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Normalmente, cuando escribo mis diarios, intento hacerlo poco tiempo después del viaje, dejando muchos datos prácticos e información además del propio relato, en este caso será un poco diferente. Este viaje se hizo en Noviembre del 2019 y me encuentro escribiendo en 2021, llevada sobre todo por la nostalgia viajera que me traen estos tiempos que nos ha tocado vivir, por lo que más que una crónica práctica, lo enfocaré como un relato de sensaciones, que espero, al menos, os deje con ganas de visitar esta increíble ciudad.
Hice este viaje con dos amigas, y como ya era a final de año, los días de vacaciones escaseaban y tuvimos que hacer encaje de bolillos, al final conseguimos dos vuelos que nos encajaban, entre Iberia y Ryanair, y nos lanzamos. Los vuelos nos costaron 146 € por persona porque teníamos primero que ir a Madrid.
Salimos un viernes por la tarde de Santiago, y el lunes ya estábamos de vuelta, puede parecer poco tiempo, y de hecho lo es, pero aunque por momentos tuvimos dudas lo recomendamos totalmente, Marrakech y alrededores por supuesto tiene mucho que ofrecer, pero aunque sólo podáis hacer una visita de fin de semana lo disfrutaréis mucho.
Como el vuelo llegaba tarde, no quisimos complicarnos la vida y cogimos el traslado con el mismo hotel, ya que Marrakech es un laberinto y encontrar tu alojamiento por la noche puede no ser muy buena idea, nos costó 18€ las 3, para la vuelta lo cogimos con Civitatis por 14€.
El hotel lo reservamos por Booking, y a los que como a mi os gusten los hoteles, seguro que disfrutáis viendo la cantidad de riads chulísimos que hay en esta ciudad. Nos decidimos por Riad Dar Tamlil, cerca de la plaza Jemaa el Fna, la mejor zona para alojarse bajo mi punto de vista, que incluía desayuno. Las tres noches para tres personas nos costaron 175€, un precio muy bueno. Quedamos contentas y además el patio y el desayuno eran una pasada.
Teniendo en cuenta lo laberíntico de la ciudad, y que hay que reconocer que está lleno de “buscavidas”, cogimos un free tour para la primera mañana en la ciudad, y así poder tomarle el pulso en compañía. Lo cogimos por Civitatis.
Para el tema del dinero, sacamos algo con tarjeta en el único cajero que hay en el aeropuerto, (saque con BNEXT y no tuve problema), y el resto fuimos cambiando en el Hotel Ali, que está al lado de la Plaza Jemaa el Fna, habíamos leído que tenía buen cambio y así fue.
Además del Palais de la Bahía, que visitamos con el Free Tour (pagando la entrada obviamente), queríamos visitar el Jardín Majorelle, en ambos casos compramos la entrada en el momento.
¡Nos vamos a Marrakech!
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