pasar el fin de semana en la capital belga. Llegamos algo pasadas las 11 de la noche y los trámites fueron bastante rápido. Por si fuera poco, un amigo que vive allí tuvo el detalle de venir a buscarnos en coche, así que ahorramos unos euros y sobre todo bastante tiempo, que a esas horas se agradece. La Zona Europea fue lo primero que vi de la ciudad, altos edificios acristalados que no me parecieron especialmente reseñables, pero nos pillaban de paso al hotel, al que llegamos sobre las 12:20. Tras un poco más de charla y puesta al día con nuestro amigo, nos retiramos a descansar en los duros colchones para exprimir a tope la capital desde primera hora. Etapas 1 a 3, total 5
Nos despertamos pronto e hicimos uso de las duchas comunes. Eran dos cabinas individuales por baño, con espacio para duchars y cambiarse, así que fenomenal. Bajamos a desayunar y había bastante más variedad de la que esperábamos: cereales, leche, café, infusiones, chocolate, yogures, tostadas, mermeladas, nocilla y embutido. Recargamos pilas y recogimos unos cuantos mapas gratuitos de Bruselas, Brujas, Gante y Amberes en recepción.
Así, nos encaminamos a pie a nuestro primer destino: La Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, con la suerte de que justo empezaron a sonar las campanas. La Catedral por fuera tiene la típica arquitectura gótica, pero por dentro es también una maravilla con unas vidrieras preciosas. Me encantan las iglesias y catedrales de Europa, por muy repetitivas que parezcan. Además, esta es de acceso gratuito. En pocos minutos andando llegamos a las Galerías Saint Hubert, que por la hora que era no estaban demasiado animadas pero yo lo prefiero para evitar aglomeraciones. Son las primeras galerías comerciales que se abrieron en Europa, en el siglo XIX y conservan un aire de lo más señorial con tiendas de marca y de delicatesen. De no haber desayunado en el hotel me hubiera encantado dar cuenta de un gofre tranquilamente en el Maison Dandoy de las galerías, pero habría tiempo para ello más tarde. Muy cerca de allí está Jeanneken Pis, la niña meona de la ciudad. No iba con expectativas porque había oído que tanto ella como el Manneken Pis eran de lo más decepcionante. En este caso es del todo cierto. La cuente de la niña está escondida en un callejón (Impasse de la Fidélité 10-12), pero solo eso, es que está como en un ventanuco entre rejas, así que para sacar las fotos hay que meter la mano dentro. Desde allí nos dirigimos al lugar que más ganas tenía de visitar: La Grand Place. Dicen que es una de las más bonitas de Europa, si no del mundo, y no puedo hacer otra cosa que estár de acuerdo. Sin las dimensiones de muchas otras, es absolutamente impresionante. La arquitectura y decoración de todos y cada uno de los edificios la hace única. Allí se encuentan edificios importantes como las casas gremiales, el Ayuntamiento o el museo de la ciudad. Poco antes de las 11:00 la encontramos bastante llena, pero una vez a esa hora empezaron los free tours se fue despejando y pudimos sacar fotos con más tranquilidad. No nos olvidamos de pasar junto a la estatua de Cristo hecho por Everard Serclaes para frotarle un brazo en busca de buena suerte. En las cercanías de la plaza, pasamos por el Palacio de la Bolsa y buscamos el Zinneke Pis, porque si había niña y niños meones ¿por qué no un perro? Lo encontraréis en Rue des Chartreux 35. Desde ese punto comentamos con nuestra particular ruta del cómic. Bruselas tiene mucho que decir en la historia de este género y para hacerle honor hay decenas de murales dedicados a él en la ciudad. Desde casa me había dedicado a localizar los más interesantes por el centro y a eso fue lo que dedicamos la siguiente hora de la mañana. Visitamos Lucky Luke, Cori le Mousaillon, Isabelle, Thorgal, Froud et Stouf, Le Passage, Asterix & Obelix, Monsieur Jean, Ric Hochet, Victor Sackville y Tintín más algún otro que con el que nos topamos sobre la marcha. Parecen muchos pero hay otros tantos más. Podéis pedir además un mapa con las localizaciones a lo largo y ancho de la ciudad en la oficina de turismo. Terminamos el recorrido junto al Manneken Pis. Era tan pequeño como esperaba pero al menos luce más que la niña. El niño tiene más de 500 trajes para distintas festividades y aquel día llevaba uno como de tuno. Además había muchísimos chicos con el mismo traje cantando a su alrededor y echando al aire gritos de guerra en una especie de ceremonia en la que el niño termino orinando cerveza que ellos recibieron en sus bocas. Curioso cuanto menos. Pasamos a un Lidl a comprar bebida y acabamos también comprando un bowl de fruta y varias tabletas de chocolate belga en un packaging muy mono con la banderita para regalar como souvenirs… muy apañado por 10€ todo. Era casi las 13:00 y como desayunamos pronto, nos adaptamos sin problema al horario europeo. Había llegado la hora de disfrutar de la gastronomía belga y comenzamos probando sus famosas patatas fritas en Fritland. Cuando llegamos esperamos 10 minutos de cola pero cuando nos fuimos era muy muy larga. Nosotros pedimos unas patatas un cucurucho enorme de patatas fritas dos de las salsas típicas: andalousse (mayonesa, salsa de tomate y pimientos) y samourai (aceite, huevo, piri piri picante y mostaza) y un pincho con 4 alitas. Todo nos costó 7,50€. Para rematar, fuimos a tomar un bocata. En Bélgica son bastante típicos los bocadillos, sobre todo la metralleta, uno relleno de patatas fritas con salsa, lechuga, cebolla y carne. Como ya era demasiado frito para el día y nos quedaba el postre, comimos uno de pavo, corujas, salsa tártara y pavo en un sitio muy barato que se llamaba De Pistolei ( 5.50€). El postre, como no podía ser de otra manera, sería un gofre. Hay decenas de puestos por toda la ciudad pero queríamos ir a al mas famoso y caro: Maison Dandoy, junto a la Grand Place. Allí soportamos la cola y pedimos aprendimos que hay dos tipos de grofre. El que conocemos en España es el gofre de Lieja, más pesado, irregular y con bolitas de azúcar, y luego está el típico de Bruselas, que es más grande y cuadrado pero mucho más blando y ligero. Nos decidimos por uno de éstos últimos con helado de vainilla y galleta speculoos. Tambien pedimos un té de yuzu, que nos encanta y no pudimos rsistirmps Estaba delicioso y soprprendentemente ligero, tanto que nos quedamos con ganas de otro pero nos echaron para atrás los 11.75€ que habíamos pagado. Poco antes de las tres, quedamos con nuestro amigo que nos hizo el favorazo de dejarnos el coche para visitar la ciudad de Amberes por la tarde. Echamos 20€ de gasolina por las molestias y nos plantamos en la ciudad de Rubens en 40 minutos con la suerte además de aparcar en pleno centro sin pagar. No tenemos muy claro que siempre sea así, pero no vimos rayas de colores ni parquímetros y cuando volvimos no había ningún papelito en el coche. Fue justo al lado de la Plaza del Teatro (Stadsschouwburg). La idea era dar una vuelta rápida, viendo lo principal. Así, pasamos por delante de la Casa de Rubens para llegar después a la calle Meir,que fue sin duda una lo que más me gustó de la ciudad. Es una calle comercial peatonal con unas fachadas preciosas, sobre todo las de los números 50 y 85. Pasamos también por la iglesia de Saint Jacob y la de San Carlos Borromeo. Una de las cosas que nos iba llamando más la atención era ir encontrando preciosas estatias de vírgenes y santos en las esquinas de las casas. Por lo visto, en la antigüedad a quienes ponían una estatua, les regalaban una farola con alumbrado para la calle. Fuimos callejeando disfrutando de la arquitectura típica flamenca hasta llegar a la Gran Plaza (Grote Markt), donde nos llevamos el primer fiasco: Fachada del Ayuntamiento completamente en obras, pero al menos habían tenido a bien de taparla con una lona que simulaba la fachada bastante apañada. Eso sí, el resto de los edificios muy bonitos. Seguimos caminando, viendo todo el camino en obras, para llegar al castillo, el de Steen: También en obras, segundo fiasco en Amberes. Al menos, nos consolamos acerándonos a la orilla del rio Escalda. Al volver la cabeza para dirigirnos a nuestro siguiente destino, la catedral, tercer fiasco: En obras. ¿Qué clase de concejales de Urbanismo y Turismo andamiarían todos los lugares turísticos a la vez? Disfrutamos de las vistas parciales de la torre al menos (amigos que fueron meses después me dijeron que estaba aún peor) y pasamos junto a un bar muy típico y curioso: Elfde Gebod. Destaca por estar repleto de estatuas religiosas. Me hubiera gustado sentarme tranquilamente a tomar algo, pero debíamos volver a Bruselas en breve para recoger a nuestro amigo del trabajo. Por último pasamos por Groenplatz, una plaza con ambientilo que nos gustó bastante donde pudimos sacar fotos decentes de la catedral sin andamiar y de la estatua de Rubens. Regresamos al coche y antes de marcharnos quisimos parar en la estación. Maravillosa. Merece la pena ir a Amberes solo para verla. El interior es majestuoso. Ya de vuelta a Bruselas y de noche, recogimos a nuestro amigo del trabajo y fuimos al centro para ver la Gran Plaza de noche, aún más espectacular si cabe. Después fuimos hacer algo muy belga: Tomar cervezas. El mejor lugar de la ciudad es el Delirium Café, con más de 500 variedades. Yo me pedí una de lychee que estaba riquísima y mi novio una con sabor a cactus por 7€ las dos. Para cenar, nuestros amigos nos llevaron a un resturante lejos del centro que fusionaba la comida flamenca y la asiática. Compartimos unas brochetas satay y después mi novio se tomó un pad thai y yo una típica carbonada flamenca, que e sun estofado con carne,patatas fritas, cerveza y mostaza de dijon. Estaba riquísimo. Con postres, varias cervezas y bebidas salimos a 70€ la pareja. Después de esto nuestros amigos nos dejaron en el hotel. Desde luego, no se puede aprovechar más el día. GASTOS DEL DIA (2 personas) - Patatas y alitas: 7.50€ - Supermercado y souvenirs: 10€ - Bocadillo: 5.50€ - Gofre y té: 11.75€ - Gasolina: 20€ - Cervezas en Delirium: 7€ - Cena y cervezas: 70€ Total del día 2 personas: 131€ Etapas 1 a 3, total 5
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