![]() ![]() Vietnam, Camboya y Malasia, un viaje con final apoteósico ✏️ Blogs de Asia Sudeste
21 dìas de Luna de mielAutor: Bilbaino82 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (22 Votos) Índice del Diario: Vietnam, Camboya y Malasia, un viaje con final apoteósico
01: Introducción
02: Bilbao - Ho chi Minh
03: Delta del Mekong - Hué
04: Hué
05: Hué - Hoi An
06: Hoi An - Lao Chai
07: Lao chai - Sapa
08: Sapa - Hanoi
09: Hanoi - Bahía de Halong
10: Bahía de Halong - Hanoi
11: Hanoi - Ninh Binh - Hanoi
12: Hanoi - Siem Reap
13: Impresiones sobre Vietnam
14: Siem Reap
15: Siem Reap
16: Siem Reap - Kuala Lumpur
17: Impresiones sobre Siem Reap
18: Kuala Lumpur - Pulau Mabul
19: Pulau Mabul
20: Pulau Mabul
21: Pulau Mabul
22: Pulau Mabul
23: Pulau Mabul - Bilbao
24: Impresiones sobre Mabul
25: Conclusion 21 dias
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Etapas 4 a 6, total 25
A las 8:15 el guía nos esperaba para llevarnos a ver las tumbas de los emperadores. Luciano es un señor vietnamita muy gracioso, aunque habla español no demasiado bien. La primera tumba que vimos fue la del emperador Khai Dinh. Es muy bonita pero pierde un poco de encanto cuando te enteras de que tiene menos de 100 años. La visita duro aproximadamente una hora. ![]() ![]() ![]() ![]() Tan solo 10 minutos de coche y llegamos a la segunda tumba, la del emperador Minh Mang. Esta tumba es un poco más antigua que la anterior pero esta mucho peor conservada y además estaba con andamios por la restauración. En mi opinión es totalmente prescindible. No nos gusto demasiado. Tras otra hora de visita salimos hacia la ciudadela, pero de camino paramos en el mercado del pueblo. Nos gusto muchísimo, todas las mujeres llevaban el sombrero vietnamita. Vendían frutas de todo tipo, pescado, carne, ropa, de todo. ![]() ![]() ![]() Nosotros nos compramos 200 gr de anacardos por 60.000 VND, y un sombrero vietnamita por 30.000 VND. Lo compramos aquí porque no era la típica tienda de turistas. ![]() En este mercado empezó mi martirio con el mangostán. Os cuento: Antes de llegar a Vietnam, estuve mirando las frutas que había para comer en el país, y leí en internet que la más rica es el mangostán. Cuenta la leyenda que la reina Victoria de Inglaterra estuvo de viaje por Vietnam y la probó. Al volver a su país tenía antojo de esta fruta y se dice que nombraría caballero al primero que se la trajera. Es por esto que al mangostán le llaman la reina de las frutas. El caso es que tenía muchísimas ganas de probarla, pero como íbamos con algo de prisa, Sandra me dijo que no la comprara, que ya la probaríamos en Hoi An, pero esto es otra historia… Eran las 11,30, y Luciano nos dijo a ver si queríamos parar a comer o hacerlo todo seguido. Nosotros preferíamos hacerlo todo del tirón, así que nos fuimos para la ciudadela. La ciudadela de Hué es un recinto amurallado en cuyo interior se encuentra la ciudad imperial, construida a imagen del palacio imperial de Pekín. Aquí vivieron los emperadores entre los años 1802 y 1945. A su vez la ciudad contenía un tercer reciento amurallado llamado la Ciudad purpura prohibida, a la que solo podían acceder el emperador y sus mujeres. Antes de entrar al recinto, el guía nos conto un poco la historia del lugar, y mientras nos daba la explicación, vimos que en la puerta frente a la muralla, había unas modelos haciéndose fotos, y yo que soy muy pesado, me hice una foto con ellas, jeje. ![]() La visita nos llevo aproximadamente 2 horas y merece mucho la pena. Lo que más nos gusto fue el teatro. ![]() Fue con diferencia lo mejor del día junto con el mercado. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Durante la visita, Luciano el pobre se moría de hambre, (aquí comen a las 11) y se fue a un árbol a coger unas frutas que se llaman carambolas. Nos reímos un montón con él, jajá, ![]() Al salir de la ciudadela nos fuimos a coger un barco para navegar por el rio del perfume, pero de camino teníamos dos paradas mas. Una casa antigua y la pagoda Thiem Mu. La casa antigua no merece la pena para nada. Lo único que hay es un jardín estropeado con árboles y poco más. La pagoda si que es muy bonita. ![]() ![]() Esta fue nuestra primera pagoda y por eso nos gusto tanto. Después ya veríamos que son casi todas iguales… Llegamos al embarcadero y subimos a un barco que tras un paseo de 30 minutos nos dejo en una de las orillas del rio, a 5 minutos a pie del hotel. El paseo no tiene más encanto que el propio de ir navegando. El rio del Perfume es un rio normal como los que puede haber en España. ![]() Finalizamos la visita a las 15:15. Luciano en plan de broma decía que ya era casi su hora de cenar, jajá, así que nos fuimos directamente a comer a un restaurante al lado del hotel. Le dimos una propinilla y nos fuimos a la piscina a pegarnos un baño porque estábamos achicharrados. ![]() Antes no lo había comentado, pero tengo que decir que lo peor del día fue el calor. La temperatura era muy alta, y si a esto le sumas la humedad, hace que no dejes de sudar en todo momento. Para que os hagáis una idea, desde las 8 que salimos del hotel hasta las 16.30 que volvimos no fuimos al baño ni una sola vez, y eso que nos habríamos bebido al menos 2 litros de agua cada uno. Después del gratificante baño nos fuimos a la habitación que por cierto tenía unas estupendas vistas al río. Nos pegamos una ducha y como estábamos tan cansados decidimos quedarnos y no salir a ver el pueblo. Por fin después de 4 días de viaje, teníamos tiempo para dormir y recuperar el sueño perdido. Etapas 4 a 6, total 25
Con todas las energías recuperadas tras haber dormido 12 horas, a las 8:30 nos esperaba el chófer para llevarnos a Hoi An. Nos pregunto a ver si preferíamos ir por el camino corto y más feo o por el largo y más bonito. Lógicamente escogimos el largo. Esta carretera pasa por una zona a la que llaman el paso de las nubes. Es un puerto de montaña a orillas del mar, donde hay unas vistas preciosas desde lo alto. También hay restaurantes y puestos de souvenirs. ![]() ![]() Tuvimos mala suerte porque había una especie de bruma que dificultaba bastante la visión y apenas se distinguía el paisaje y la playa. Mi consejo es que si hay esta bruma, directamente paséis del camino largo, ya que para subir y bajar al puerto hay muchísimas curvas. Para nuestra desgracia, esta bruma nos acompañaría el resto del viaje por Vietnam. Poco después de pasar Da Nang el chofer nos propuso hacer otra parada en un sitio al que llaman las montañas de mármol. Son unos peñascos a orillas del mar, parecidos a los de la bahía de Halong. No habíamos oído hablar de este sitio, pero arriba se veía una pagoda y decidimos parar. Para subir a lo alto de la montaña cogimos un ascensor, previo pago claro. No es que fuera mucha altura, pero como hacía mucho calor y no era muy caro, optamos por este; mala decisión…Al ascensor le daba el sol, y dentro hacia un calor infernal, y después al bajar por las escaleras, nos dimos cuenta de que serian muy sencillitas de subir. El ascensor te deja en la puerta de la pagoda, donde hay también un mirador. Desde allí se puede contemplar la playa y los demás peñascos. ![]() Al pagar el ascensor, nos dieron también un mapa de la zona. Resulto que además de la pagoda, había varias pagodas más y algunas cuevas que en su interior albergan budas. Hicimos todo el recorrido en algo menos de una hora. Lo que más nos gusto fue esta cueva, donde la gente rezaba. Es la más grande, y para mí lo más espectacular de las montañas de mármol. ![]() Seguimos nuestro camino bordeando la costa y en media hora estábamos en el Hotel Vinh Hung Emeral 3 de Hoi An. El hotel es un resort a orillas de uno de los ríos de la ciudad, esta a 5 minutos a pie del centro histórico. Esta vez el regalo por la honeymoon fue un ramo de flores para Sandra. Hicimos el check in, y como yo tenía unas ganas increíbles por bañarme en el mar de Vietnam, dejamos la maletas y directamente bajamos a la recepción para que nos pidieran un taxi que nos llevara a la playa que estaba a unos 5 km. Nos dijeron que el taxi salía sobre 10 dólares ida y vuelta, y como nos pareció caro, optamos por otra alternativa más barata, alquilar una bici. Frente al hotel había una tienda donde las alquilaban, y también tenían motos. Fruto de la euforia generada por el cercano baño, decidimos alquilar una moto. En toda mi vida solo había conducido una, una vez, y fue en mi pueblo hace 15 años no más de 5 minutos, así que os podéis imaginar. El alquiler de la moto fue sencillo, pagar los 60.000 VND que costaba, algo más de 2 euros, y nos dijeron que tendríamos que echar unos 50.000 VND de gasolina para llegar hasta la playa. Nada más, ni identificación, ni señal, ni tan siquiera me preguntaron si sabía manejarla. Intente arrancar la moto, y como no sabía hacerlo lo hizo el dueño de la tienda, aquí fue cuando se dio cuenta que no tenía ni idea de conducirla, jajá. Nos pusimos los cascos y tras echar gasolina, en 10 minutos estábamos en la playa. Aparcamos la moto en un parking privado por 10.000 VND, todo el rato que quisiéramos. La playa de Hoi An es muy larga, llena de palmeras y de arena blanca, pero con unas olas terribles. ![]() Había poquita gente, y todos turistas, y casi nadie se atrevía a bañarse. Pero un tío de Bilbao como yo, acostumbrado a ver olas de 10 metros…. Ahí que me fui. Yo no había hecho 32 horas de viaje hasta Vietnam para no probar ese agua… ![]() El baño me supo a gloria, el agua estaba súper caliente y me llamo la atención que estaba mucho menos salada que la del cantábrico. Le dije a Sandra que se metiera, pero se ve que ella no es tan de Bilbao como yo, porque no se atrevió. Estuvimos solo media hora en la playa, y como aún era pronto, aprovechando que teníamos los bañadores mojados, al llegar al hotel nos dimos un baño en la piscina, que por cierto era preciosa. ![]() La experiencia con la moto súper recomendable, me quede con ganas de más. En Hoi An el tráfico no es muy denso, y la gente va muy despacio. Nosotros no pasamos de 40 km/h. ![]() Eran las 15:30 y aun no habíamos comido, así que subimos a la habitación, nos dimos una ducha, y comimos rápidamente un par de napolitanas que habíamos traído de Bilbao, para que así nos diera tiempo a ver el pueblo de día. De camino al centro compramos fruta a unas vendedoras ambulantes, pero ni rastro del mangostán. ![]() El centro de Hoi An es muy pintoresco, lleno de casitas antiguas, todas de una planta y con calles repletas de farolillos. ![]() ![]() Nos hicimos unas fotos en el puente japonés y estuvimos paseando hasta el anochecer, que es cuando cobra más vida este curioso pueblo. ![]() ![]() Cruzamos el puente que atraviesa el rio, y nos fuimos al Night market, que es una zona llena de puestitos callejeros. ![]() ![]() Compramos 3 farolillos por 140.000 VND Un cuenco y palillos para comer 80.000 VND 2 imanes para la nevera y un colgante con libélulas por 160.000 VND Hay que regatear bastante en estos puestos. Nosotros sacábamos todo por menos de la mitad de lo que nos pedían. A las 19:00 cenamos en uno de los restaurantes a orillas del rio. Pedimos un plato de calamares en tempura para compartir, pollo para Sandra, y para mi pato hecho en una hoja de plátano. Estaba todo bastante bueno, y pagamos por todo mas el agua grande 260.000 VND. Después de cenar nos fuimos al hotel a descansar, ya que al día siguiente tocaba hacer todas las visitas de la ciudad. Etapas 4 a 6, total 25
En este día no teníamos guía, así que la visita seria por nuestra cuenta. A las 8:30 salimos del hotel hacia el centro del pueblo. Junto al puente que cruza del Night market a la ciudad vieja, hay un quiosquillo donde venden los tickets que incluyen las visitas más importantes de la ciudad. Cuesta 120.000 VND y da derecho a visitar 5 de los 10 sitios que vienen en la lista, entre los que hay antiguas casas de mercaderes, centros de asambleas, pagodas, museos y como no, el puente japonés. Antes de empezar con las 5 visitas, nos fuimos a ver el mercado del pueblo, a ver si con un poco de suerte encontraba mangostán. El mercado está en la zona antigua, junto al rio. Allí venden todos tipos de carnes, frutas y pescados. Se ve que todo el pescado era fresco, porque muchos de los peces aun estaban vivos. ![]() ![]() Tras mucho buscar, por fin encontré el mangostán. Esta vez sí que no lo iba a dejar escapar. No tenía muy buena pinta la verdad y al preguntarle por el al tendero, me dijo que mejor no lo comprase, que estaba pocho. Así que pensé, bueno ya lo comprare en Hanói…… En la gran capital tiene que haber de todo. Tras desechar la idea de la compra del mangostán, y con una tristeza inmensa en el cuerpo, nos pusimos manos a la obra con las 5 visitas. Nuestras 5 elecciones fueron: La casa de Phung Hung: no vale mucho la pena. Por dentro es una tienda. Esperábamos mucho mas. ![]() La casa de Tan Ky: la más famosa de las casas de Hoi An. Tuvimos la mala suerte de pillar dentro a un grupo de turistas franceses que nos fastidiaron un poco las vista, aun así se apreciaba todo el arte que había en su interior. Esta era mucho más bonita que la anterior y aun así nos defraudo, ya que no ves ni habitaciones, camas, baño o cocina. Hay que echarle mucha imaginación para entender como vivian allí antiguamente. ![]() Nuestras 3 siguientes visitas fueron 3 congregaciones. ![]() ![]() ![]() El puente japonés se puede cruzar gratis, y lo más llamativo de él es su vista desde fuera, a si que a pesar de ser lo más famoso de la ciudad, decidimos no gastar una de las 5 visitas en el. Tras hacer las 5 visitas, nos fuimos al hotel. El alojamiento incluía un tour en barco que salía a las 10:45 del mismo embarcadero del hotel, y había que aprovecharlo. El paseo dura 30 minutos, va desde el hotel hasta el centro y sirve para ver las vistas del pueblo desde otra perspectiva. No es que sea gran cosa, pero para ser gratis está bastante bien. Si tuviera que pagar mucho, no sé si lo haría… Al bajar del barco, volvimos a la parte vieja del pueblo a hacer las últimas fotos y alguna que otra comprita antes que de viniera el chofer a recogernos al hotel a las 14.00 para llevarnos al aeropuerto de Da Nang. ![]() ![]() ![]() El chófer se retraso media hora, y lo más curioso es que mientras íbamos en el coche, el tío iba pisando huevos, y nosotros veíamos que no llegábamos. Le decíamos, fast!!! Fast!!! pero o no tenía ni idea de ingles, o hacia como que no entendía. Ya para dar la puntilla va y nos dice con gestos a ver si queríamos parar por el camino a hacer la visita de las montañas de mármol que ya habíamos visto el día anterior, y nosotros flipando… Llamamos a nuestro contacto de rutas Vietnam para que le dijera al conductor que acelerara y esta nos dijo, que el chofer decía que no podía correr más porque ya iba a la velocidad máxima permitida que era 50. El límite era de 50, cierto, pero todos los coches y motos nos adelantaban, y seguro que los demás no tenían tanta prisa como nosotros, que si perdíamos el vuelo, también perderíamos el tren que nos llevaría después a Lao caí. Al final todo se quedo en un susto y llegamos a tiempo de coger el avión, pero eso si, tuvimos que quedarnos sin comer. A las 18.00 llegamos al aeropuerto de Hanói, pero de allí hasta el hotel Medaillon en el centro tardamos 1 hora y cuarto. Nos trajeron al hotel para que pudiéramos darnos una ducha y cambiarnos antes de coger el tren y además dejar las maletas y coger solo no necesario para los dos días por Sapa. El Medaillon seria nuestro hotel durante nuestra visita de Hanói unos días después. Tras una corta espera en el hall, llego Teresa, que era nuestro contacto de Rutas Vietnam en Hanói. Teresa es una vietnamita muy simpática, que habla un perfecto español. Allí nos presento a Bernardo y María, una pareja de españoles que también estaban viajando con rutas Vietnam y que casualmente iban a Sapa al mismo hotel que nosotros. Tras las presentaciones, nos fuimos los 4 mas Teresa en una furgoneta que en 15 minutos nos dejaría en la estación de tren de Hanói. La estación carece de cualquier tipo de lujo. La gente que no haya viajado nunca en tren por Asia debe de ir mentalizada de que esto no es Europa. Cuando llegó el tren a la estación, me vino el recuerdo del año pasado de nuestro viaje por India. El tren era súper parecido por fuera, pero gracias a Dios o a Buda por dentro no se parecían en nada. Nuestra habitación era compartida con otras dos personas, de camas blandas y con aire acondicionado. Las camas son un poco pequeñas en anchura y largura, pero al menos estaba todo muy limpio. Había una mesilla de noche con agua mineral gratis y hasta cepillo de dientes. Encima de cada cama hay una bolsa que contiene una almohada y una manta nórdica. ![]() Nosotros habíamos comprado en Hoi An unos saco-sabanas pero no los llegamos a utilizar porque las que te dejaban aquí se veía que estaban muy limpias. Nuestros compañeros de habitación fueron un matrimonio francés de unos 55 años. El hablaba perfectamente español, así que tras un ratillo de charla, decidimos irnos a dormir, pero primero tocaba ir al baño, y otra vez me vino a la mente el recuerdo del tren indio. Tenía miedo y curiosidad por este momento, sería el baño mejor o igual que el indio? Digo igual, porque peor es imposible. El día que más asco he sentido en toda mi vida, fue el momento de mear en el baño del tren en india. Pero gracias a Buda nuevamente este baño estaba muy limpio, y tenía hasta un cuadro!!! Los cuatro nos fuimos a la cama, pero el francés encendió su luz para leer un rato. Por suerte, o eso pensaba yo, la apago enseguida, pero de repente…… se puso a roncar. Sonaba de tal manera que no sabía si la vibración del tren era originada por los baches o por sus ronquidos. Etapas 4 a 6, total 25
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