![]() ![]() Conociendo Suiza a través de sus ciudades ✏️ Blogs de Suiza
Nuestros siete días en Suiza dedicados a visitar las principales ciudades del paísAutor: Naamur Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (7 Votos) Índice del Diario: Conociendo Suiza a través de sus ciudades
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Etapas 4 a 6, total 8
Nuevo día soleado. Nos dirigimos a la estación para coger el tren que nos lleva a Zurich, a 275KM. Tras aproximadamente 3h de trayecto llegamos a la estación central que es enorme y dentro de ella hay una oficina de turismo. Así da gusto, comienzas la visita con toda la información necesaria. Zurich es la mayor ciudad de Suiza, con 400.000 habitantes, y en ella se habla alemán. Es un importante centro financiero, sede desde 1877 de la principal bolsa de valores. Nosotras no nos acercamos hasta la zona de negocios y ceñimos nuestra visita al centro histórico. Casi nada más comenzar a caminar nos encontramos con la Grossmunster, fundada por Carlomagno, que cuenta con dos altísimas torres rematadas por un par de cúpulas semiesféricas visibles desde toda la ciudad. Subimos arriba, las vistas son magníficas, incluso se alcanza a discernir la silueta de los Alpes en la lejanía. Cruzamos al otro lado por el Munsterbrucke hasta la Fraumunster, famosa por albergar las vidrieras diseñadas por Marc Chagall. También visitamos St. Peters Kirche que cuenta con el reloj más grande de Europa, con 8,6m de diámetro) Damos un agradable paseo por la orilla del río Limmat, que cruza la ciudad, y llegamos hasta el lago Zurichsee donde comemos el picnic que llevamos preparado. Las vistas desde allí son preciosas y decenas de cisnes se acercan desde el centro del lago a hacernos compañía. Aprovecho para comentar que a lo suizos les encanta el agua con gas y que en ocasiones es difícil encontrar botellas de otro tipo, sobre todo frías, como me pasó a mí aquel día, uggg! La tarde la dedicamos a callejear por las calles peatonales del centro, muy concurridas y llenas de comercios. De vuelta a la estación para coger el tren, vemos que dentro de ella hay un supermercado con muy buenos precios, aprovechamos para comprar la cena y tabletas y más tabletas de chocolate suizo, ñam, ñam Mientras esperamos para coger el tren de vuelta mi hermana mayor se separa un momento de nosotras para ir a ver una librería, nos perdemos durante un rato y a punto estamos de quedar en tierra. Vaya susto ![]() Etapas 4 a 6, total 8
Parece que finaliza la tregua que nos dio el tiempo durante los dos días anteriores y hoy sobre nuestras cabezas planea un cielo nuboso que amenaza lluvia de un momento a otro. tomar algo en una terraza y hacer algunas compras de supermercado. Nuestro plan para hoy es hacer dos excursiones, visitar Lausana por la mañana y Friburgo por la tarde. Pues nada, como cada día cogemos el bus hasta la estación central y desde allí el tren hasta Lausana, que está muy cerca, a tan solo 63km. Este tramo de viaje es precioso, bordeando el lago Leman y disfrutando del idílico paisaje suizo. Llegamos a la olímpica ciudad que es la sede del Tribunal Federal y del Comité Internacional de los Juegos Olímpicos. También alberga el Museo Olímpico. Laussanne se levanta sobre tres colinas, rodeada de viñedos, a orillas del Lago Lemán, por lo que para recorrerla hay que subir y bajar empinadas cuestas. Comenzamos la visita ascendiendo hasta el casco antiguo, dominado por la Catedral de Notre Dame, de estilo gótico, destacando en ella el pórtico cuajado de estatuas policromadas del SXIII. Alrededor de ella se extiende el barrio medieval, en el que destacan el castillo de St-Maire, sede del gobierno cantonal (Lausana es la capital del cantón de Vaud), y el ayuntamiento, bonito edificio barroco del S XVII. También visitamos la iglesia de St. François del S XIII que formaba parte de un convento que desafortunadamente no se conserva. Continuamos callejeando y llegamos a la Fontaine de la Palud, en la plaza del mismo nombre, que data de 1557 y es uno de los rincones más pintorescos y que más nos gusta de la ciudad. Descendemos hasta Ouchy, donde se encuentra el puerto y en cuya rivera están situados lujosísimos hoteles que conocieron su época dorada durante la Belle-Epoque, como suntuoso Hotel de l'Angleterre. Nos tomamos un buen rato paseando a por la orilla del lago y disfrutando de los jardines que son una maravilla. En los días despejados, no es el caso de hoy, se contemplan justo enfrente las impresionantes moles de las montañas alpinas, con sus nieves eternas en las cumbres. Aprovechamos para comer rápido antes coger el autobús para regresar a la estación de tren Tomamos el tren hasta Friburgo, una de las tres ciudades bilingües del país, para pasar allí la tarde. Está a 75km y el día tiene una pinta pésima, no deja de llover en todo el viaje. En la oficina de turismo nos trazan una ruta visitando los principales puntos de interés y adaptada al tiempo del que disponemos. Muy amablemente nos entregan una tarjeta para utilizar el transporte público si lo vemos necesario, porque aunque la ciudad es pequeña, tiene muchas cuestas y mi hermana mediana a estas alturas del viaje ya comienza a acusar el cansancio acumulado. Apenas ponemos el pie en la calle empieza a descargar una tormenta que para nuestro infortunio no tiene pinta de parar en breve. Comenzamos visitando la Catedral de San Nicolás, donde de paso nos resguardamos un rato, es de estilo gótico con una alta torre de 70m a la que se puede subir reptando por una estrecha y empinada escalera de madera de 385 escalones. Mi hermana mayor y yo lo hacemos, pero no mereció mucho la pena el esfuerzo, con toda la niebla metida en la ciudad no nos facilitó disfrutar de una vista que se suponía incomparable desde arriba. En el interior destacan las vidrieras y el impresionante órgano. La lluvia se vuelve menos intensa y aprovechamos para seguir descubriendo rincones pintorescos por el laberinto de callejuelas medievales que conforman el centro histórico, es el barrio medieval de Auge, también conocido como la ciudad baja. Cruzamos el puente de piedra sobre el río Sarine y desde allí comienza la subida, por lo que cogemos el autobús un par de paradas para aliviar un poco a mi hermana del ascenso. Al final del recorrido marcado nos encontramos con un funicular que nos remonta hasta la parte alta, lleva en funcionamiento más de 100 años y se propulsa con la fuerza de las aguas fecales de la ciudad recicladas. Joya de ingeniería de indescriptible olor. A la salida del mismo nos encontramos con un mirador desde el que se obtienen unas bonitas panorámicas de la ciudad. De vuelta en Ginebra el día tiene mejor cara, aprovechamos para Etapas 4 a 6, total 8
Hoy el pronóstico del tiempo es horrible a más no poder, no sabemos hacia que zona tirar pues se espera lluvia de continuo a lo largo del día para todo el país ![]() Al final nos decidimos por ir al norte, lejos de los Alpes, a Basilea, armadas de paciencia y moral para sufrir un día pasado por agua. Nada más llegar nos precipitamos a visitar el llamativo edificio del Ayuntamiento, es lo único que nos da tiempo a ver antes de que comience a caer una intensa lluvia. Se empleó para su construcción, a comienzos del SXVI, piedra arenisca rojiza que le confiere su característico color. Bajo una fuerte lluvia recorremos como podemos las calles del burgo medieval. Con resignación y paraguas en mano ascendemos penosamente hasta el promontorio en el que se encuentra situada la Catedral, en la parte alta de la ciudad. Comenzada a construir en 1019 la mayor parte de la edificación, incluidas las dos torres irregulares de su fachada, se corresponden al estilo gótico. Subimos a una de las altas torres, cualquier otro día la vista sería impresionante desde allí arriba, pero hoy solo logramos avistar un recodo del Rin, que baja bastante turbio, a través del grueso velo de lluvia que cae sin cesar. En el interior del Munster se encuentra la tumba del humanista Erasmo de Rotterdam, eminente hijo de la ciudad. No está el día para florituras, así que nos metemos a comer en el primer sitio que encontramos, en la Barfüsseplaz, que resulta ser un Macdonals. allí secamos un poco la ropa y cavilamos sobre como enfocar la tarde. Ya más animadas con el estómago lleno y buenas dosis de resignación nos acercamos a la Spalentor, una de las puertas de acceso a la ciudad medieval, que se encuentra entre las más bonitas de Suiza. Desde allí nos acercamos a una pequeña zona de canales, el barrio de Sant Alban, a mí me recordaba a Colmar, donde se encuentran las casas de los antiguos gremios medievales, están bastante bien conservadas y muchas de las cuales conservan aún en sus fachadas de entramado objetos relativos al oficio que en ella se desempeñaba. Esta parte nos gusta mucho, a decir verdad fue lo que más disfrutamos en Basel, hay un claro momentáneo y podemos pasear un rato por estas tranquilas callejuelas empedradas antes de que salga el tren para volver a Ginebra. Etapas 4 a 6, total 8
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