5 de Diciembre. Mi primera mañana en Tokio! Me levanto con ganas de empezar a visitar la ciudad así que lo primero que hago al salir del hotel, y evidentemente después de mi desayuno aleatorio, es ir caminando hasta la estación de Shinjuku. Con la imagen de las calles de noche de mi llegada ayer recorro el camino hasta la estación, ahora que la veo de día es enorme la extensión que ocupa. La rodeo y me dirijo a las oficinas del gobierno metropolitano con la intención de subir a el mirador que hay en sus torres.
Al llegar ya impresionan las dos torres, son enormes y el edificio mola mucho. Después de buscar una entrada doy con un acceso lateral y entro a la plaza que hay a los pies de las torres. Desde abajo aun se ven más gigantescas, las vistas desde el mirado deben ser para quitar el aliento. Al entrar al edificio pregunto a uno de los guardas de seguridad y me dice que los ascensores para subir abrirán en media hora así que me voy a una cafetería que hay allí mismo y me tomo un te para esperar. Cuando llega la hora me subo a uno de los dos ascensores, se puede elegir una torre o la otra, y junto con otras cinco personas subimos hasta al mirador. Una vez arriba lo primero que veo en la ventana que tengo delante mio es el monte Fuji! Hoy hace un día soleado y despejado y desde el mirador se puede ver perfectamente la emblemática montaña, las fotos que pueda hacer no hacen honor a las vistas.
Una vez recuperado de la impresión del Fuji me doy una vuelta por todo el mirador, parándome en cada ventanal a observar la cuidad que se extiende infinita a mis pies Menudas vistas y menuda manera de empezar mi primer día en Tokio, me quedo fascinado un rato contemplando la metrópolis de Tokio.
Ahora toca bajar a nivel de suelo e ir a mi próximo objetivo, el parque Yoyogi, así que tras abandonar el edificio del gobierno metropolitano me dirijo al sur siguiendo primero una gran avenida y luego una calle que va paralela a un paso elevado hasta llegar a una de las entradas al parque, hace buen día y me apetece pasear un rato.
Cuando entro en el parque en lo primero que pienso es en la luna de Endor de Starwars, no es que sea un bosque frondoso pero no se porque me viene esa imagen a la cabeza. Decido seguir uno de los senderos hasta llegar a una explanada de césped y dado el solecito que hace me apetece tumbarme un rato. Como que nadie me conoce no tengo reparos en hacer el canelón por una pendiente que hay en el prado y cuando me levanto escucho unos gritos a mis espaldas y a lo lejos veo un grupo de niños pequeños que me deben haber visto y han decidido imitarme para mayo consternación de las profesoras que los acompañan. Disimuladamente abandono el lugar como quien no quiere la cosa y sigo mi camino, ahora internándome en un pequeño bosque. Impresiona mucho esta naturaleza en medio de una gran ciudad como Tokio y hay puntos del parque que si te dicen que estás en la montaña te lo crees.
Sigo hasta llegar a la salida del parque que está al lado de la estación de metro de Harajuku y desde allí localizo la calle de Takeshita Street. Al entrar en la susodicha calle lo primero que veo es montones de tiendas de crepes dulces y de gominolas, a parte de tiendas de ropa alternativa y música. El ambiente me gusta aunque al ser por la mañana quizás está un poco apagado, por la tarde noche tiene pinta de ser una lugar movidito.
Ahora quiero pasearme un poco por Omotesando para ver un poco el ambiente de la que es conocida como los campos Elíseos de Tokio. La calles es bonita y hay infinidad de tiendas de ropa de todas las marcas, una tienda de Addidas intenta seducirme pero me escapo de sus garras. Es curioso el contraste con la gente que hay por Takeshita y alrededores y que dos calles más al lado esté esta avenida. Se acerca ya la hora de comer y le envío un mensaje a emarti a ver cuales son sus intenciones, me dice que podemos quedar en la estación de Shimbashi y de allí ir a Odaiba. Dicho y echo, busco una parada de metro y en un pis pas me planto allí.
El trayecto en el tren automático hasta Odaiba es muy curioso, conseguimos sentarnos en primera fila y parece que seamos nosotros los conductores y nuevamente las vistas que obtienes durante el trayecto son impresionantes. Bajamos en la parada de la playa de Odaiba y a pasear toca.
La playa artificial no está mal y la verdad es que hay mucho ambiente de gente de todas las edades paseando por el lugar, es un buen sitio para pasear un rato y contemplar la bahía de Tokio y el Skyline que ofrece. Después de saludar a la estatua de la libertad en miniatura que hay allí y pasear por la zona decidimos ir al centro comercial que hay justo al lado a comer algo, esta vez tengo que decir que es la primera y única vez en el viaje que no acierto con el lugar donde comer. Hay muchos restaurantes y un poco aturullados nos decidimos por uno que tiene cocina coreana y japonesa, el camarero un borde de cuidado y la comida bastante plana. Entre tantos días uno que no este bien no es para tanto. Después de comer emarti se va hacer unas fotos y me dedico a explorar y frikear por la zona. Lo primero es ir al Tokio Joypolis donde hay un centro recreativo de Sega pero es más bien un parque temático donde hay que pagar entrada y entre que la veo cara y que está todo en japonés pues como no entro, no pasa nada hay otra cosa freak que visitar aquí El Gundam de Odaiba! Hacia allí que voy, para llegar hay que ir por un paseo peatonal enorme que comienza al lado del hotel Hilton y cruzar un puente hasta llegar a la plaza donde espera el magnifico robot. Me emociono al verlo, no lo hacía tan grande! Hago una vídeo llamada (gracias súper router) a un colega que le que encanta Gundam, por lo de la envidia y tal, xd.
Se va haciendo de noche y me vuelvo a la zona de la playa a ver como se pone el sol y se ilumina el puente del arcoíris. Cuando se encienden las luces entiendo el mote, las vistas de la ciudad desde aquí son impresionantes. Tras pasear por la playa y el paseo marítimo quedo con emartí y cuando termina de hacer las últimas fotos volvemos al Gundam para verlo iluminado ya que queremos ir al Venus Fort, un centro comercial y nos pilla de camino. Menudo espectáculo el Gundam con las luces, esta chulo.
Dentro hay una exposición de coches clásicos americanos que ameniza la visita y tras un par de compras en los outlets decidimos volver a la estación para subir al tren que nos lleva de vuelta a Shimbashi. De allí metro hasta el hotel y a cenar algo. Decidimos ir a un coreano de verdad para quitarnos el mal sabor de boca de la comida y como el barrio coreano está cerca así lo visitamos un poco. Tras rebuscar encontramos uno que tiene buena pinta en el segundo piso de un edificio, algo muy común en japón, y nos pedimos un par de platos típicos. Uno de ellos es como un ramen pero de color rojo que pica como el infierno, pero en general la comida muy buena y eso que yo y el picante no somos muy colegas.
Me despido de emarti y quedamos en pegarnos un toque antes de que se vaya de vuelta a España. Me subo al hotel y tras decirle buenas noches al edificio de Square Enix que se ve desde mi habitación me tumbo en la cama y a dormir.
Visitas del día
Edificio Metropolitano- Sólo el lugar donde está ya es chulo, rodeado de varios rascacielos y la planta que tiene con las dos torres y la plaza a sus pies hace que merezca la pena acercarse. Lo máximo viene cuando subes al mirador, es gratuito y hay unas vistas alucinantes de la ciudad de Tokio y si hay suerte y hace buen día se ve el monte Fuji al fondo. Muy pero que muy recomendable.
Parque Yoyogi- Otro imprescindible a mi entender de Tokio, es extenso y muy bonito además después de subir al mirador del metropolitano y ser consciente de la extensión del área metropolitana de Tokio el parque aun es mas impresionante ya que dentro hay veces que no sabes si están en una ciudad o en el campo. Dentro hay un templo que no visité ya que volvería otro día.
Takeshita Street- Curiosa calle, llena de tiendas de dulces y de ropa. El ambientillo esta bien y por las calles de alrededor hay muchas tiendas curiosas, para pasearse un rato o si se está goloso zamparse una mega creppe tiene su encanto.
Omotesando- Zona de alto estanding, la gracia es combinarla con Takeshita y ver el contraste de la gente que se mueve por un sitio y otro estando al lado una de la otra, porque lo que es comprar allí poco los pueden hacer. El Omotesando Hills y el Plaza Omotesando (con su famosa entrada de espejos) son los dos centros comerciales importantes de la zona, para darse una vuelta no están mal y si te gusta la moda pues disfrutarás el doble.
Toy Sapiens- El paraíso de los amantes de las figuras de marvel, starwars, alien, regreso al futuro, DC, y muchas más. Si os gusta esta tématica no dudéis en ir, son apenas 15 minutos caminando desde Takeshita Street y merece mucho la pena. Eso si la cartera grapada al pantalón o corréis peligrosas
Isla de Odaiba- En general me pareció un buen sitio donde pasar la tarde, ver ponerse el sol, pasear, en resumen un lugar donde cerrar el día en Tokio y relajarse un rato. Hay mucho ambiente, tiendas, restaurantes y lugares curiosos como la estatua de Gundam y la de la libertad. Muy recomendable.
Trayecto de día
1- Hotel
2- Estación de Shinjuku
3- Edificio del Gobierno Metropolitano
4- Parque Yoyogi
5- Salida del metro Harajuku
6- Takeshita Street
7- Tienda Toy Sapiens
8- Calle Omotesando
9- Estación Shimbashi
10- Playa de Odaiba
11- Estatua de la libertad
12- Estatua de Gundam
13- Centro comercial Venus Fort.