Esta etapa va a ser bastante corta ya que el cuarto día lo dedicamos a explorar el hotel y la playa.
Nos levantamos bastante temprano (el jet lag nos visita de nuevo) y nos vamos al buffet del desayuno a ponernos como focas. Bollitos, huevos revueltos, bacon, de todo. Creo que en este viaje engordaremos bastante. Volvemos a la habitación a embadurnarnos en crema del sol y ponernos los bañadores y nos dirigimos a la playa. Llegamos bastante temprano y podemos cogernos unas tumbonas debajo de una palmera. Nos ponemos los equipos de snorkel, cogemos la cámara acuática y al agua patos.
El agua está estupenda, calentita y casi sin olas. Encendemos la cámara y empezamos a grabar. Vemos una manta raya a la que persigo con la cámara durante casi 15 minutos, hasta que no puedo más, esto del snorkel cansa mucho. Llevamos más de una hora en el agua y estamos un poco arrugados, pero se está tan bien.
Llegan Lorena y Miguel, ahora somos cuatro en el agua haciendo el tonto. De repente se ha puesto el cielo sospechosamente negro, creo que va a llover. Dicho y hecho, se abre el cielo y empiezan a caer chorros de agua pero nosotros seguimos dentro, total más no nos podemos mojar ¿no? Hacemos algún vídeo y alguna foto con la lluvia y al rato ya para.
Decidimos salir un rato a ver si se han mojado mucho nuestras cosas, que por suerte, como las habíamos dejado debajo de la palmera, están perfectamente. Vamos a dar una vuelta por la playa a ver el tortuguero. Hay un montón de nidos señalizados y tenemos la suerte que está el cuidador por ahí y nos enseña alguna tortuguita. Nos cuenta que cuando salen del huevo, él las recoge y luego las sueltan por la noche.
Viene Ari (Carlos está un poco malo de la garganta y se queda en la habitación) y volvemos al agua que se está genial, mejor dentro que fuera. Descubrimos que hay un bar en la playa y que dan Riviera Maya (riquísimo cóctel para quien todavía no lo sepa) así que nos pedimos unos cuantos y nos vamos a la tumbona un rato. Volvemos al agua, cócteles, tumbona. Así hasta que nos da la hora de comer. O apuramos o nos cierran el buffet.
Nos vamos al buffet del Kantenah (si no recuerdo mal) porque es el que nos queda más cerca de donde estamos. Están a punto de cerrar y ya no sacan más comida, hemos llegado al límite. Nos damos un súper atracón y cuando terminamos somos los únicos que quedamos en el restaurante, aparte de los camareros y cocineros, que están comiendo también.
Salimos del buffet y nos vamos cada mochuelo a su olivo, Lorena y Miguel irán a Playa del Carmen esta tarde, Ari se va con Carlos y nosotros nos vamos a la piscina a no hacer nada.
Y así pasamos la tarde, en la piscina, tumbona, cóctel, actividades. Cuando nos cansamos nos vamos a la habitación a ducharnos y arreglarnos para la cena.
Esta noche vamos a cenar al Sumptuori, el restaurante japonés. No hemos reservado la mesa tepanyaki porque es menú cerrado y como somos tan especiales para comer, si no nos gusta no queremos dejar media comida en el plato. Así que vamos a la carta y tenemos la suerte que nos ponen al lado de la mesa tepanyaki, por lo que vemos todo el espectáculo. Comemos bastante bien, nos traen unos aperitivos muy ricos y pedimos pollo teriyaki y unos langostinos. Todo muy bueno.
Terminamos de cenar y nos vamos al espectáculo del Riviera, hemos quedado con los demás para tomar algo. El espectáculo está muy bien (creo que era un concurso de parejas elegidas del público), muy entretenido. Un par de Riviera Maya, y a dormir. Mañana nos vamos a Isla Mujeres y es la excursión que más ilusión nos hace.
Nos levantamos bastante temprano (el jet lag nos visita de nuevo) y nos vamos al buffet del desayuno a ponernos como focas. Bollitos, huevos revueltos, bacon, de todo. Creo que en este viaje engordaremos bastante. Volvemos a la habitación a embadurnarnos en crema del sol y ponernos los bañadores y nos dirigimos a la playa. Llegamos bastante temprano y podemos cogernos unas tumbonas debajo de una palmera. Nos ponemos los equipos de snorkel, cogemos la cámara acuática y al agua patos.
El agua está estupenda, calentita y casi sin olas. Encendemos la cámara y empezamos a grabar. Vemos una manta raya a la que persigo con la cámara durante casi 15 minutos, hasta que no puedo más, esto del snorkel cansa mucho. Llevamos más de una hora en el agua y estamos un poco arrugados, pero se está tan bien.
Llegan Lorena y Miguel, ahora somos cuatro en el agua haciendo el tonto. De repente se ha puesto el cielo sospechosamente negro, creo que va a llover. Dicho y hecho, se abre el cielo y empiezan a caer chorros de agua pero nosotros seguimos dentro, total más no nos podemos mojar ¿no? Hacemos algún vídeo y alguna foto con la lluvia y al rato ya para.
Decidimos salir un rato a ver si se han mojado mucho nuestras cosas, que por suerte, como las habíamos dejado debajo de la palmera, están perfectamente. Vamos a dar una vuelta por la playa a ver el tortuguero. Hay un montón de nidos señalizados y tenemos la suerte que está el cuidador por ahí y nos enseña alguna tortuguita. Nos cuenta que cuando salen del huevo, él las recoge y luego las sueltan por la noche.
Viene Ari (Carlos está un poco malo de la garganta y se queda en la habitación) y volvemos al agua que se está genial, mejor dentro que fuera. Descubrimos que hay un bar en la playa y que dan Riviera Maya (riquísimo cóctel para quien todavía no lo sepa) así que nos pedimos unos cuantos y nos vamos a la tumbona un rato. Volvemos al agua, cócteles, tumbona. Así hasta que nos da la hora de comer. O apuramos o nos cierran el buffet.
Nos vamos al buffet del Kantenah (si no recuerdo mal) porque es el que nos queda más cerca de donde estamos. Están a punto de cerrar y ya no sacan más comida, hemos llegado al límite. Nos damos un súper atracón y cuando terminamos somos los únicos que quedamos en el restaurante, aparte de los camareros y cocineros, que están comiendo también.
Salimos del buffet y nos vamos cada mochuelo a su olivo, Lorena y Miguel irán a Playa del Carmen esta tarde, Ari se va con Carlos y nosotros nos vamos a la piscina a no hacer nada.
Y así pasamos la tarde, en la piscina, tumbona, cóctel, actividades. Cuando nos cansamos nos vamos a la habitación a ducharnos y arreglarnos para la cena.
Esta noche vamos a cenar al Sumptuori, el restaurante japonés. No hemos reservado la mesa tepanyaki porque es menú cerrado y como somos tan especiales para comer, si no nos gusta no queremos dejar media comida en el plato. Así que vamos a la carta y tenemos la suerte que nos ponen al lado de la mesa tepanyaki, por lo que vemos todo el espectáculo. Comemos bastante bien, nos traen unos aperitivos muy ricos y pedimos pollo teriyaki y unos langostinos. Todo muy bueno.
Terminamos de cenar y nos vamos al espectáculo del Riviera, hemos quedado con los demás para tomar algo. El espectáculo está muy bien (creo que era un concurso de parejas elegidas del público), muy entretenido. Un par de Riviera Maya, y a dormir. Mañana nos vamos a Isla Mujeres y es la excursión que más ilusión nos hace.