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15-17/2/2012
SALAMANCA
Me despido del albergue con un desayuno en toda regla, croissant a la plancha incluido. Ya es hora de salir de Palencia para dirigirme a la última capital de Castilla y León que voy a visitar. Para ir a Salamanca opto por el autobús (2’15h; 11€) con ALSA.
En Salamanca he reservado el hostel los hidalgos, junto a la Plaza de España. Está muy bien situado, a diez minutos andando de la Plaza Mayor, yendo despacio. Es muy recomendable, además de por su ubicación céntrica, porque tiene, además de WIFI, cocina bastante bien equipada y un comedor anejo. La habitación es para seis personas a razón de 12€/noche. Como estamos en la epoca en que estamos, comparto la habitación sólo con Serena, una doctorando italiana, la primera noche y la tengo libre para mí solo la segunda noche. Ya el viernes el hostel se llena con gente jóven, literalmente.
Me acerco a la oficina de turismo de la Plaza Mayor (hay otra en la casa de las conchas) una vez dejada la mochila. La abren a las 16:00. Allí me informo de que sí hay visitas guiadas (si se junta suficiente gente) todos los días por la mañana. El recorrido no es muy amplio, así que aprovecho la tarde para pasear por zonas que no estarán incluidas en la visita guiada.
La zona histórica de Salamanca es simplemente una maravilla tras otra. Vayas por donde vayas, aunque te pierdas (me llevo muy mal con los planos) descubres rincones hermosos y edificios imponentes.
Así, por ejemplo recorro el exterior de la zona centro-histórica acercándome aun puente romano muy bien conservado
A poca distancia del puente se puede observar el museo de art noveau, también llamada casa lys, con su exterior tan característico y diferente, contrastando tanto colorido y cristal con el material por excelencia de la zona histórica: la piedra, tan característica de Salamanca.
Junto a la casa Lys se sitúa el Huerto de Calisto y Melibea” junto a la estatua de la Celestina.
Por supuesto, no puede faltar otro personaje novelesco como el Lazarillo, junto al ciego, también ubicado cerca del puente romano.
Aunque sea por la reciente obra de García Jambrina, en la que se mezclan ambos personajes literarios, también es de visita obligada la cueva de Salamanca.
Ya dentro del casco histórico destaca por su propio valor histórico el conjunto de San Esteban Monumental: Iglesia y Convento. La entrada cuesta tres euros, pero merece la pena. A modo de inciso, son muchos los monumentos que requieren pago de entrada para visitarlos. Desde mi punto de vista, demasiados. Por ejemplo: La catedral vieja (4’75€), la casa lis (4€), Universidad Pontificia (3€), Universidad (4€), Casa Unamuno (3€) y sigue y suma.
Lo primero que llama la atención es la fachada de la Iglesia, que representa el martirio de San Esteban; Los detalles y los relieves son tan hermosos como otros de edificios emblemáticos de la ciudad como la universidad.
También es hermosa, aunque menos profusa en detalles el pórtico del convento.
Ya dentro del edificio, es muy bonito el claustro de procesiones o de los reyes y la Escalera de Soto.
Sin embargo, lo más hermoso desde mi punto de vista es la Iglesia y su retablo del altar mayor de José de Churriguera.
También, al otro lado de la nave central, en el coro, es muy vistoso el fresco “La iglesia militante y Triunfante” de un tal Antonio Palomino.
En resumen, merece mucho la pena la visita, aunque no sea guiada.
Aprovecho para hacer un descansillo y tomar unas tostas en uno de los cientos de bares que habrá por la ciudad, a cuál más sugerente.
Ya cenado y después de charlar con Serena para hacer tiempo, me dirijo a conocer la ciudad histórica por la noche. No sé si es el frío helador (después de una semana a 0 grado cuando hay suerte, pues me habré acostumbrado) o que es miércoles, pero para las 23:30 no hay tascas abiertas, ni gente por la calle desde una hora antes. Como iba decidido a repetir el recorrido para ver la iluminación de los edificios, ese hecho no me ha cambiado de actitud. Personalmente creo que la iluminación podía ser más cuidada estéticamente, pero aún así se disfruta del paseo.
Al día siguiente, después de desayunar en el hostel y despedirme de Serena, que se marcha ya, me dirijo a las 10:55 a la oficina de turismo de la Plaza Mayor para saber si hay visita guiada. Voy con la idea de que si el jueves no puede ser, lo intento de nuevo el viernes. Sin embargo, hay suerte, porque aunque somos sólo once personas (mínimo 14), la visita sale adelante. El precio sin monumentos es de 6 euros y el doble con la entrada a la Catedral Vieja y a la Universidad (con el descuento por grupo). Merece la pena: han sido dos horas y media muy bien documentadas y entretenidas, en las que hemos pasado por la Plaza Mayor, el Palacio de Monterrey, la Purísima, La Casa de las conchas, Clerecía, Universidad y las dos catedrales. Parece mucho, pero está todo pegadito.
Con motivo del funeral del Presidente del Grupo Anaya, hemos cambiado la ruta adelantando las Catedrales y dejando para el final la Universidad.
Plaza Mayor
Palacio de Monterrey
La Purísima, donde destaca el famosa Cuadro de la Purísima Concepción de Ribera.
La Casa de las Conchas, que acoge la biblioteca municipal
La Catedral vieja, heladora (cómo no) tiene un retablo del altar mayor precioso.
Resalta más en contraposición con los restos del fresco de uno de los cruceros (el otro fue recortado con la construcción de la catedral nueva), “descubierto” hace apenas diez años.
Pues resulta que sí era posible hallar un sitio más frío que la catedral vieja… la nueva. Es más majestuosa que la anterior, también más hermosa. Destaca también uno de sus pórticos.
Por último hemos visitado la Universidad (otro iglú). Es curiosa la biblioteca y el aula original donde impartió clase Fray Luis de León.
No sólo curiosa, sino muy bonita es su fachada, con la famosa rana en la calavera incluida.
Bueno, pues esta ha sido mi escapada de seis días por Castilla y León. Sólo falta la mañana del viernes que visitaré la Cueva y la “exposición Ieronimus” (subida a las torres de la Catedral, 3’75€). El finde me voy a Madrid, pero eso no va a este diario, me lo reservo.
VIERNES 17/2/2012
Como "decíamos ayer", hoy tocaba la visita a la cueva de salamanca
Más interesante ha sido a visita al "Cielo de Salamanca", un fresco incompleto que estaba situado en la universidad pero que se "trasladó" con el cambio de la biblioteca. He tenido la suerte de que había una visita escolar y he sido el único que le ha hecho caso al profesor.
Por último he acudido a la exposición Ieronimus. Ya que no pude acudir a la visita guiada de la Catedral de León y sus vidrieras, no quería perderme la perspectiva de la Catedral desde las alturas de la torre del campanario. De nuevo, al igual que con San Esteban, se echa en falta la explicación de un guía profesional.
Confío poder visitar Soria y Zamora, únicas capitales que no conozco aún; así como algunos de los muchos pueblos del interior, aunque sea en coche. Estoy muy agradecido a la gente que me he ido encontrando en el camino (poquitos esta vez) y un tirón de orejas a los de la librería Cervantes de Salamanca, pues no se puede ser más seco.
Agur y gracias por leerme
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Contando con protección desde los años setenta, se ha librado de repoblaciones salvajes. Hay todavía en España bastantes espacios donde disfrutar de la variedad de los bosques autóctonos así que, esta vez uno y en otra ocasión será otro
