DÍA 14: MORRO DE SAO PAULO ✏️ Travel Journeys of Brazil

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Aunque no habíamos dormido mucho, nos levantamos con ganas para tomar el desayuno y seguir disfrutando de esta maravillosa isla. Como estaba nublado, decidimos ir a dar un paseo hasta donde llegáramos, que al final fue más allá de la Cuarta Playa, disfrutando del maravilloso paisaje de la isla.

De camino, nos encontramos con tres holandeses que nos acompañaron en todo nuestro paseo. Uno de ellos viajaba por Sudamérica por 2 años. La verdad es que esta gente impresiona muchísimo, lo deja todo y se va a vivir la vida dando una vuelta por el mundo, conociendo a gente y viviendo experiencias maravillosas. Es en realidad lo que hacemos nosotras sólo que en lugar de dos semanas, pues dos años, oye.

Aunque no hay sol, el resol pega muchísimo y nos ponemos morenas igualmente. El paseíto que al final fueron varias horas nos sentó de lujo.

De vuelta a la playa 2 comimos en uno de los chiringuitos una hamburguesa, aunque era un poco mala… está claro que lo suyo no son las burguers y sí el pescado, moquecas y productos de la tierra (o del mar).

Nos fuimos a echar una pequeña siestecilla al hotel para coger fuerzas e ir de compritas. Luego ducha y a buscar otro sitio para cenar. La verdad es que nuestro amigo el hermano de Nacho Vidal nos había caído tan estupendamente y nos habían tratado tan bien sus camareros argentinos que decidimos volver allí. Esta vez, nos pedimos pizzas, que están hechas al horno de leña y están buenísimas (mejor que los makis). Por supuesto, nos invitaron a una caipiriña de rigor y ya nos encargamos nosotras de pedir otra. Sin nuestras dos caipiriñas, no cenábamos.

Este día había fiesta en la playa. Aquí plasmo lo que no paramos de decir en toda la noche: “… si es que esto no se puede describir con palabras”. Efectivamente, no creo que pueda contemplar en este diario lo que vivimos esa noche, fue mágica. No era una de esas fiestas masificadas en la playa, no era una fiesta normal… era, una fiesta hecha a nuestra medida.

Para empezar, estaban todos nuestros amigos: los brasileños locales de la noche anterior, los chilenos, los holandeses, los camareros argentinos de nuestro amigo Vidal… Se había cercado una parte de la playa a base de chiringuitos de fruta para elaborar la caipiriña a tu gusto, por supuesto, estaba nuestra amiga Te-Tania con Ayuso. Así que ahí pedimos caipiriñas hasta que yo creo que probamos todas las combinaciones de frutas. También había un pinchadiscos con música brasileira que después de llevar casi dos semanas en el país ya conocíamos. Así que allí lo dimos todo disfrutando muchísimo de nuestra islita, el paraíso.

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