DRESDE ✏️ Blogs de Alemania

Dresde me entro por los ojos. Fue hace dos o tres años , ojeando una revista de viajes me detuve de golpe en un reportaje como si hubiese presenciado un accidente. Era una foto nocturna de la Frauenkirche. Brillaba. Brillaba tanto que he tenido que ir a verla con mis propios ojos.

A Meissen la descubrí hace solo unos meses, mientras preparaba el viaje, en un vídeo de esos promocional en el que ,maldita sea, el cielo siempre es azul radiante .

Conocía Dresde de oídas, mejor dicho de leer las efemérides. Había sido bombardeada un 13 de febrero, el día en que cumplo años.

Dresde es un ejemplo de la crueldad e intereses económicos de las guerras. Más de 4000 mil toneladas de bombas cayeron durante dos días en la capital Sajona. Si destruyes una ciudad alguien ha de embolsarse los beneficios de reconstruirla. El género humano en ocasiones repugna .

A la hora de renacer Dresde pudieron optar por la opción de crear una urbe moderna como ocurrió en Frankfurt o la de levantar la ciudad barroca de antaño. Optaron por esta segunda posibilidad. Bravo.



Cojo carrerilla y empezamos.

Resulto una escapada a mediados de Abril, de jueves a domingo, con Vueling desde Barcelona. Me hospede en el Ibis budget. Bueno, funcional , barato y muy céntrico. Por poner un pero se lo pondría al desayuno.

¡Qué suerte tenéis todos los que vivís en una ciudad que ofrece rutas atractivas de vuelos! Mis viajes suelen comenzar siempre igual. Huesca – Barcelona en bus ( casi 4 horas). Noche en pensión Castella , ahora soy yo el afortunado de tener a alguien que me quiera como no merezco, y vuelo al destino. Para la vuelta salí de mi hotel a las 9 y llegué a mi casa a las 23:30. Un palizón

Aterrice en Dresde pasadas las 15 horas. Aeropuerto chiquitin. Buscas la línea S2 en la planta baja y por 2,30 eu te deja en 25 minutos en el centro. Yo utilice la parada Mitte, la primera que encuentras tras cruzar el Elba, para ir al aeropuerto y a Meissen.

Llegados a este punto estoy en la obligación de comentaros que no voy a describir paso por paso lo que hice, sino los destellos que me he traído de regreso.

Lo primero que hice al regresar a casa fue medirme. Me cayó tanta agua durante los tres días que pensé que podía haber crecido. A cada paso intentaba convencerme que los sitios son como son y no como los soñamos, que si en Dresde llueve habría que descubrirla con lluvia , que tiene su encanto ( lo tiene y mucho) , que patatín que patatán… porque lo cierto es que cuando los dioses viajeros abrieron los cielos, amigos entonces no solo cambió mi ánimo también cambió la ciudad.


Pero lo que os interesa a los que esteis por aquí es saber qué tal por tierras germanas.

Ni un museo. Y mira que lo pensé. Con lo que llovía era una buena opción para pasar un rato seco. Ni tan siquiera en Meissen donde todos los turistas que llegan lo hacen a ver su colección de porcelana de tiene fama mundial. Tampoco fui al Puente Blaues Wunder , y mira que me gustan los puentes… eso sí subí torres, porque mira que me gusta ver las ciudades desde la altura.

La primera torre a la que subí fue la Kreuzkirche. Muy cerquita del nuevo ayuntamiento. Una iglesia barroca con capacidad para 4000 personas. Su torre te pone de tú a tú con la cúpula de la Frauenkirche.





Subí también los 87 metros de la Dreikönigskirche. En la parte nueva de la ciudad. Muy recomendable por 3 eu. Las vistas del Elba y su orilla monumental son fantásticas.



Subí a la cúpula de la Frauenkirche. 8 euretes. Aunque mide 91 m el mirador lo tenemos a los 67 m. Es bellísimo. La ascensión ya no es solo que sea comodísima sino que te va enfrentado a los frescos del domo. Incluso se llega a ver el interior de la nave central. Hubiese estado mucho más tiempo del que estuve contemplando la ciudad.


La Frauenkirche es el símbolo de Dresde. Destruida en los bombardeos de 1945 fue terminada de reconstruir en el 2005 conservando su estilo barroco gracias a las donaciones .Cuando penetras en su interior te preguntas si realmente estás en una iglesia, si es una ópera, un teatro… te sientas, miras perplejo el altar dorado, miras hacia arriba, das un giro de 360 grados para contemplar la estructura circular…todo en un perplejo silencio.



No sé si por ser Abril, por el tiempo, o por la fortuna, no encontré aglomeraciones en las torres. Podías campar a tus anchas. Y ya el placer absoluto , el climax de todas las torres, ocurrió en Meissen.

La iglesia local estaba cerrada al público por reformas. Pregunte a unos obreros si aún así podía subir a la torre. Me señalaron la puerta de entrada (esta en un costado) pero que debía pedir la llave en la oficina de turismo. Hasta allí me dirigí. Me dejaron una llave, me dijeron que en cuanto entrará cerrase la puerta, y que disfrutase de las vistas. ¡Tenía toda la torre para mi! Una gozada. Las vistas de los tejados rojos, la catedral y el castillo… la tranquilidad. Uno de los grandes momentos de la escapada solo teñido porque uno…maldita sea..porque uno es feo jajajaja…


Y es que , maldita sea, tenía todo el tiempo del mundo y mi palo selfie, pero dio igual la pose, el ángulo, las fotos que tirase , que cuando uno sale mal en las fotos no hay más ostias. En ese momento envidié con toda mi alma a los guapos. Esos cabrones que en un sg se sacan una sonrisa de la manga. Me acorde mucho de una jugadora que tengo, Maria, que cumple años hoy (felicidades Maria) , y pensé en no volverla a pone a jugar nunca más… qué suerte las guapas. Luego pones una foto en el facebook y te comentan “ sonríe joder” y uno piensa : “ cabrones si ya sonreí, pero casi mejor que esas fotos no las vea nadie” .

Prosigo después de mi pataleta.

Por favor cruzad el Augustus Bridge hacia la ciudad nueva. Tal como acabéis de hacerlo bajad las escaleras que os conducen a un camino asfaltado por la orilla del Elba. Veréis a locales corriendo o en bicicleta. Ahora desde allí mirad a la otra orilla. De nada. Es una de las estampas más bellas que jamás veré.




Y ya que habéis cruzado el puente en nada tenéis el jinete dorado, Augusto el fuerte, y el comienzo de la avenida Konigstrasse, disfrutad de las casas burguesas, que os llevara a la Albertplatz ( a mitad camino está la iglesia Dreikönigskirche ). Y ya que estamos en la plaza de Alberto os recomiendo de nuevo encarecidamente que sigáis por la Alaunstrasse un buen rato hasta llegar el kunsthofpassage. De nuevo , de nada. Un lugar único de patios comunicados donde las fachadas de las casas son puro arte.






El pasaje y la Alaunstrasse es de un fuerte contraste con la Dresde barroca. Ni mejor ni peor, sino igualmente interesante. Cené una sopita en un vietnamita ya cerca de la Albertplatz.


He comido muy bien de precio. Junto a mi hotel había una galería comercial con muchos restaurantes y frente al hotel el Curry 24 – lo vi en tripadvisor … patatas fritas y una salchicha para salir del paso - . Eso sí soy de los que cuando viajan comen sin grandes pretensiones.


Leí en el blog de Periodistasviajeros.com que Beethoven se inspiró en un poema sobre Dresde para su Himno de la alegría. Solía pasear por la perla del Elba al igual que lo hacía Goethe. Por lo visto recorrían la Terraza de Bruhl , un precioso paseo mirador sobre el Elba, al que denominan la Terraza de Europa. Y doy fe de todo el encanto que tiene el lugar.


Quién diseñase Dresde puso en un breve espacio una riqueza monumental abrumadora. El complejo del Zwinger – con sus museos y bellos jardines – junto con la impresionante ópera, el Johanneum, el Palacio real, la Hofkirche, todo ello se une o bien por la bellísima Terraza de Bruhl o por el Desfile de los Principes con la Frauenkirche. Espectacular.





Dresde es fotogénica de narices. Y la maldita sale bien desde cualquier ángulo.


Estoy feliz. Viaje a uno de los lugares a los cuales deseaba ir. Si andáis cerca (Berlín o Praga) no dejéis de visitarlo. Aún hay zonas muy céntricas en obras. Hay mucha bicicleta pero no carril bici. El muñegote (Ampelmännchen) que aparece en sus semáforos para dar o prohibir el paso es otro de sus símbolos -es típico en las ciudades de la extinta República Democrática Alemania - . Y esos tejados, esos tejados de Meissen que parecen que te están vigilando.



¿ A qué estáis esperando?

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