CUARTO DÍA EN LISBOA: PARQUE DE LAS NACIONES Y RUTA FINAL LISBOETA
Tras pasar la Nochevieja en Lisboa, hoy el madrugón es más suave, ya que el plan del día es más relajado.
Nuestra idea es visitar el Parque de las Naciones por la mañana y después de comer hacer el recorrido en el típico tranvía 28 y dar una vuelta por Lisboa para finalizar nuestra estancia en la capital portuguesa.
Bajamos al comedor a desayunar, y se nota que la gente estuvo levantada hasta más tarde de lo habitual, ya que son las 10 am y el comedor está hasta arriba.
Después de darnos nuestro homenaje particular con el buffet, tomamos rumbo hacia el metro para dirigirnos a nuestro destino: Parque de las Naciones.
Cogemos la línea azul de metro hasta Baixa-Chiado, en donde hacemos trasbordo a la línea verde, en la cual vamos hasta Alameda, donde mediante otro trasbordo cogemos la línea roja que nos lleva a la parada final en Oriente. Ya os digo que moverse en el metro lisboeta es muy fácil así que no nos supone ningún esfuerzo cambiar tantas veces de línea.
Una vez en Oriente, salimos al exterior y lo primero que nos llama la atención es el contraste que existe entre esta zona de Lisboa y la zona centro; aquí los edificios son de estilo moderno, nada que ver con barrios como Alfama por ejemplo. Mires donde mires, ves unos edificios llamativos, y el primero que nos parece interesante es la propia estación de Oriente.
Nuestra idea es visitar el Parque de las Naciones por la mañana y después de comer hacer el recorrido en el típico tranvía 28 y dar una vuelta por Lisboa para finalizar nuestra estancia en la capital portuguesa.
Bajamos al comedor a desayunar, y se nota que la gente estuvo levantada hasta más tarde de lo habitual, ya que son las 10 am y el comedor está hasta arriba.
Después de darnos nuestro homenaje particular con el buffet, tomamos rumbo hacia el metro para dirigirnos a nuestro destino: Parque de las Naciones.
Cogemos la línea azul de metro hasta Baixa-Chiado, en donde hacemos trasbordo a la línea verde, en la cual vamos hasta Alameda, donde mediante otro trasbordo cogemos la línea roja que nos lleva a la parada final en Oriente. Ya os digo que moverse en el metro lisboeta es muy fácil así que no nos supone ningún esfuerzo cambiar tantas veces de línea.
Una vez en Oriente, salimos al exterior y lo primero que nos llama la atención es el contraste que existe entre esta zona de Lisboa y la zona centro; aquí los edificios son de estilo moderno, nada que ver con barrios como Alfama por ejemplo. Mires donde mires, ves unos edificios llamativos, y el primero que nos parece interesante es la propia estación de Oriente.
El Parque das Nações (Parque de las Naciones) fue la designación para el local donde fue realizada la Exposición Mundial de 1998 de Portugal. De arquitectura contemporánea y espacios de convivencia, trajo una nueva dinámica a la zona oriental de Lisboa, siento esta zona hasta 1990 industrial.
Nos dirigimos hacia el Parque de las Naciones contemplando los edificios que hay por la zona, y cuando llegamos lo que más nos gusta es ver el río Tajo, que parece entrar en el propio recinto. Tuvo que haber sido muy bonito, la celebración de la Expo 98 en esta zona, con todos los pabellones en funcionamiento y la gente deambulando por allí. Merece la pena ir hasta esta zona por las vistas que hay.
Nos vamos acercando a la orilla del río y pasamos justo delante de Oceanario; las colas son larguísimas, pues eran las 12 am y no había abierto todavía al ser día festivo y abrir más tarde, lo mismo que el teleférico, que no empezaba a funcionar hasta las 15 horas.
Dudamos si esperar la cola para entrar y al final decidimos no esperar y dedicarnos a pasear por el recinto.
Dudamos si esperar la cola para entrar y al final decidimos no esperar y dedicarnos a pasear por el recinto.
Paseando por la orilla, en un paseo muy agradable (pese a que en algún momento nos llueve), pasamos por delante del Pabellón Atlántico cuyas dimensiones son bastante grandes; actualmente se utiliza para exposiciones, congresos y eventos deportivos.
Vemos toda la zona de bares y restaurantes, muchos cerrados pero con signos de haber pasado una noche movidita, pues parece que en esa zona hubo bastante fiesta en Nochevieja.
Vemos toda la zona de bares y restaurantes, muchos cerrados pero con signos de haber pasado una noche movidita, pues parece que en esa zona hubo bastante fiesta en Nochevieja.
Llegamos hasta la Torre Vasco de Gama, que la verdad no es ninguna maravilla (según mi opinión claro). Se trata de una torre de estructura de acero, de 145 metros de altura, construida en el Parque das Nações, para la Expo '98. Fue proyectada por el arquitecto Regino Cruz. En lo alto de la torre hay un restaurante, desde donde las vistas tienen que ser espectaculares.
Damos una vueltecita por la zona y nos dirigimos a la parada del metro, para hacer el recorrido inverso hasta llegar a la parada de Martín-Moniz (línea verde). La idea era ver el centro comercial de la Mouraría, pues habíamos oído que era bastante original lo que allí puedes encontrar. Al llegar vemos que está cerrado, como nos imaginábamos. Así que decidimos comer por la zona (siento no dar datos de esta comida, pero no recuerdo el nombre del sitio, solamente deciros que si no lo recuerdo es porque tampoco me pareció ninguna maravilla).
Finalizada la comida y para no caminar mucho, vamos a la parada de Rua Martim Moniz y allí cogemos el mítico tranvía nº 28.
Este tranvía se ve más antiguo que los que habíamos cogido anteriormente, y en muchas cuestas de la Alfama, parece que no va a ser capaz de subir, pero no veas como empuja. El recorrido por Alfama la verdad que es muy bonito, sobre todo la zona del Mirador de Graica donde recomiendo bajar y recrearse con las vistas. Seguimos ruta en el 28 y pasamos por la Catedral Sé, Plaza Comercio y luego ya se mete en los barrios de Barrio alto y Estrela, para acabar el recorrido en Prazeres.
Llegamos al final del trayecto, y tras dar una vuelta, lo volvemos a coger en sentido contrario hasta la Plaza del Comercio.
Nos encaminamos hacia la Casa dos Bicos; la verdad que la fachada es original, pero vamos tampoco penséis que es la octava maravilla.
Nos encaminamos hacia la Casa dos Bicos; la verdad que la fachada es original, pero vamos tampoco penséis que es la octava maravilla.
Volvemos hacia la Rua Augusta y como no, nos volvió a llover en esta calle peatonal así que nos resguardamos en la misma zapatería de siempre (muchas gracias al dueño, que uno de los días tuvo el detalle de bajarnos más el toldo para que no nos mojásemos, lástima que no recuerdo el nombre del comercio para hacerle publicidad... jajaja).
Una vez la lluvia cesa, vamos hacia la Plaza Restauradores, para tomar una ginja en A Ginjinha, y después de tomar nuestro chupitin, volvemos a hacer cola para esta vez llevarnos botellas para casa (que bueno está, como entra de bien y como bajan las botellas). Como ya comenté en otra etapa el precio del chupito es de 1,10 euros y la botella de 70 cl cuesta 7,10 euros.
Para acompañar la ginja compramos una docena de castañas, de un puesto ambulante que había allí delante y que estaba haciendo el agosto con la cantidad de gente que había alrededor de A Ginjinha (docena de castañas 2 euros).
Como ya se acerca la hora de cenar, damos un paseo hasta la catedral de Se, ya que en esa zona está un restaurante muy recomendado en el foro: Restaurante Rio Coura. Vaya chasco llevamos, pues teníamos antojo de comer su arroz con marisco, y resulta que estaba cerrado ese día. Sin ganas de buscar otro sitio y cansados de dar vueltas, nos decidimos por el gran restaurante distinguido en varias guías de viaje: McDonalds. Sí leeis bien, de querer comer arroz con marisco a una hamburguesa, pero también tiene su encanto.
El postre como no podía ser menos, lo tomamos en la Pastelería Suiza junto con café.
Nos acercamos al café Nicola, pero no nos decidimos a entrar, así que nos quedamos en la Suiza.
Así dimos por finalizado nuestro recorrido del día por Lisboa, y cogimos de nuevo el metro hacia el hotel. Como dato curioso, al coger el metro, las tarjetas 7 Colinas ya deberían estar caducadas, sin embargo me pongo a probar con una y mi sorpresa fue que me dejó pasar; sin embargo al pasar mi pareja con la suya la suerte no fue igual; lo intentamos en mas tornos de acceso y nada, así que tuvimos que sacar un billete sencillo para subir (0,8 euros).
Este fue nuestro diario de viaje por Lisboa. La ciudad nos ha encantado, puede que no tenga los monumentos de Roma o París, o el contraste de Londres, pero la verdad que es una ciudad que merece la pena visitar, sobre todo si junto con Lisboa visitáis Sintra. Al no disponer de más días nos quedamos sin visitar otras zonas cercanas a Lisboa (Cascáis, Estoril, Cabo da Roca), pero creo que hemos aprovechado al máximo el tiempo del que disponíamos.
Yo por cercanía os aconsejo visitar esta ciudad, pues no os defraudará.
Espero que este diario os sirva de ayuda para que planifiquéis vuestra estancia en la ciudad, y que sirva de recuerdo para la gente que ya la ha visitado.
Espero no haber cometido muchos errores y si es así, decírmelo para corregirlo.
Un saludo a todos y que tengáis FELICES VIAJES
Una vez la lluvia cesa, vamos hacia la Plaza Restauradores, para tomar una ginja en A Ginjinha, y después de tomar nuestro chupitin, volvemos a hacer cola para esta vez llevarnos botellas para casa (que bueno está, como entra de bien y como bajan las botellas). Como ya comenté en otra etapa el precio del chupito es de 1,10 euros y la botella de 70 cl cuesta 7,10 euros.
Para acompañar la ginja compramos una docena de castañas, de un puesto ambulante que había allí delante y que estaba haciendo el agosto con la cantidad de gente que había alrededor de A Ginjinha (docena de castañas 2 euros).
Como ya se acerca la hora de cenar, damos un paseo hasta la catedral de Se, ya que en esa zona está un restaurante muy recomendado en el foro: Restaurante Rio Coura. Vaya chasco llevamos, pues teníamos antojo de comer su arroz con marisco, y resulta que estaba cerrado ese día. Sin ganas de buscar otro sitio y cansados de dar vueltas, nos decidimos por el gran restaurante distinguido en varias guías de viaje: McDonalds. Sí leeis bien, de querer comer arroz con marisco a una hamburguesa, pero también tiene su encanto.
El postre como no podía ser menos, lo tomamos en la Pastelería Suiza junto con café.
Nos acercamos al café Nicola, pero no nos decidimos a entrar, así que nos quedamos en la Suiza.
Así dimos por finalizado nuestro recorrido del día por Lisboa, y cogimos de nuevo el metro hacia el hotel. Como dato curioso, al coger el metro, las tarjetas 7 Colinas ya deberían estar caducadas, sin embargo me pongo a probar con una y mi sorpresa fue que me dejó pasar; sin embargo al pasar mi pareja con la suya la suerte no fue igual; lo intentamos en mas tornos de acceso y nada, así que tuvimos que sacar un billete sencillo para subir (0,8 euros).
Este fue nuestro diario de viaje por Lisboa. La ciudad nos ha encantado, puede que no tenga los monumentos de Roma o París, o el contraste de Londres, pero la verdad que es una ciudad que merece la pena visitar, sobre todo si junto con Lisboa visitáis Sintra. Al no disponer de más días nos quedamos sin visitar otras zonas cercanas a Lisboa (Cascáis, Estoril, Cabo da Roca), pero creo que hemos aprovechado al máximo el tiempo del que disponíamos.
Yo por cercanía os aconsejo visitar esta ciudad, pues no os defraudará.
Espero que este diario os sirva de ayuda para que planifiquéis vuestra estancia en la ciudad, y que sirva de recuerdo para la gente que ya la ha visitado.
Espero no haber cometido muchos errores y si es así, decírmelo para corregirlo.
Un saludo a todos y que tengáis FELICES VIAJES