Costa Oeste USA en 16 días - 2014 ✏️ Blogs de USA

Hoy tocaba recorrer la antigua ruta 66. Antes tomamos nuestro primer desayuno autentico americano en un Denny’s. No será la última vez. Huevos fritos, bacón, patatas fritas, tortitas con sirope…. Ñam…

Cuando ya cogimos la ruta 66, en el primer cartel nos paramos para hacernos nuestras fotos. ¡Qué ilusión! También vimos un Joshua Tree muy típico de esta zona.
Llegamos al pueblo de Oatman. La atracción más curiosa de Oatman son los burros salvajes, que fueron abandonados en su día por los mineros y sus descendientes siguen viviendo en los alrededores. Te los encuentras por todos lados pidiendo comida, lo mejor son los bebes burro. Nos recorrimos un poco el pueblo y los chicos se pillaron una camiseta de los bomberos de Oatman.
En el camino a Kingman paramos en la Cool Spring Station (8275 W, Oatman Rd. Kingman) una antigua gasolinera. Entramos y compramos una botella de limonada con etiqueta de la ruta 66, que hemos guardado.
Kingman es quizás el pueblo menos interesante de los que hay en la ruta, salvo algunas excepciones. Una de ellas es la famosa Locomotora Santa Fé, una locomotora a vapor de enormes proporciones situada justo en frente del famoso restaurante Mr D’z. La dirección es 105 E, Andy Devine Ave, en Kingman. Como habíamos desayunado algo tarde decidimos “comer” un batido en Mr. D’z. Muy rico… Luego nos hicimos unas fotos en la locomotora y seguimos nuestra ruta hacía Seligman.
En el camino, detrás de una curva (nos lo pasamos y tuvimos que volver) está la famosa Hackberry General Store. Paramos, hicimos algunas fotos muy chulas, pillamos agua y seguimos.
En el camino se pasa por un pueblo que se llama Peach Springs. En este pueblo se inspiraron los creadores de la CARS de Disney, el pueblo se llama Radiador Spring, y era un pueblo que antes era muy famoso por que la ruta 66 pasaba por él pero al hacer la autopista, el tráfico se ha desviado y ya no pasa nadie más que algún que otro turista como nosotros que se desvía por esta zona de la ruta. Este es el pueblo de la peli. De todos modos no lo tienen nada explotado. Nos esperamos algún indicio de la peli pero nada.

Seligman es uno de los pueblos más emblemáticos de la Ruta 66. Realmente el pueblo es bastante pequeño, poco más de una calle, pero The Rusty Bolt es uno de los edificios más fotografiados del lugar.
Y ya que estábamos allí no podíamos dejar de entrar a otro de los lugares más emblemáticos de la Ruta, la barbería de Angel Delgadillo, uno de los precursores de la recuperación de este antiguo tramo de la Ruta 66 que luchó con el objetivo de que estos pueblos no quedasen en el olvido. La barbería en la actualidad se ha convertido en una tienda de souvenirs, pero aún conserva lo que fue antaño. Un símbolo más de la Ruta 66. Creemos que un señor que estaba sentado en la puerta charlando era el Sr. Delgadillo pero no estamos seguros.
Aprovechamos el café gratis que daban y nos fuimos a otra tienda dónde a comprarles a las niñas unos pañuelos “vaqueros” que los llevaban a partir de entonces continuamente….más guapas ellas….También nos dieron unos “DNI’s” que certifica que hemos pasado por la ruta 66.

Cogimos el último tramo ya para llegar a Williams la autovía. Vimos a lo lejos un incendio cerca (impresiona bastante).

Cuando llegamos a Williams, aparcamos y fuimos a cenar al Wild West Junction, un restaurante típico del oeste americano situado en el centro de Williams en el que por las noches las cenas vienen acompañadas de un espectáculo. Había visto este sitio recomendado en un blog y para allá nos fuimos. Un sitio muy chuli al aire libre con bancos y una señora cantando. Nos gustó mucho. Estuvimos muy a gusto hasta que las nubes que habíamos visto llegar empezaron a descargar. Cayó una tormenta bastante fuerte y lluvia. Como ya estábamos pagando, pues cogimos los coches para irnos al hotel.

De aquí nos faltaba media hora para llegar a Valle, donde teníamos el hotel, Grand Canyon Inn.

Este hotel nos defraudó. La chica de la recepción borde, a nuestros amigos no les funcionó la luz, el baño bastante viejuno… Estaba claro que aquí se paga la cercanía a Gran Canyon…

Nos fuimos prontito a la cama ya que el día siguiente tocaba mega-madrugón.

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Este día era uno de los platos fuertes del viaje. Hoy nos tocaría ver dos maravillas de la naturaleza.
Debíamos estar a las 5:30 h en el mirador. Habíamos leído que uno de los mejores amaneceres se veía en el Mather Point. La verdad es que fue espectacular. No hay palabras que pueden describir esta inmensidad ni fotos que lo reflejan…
Después nos fuimos a desayunar a un mexicano. Las niñas con buffet libre. El sitio se llamaba “Plaza Bonita”. Tenían unas sillas y mesas chulísimas y en la puerta un cartel que no se debía entrar con armas !?!?!

Una vez que teníamos la panza llena, nos fuimos al hotel para hacer el check-out, recoger nuestras maletas e irnos para el aeropuerto.
Llegamos con casi una hora de adelanto. Primero les tocó a nuestros amigos y después a nosotros. ¡Qué nervios! Nuestra primera vez en un helicóptero. Estuvimos sentados atrás los cuatro y delante, nos tocó otra pareja. Te ponen el cinturón, los cascos y pá arriba. Es un poco sensación montaña rusa cuando arranca. Primero sobrevolamos la carretera, las vías del tren, el bosquecillo hasta que se abre ante nosotros el espectáculo de la naturaleza llamado Grand Canyon. Impresionante. Se ve perfectamente el río Colorado. El viaje era de una media hora y da mucha pena cuando se termina. Pero vamos, subidón total. Antes de subir te hacen una foto y evidentemente la pillamos las dos familias. ¡Menudo recuerdo!
Después fuimos nuevamente al Parque para ver los diferentes miradores:
Nos paramos en el Grandview Point. Muy chulo. Luego seguimos hasta el mirador de Desert View, donde se encuentra la torre vigía de los indios Anasazi. No entramos a visitarla. Compramos en el supermercado pan y jamón para hacernos unos sándwiches y allí mismo hicimos nuestro picnic. Nos supo muy rico.

Seguimos hacia Monument Valley. Nos quedaron por recorrer unas 2 horas y media largas para llegar a las tierras de los Navajos. Cambiamos de estado, de Arizona a Utah.
En el camino se ven infinidad de paisaje diferentes. Y también se ve cómo viven los indios Navajos. El resto del viaje tuvimos mucha coña con lo de los Navajos haciendo autostop.
A Monument Valley se llega desde Kayenta por la carretera 163 y a unos 20-30 min de esta ciudad ya se empieza a ver un poco estos característicos monolitos.
Luego a la derecha de la carretera se tiene el desvío para la entrada a este parque (para ver los monolitos más chulos hay que entrar en el parque porque desde la carretera no se ven); a 4 millas por ese desvío está la garita de entrada donde se paga al navajo de turno y allí mismo dan un mapa con una pequeña información en inglés.
Al pasar la garita de pago se sigue recto y encontramos un aparcamiento y allí hay un edificio que es el Hotel The View así como un restaurante y tienda grande de souvenirs (teóricamente un centro de información).

Lo que hay que ver en MV son estos famosos monolitos y se ven haciendo un circuito con el coche por una carretera sin asfaltar que sale de este aparcamiento. El mapa que te dan en la entrada es muy escueto, pero te indica el recorrido con los nombres de los distintos monolitos. Y como en Monument Valley es una hora más, pues nos apuramos a empezar el tour ya estaba recomendado ver la puesta de sol desde el Hotel The View a las 20:30 h y no íbamos bien de tiempo.
Nos gustó mucho el tour aunque no vimos ni la mitad. Montamos nuestro pequeño “Manolito”. Cada uno montó una piedra encima de la del anterior deseando un deseo. Muy cuqui y espiritual. Así que, allí hemos dejado nuestro legado….
Después a mi chico le dio por hacer un poco el cabra con el coche (probando los frenos) por la arena, subimos al Hotel The View. Lamentablemente había nubes y el espectáculo que nos esperamos, pues no se produjo. Una lástima.
Nos quedaba otra media hora hasta Mexican Hat, donde estaba nuestro hotel/restaurante, Mexican Hat Lodge/Swinging Steak. Llegamos de noche por lo que no vimos el paisaje. Subimos las maletas a las habitaciones, muy chulas por cierto y nos bajamos a cenar.

De este sitio habían hablado muy bien en los foros y nos esperamos la super cena. No fue así. La camarera sin esforzarse, el indio/mexicano en el fuego con pocas ganas, los precios desorbitados para el sitio que es y la presentación de la comida mala. Nuestro T-Bone era muy bueno, pero claro, con éstos precios habíamos pedido poco y al final nos quedó mal sabor de boca y a mi que lo había organizado, una decepción.
Dormimos muy bien esta noche. Ya teníamos ganas de cama después de la paliza del día.

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Desayunamos en un sitio curioso, Hat Rock Café. Normal, nada especial, aunque con una decoración curiosa….
Volvimos al hotel para hacer check-out y para coger el coche para irnos un momento en dirección contraria para ver el monolito Hat Rock.
Debíamos a estar a las 11 horas en Antelope (teníamos el tour a las 12). Una vez que salimos de esta zona, había que retrasar el reloj 1 hora (por lo que ganamos una horita por la mañana).

Primer punto del día, la carretera que une Monument con Mexican Hat, donde se encuentra el punto desde donde se puede ver el skyline de las formaciones rocosas que tan famosas se hicieron en la película Forrest Gump, el Forrest Gump Hill. Nos hicimos unas cuantas fotos y videos corriendo a lo Forrest. Estuvo muy gracioso.
En el camino hacía Page, donde está lo de Antelope, se pasa por unos paisaje con muchos monolitos en el camino. Está muy bien.
Teníamos el tour de Antelope a las 12:00 h. Dirección: Navajo Tribal Park Parking Lot (Main entrance site to Upper Antelope Canyon), Highway 98, Between Mile posts 299 & 300.
Una vez que se llega a la garita, hay que pagar para entrar en el parque de los Navajos. Como no, hicimos trampa y nuestras pequeñas pasaron de tener 9 años a tener 7 y las mayores a tener 12 años…. La pela es la pela…

El tour una pasada. Nos cargaron en unos jeeps para tragar todo el tipo de polvo y a centrifugarte un rato. Teníamos todos luego una capa considerable de arena encima de nuestro cuerpo…
Llegamos a la “cueva”. Nuestro joven Navajo, que se llamaba Demetrio, muy majo. Nos dio instrucciones como preparar las cámaras y los móviles para que las fotos salieran chulas. Flipamos con lo que vimos en las pantallas de nuestras cámaras. Hicimos miles de fotos. Es un sitio muy mágico. Lamentablemente justo cuando entramos hubo una nube que cubrió en parte el sol por lo que no vimos tantos haces de sol como esperamos. Pero de todos modos, chulísimo.
Cuando salimos ya tuvimos mucha hambre así que recorrimos Page y nos metimos en un Pizza Hat. ¡Qué rico!
Ahora tocaba ver Horseshoe Bend con la gran decepción que cuando llegamos a donde estaba el parking, nos dijo un policía que estaba lleno y que lo intentáramos de nuevo en una hora… Con la agenda tan apretada, no nos iba a dar tiempo por lo que, con mucho dolor, descartamos Horseshoe Bend. Nos pasamos por un Wallmart. Compramos medicamentos, cremitas,… y nuestro amigo su camiseta de Capitán América!!!!
Luego seguimos dirección Bryce ya que nos quedaban casi 3 horas de viaje y además, llegando a Bryce habría que volver a adelantar el reloj una hora…

Antes de llegar a Bryce ya nos metimos en el Dixie National Forest. Se pasa por el Red Canyon que es muy bonito.
Una vez que llegamos a Bryce, volvimos a sacar nuestro pase anual para entrar en el Parque y nos dirigimos directamente al “Inspiration Point” desde donde se debería ver el juego de luces durante el amanecer a las 20:30 h. Lamentablemente también hoy las nubes no nos dejaron verlo.
De todos modos, al llegar al mirador y ver delante de nosotros este espectáculo de la naturaleza, se nos cortó la respiración.
Simplemente bello. Como hacía bastante fresquete, nos montamos en los coches y nos fuimos, deshaciendo el camino de nuevo, hacia Hatch para nuestro hotel. Tardamos todavía ½ hora y llegamos ya de noche. Nos costó encontrarlo.

Este hotelito, Hatch Station, ya al reservarlo me parecía cuqui. En la página ponía “Credit cards are not required at time of booking because we value an trust our guests”. Nuestras habitaciones era tipo cabaña. ¡Muy bien y muy barato! A mi amiga le chifló su “porche” para fumar.

Para cenar allí ya llegábamos tarde así que nos pusimos a buscar sitio y encontramos el restaurante del “Cowboy cojo”… Bueno, el restaurante se llamaba en realidad “Cactus Cowboy”… Pero el camarero era cojo y vestía de Cowboy…. Cenamos bastante bien.

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