![]() ![]() Kuala Lumpur, Borneo malayo y Bali ✏️ Blogs de Asia Sudeste
Casi tres semanas recorriendo KL, Borneo y Bali. Un viaje inolvidable!Autor: Chufina Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (10 Votos) Índice del Diario: Kuala Lumpur, Borneo malayo y Bali
01: Preparativos
02: Un día en Kuala Lumpur
03: Kuching y Bako National Park
04: Gunung Mulu
05: Kota Kinabalu y Tunku Abdul Rahman Marine Park
06: Kinabatangan
07: Lembongan Island
08: Bali: ruta Este
09: Bali: Ubud
10: Bali: ruta Noreste
11: Bali: ruta Norte
12: Bali: ruta Sur
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Etapas 7 a 9, total 12
Nuestro AirAsia desde KK llegó a Bali sin problemas a eso de las 8 de la tarde. Después de pagar las tasas de entrada (que por cierto, subió de $25 a $35 a primeros de julio, y nosotros sólo llevábamos $NZ y algo que nos había sobrado de Malasia, ni euros ni $ americanos… al final nos dejaron pagar con tarjeta, aunque se supone que no se puede, pero ya me veía sin poder entrar al país!!) recogimos las maletas y nos dispusimos a buscar un taxi que nos llevara al hotel que teníamos reservado para esa noche, el bHotel Bali. Lo primero que teníamos que hacer era cambiar, pero supusimos que en Kuta nos darían mejor cambio que en el aeropuerto y al final buscamos un taxista que nos llevara primero a alguna tienda de cambio (un poco arriesgado, pero nos salió bien). El taxi hasta el hotel nos costó 100.000 rupias; yo había leído en los foros que a esa zona se podía conseguir por unas 80 o 90.000 pero estábamos cansados y por poco más de un euro de diferencia no nos apetecía seguir regateando. El taxista nos llevó a una casa de cambio donde nos hicieron un cambio algo mejor que en el aeropuerto (contad bien el dinero antes de salir, hay muchos timos en las casas de cambio, sobre todo en las que ofrecen tasas de cambio demasiado buenas para ser verdad!) y de ahí al hotel. Tengo que decir que cogimos el bHotel por lo barato que era (405.000 rupias) y porque estaba más o menos cerca del aeropuerto, y nos sorprendió gratamente. Está muy nuevo y cuidado. Salimos a cenar a un pequeño restaurante que había junto al hotel y nos fuimos a dormir prontito.
A la mañana siguiente teníamos reservado un ferry con Scoot Cruise que nos iba a llevar a la isla de Lembongan. De entre todas las compañías que hay para ir a Lembongan elegimos esta porque es la única que ofrece el trayecto Lembongan-PadangBai, que nos vendría muy bien para la vuelta ya que el conductor que habíamos reservado nos recogería allí y así nos ahorrábamos un buen tramo de coche. Scoot Cruise es algo más cara que las demás (500.000 rupias por barba) pero ya os digo que por la comodidad del trayecto de vuelta nos compensaba. El conductor vino a recogernos al hotel a la hora acordada (los trayectos desde/hasta el hotel están incluidos en el precio) y nos llevó a la oficina de Scoot en Sanur, donde teníamos que recoger los billetes. Pues bien, cuando me dan los billetes vi que la vuelta pone “Lembongan-Sanur”, y claro, les dije que no, que yo había reservado específicamente la vuelta a PadangBai, lo había confirmado por email, y me habían dicho que no había ningún problema. La chica pone cara de circunstancias y lo consulta con las compañera, y al rato me dice que si me importaría mucho volver a Sanur en lugar de PadangBai, y yo respondo que sí, porque ya he quedado con el conductor allí y demás. Y me suelta un rollo de que si el barco que va a PadangBai a veces se rompe, o hace mal tiempo, o qué sé yo qué excusas… el caso es que no les interesaba mover un barco en ese trayecto para solo dos personas, pero eso no era problema mío, y si me había asegurado meses antes que no había problema en volver a PadangBai yo quería que me llevaran a PadangBai, y punto. Después de muchas sonrisas, muchas disculpas, más consultas, y más empecinamiento por mi parte acabaron accediendo y finalmente me dieron un ticket de vuelta que ponía “Lembongan-PadangBai”, y entonces ya pagué, ya que había reservado por internet sin pagar. Cuando llegamos a la playa a esperar al barco y vemos que llega un barquito donde van subiendo las maletas a la parte de arriba, cubiertas con una lona, yo alucinaba. Pensé que sería un milagro si llegaban todas y no se perdía ninguna por el camino. En el barco no seríamos más de 10 pasajeros. El mar estaba muy picado, y posiblemente sea el trayecto en barco más chungo que he hecho en mi vida. Yo, que me suelo marear, me había tomado mi biodramina de rigor, pero hubo gente que se tuvo que ir a la parte de atrás a tomar el aire. Con deciros que llegó un punto en que dejé de preocuparme por las maletas y empecé a preocuparme por nuestra integridad física, pero tal cual, os lo digo todo. Lo pasé bastante mal; ya había leído que el mar entre Bali y Lembongan (y Lombok) puede estar muy movido, y empecé a temer la vuelta antes incluso de llegar a Lembongan. Menos mal que al llegar, sanos y salvos, nos esperaba esta imagen de postal: Bali - Nusa Lembongan - Jungut Batu Beach
El traslado al hotel de Lembongan también estaba incluido así que nos subieron en una especie de furgoneta de esas que llevan la parte de atrás abierta y nos llevaron al Akah Cottage, unas cabañitas monísimas que habíamos reservado en la otra punta de la isla, al lado de Dream Beach. Lembongan no es una isla grande, y lo normal es moverse con moto (scooter). El Akah no tenía piscina pero estaba muy recomendado en tripadvisor, y la verdad es que no nos equivocamos. Hay muchísima oferta de alojamiento en la isla, y yo creo que la mayoría tienen buena relación calidad/precio. Nuestra cabañita nos costó 1.100.000 dos noches con moto incluida. Los dueños son un matrimonio super amable que nos contaba que las habían inaugurado hacía poco tiempo y estaban planeando poner una piscina cuando ahorraran un poco. Era ya la hora de comer así que cogimos la moto y nos fuimos derechos a la otra punta, cerca de donde nos había dejado el barco (son unos 10 o 15 minutos en moto), a uno de los warung (pequeños restaurantes, normalmente humildes, familiares y económicos, donde probar la gastronomía local) que llevábamos apuntados, el Pondok Baruna Warung. Qué rico!! Comimos de vicio, muy recomendable (154.000 rupias). Llegados a este punto, yo decidí que era hora de pasar por un médico a que me recetase antibióticos, pues llevaba arrastrando la diarrea que me entró al salir hacia Kinabatangan varios días y no terminaba de curarse. Aprovechamos que la clínica estaba muy cerca del warung, y la visita al médico, incluyendo las pastillas, me costó 150.000 rupias. Teníamos seguro de viaje pero la franquicia ya era más de las 150.000 así que ahí quedó la cosa. Cuando terminamos decidimos acercarnos a ver la parte más al norte de la isla, una carreterilla que lleva al Mangrove Forest, pero a mitad de camino cambiamos de idea y pensamos dejarlo para el día siguiente, pues teníamos pensado hacer snorkel allí. En esa zona se cultivan algas (la principal actividad de la isla) y con la marea baja se podía ver cómo las recogen: Bali - Nusa Lembongan – granja de algas con las montañas de Bali de fondo
Dimos media vuelta y volvimos al sur de la isla, a la zona del hotel, para ver la playa de Mushroom Bay por el camino (una decepción, pero porque la marea estaba baja y pierde mucho) y Dream Beach, justo al lado del hotel: Bali - Nusa Lembongan – Dream Beach
Como la playa no nos llamaba mucho la atención pero nos apetecía darnos un bañito, seguimos las recomendaciones de otros foreros y fuimos a unas villas que hay cerca del Akah que sí tienen piscina y no tienen problema en que hagas uso de su piscina si te tomas algo en el bar (creo que se llamaba Komodo Garden o algo así, un sitio muy bonito). Nos tomamos unas cervezas en una piscina para nosotros solos: Bali – Nusa Lembongan – Komodo Garden
Después de ducharnos y descansar un rato, fuimos a cenar. Conducir por Lembongan de noche es toda una experiencia, pues la iluminación es escasa y es muy fácil perderse, pero lo bueno es que la isla es pequeña así que es hasta divertido. Como no nos apetecía cruzarnos otra vez toda la isla nos quedamos en la zona de Mushroom Bay, que era la zona con sitios donde comer más cercana al hotel. Cenamos en un pequeño warung por 118.000 rupias y de ahí derechitos a la cama. El día siguiente lo teníamos completo en Lembongan. El principal objetivo de visitar la isla era el snorkel, pues habíamos leído que es de lo mejorcito de Bali, y en un principio pensábamos hacerlo a primera hora, pero no recuerdo exactamente por qué cambiamos de idea y pensamos que sería mejor pasar la mañana en Nusa Ceningan y dejar el snorkel para la tarde. A través del señor del Akah reservamos la excursión para las 4 creo recordar, y quedamos con los del snorkel directamente en el Mangrove Forest, ya que queríamos ir en moto y la excursión empezaba ahí. Nusa Ceningan es una pequeña isla pegada a Lembongan, tan pegada que están unidas por un puente muy pintoresco, de forma que se puede cruzar en moto y pasar la mañana allí. De camino al puente pasamos por Lembongan Village y vimos el templo principal: Bali – Lembongan Village
El Puente que une las dos islas está hecho con tablones de madera que traquetean cuando los cruzas con la moto, y a veces da la sensación de que no va a aguantar y te vas a ir al agua con la moto y todo: Bali – Lembongan – Puente a Ceningan
El principal atractivo de Nusa Ceningan, mucho menos desarrollada que Lembongan en cuanto a infraestructuras y alojamientos, son unos acantilados en la punta sur de la isla en una zona llamada Blue Lagoon. La verdad es que tiene unas vistas espectaculares, y a algún espabilado se le ocurrió montar un negocio de saltos al agua desde distintas alturas (en la foto está el punto desde donde se saltaba a 13 metros). Todavía hay videos en youtube de turistas saltando, pero cuando nosotros fuimos parecía que aquello había quebrado porque estaba todo abandonado. ![]() Bali – Ceningan – Blue Lagoon
De vuelta hacia el puente paramos en uno de los pocos bares/hoteles que vimos en la isla, el Pirate Beach Club, donde nos tomamos una coca cola muy a gusto disfrutando del paisaje entre las dos islas: Esta zona entre las dos islas también se usa para cultivar algas, aunque con marea alta no se adivinan las plantaciones de algas que hay debajo. Las algas son el principal sustento de Lembongan, después se secan y se exportan a China, Japón y Corea para cosméticos: Bali – granja de algas entre Lembongan y Ceningan
Ya de vuelta en Lembongan nos encontramos con una escena muy curiosa: decenas de niños saliendo del cole, todos vestidos con ropa tradicional balinesa, y todos en moto!! Tuvimos que pararnos y dejarlos pasar porque era como una estampida: Bali – Lembonga – salida del cole
Justo cuando terminaron de pasar los niños y nos íbamos a poner en marcha aparece el señor del Akah con su moto diciendo que nos estaba buscando (llevaba un buen rato recorriéndose la isla buscándonos! Para que os hagáis una idea de cómo son!) para decirnos que el tipo del snorkel le había llamado para cancelar, porque eso de recogernos directamente en el Mangrove Forest en lugar de en el hotel no iba a sentar bien a los operadores locales que tienen el negocio montado en el Mangove Forest, así que si queríamos ir en moto era mejor que lo contratáramos con alguien allí directamente. Nos quedamos un poco chafados pero pensamos que sería fácil encontrar a otro, así que nos fuimos directamente para allá para poder comer antes. Comimos en otro de los warung que teníamos apuntados (Warung Paradise, al final de la carretera), y pedimos la especialidad, un pescado llamado Jacket Fish que hacen en la parrilla y está buenísimo (comimos por 126.000 rupias). Allí también organizan salidas de snorkel así que fuimos a apuntarnos pero el chico nos dijo que con marea baja no merece la pena, porque está todo muy revuelto y no se ve nada. Qué rabia!! Nos lo podían haber advertido por la mañana y no hubiéramos cambiado nuestros planes. Nos quedamos sin hacer snorkel, porque a la mañana siguiente teníamos el barco reservado a las 8 ![]() Bali – Lembongan – Mangrove Forest
Queríamos despedirnos de Lembongan viendo uno de sus famosos atardeceres, así que fuimos hacia la punta oeste de la isla. Allí hay varios puntos para disfrutar del atardecer, y varios hoteles donde poder tomarse algo fresquito en el bar mientras se pone el sol. Elegimos uno que llamaba Dodol Sunset Cliff Sunset creo recordar, y tenía una piscina muy chula, aunque había que pagar un poco más por usarla (no como en el Komodo) y justo llegó una pareja del hotel a bañarse así que lo dejamos para otra ocasión. Pero el atardecer fue espectacular, incluso vimos un grupo de delfines pasar nadando frente a la costa. Bali – atardecer en Nusa Lemgongan
Con esto nos despedimos de Nusa Lembongan. Nos gustó mucho la experiencia y sin duda lo recomendamos, pero estad atentos a las mareas para poder disfrutar del snorkel! Al día siguiente nos vinieron a buscar los de Scoot y nos llevaron de vuelta a Jungut Village para coger el barco que nos llevaría a PadangBai (tengo que reconocer que llegué a pensar que iban a pasar de mis quejas y nos llevarían a Sanur, pero no, cumplieron y nos llevaron a PadangBai en un barco para nosotros solos!). Al llegar a Jungut Village vimos que todo el pueblo estaba en plena ceremonia de cremación, y vimos cómo desenterraban a sus muertos para luego incinerarlos todos juntos, pero con un ambiente de lo más festivo, como si fueran las fiestas del pueblo, vamos. El conductor nos explicó que las cremaciones son muy caras y normalmente no se las pueden permitir, así que una vez al año se hacen de forma comunitaria, pero para ello hay que desenterrar a los muertos primero. Fue algo muy curioso de ver, aunque no pudimos hacer ninguna foto. Como curiosidad, el viaje de vuelta fue de lo más tranquilo, el mar estaba totalmente en calma! En PadangBai nos esperaba nuestro conductor para empezar la primera de las cuatro rutas que haríamos con él por Bali. ![]() Bali – Lemgongan - Panorámica de Jungut Village
Próxima etapa: Bali – ruta Este Etapas 7 a 9, total 12
En PadangBai nos encontramos con nuestro conductor en las oficinas de Scoot Cruises. Después de hacer las presentaciones pertinentes nos enseñó su coche, que estaba bastante nuevo y parecía cómodo. Habíamos organizado las rutas en Bali en base a los sitios que queríamos visitar, y nos habían salido cuatro zonas bien diferenciadas, de forma que teníamos acordados 4 días con nuestro conductor, como ya expliqué en los preparativos del viaje. Claro, algunos días tuvimos que modificar la ruta sobre la marcha, quitar, poner, improvisar… Aquí tenéis la ruta prevista del primer día:
![]() Bali: ruta Este
Cargamos pues las maletas y pusimos rumbo a la primera parada del día: Taman Ujung (entrada 20.000Rp/persona; los parking los pagaba el conductor), un antiguo palacio de agua, destruido en el terremoto en 1979 y posteriormente remodelado. Como era nuestra primera visita en Bali nos pareció muy bonito, tranquilo y muy arreglado, pero a toro pasado no creo que merezca la pena ir a visitarlo a no ser que os pille muy muy de camino. Bali: Taman Ujung
Desde Taman Ujung hicimos el primer recorte en la ruta de ese día: prescindiríamos de la playa de Pasir Putih, ya que después de Lembongan no teníamos tanta necesidad de playa y ni siquiera nos habíamos puesto los bañadores. Pusimos rumbo a Tirtagangga (entrada: 10.000Rp/persona), un maravilloso palacio de agua con piscinas reales donde además puedes bañarte si quieres. Mucho más impresionante que Taman Ujung, pero también mucho más concurrido. Las piscinas abiertas al público estaban llenitas de jóvenes balineses armando bulla, parecía que se lo estaban pasando genial. ![]() Bali: Tirtagangga
Es un sitio muy agradable para dar un paseo. Cuando terminamos, como íbamos bien de tiempo y el conductor nos dijo que Pura Besakih iba a quedar muy justito en la ruta del día siguiente, decidimos modificar nuestra ruta de ese primer día para incluirlo, eliminando Goa Lawah que de todas formas lo teníamos como “opcional”. Así pues, pusimos rumbo a Pura Besakih (entrada:15.000Rp/persona), el templo madre, posiblemente el más importante de la isla. Hay muchas historias circulando por internet y las guías de viaje sobre los timos y lo pesados que son los “guías” de Besakih, hasta tal punto que hay gente que deja de visitarlo. Nosotros no tuvimos mucho problema: en el momento en que les dices que no necesitas de sus servicios, amablemente y con una sonrisa, y te muestras firme, automáticamente pasan de ti y se van a por el siguiente. Os dirán que no podéis pasar, que tenéis que hacer una “donación” de no sé cuánto dinero, que sin guía no se puede entrar al templo… ni caso, id a vuestra bola y os dejarán en paz. Al llegar a Besakih se empezó a nublar el día. El conductor nos proporcionó sarongs y se quedó esperándonos en el parking, aquí ya vimos que de guía tenía poco y se iba a limitar a llevarnos y traernos. Había muchísima gente en el templo, la mayoría locales, pero también muchos turistas, algunos con sus correspondientes guías. Incluso oímos algunos españoles (tenemos que decir que en Bali vimos muchísimos españoles, comparado con Malasia donde prácticamente no habíamos visto a ninguno). Bali: Pura Besakih
Es un templo muy espiritual y siempre lleno de fervientes balineses, pero a nosotros no nos pareció tan espectacular como otros que vimos después. Aun así, merece una visita, por la importancia que tiene en la isla y todo lo que significa. Después de esta visita era ya muy tarde y ni siquiera habíamos comido! Le dijimos a nuestro conductor que preferíamos ir a comer a sitios locales, baratos y auténticos, en lugar de restaurantes abarrotados de autobuses de turistas. Nos llevó a un pequeño warung en la carretera, bajando la montaña hacia la costa, con unas vistas espectaculares. Comimos 3 o 4 platos locales muy ricos y muy baratos (49.000Rp para los dos, con la bebida del conductor porque él ya había comido mientras nos esperaba). Desde allí nos dirigimos a la última parada del día: el palacio Klungkung, con su antiguo Palacio de Justicia Taman Kertha Gosa y el pabellón flotante Bale Kambang (entrada 12.000Rp/persona). Es un sitio pequeñito que se visita rápido. Merece la pena asomarse al mini museo que hay en el edificio del fondo, admirar el candi de entrada y las excelentes pinturas en el techo del pabellón. Bali: Klungkung Palace
Con esto terminamos las visitas del día con nuestro conductor. Desde allí nos llevó a Ubud, donde nos esperaba la villa con piscina que habíamos reservado para los siguientes días. Al elegir alojamiento en Ubud, teníamos claro que queríamos una villa con piscina, pero sin dejarnos un riñón. Barajamos varias opciones y nos decidimos por las Pondok Naya Villas, que estaban un poco apartadas del centro pero te dejaban usar una moto para moverte, y eso nos convenció. La casita estaba muy bien, muy nueva, y los dueños eran muy amables. El único “pero” que podemos ponerle es que estaba metida en un campo de arroz, y el acceso era por una pequeña calle muy estrecha, solo apta para motos, con lo que todos los días teníamos que ir con la moto hasta el final de esta callejuela y quedar ahí con el conductor. Dejábamos la moto aparcada en la tienda que tienen los dueños de la casa allí, así que no había problema, y el trayecto eran poco más de dos minutos, así que para nosotros no suponía un problema, pero el camino es estrecho y tienes que sentirte a gusto llevando la moto por él. Podéis ver fotos de la casa en su web. La dueña nos acompañó en otra moto hasta la casa para enseñarnos todo y ayudarnos con las maletas. También nos dejó un móvil a nuestra disposición por si teníamos que llamar para pedir el desayuno, o para llamarlos a ellos si teníamos cualquier problema. Todo un detalle. Nosotros aprovechamos y llamamos al Laka Leke para reservar cena para el día siguiente, y al Venezia Spa para reservar un masaje balinés para dos días más tarde. El camino a nuestra villa en Ubud
Esa noche no hicimos mucho más porque estaba lloviendo. Cuando parecía que había parado nos aventuramos a ir al centro de Ubud a cenar, en un pequeño warung en Jl. Hanoman (94.000 Rp), donde comimos un curry verde delicioso. Habíamos cambiado un poco los planes y al día siguiente tendríamos nuestro “día libre” en Ubud para recorrer la ciudad y aprovechar para lavar ropa. Próxima etapa: Bali: Ubud Etapas 7 a 9, total 12
Como las villas no incluían desayuno, esa mañana salimos a desayunar a una pequeña cafetería en la calle principal de Ubud (53.000Rp) y desde allí empezamos nuestro recorrido por la ciudad. La primera parada fue el Royal Palace, que está tan integrado en la calle principal que si te descuidas no lo encuentras! Sólo se visita por fuera, no se puede entrar, y en unos minutos se ha visto porque es pequeñito.
Ubud Rotal Palace
Habíamos aparcado la moto en la calle principal y decidimos hacer todo el recorrido a pie. Dimos una vuelta por lo que era antes el mercado de Ubud, donde ahora sólo quedan tienditas de souvenirs, y fuimos bajando tranquilamente la calle que llega al Monkey Forest, nuestra siguiente parada. Por el camino compramos una máscara de madera para nuestra colección, pues aunque era más cara que las que vimos en los puestos de souvenirs nos pareció mucho más bonita (160.000Rp). Al llegar al Monkey Forest compramos las entradas (30.000Rp/persona) y guardamos todo lo que llevábamos en la mochila (gorras, gafas…) por si a los monos les daba por hacer de las suyas. Unos amigos que habían estado unos años antes nos dijeron que habían pasado hasta miedo con los monos, pero a nosotros no nos pareció para tanto. Monkey Forest
Estuvimos un par de horas paseando tranquilamente y disfrutando del sitio, nos gustó mucho. Hay muchísimos monos pero a nosotros no nos parecieron pesados ni peligrosos, los de Uluwatu son mucho peores. Sí que es verdad que había mucha gente dándoles más bola que nosotros, que pasábamos bastante de ellos, así que imagino que ellos a su vez pasaron de nosotros. No hay que olvidar que son animales salvajes y que hay un número importante de mordeduras todos los años (con la consiguiente vacuna antirrábica posterior y todos los inconvenientes que conlleva), así que eso de ponernos comida en los hombros para que se nos subieran encima como que no nos iba mucho. Cuando terminamos de recorrer todo Monkey Forest fuimos a comer a un warung que habíamos visto bajando por Jl. Wenara Wana, ya que queríamos probar el famoso babi guling y habíamos ido fichando los warungs que lo tenían según bajábamos. No recuerdo cómo se llamaba, pero comimos estupendamente (117.700Rp) con unas vistas increíbles al campo de arroz de la parte de atrás: Después de comer seguimos callejeando, regateando, comprando… lo normal en un día de relax en Ubud. Incluso paramos a darnos un masajito inesperado (80.000Rp un masaje de pies y uno de hombros). También nos asomamos al famoso Starbucks que hay junto al Lotus Café, y pudimos ver los lotus: Lotus Cafe
Parecía que estaban preparando la función de esa noche, supongo que algún baile. Nos ofrecieron muchas entradas para espectáculos y bailes, pero teníamos reserva en Laka Leke para ver la danza Kecak esa noche. Cuando dimos por terminado nuestro paseo por Ubud nos acercamos con la moto a un supermercado para comprar desayuno para el día siguiente y volvimos a la villa a ducharnos y prepararnos para la cena. El Laka Leke está un poco apartado del centro, bueno, en realidad está justo detrás del Monkey Forest pero para ir por el camino “normal” hay que dar mucha vuelta. Nos empollamos el mapa con el wifi de la villa y decidimos ir en moto. Llegamos sin problemas, pero entre el tráfico (horrible!) y la vuelta que hay que dar tardamos un buen rato. La cena tiene precio fijo (200.000Rp/persona), es un buffet y comes lo que quieras, pero la gran baza del restaurante son los espectáculos de danza que ofrecen algunas noches. Cada noche es un baile distinto, así que tenéis que mirar qué os interesa ver y qué día lo hacen, y reservar. Nosotros queríamos ver una danza Kecak, y tuvimos la suerte de que nos coincidía bien con las noches que teníamos en Ubud. Es verdad que para ser Ubud es una cena un poco cara, pero son unos 12€ al cambio y la comida está rica y el espectáculo está bastante bien. Os lo recomiendo. La danza duró como una hora y al terminar puedes acercarte a hacerte fotos con ellos. Kecak dance
Cuando terminamos, como habíamos tardado tanto en llegar por el camino “normal”, preguntamos si no se podía volver a Ubud acortando hacia el Monkey Forest, y los camareros muy amables nos dijeron que por supuesto que sí y nos dieron indicaciones. Pues bien, nos equivocamos de camino y aquello fue una aventura: de noche, sólo con la luz de la moto, por un camino igual de estrecho o más que el de nuestra villa, que encima estaba medio en obras y estaba bloqueado por montones de arena cada dos por tres y con arrozales inundados a los lados… cuando por fin parece que llegamos a una calle iluminada aparece un guarda de seguridad y nos dice que eso es una urbanización privada y que no podemos pasar, que tenemos que dar media vuelta. Se nos quedó una cara de tontos que ni os cuento. Intentamos suplicarle que nos dejara pasar porque no nos veíamos capaces de deshacer el camino (con lo que nos había costado!) pero no hubo manera, así que nos tocó dar media vuelta y volver por donde habíamos venido. Cuando casi habíamos llegado al Laka Leke otra vez vimos el desvío bueno, por el que teníamos que habernos metido desde el principio, y pudimos salir a la calle del Monkey Forest, así que la aventura quedó en anécdota. Próxima etapa: Bali – Ruta Noreste Etapas 7 a 9, total 12
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