![]() ![]() 8 DIAS POR JORDANIA. SEMANA SANTA EN TIERRA SANTA ✏️ Blogs de Jordania
Viaje "Low cost" por tierras jordanas de Norte a Sur por cuenta propiaAutor: Tarzan28 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (5 Votos) Índice del Diario: 8 DIAS POR JORDANIA. SEMANA SANTA EN TIERRA SANTA
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Etapas 4 a 6, total 6
Ese día pusimos el despertador a las 6.15 de la mañana. Mi intención era entrar en el Siq antes de que lo hicieran las hordas de turistas y viajes programados. Desayunamos en el bufet del hotel y salimos hacia el centro de visitantes, parando previamente para comprar agua y algo de comer. Tras la cola de rigor, pagamos la entrada de dos días, para lo cual es necesario el pasaporte, pues la entrada lleva tu nombre impreso. Un día 50 JD, dos 55 JD, 3 días 60...y si vienes directo de Israel o Egipto para ver Petra en el día y salir del país, 90 JD (esto me parece un mojón). En principio me pareció carísimo, pero si te paras a pensar, te cobran 25 euros en Barcelona por ver la Sagrada Familia o en Estambul por ver Santa Sofía, y vale que son maravillas arquitectónicas que personalmente me encantaron, pero esto es Petra una de la siete maravillas del mundo, una ciudad de mas de 2000 años de antigüedad, con mas de 600 tumbas talladas en la piedra, algunas colosales... viéndolo así no me parece tan desorbitado, además, ya que estas aquí pues lo pagas, no creo que a nadie le pille por sorpresa o se de la vuelta por que considere un precio abusivo, eso si, los jordanos pagan 50 veces menos..exactamente 1 JD. Comenzamos la bajada hacia la entrada del Siq, creo que todo viajero que viene por primera a vez a Petra, tiene la misma sensación de emoción y éxtasis al aproximarse a la entrada. Nos adentramos en el Siq prácticamente solos, serían en torno a las 7.30 de la mañana y el sol ya estaba en lo alto, carros tirados por caballos iban y venían por el angosto desfiladero trasportando a los turistas.
El Siq es un estrecho desfiladero formado por una falla geológica que marca la entrada a la antigua ciudad de los Nabateos. Llega a alcanzar los 200 metros de altura y a estrecharse hasta 2 metros en algunos puntos. Toda la ciudad de Petra es de arenisca, lo cual facilita el tallaje sobre ella, lo que permitió esculpir las magníficas tumbas que se encuentran a lo largo de todo el yacimiento arqueológico. Además la ciudad está construida, mejor dicho, tallada en una cuenca, con lo cual, todo el agua de la zona iba a parar aquí. Los nabateos aprovechando esta circunstancia construyeron unas canalizaciones a ambos lados del Siq, con objeto de conducir el agua al interior de la ciudad y abastecerse de algo que realmente escaseaba en la zona, como aun puede apreciarse en muchos puntos a lo largo del desfiladero de 1,2 kms de longitud. ![]() ![]() No se puede imaginar un entrada mas fascinante para Petra, a medida que te aproximas crece la expectación...cuando de repente una parte de la fachada del tesoro aparece entre las paredes ondulantes del Siq. Cuando llegas al final, el Tesoro se alza ante ti con sus 2200 años de historia contemplándote. Y aquí, frente a uno de los puntos álgidos de Petra, no te puedes resistir a quedarte un buen rato sentado observando la fachada, casi intacta, del Tesoro. Como disponíamos de dos días para visitar la ciudad, decidimos tomárnoslo con relativa clama, pero abarcando lo máximo posible, incluyendo los tres principales miradores. ![]() El Tesoro o Al-Khazneh en árabe, es uno de los puntos mas impresionantes de la ciudad oculta, donde sus visitantes se enamoran de ella. La increíble fachada se encuentra en perfecto estado de conservación al hallarse confinada en un espacio tan reducido y por tanto a salvo, de los factores metereológicos, en especial del viento, que arrastra partículas de arena puliendo progresivamente las paredes de arenisca. Tallada como sepulcro de uno de los reyes nabateos, cuenta la historia que un faraón escondió un tesoro bajo su fachada mientras perseguía a los israelitas. Beduinos y lugareños creyéndose la historia dispararon sobre la fachada para intentar abrir un agujero en la estatua principal y apoderarse de el. El Tesoro con 43 m de altura por 30 de ancho recibe la luz del sol directamente sobre el a a primera hora de la mañana, justo cuando llegas ante el, lo que aumenta su belleza dramáticamente. Los nichos de ambos lados se creen que eran para anclar el andamiaje. La razón de que empiecen a media altura, hace suponer que los escombros servían de andamio natural para los primeros metros de tallaje. Estuvimos cerca de 45 min admirando la grandeza del Tesoro. Cuando decidimos seguir la marcha pasamos al Siq externo, descendiendo por la calle de las Fachadas. Este tramo, donde el cañón se abre considerablemente, tiene ambas paredes repletas de mas de 40 tumbas talladas de igual magnitud que el Tesoro, y desde mi punto de vista, también impactantes, aunque mucho mas deterioradas. ![]() En este punto, en lugar de seguir hacia el Teatro, decidimos tomar la ruta de Gebel Attuf que conducía al Altar de los Sacrificios, cuyas escaleras talladas se encuentran en plena Vía de las Fachadas. Unos 30 minutos, con varias paradas incluidas, nos llevó el ascenso entre las grietas serpenteantes de la montaña hasta los obeliscos que te reciben en la cima. Una vez arriba, giras a la derecha y subes unos cuantos escalones más para llegar al Altar, que en si no tiene nada, pero las vistas sobre las Rumbas Reales son espectaculares. Aquí nos sentamos un rato a ver el trasiego de camelleros, burros, caballos, niños, beduinos y turistas iban y venían allá abajo entre el Teatro y la Vía de las Fachadas. Para descender a la ciudad en lugar de retomar el camino de subida, bajamos por otra ruta en dirección Wadi Farasa. Esta ruta, descendía entre formaciones rocosas multicolores, paredes veteadas en rosa, azul, rojo y multitud de flores y adelfas en flor. Además prácticamente bajábamos solos, ya que mucha gente desconoce esta alternativa para llegar a la ciudad. En el descenso, te puedes encontrar el monumento del León, una estructura nabatea que canalizaba el agua a través de la boca del animal, con un pequeño altar construido sobre el. Un poco mas abajo, impresionantes tumbas salpican el paisaje veteado y rocoso. La tumba del Jardín junto a una enorme cisterna de agua, la tumba del Soldado Romano y el Triclinio del Jardín son algunos de los mausoleos que te encuentras a lo largo de la ruta hasta la antigua ciudad. ![]() ![]() Llegados al centro de la ciudad, nos encontramos de frente con la multitud de turistas, camellos y beduinos gritando y ofreciendo trasporte. Nos sentamos en una de las mesas del restaurante que estaba a la sombra e hicimos un pequeño receso antes de subir al monasterio. Eran prácticamente las dos de la tarde y ya llevábamos 6 horas caminando sin parar. Yo personalmente no estaba cansado en absoluto y mis padres, tampoco, así que tras un breve descanso arrancamos hacia El DEIR. Atravesamos el lecho de un río seco y comenzamos el descenso, donde un desnivel bastante considerable y mas de 800 escalones tallados ascendían frente a nosotros. Este trayecto estaba atestado de burritos de poca alzada que subian y bajaban transportando turistas. El camino es bastante escarpado en el algunos puntos y roza el desfiladero sin barandillas. Aun así, los animales casi baja y suben galopando al borde de los barrancos. Pequeños tenderetes de bisutería y souvenirs aparecen en toda la subida hacia el monasterio. Llegamos al final 45 minutos después. Tengo que reconocer que esta subida puede ser ligeramente dura para algunas personas, sobretodo desentrenadas y mayores, acusada por el sol que cae verticalmente sobre ti a lo largo del ascenso. Una vez arriba la recompensa es sobrecogedora. Con toda la luz dándole de pleno se alza el magnifico Monasterio, con toda su fachada casi intacta y de enormes dimensiones. ![]() Esta obra maestra de 50x45 metros sorprende por la perfección de su arquitectura, contrastando con las rocas erosionadas que circundan su estructura. Articulada en dos niveles, proyecta una imagen simétrica coronada por una colosal urna. Hubo un tiempo que se pensaba que el Monasterio fue la tumba de un rey nabateo, pero recientes estudios conducen hacia otra posibilidad. La presencia de cruces gravadas, ausencia de nichos en su interior, largos bancos en las paredes laterales hacen pensar que el DEIR fue construido como templo-cenotafio para conmemorar la figura de un monarca divinizado. ![]() ![]() Como llegué hasta el Monasterio bastante antes que mis padres, me senté en las mesas del restaurante que está justo en frete a admirar esta maravilla hasta que llegasen. Estuve contemplando su fachada durante media hora. Mis padres se sentaron junto para disfrutar del Monasterio hasta que decidimos dirigirnos hacia los dos miradores que parten de la explanada del Deir, "el mirador del fin del mundo" y "las mejores vistas del mundo". El mas alto de los, el que se extiende mas allá de la tumba 468, permite disfrutar de unas vistas impresionantes, no solo de Petra, sino del desierto jordano de Wadi Rum, Israel, y todo lo que alcanza la vista desde Wadi Araba hasta mas allá de la cuenca del Mar Muerto. El primer mirador, el que reza el cartel de "best views" te permiten contemplar el monasterio y todas las montañas circundantes de ese característico color amarillo de la arenisca. Aquí nos sentamos mientras caía el atardecer sobre nosotros y un beduino tocaba y cantaba melancólicamente detrás de nosotros, grabando la escena en nuestras retinas para siempre. ![]() Como empezaban a acercarse peligrosamente las 17 de la tarde comenzamos la bajada con intención de disfrutar del Tesoro antes de que se hiciera de noche y nos echaran del reciento. El descenso nos llevó media hora escasa, atravesamos la calle de las columnas, con las impresionantes fachadas de las tumbas reales al fondo recibiendo directamente la luz del sol. Pasamos por delante del Teatro, Vía de las Fachadas y llegamos por fin al Tesoro. Nos sentamos en los bancos y estuvimos casi hasta las 18.30 contemplando su fachada casi en soledad, ya que la mayoría de los turistas se habían retirado hacía rato, solo quedábamos 4 gatos sentados en aquellos bancos y los camelleros ofreciéndonos la vuelta al centro incluida con la entrada -propina aparte-. Como al día siguiente volvíamos, retornamos al hotel disfrutando de los 1,2 km de Siq que nos separaba del centro de visitantes. Cogimos el coche y arrancamos hacia el hotel completamente enamorados de la antigua ciudad de Petra. Tras una larga ducha, bajamos a cenar por la ciudad. Elegimos un restaurante que acababan de abrir, según nos dijeron en recepción, que tenia bastante buena pinta y los precios bastante ajustados. Mi padre pidió un pollo asado con arroz y para mi madre y para mi mix de carnes al grill, humus y ensalada árabe (18 JD, con bebida incluida). Tras la cena, fuimos a tomar una cerveza sin alcohol -no vendían de otro tipo- y a fumar sisha, en la cafetería que había justo delante. Cuando terminamos, cerca de las 21 de la noche, fuimos dando un paseo hasta una oficina de cambio Western Union (1euro=0.96 JD), no tan ajustado como en Mádaba, pero no había mucho mas donde elegir y así disponíamos de dinero para pagar la excursión, con noche incluida, dos días después en Wadi Rum, pues imaginábamos que en pleno desierto jordano no habría casa de cambio o ATM´s. Volvimos al hotel, haciendo la parada de rigor en el lobby del hotel para conectarnos al wifi y subimos a dormir cerca de las 22.30 ligeramente derrotados de las casi 12 horas pateando Petra. Además al día siguiente, nos quedaba una jornada bastante parecida. Al día siguiente, pusimos el despertador a la misma hora y bajamos a desayunar. Hicimos el check out y metimos las maletas en el coche. Ese día tardamos menos porque no teníamos que esperar la cola para sacar la entra y fuimos directamente a la entrada del Siq. Volvimos a recorrer aquel desfiladero, mas vacío que el día anterior. Reparamos en las canalizaciones de agua, en los restos de que aún quedaban del camellero y el camello y en todos los detalles de aquellas paredes ondeantes hasta que llegamos de nuevo al Tesoro. Esta vez gravé en vídeo la entrada desde el Siq hasta la fachada y lo disfruté aun mas si cabe que la primera vez. Como uno de los miradores que había en el planning de ese día era hacer la ruta para ver el Tesoro desde lo alto de la montaña, dejamos pronto el Siq y nos dirigimos hacia la Vía de las Fachadas. Aunque viera mil veces el Tesoro la sensación de emoción era la misma. Fuimos paseando frente al Teatro y echando un vistazo a los puestos situados a ambos lados del camino con intención de comprar algún recuerdo en forma de lámina, lienzo o similar, que reflejase la belleza de Petra. Llegamos así a la primera Tumba Real, la impresionante Tumba de la Urna, reconocible fácilmente por la macizas construcciones en forma de arco en la parte inferior. Inicialmente construida como sepulcro, fue destinada en la época bizantina a cumplir las funciones de iglesia reestructurando la disposición de la misma, el gran patio exterior y dos salas laterales donde se organizaban banquetes honoríficos, así como un pequeño altar en la sala central. Las salas arqueadas de la parte inferior se construyeron quizás para albergar la morada de los monjes. Una vez que llegamos a la parte alta, es decir, al patio exterior, nos encontramos de pleno con el tenderete de un beduino al que compramos, previo regateo, 2 packs de 14 láminas de Petra que publicó David Roberts en 1842 de Tierra Santa y que hoy lucen en el salón de mi casa junto a varios lienzos comprados en Essaouira o Chiang Mai. La siguiente tumba es la de la Seda, por el aspecto sedoso que muestra su fachada erosionada por el viento y coloreada de manera espectacular en rojo, azul, blanco, amarillo y que parece cubierta por una fina capa de seda. A continuación aparece la Tumba Corintia, totalmente erosionada por el tiempo, pero que en su origen debió de ser una de las fachadas mas espectaculares de Petra, como la Tumba del Palacio tallada a continuación, con una envergadura de 50x45 metros. Esta Vía al estar expuesta a la inclemencias del viento, la lluvia y demás han sufrido enormemente la erosión en sus fachadas, dejando al descubierto gamas policromáticas increíbles y destruyendo todos los detalles y belleza de su forma original. La última tumba que nos encontramos antes de coger el desvío hacia Gebel al Khubtha, fue la de Sexto Florentino, cuya fachada no se ve hasta el último momento al estar orientada al noroeste. Una inscripción casi invisible en el arquitrabe inferior informa de que es la tumba de Titus Sextius Florentinus, aliado del emperador Adriano y protector de la provincia de Arabia. ![]() Aquí tomamos el camino hacia Gebel al Khubtha, para poder disfrutar del Tesoro desde arriba. Esta ruta, calificada por Fabio Bourbon en su Guía Arqueológica de Petra, está sugerida para aquellos que quieran afirmar que han visto "toda" Petra y como no, nosotros queríamos estar en este grupo. La ruta es una interminable consecución de escaleras y rampas que permite disfrutar de formidables vistas de la ciudad antigua y sus inmediaciones. El camino atraviesa, arcos, cisternas, rebaños de cabras, y donde si que puedo afirmar que nadie mas frecuentaba este sendero. Una vez en la cima, la ruta vuelve a descender por un camino de tierra hasta el borde de un barranco, donde, por fin, aparece el Tesoro bajo tus pies. ![]() ![]() Allí mismo, había un beduino llamado Eghab que estaba preparando te. Mientras un argentino y yo observábamos el Tesoro desde las alturas y nos sacábamos fotos, el joven beduino se acercó a nosotros y nos ofreció una taza de te. Amablemente aceptamos y nos indicó que podíamos sentarnos con el en lo que parecía una especie de tienda-haima con alfombras extendidas en el suelo. Con perfecto inglés, nos contó con voz tranquila que dormía allí las noches despejadas y que el mismo había levantado aquella choza en un solo día, gracias a sus dos burritos que pastaban cerca. Con su ingles aprendido de los turistas, nos comentó que había nacido allí, que conocía perfectamente aquellas montañas y que apenas tardaba cinco minutas en subir o bajar de aquel mirador hasta el Teatro descolgándose por la pared. Mientras contemplábamos atónitos a Eghab, el iba rellenado nuestras tazas de te, sentados en lo mas alto de la montaña que alza sobre el Tesoro. Al poco llegaron mis padres, y tras descansar un rato al borde del barranco, me despedí amablemente de Eghab e iniciamos el descenso. Aquella ruta había sido una de las mas espectaculares , haciendo de guinda en un día completo. Una vez abajo, recorrimos en sentido inverso las Tumbas Reales, reparando en cada una de ellas y nos dirigimos directamente al Teatro, a su parte mas alta protegida por el sol, para descansar tranquilamente observando la ciudad que se extendía ante nosotros. ![]() El Teatro de Petra, esculpido en roca y con capacidad para 7000 espectadores, esta situado en una cuenca al inicio de la ciudad. Actualmente restaurado debido a los numerosos terremotos que fueron destruyendo su superficie, todavía pueden apreciarse fracturas y toda la gama multicolor de estratos que ha quedado expuestos. Subimos todos los escalones hasta la parte superior y nos sentamos a la sombra a descansar. ![]() Al cabo de media hora y gracias a un grupo de niños que entraron chillando en el Teatro y tomándolo como su fortaleza, nos vimos obligados a seguir el camino hacia el Tesoro por última vez. Eran cerca de las 14 y queríamos visitar la Pequeña Petra, antes de salir hacia Wadi Rum, así que fuimos a sentarnos frente al Tesoro durante una hora aproximadamente. Me negaba a abandonar aquel lugar mágico, habían sido dos días intensos en los que habíamos pateado la mayor parte de Petra y ahora no quería entrar en el Siq para dejar la ciudad sin saber cuando iba a volver a visitar aquella maravilla. Finalmente entramos en el desfiladero y poco a poco fuimos dejando atrás la fachada del Tesoro, ocultándose de nuevo tras el Siq. Por cuarta vez, recorrimos el cañón hasta la salida. Eran cerca de las 16 de la tarde y el hambre empezaba a apretar tras llevar todo el día sin comer. Mi padre decidió volver al centro de visitantes montado en un caballo cuyo trayecto viene incluido con la entrada, pero no la propina que debes regatear con el beduino si no quieres que te saquen los ojos. Una vez fuera, fuimos a comer a uno de los primeros restaurantes que hay según sales del reciento. Un chiringuito jordano con terraza, donde comimos excelentemente por menos de 20 JD y donde además pude recargar el iphone para poder utilizar el GPS hasta el centro de visitantes de Wadi Rum. Con una breve parada en la Pequeña Petra, cogimos la Carretera de los Reyes dirección Aqaba, tomando el desvío hacia el desierto con la noche ya cerrada y llegando al centro de visitantes sobre las 20.00 de la noche, tardando aproximadamente 2 horas llegar al pueblo de Rum. ![]() Etapas 4 a 6, total 6
Una vez cogimos la Carretera del Rey a la salida de Wadi Musa, tardamos unas dos horas en llegar al pueblo de Rum. Previamente atravesamos el Centro de Visitantes donde nos pararon en mitad de la noche para cobrar los 5 JD que permite el acceso al Area Protegida. Desde Barcelona me había puesto en contacto con un campamento beduino que tenía muy buenas críticas y precios igualmente buenos. De todas las conversaciones que mantuvimos vía mail, acordamos pasar la primera noche en la haima, con cena incluida y al día siguiente, realizar el tour completo por el desierto terminando con el retorno en camello al pueblo de Rum, donde teníamos el coche. En realidad habíamos acordado dos noches pero durante los días en Petra decidimos pasar solo una noche y tras el tour ir directamente a Aqaba para aprovechar dos días completos de buceo y prescindir de la segunda noche en el desierto. El verdadero problema fue que llegamos al Village con un mano delante y otra detrás sin saber a donde o a quien dirigirnos. Paramos a unos chicos jordanos que había por la calle del pueblo y a los que pregunté por Eghab del Bedouin Expedition Camp. Daba por hecho que en un pueblo tan pequeño se conocerían todos, y así fue. Nos llevaron a una casa con una gran sala de recepción y nos dijeron que Eghab llegaría en breve. Al poco, un occidental con teléfono en mano se sentó junto a nosotros e hizo de intermediario con el que supongo que era Eghab al otro lado del teléfono. Nos preguntaron cual era la idea de tour que teníamos, cuantas noches, personas...Eghab llegará en unos 10 min, está viniendo desde el campamento. Pues nada a esperar con una cerveza sin alcohol que vendían en una tiendecita aledaña. Al poco apareció un esbirro del Bedouin Camp y nos dijo que cogiéramos el equipaje para el desierto para acto seguido salir en jeep hacia el campamento. Montamos en la parte de atrás que iba descubierta y arrancamos en mitad de la noche hacia el desierto de Lawrence de Arabia con una luna tan llena que parecía que fuese de día.
De pie en la parte trasera, en mitad de la noche, sentíamos una vez mas la emoción y la aventura del desierto. 9 meses atrás, habíamos tenido el placer de visitar el desierto del Sahara, pasar la noche en una haima bereber y recorrer las dunas a lomos de un dromedario en pleno mes de agosto. El desierto de Wadi Rum es muy diferente al Sahara, conformado por infinitas dunas de arena roja. Wadi Rum es un desierto de arena y formaciones rocosas de granito y arenisca situado a 1600 m sobre el nivel del mar, con indicios de vegetación en los cañones de las innumerables montañas que se elevan en todas direcciones. Según la naturaleza de la roca se puede distinguir entre desierto blanco y negro dependiendo del color de la arena procedente de la erosión. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ofrece multitud de puntos visitables imprescindibles como el cañón Khazali, las dunas, los puentes naturales de roca y los rastros aun en pie que Lawrence de Arabia dejó a su paso por Wadi Rum, entre otros. En cuanto llegamos al campamento, nos enseñaron la haima, perfectamente equipada con tres camas y mantas. Después nos mostraron loas baños-duchas y la haima principal donde servían las comidas ocupado por unos pocos viajeros y tres beduinos que cantaban y tocaban instrumentos de madera mientras todos tomaban te. Nos fuimos al fondo de la tienda a cenar sentados en las alfombras que tapizaban el suelo mientras escuchábamos los cánticos beduinos. La cena consistía en una especie de pisto muy rico con pollo a parte y toneladas de pan de pita muy típico en gran parte de los países mediterráneos. Una vez que acabamos se acercaron a servirnos te al tiempo que apareció Eghab, mi contacto del campamento, a darnos la bienvenida. Nos comentó el itinerario que realizaríamos al día siguiente extendiendo un mapa sobre la mesa. El tour completo duraba aproximadamente 6-7 horas y recorreríamos en 4x4 gran parte de Wadi Rum, visitando lo mas representativo de la reserva como os detallaré a continuación. ![]() Pusimos en despertador a las 7 para desayunar en la haima-comedor y prepararnos para comenzar el tour a las 8. El desayuno consistía en pan de pita con queso y mermelada, huevos cocidos, te y yogur como venia siendo tradicion durante nuestro viaje por jordania. Poco a poco fueron llegando el resto de ocupantes del Bedouin Camp, que en total no seríamos mas de 12. En cuanto terminamos fuimos a por el equipaje que teniamos en la haima, pues el tour finalizaba en el pueblo de Rum donde nos estarian esperando con nuestras maletas. ![]() ![]() Comenzamos en tour privado montados en la parte trasera del 4x4. Íbamos de pie apoyados en la cabina del conductor y todo lo que estábamos viendo nos parecía fascinante. La vasta extensión de la Reserva se abría ante nosotros mientras "Audi", nuestro guía beduino, atravesaba las dunas a toda velocidad. Subimos a lo alto de una de ellas y paro el todo terreno. Desde allí nos mostró la gran diferencia de color entre el desierto negro y el desierto blanco, dependiendo del tipo de roca erosionada de la que procedía la arena. Además, en la base de algunas formaciones rocosas se veían pequeños campamentos rústicos cuyas tiendas eran de tela negra, ante lo cual, Audi nos comentó que eran realmente nómadas beduinos que se trasladaban por el desierto siguiendo la lluvia con sus camellos. A lo largo del tour pudimos ver unos cuantos campamentos salpicando el paisaje e incluso interaccionar con sus dromedarios. Bajamos de la duna y seguimos durante un buen trecho campo a través hasta que llegamos al puente de roca natural conocido como Um Fruth. Bajamos del coche y subimos a lo alto desde donde podías disfrutar de unas vistas increíbles. El arco de Um Fruth está hecho por la erosión del viento cargado de partículas que van puliendo la roca arenisca fácilmente erosionable, como se puede apreciar el las miles de formas que toman las rocas a lo largo y ancho del desierto. En wadi Rum había unos cuantos arcos naturales de roca, incluso de mayor tamaño, pero visto y escalado uno, nos dimos por satisfecho y seguimos hasta el siguiente punto del tour...el Cañón Mahama. Audi, nos dejó allí y nos advirtió que nos esperaría al otro lado. ¿En serio? No contábamos con esto para nada. El cañón Mahama, es un desfiladero sombrío en el que crece abundantemente la vegetación, se va estrechando hasta tal punto que tan solo circula un sendero de arena de dos metros de anchura al pie de dos paredes verticales. Echamos unos 45 minutos en atravesarlo. Obviamente estábamos solos, como en casi todo el recorrido. Una vez que salimos al otro lado, vimos a lo lejos el 4x4 de Audi que jugaba a las cartas con otro beduino a la sombra del coche. Recorrimos las inmediaciones del cañón donde se asentaban restos de campamentos abandonados y el vasto desierto que se extendía ante nosotros. ![]() ![]() ![]() Volvimos de nuevo a la parte trasera del coche y seguimos el camino. La siguiente parada fue la casa de Lawrence, bueno mas bien lo que quedaba de ella. Cuando el oficial T. E. Lawrence se asentó en el desierto de Wadi Rum para establecer su base de operaciones durante la Rebelión Árabe de la que formó parte, empleó una antigua construcción nabatea para levantar una cabaña en la que refugiarse. Parte de esta cabaña hecha de ladrillo, aún está en pie. A su lado, una haima beduina abierta por los cuatro costados para sentir la brisa, nos esperaba con te recién preparado. Aceptamos la invitación y nos sentamos en su interior desde el que divisábamos gran parte del desierto, mientras conversábamos con los beduinos, que nos reponían te una y otra vez. Audi nos ofreció la comida que llevaba para nosotros en el todo terreno, pero aún no eran ni las 12 del medio día asi que le dijimos que mas adelante. Tras casi una hora en la haima, seguimos el recorrido en dirección a las dunas de arena roja. De camino nos topamos con una familia de dromedarios salvajes y una cría que apenas tenía dos semanas. Bjamos del coche y nos acercamos todo lo que pudimos a la cria y su madre que pastaban libres por el desierto.Tengo que decir que fue uno de los mejores momentos del tour, por su autenticidad y por la oportunidad de ver a estos animales en estado salvaje y poder acercarnos casi hasta tocarlos. ![]() Continuando el tour, la siguiente parada fue las antiguas inscripciones "anfashieh", que cuentan con más de 2000 años. Datan del periodo nabateo y tamúldico -ultimo periodo romano- y fueron hechas, entre otras muchas cosas, para indicar el paso de caravanas en su ruta hacia Petra o Arabia, así como representar el comercio y la forma de vida en aquel momento. El siguiente punto fueron las Dunas de arena roja, mas bien la gran Duna, porque no había mas. Aquí si se juntó un montón de gente intentando subir a lo mas alto, había incluso un par de europeos que cargaban con una tabla snowboard ![]() ![]() Antes de emprender la marcha, Audi intentó subir por la Duna con el 4x4 para recoger a mi padre que se reía de el porque no podía subir...y vaya que si podía. Cogió unos cuantos metros de carrera y arrancó el coche a toda velocidad mientras mi madre y yo gritábamos en la parte de tras cuando subió por la duna casi vertical ![]() ![]() ![]() La comida consistía en una ensalada cesar a base de atún, pepino, queso, tomate y pan de pita con abundante te beduino cortesía de la haima. En cuanto terminamos pusimos rumbo al Manantial de Lawrence para montar en los camellos que nos estaban esperando. El manantial descrito por T.E. Lawrence descendía de la montaña mediante una canalización hasta un abrevadero y servía para abastecer a los camellos de agua. El final del tour estaba marcado por el último trayecto en camello desde el manantial hasta el pueblo de Rum que duró aproxamadamente 45 minutos-1 hora. Llegamos cerca de las 14.30 al coche a lomos de tres camellos arriados por un niño jordano. Una vez frente a la misma casa de donde salimos terminó nuestra aventura en Wadi Rum. Nos despedimos de Audi, y le pagamos el tour a Eghab (55 JD noche+tour+camellos) que andaba por allí mientras nos tomábamos una cerveza sin alcohol. Así que con las mismas, nos despedimos de la gente y subimos al coche que estaba como 200 grados y salimos pitando hacia Aqaba. Terminaba la etapa de Wadi Rum y comenzaba la del Mar Rojo. La verdad que el desierto fue una pasada, de arena roja, blanca y negra según el sitio. Roca amarilla predominando por encima de todo, camellos salvajes, campamentos beduinos, vegetación entre las grietas de las montañas y tranquilidad y paz absoluta. El trato fue estupendo y la experiencia, una vez mas, sobresaliente. Con cierta pena, salimos poco a poco del área protegida hasta que llegamos a la autopista del desierto que nos conduciría al Mar Rojo y sus arrecifes de coral. ![]() ![]() ![]() ![]() Etapas 4 a 6, total 6
Llegamos a Aqaba sin problema con el GPS, pero como era pronto seguimos de largo hacia Tala Bay. Los 12 km de costa que tiene Jordania fueron cedidos por Arabia Saudi a cambio de una amplia región de desierto. Con esta pequeña franja costera, Jordania cuenta con un pequeño puerto, astilleros y sobre todo una gran zona de buceo mundialmente conocida por ser uno de los mejores enclaves del mundo para bucear. Una vez que pasamos Aqaba de largo seguimos 5 km más hasta una zona de playa frente a dos centros de buceo conocidos como Barracuda y Sea Star. Nos pusimos el bañador, cogí mi equipo de snorkel y entramos en la playa hasta la bandera de jordanos acampados allí o haciendo barbacoa. No es que sus playas sean una maravilla, porque realemnte no lo son, la arena está sucia y hay bastante basura no solo aquí sino a lo largo y ancho del pais. Pero bajo esas aguas cristalinas y azules, se esconde un verdadero tesoro. Sin pensarlo entré en el agua a pesar de que no estaba especialmente caliente. Al principio lo único que veía era coral muerto, gris y sin rastro de vida marina...hasta que avancé unos 15 metros donde el cambio fue diametral. Miles de peces tropicales, corales de todos los colores sobre un fondo azul turquesa impresionante. Estaba lo suficientemente alejado de la costa como para evitar la llegada de bañistas, con lo cual estaba relativamente intacto. Como solo teníamos un equipo, regresé a la orilla y se lo di a mi padre para que fuese al arrecife, mientras mi madre se reservaba para el día siguiente, el cual dedicaríamos totalmente al buceo en los arrecifes de la costa jordana y a escasos kilómetros de Israel, Egipto y Arabia Saudí. Mi padre salió encantado con lo que acababa de ver bajo el agua y como empezaba a atardecer decidimos ir al hotel ducharnos, cenar a lo grande y descansar para el día siguiente llegar pronto a la playa para alquilar el equipo.
![]() Con el gps llegamos al hotel en menos de 20 minutos, inmejorablemente situado, en pleno paseo cerca del zoco y rodeado de restaurantes, tiendas, destilerías y carruajes horteras llenos de luces y colores que iban y venían llevando turistas. Aqaba es el equivalente jordano a una ciudad mediterránea en agosto, pero en versión árabe, al estilo de Kusadasi o Antalya en la costa turca. Los precios aquí son ligeramente mas bajos, los restaurantes con precios muy competitivos y nos proporcionaba unos días de playa y relax después de varios días a full por todo Jordania. Reservamos dos noches en el hotel Al Marsa (100 JD/2 noches/3 pers/desayuno), limpio, amplio, excelente situación y desayuno muy abundante. Bajamos a cenar a la terraza del resturante que estaba debajo del hotel. Los platos eran súper abundantes tanto de carnes como de pescados con sus respectivas guarniciones, tanto fue así que repetimos todas la noches que estuvimos en Aqaba. Al acabar dimos un paseo por las inmediciones hasta que el cansancio de todo el dio empezó a hacer mella en nosotros y volvimos al hotel a dormir. Bueno esa fue la intención, porque la final del Barsa-Madrid se vive aquí como en la mismísima Barcelona, con terrazas abarratodas de aficionados viendo el partido en plasmas enormes. ![]() Al día siguiente, después del desayuno salimos en coche hacia el sur, hacia la frontera con Arabia. Las playas públicas jordanas, están numeradas del 1 al 7 consecutivamente a medida que que te alejas de Aqaba. Entendiendo el valor del turismo playero, están llevando a cabo un plan de acondicionamiento de todo el litoral, construyendo amplios paseos, duchas, sombrillas, tumbonas y todo lo que conlleva el turismo playero. Llegamos hasta Tala Bay y nos acercamos al hotel Dharna Village, situado frente al Bedouin Moon Village. Allí había un centro de buceo anexo al mismo hotel. Preguntamos el precio por el alquiler de tres equipos de snorkel y tras un breve regateó nos lo dejó por 6 euros cada uno. Justo en frente se encontraban, según el mapa una zona de buceo conocida como Yellowstone Reef. Así que con el equipo en la mano, nos dirigimos a la playa publica. Dejamos el coche en el aparcamiento gratuito, dejamos las toallas debajo de una sombrilla -hasta ahora todo gratis- y nos metimos en el mar. Mi madres nunca había hecho snorkel y la la sensación de respirar por la boca debajo del agua le daba un poco de angustia, tras varios intentos, se relajó y conseguimos avanzar buceando hasta el arrecife. En cuanto vio la maravilla que escondían aquellas aguas, saco la cabeza, se quitó las gafas y me dijo emocionada "David, que maravilla, esto es espectacular". Según me fue contando a lo largo del día, jamás pensó que en su vida iba a practicar el snorkel y mucho menos poder ver con sus propios ojos los arrecifes de coral. Y la verdad que poder disfrutar de ver a mis padres haciendo cosas que nunca pensaban que harían en su vida hace que me sienta feliz. ![]() ![]() ![]() Miles de peces de colores, corales, estrellas de mar, peces de todos los tamaños...pasamos varias horas buceando en aquel arrecife, alternando playa y snorkel. Cada vez que entrábamos, pasábamos de largo las primera zona de coral muerto y llegábamos hasta el otro lado del arrecife donde aumentaba la profundidad y el fondo era espectacular. El sol pegaba con fuerza rozando casi los 35 grados en las horas centrales del día. A medida que iba pasando la tarde, docenas de familias jordanas acudían a las playas con sus tuppers y bártulos para hacer barbacoas en comuna. ![]() ![]() Abandonamos la playa cerca de las 6 de la tarde, en esa época del año a las 19.30 ya era casi de noche. Así que dejamos el equipo en el Dharna Village y volvimos a Aqaba para repetir el ritual del día anterior. Nos duchamos, nos vestimos y bajamos a cenar a la terraza del día anterior. Esa noche mi padre y yo pedimos una parrillada de 1kg de carnes para compartir y mi madre pescado a la parrilla, con bebidas incluidas y pan (23 JD todo). Bien fartucos, esa noche fuimos a dar una vuelta por el zoco, repleta de tiendas de souvernirs, pañuelos, carnicerías, botellas de arena, librerías, joyerías, tiendas de ropa, especias... Entramos por casualidad en una librería para ver que libros de jornadia-Petra tenían y cuando menos los esperaba me encuentro la Guía Arqueológica de Fabio Bourbon que tanto había buscado en Barcelona y que nunca llegué a encontrar. Allí estaba, por 8 JD la guía que compré y que no conseguí rebajar ni medio dinar. Seguimos dando vueltas por el zoco, haciendo las últimas compras del viaje y perdiéndonos por las tiendas del zoco. ![]() Volvimos al hotel cerca de las 22.30, al día siguiente nos esperaba nuestro último día de snorkel y después de comer partiríamos hacia Mábada por la Carretera del Rey, pasando por el castillo de Karak, y de ahí al aeropuerto. Pero antes nos quedaban por delante largas horas de buceo en los arrecifes ![]() ![]() ![]() El último día nos levantamos a las 8 y bajamos a desayunar para aprovechar la mañana. Hicimos el check in y pusimos rumbo a Coral Bay, pasándolo de largo y acercándonos peligrosamente a la frontera Saudí. Por allí, en una de las playas públicas dejamos el coche y entramos en la playa, que contaba con restaurante, duchas y un arrecife coralino conocido como "Jardín Japones" mejor si cabe que el día anterior. Cuando estábamos bajando por el complejo apareció un beduino al que le alquilamos el equipo para medio día y que tras un árduo regateo nos dejó por 2 JD. Dejamos las bolsas bajo la sombra de una palmera y entramos al agua. El Jardín Japonés contaba con mas peces tropicales, mas coral y mas belleza marina que el día anterior. Quizá por la dificultad para llegar el arrecife no estaba tan dañado en aquella zona. Pasamos mas de 4 horas buceando por las inmediaciones, pasando la barrera que delimita la zona de snorkel-baño de la zona de paso de barcos. Miles de bancos de peces multicolores y corales por todas partes que pude retratar gracias a la cámara acuática GoPRO con las que hice mas de 200 fotos y vídeos ![]() ![]() ![]() Sobre las 15 de la tarde, utilizamos las duchas públicas (25 pastries que vienen a ser 25 céntimos de euro) y salimos de Aqaba para poner rumbo a Mádaba por la autopista del Desierto desviándonos hacia el Castillo de Karak. Según el Gps 3 horas nos separaban del castillo templario y como la hora de cierre eran las 19, lo hicimos del tirón sin parar. Llegamos sobre las 17.30 a la entrada del Castillo, aparcamos justo en frente y entramos. Después de todo lo que llevábamos a la espalda en este viaje el Castillo me dejó un poco indiferente y tenía tanto hambre que ya no veía mas allá. Ah se me olvidaba, cuando llegamos a la entrada el tipo que vendía los tickets nos dijo que estaba cerrado y como iba a hacer la vista gorda con nosotros el precio por los 3 era de 10 JD... ja ja ja le dije que no, que la hora de cierre eran las 19 a lo que me respondió que no, que eran las 17. Bueno quizás era así no lo se, no había ningún cartel informativo con el horario. Le dije que aun así el precio era 1 JD, y que no iba a darle más, lo tomaba o lo dejaba. Aceptó y pagamos el dinar estipulado como entrada en el Castillo de Karak. Dedicamos algo menos de 1 hora a recorrer sus entremuros, murallas, atalayas, pasadizos y a disfrutar de las vistas que desde allí se disfrutaban de todo el valle. La verdad que el castillo se encuentra muy bien conservado y su estampa coronando la cima de la colina sobre el pueblo es espectacular. Salimos por donde entramos y nos dirigimos directamente a uno de los muchos restaurantes que había en las inmediaciones, con el fin de engañar un poco al estómago antes de cenar en Mádaba. Si pudiera volver a atrás, hubiera dedicado todo el día a bucear y descansar en las playas de Aqaba e ir directamente a Madaba por la autopista que se tardaba exactamente lo mismo que hasta Karak. Lo dicho, con todo lo visto durante el viaje, el Castillo templario no me impresionó en absoluto. ![]() De aqui cogimos la Carretera de los Reyes, llena de horribles badenes, algo que nadie menciona en ningún diario y es digno de recalcar y pusimos rumbo a Madaba. Al cabo de hora y media que se me hizo eterna entre tanto bote, llegamos al punto donde habíamos iniciado el viaje 7 días atras. Como era terreno conocido, aparcamos el coche cerca de la Iglesia de San Jorge y fuimos directamente a uno de los restaurantes donde fumamos sisha el primer día. ![]() Etapas 4 a 6, total 6
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