![]() ![]() MAAFUSHI: UNA ISLA HABITADA EN LAS MALDIVAS ✏️ Blogs de Maldivas
Viaje de 11 días a Maldivas con campamento base en Maafushi para visitar islas locales como Gulhi y Guraidhoo, resorts y otras excursiones desde allí.Autor: Carrabouxo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (39 Votos) Índice del Diario: MAAFUSHI: UNA ISLA HABITADA EN LAS MALDIVAS
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Etapas 7 a 9, total 15
PICNIC ISLAND O EXPERIENCIA A LO ROBINSON CRUSOE
*** Imagen borrada de Tinypic *** Una de las excursiones que se ofertan desde Maafushi, también desde los resort aunque más cara, es la visita a una isla desierta que no lo es tanto cuando te acompañan dos parejas rusas, una china y otra coreana. Pero te haces a la idea de estar en una porción de tierra firme rodeada de cristalinas aguas compartida con otros ocho teniendo en cuenta que el traslado sale más a cuenta si repartimos entre varios. Se incluye una barbacoa en la playa y normalmente parada para ver delfines. *** Imagen borrada de Tinypic *** Algunas de estas islas son resorts venidos a menos que han sido desmantelados y lo único que queda es el espacio natural sin las construcciones, normalmente hay un guardia o vigilante en la isla encargado del mantenimiento y suelen cobrar una tasa de entrada que ronda los 20 $ y que los operadores de excursiones suelen incluir en el precio. Vashuguiri es una de las picnic island que se podían visitar desde Maafushi el pasado enero. PERDIDOS EN UN BANCO DE ARENA La primera vez que leí la palabra sandbank fue en un blog en el que se relataba la experiencia de quedarte aislado por un tiempo en una lengua o banco de arena rodeado por completo de agua. Es una de las muchas excursiones que se ofertan desde Maafushi, un barquero te acerca a ese pedacito de tierra firme que parece flotar en las aguas turquesa, te planta una sombrilla en el suelo y ya te puedes tumbar a 50 centímetros sobre el nivel del mar para contemplar el espectáculo. *** Imagen borrada de Tinypic *** El mar se extiende a tu alrededor como una enorme piscina y la sensación de paz y tranquilidad es total. Eso si el barquero no ha traído más cuadrilla, porque como todas estas excursiones, si compartes barco el coste disminuye. *** Imagen borrada de Tinypic *** También se visitan los bancos de arena como parte de las excursiones de snorkel o avistamiento de delfines. PESCANDO TU PROPIA CENA Otra de las muchas actividades consiste en enrolarte en un barquito de pesca armado de paciencia y esperanza para tratar de capturar algún pececillo. Si la cosa se da bien y regresas a Maafushi con capturas, en tu hotel o guesthouse te preparan una barbacoa para que te comas lo pescado. La excursión para ver al tiburón ballena cuesta 100$ p.p. Avistar esta criatura y nadar con ella debe ser una experiencia alucinante, no me atreví, ni siquiera con mi máscara a lo Darth Vader. Durante finales del mes de enero las excursiones que salieron a verlo no tuvieron éxito. El viaje dura unas dos horas desde Maafushi y se puede hacer alguna parada para snorkel o nadar con mantas rayas. Tanto la empresa Icom como los distintos hoteles programan la excursión que sale más económica cuantas más personas llenen la lancha rápida. Etapas 7 a 9, total 15
Una de las razones que me animó a visitar Maafushi fue la posibilidad de hacer excursiones o visitas de un día a los resorts que derriten el plástico de la tarjeta pero sin hacer mucho agujero. No es lo mismo que pernoctar en sus maravillosas villas overwater pero nos hicimos una idea.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Es una excursión cara, 100$ por persona que incluye el traslado, bebidas en el bar desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde, comida bufé en la playa, toallas y tumbonas. Nos recibieron con un espumoso y tras colocarnos la pulsera de todo incluido recorrimos la isla mientras nos explicaban el funcionamiento de las instalaciones. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Después de los cinco primeros minutos de asombro volvemos a cerrar la boca y aterrizamos de nuevo, pues hay que reconocer que el sitio impresiona, por lo turquesa, por lo tranquilo, por la fina arena. Atravesamos unos cuidados jardines con fuentes y estanque con tortugas. El bar con una barca que hacía las veces de mesa y justo al lado trabajaban unos operarios que están construyendo el nuevo centro de buceo. La piscina de agua tratada sirve para dar una tregua a los baños en la enorme piscina salada que rodea cada isla maldiva. *** Imagen borrada de Tinypic *** Playa larga y justo enfrente las villas sobre la pasarela, con aves sobre la arena y el coral muy cerca de la orilla, tanto que el reef tiene muy poca profundidad y hay que ir con cuidado para no cortarse y no dañarlo. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Un montón de coloridos peces y coral esperan en las aguas turquesa. A las cinco y media de la tarde alimentan a los atunes y rayas cerca de la entrada y se pasean también por allí los baby shark. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** A las siete de la tarde, ya sin luz, nos recogen de nuevo en la lancha de vuelta a Maafushi. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Etapas 7 a 9, total 15
El clima en Maldivas es tropical y, en cualquier momento puede descargar una tormenta o llover de forma intermitente, pero pronto el sol hace acto de presencia o eso creíamos. Visitando el archipiélago en temporada seca uno cree asegurado el buen tiempo pero no siempre es así. Casi todos los días de finales de enero el mar estuvo algo revuelto, el cielo un poco gris, con viento y fuertes lluvias por las noches, aunque también disfrutamos de buena cuota de sol.
Desde Maafushi hasta Embudu la lancha rápida tardó una media hora larga, fuimos dando botes arriba y abajo e incluso me recolocaron al fondo para que no saliéramos despedidos del bote. Aquello era puro rock and roll en alta mar, y por fin, llegamos al muelle. *** Imagen borrada de Tinypic *** Pagamos la entrada en euros, pues no admiten el pago con tarjeta a los visitantes de un día y tuvimos que mostrar el pasaporte, el único resort donde lo exigieron. No proporcionan toallas pero la agencia con la que contratamos el traslado nos las facilitó. Un zumo de sandía mientras rellenamos el formulario con nuestros datos nos puso color en la cara de nuevo después de una travesía algo movida. Comenzamos a descubrir Embudu y nos encontramos con algunas hamacas rotas, otras tumbadas, los cojines tirados por el suelo con muchas hojas por encima como si hubiera pasado por allí un huracán, también sacos de arena arrastrados en la playa y la sensación de que un poco de mantenimiento le daría más lustre al sitio, pues tenía buena pinta. Quizá fuese producto de las lluvias torrenciales de la noche anterior que provocaron grandes charcos en las calles de Maafushi hasta hacerlas casi impracticables. Al fondo descubrimos una lengua de arena muy bonita que nos recordó al sandbank y varias palmeras en la orilla donde cobijarnos a la sombra. Descubrimos la zona de las villas overwater y varios columpios colgados de los árboles. El día empezaba a clarear. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** El reef de Embudu nos pareció fantástico, desde estrellas a pequeños tiburones hasta infinidad de peces de colores y culebrillas nunca antes vistas, con formaciones de coral preciosas. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** A la una del mediodía el cielo se volvió plomizo y empezó a descargar una buena tormenta por lo que hubo estampida general. Los huéspedes de Embudu hacia sus habitaciones y los visitantes de un día nos cobijamos bajo los tejadillos de las villas esperando que Lorenzo hiciera aparición de nuevo, pero se hizo de rogar. Con las toallas a modo de paraguas y todos los bártulos nos acercamos al comedor y aquello parecía una guerra, la gente abordando las estaciones de comida como si no hubiera mañana. Nos acomodamos en unas mesas alargadas apartadas de las que utilizan los huéspedes y que están numeradas. Un bufé con opciones de pasta, curri, pollo, ensaladas y postres varios sació nuestro apetito. La sobremesa se prolongó de manera obligatoria pues siguió lloviendo hasta pasadas las cuatro de la tarde. Terminamos con un paseo por la playa y algo de snorkel antes de regresar a Maafushi tras visitar Embudu pasado por agua. Etapas 7 a 9, total 15
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