Crucero por los Fiordos, la tierra de los Vikingos. ✏️ Blogs de Baltico y Fiordos

A las 6:30 de la mañana estábamos preparados en la T4 de Madrid para dejar nuestras maletas en el mostrador de facturación de Iberia, con las etiquetas de Costa bien cogidas, para no volver a verlas hasta unas horas después en la puerta de nuestro camarote.

A eso de las 9 de la mañana despegamos rumbo a Rostock, un vuelvo genial que 3 horas después nos dejó en un aeropuerto muy pequeñito, donde en la puerta nos esperaban numerosos autobuses de Costa que en apenas 45 minutos nos llevaron hasta la terminal de embarque, en el puerto de Warnemunde. Rápidamente enseñamos nuestros pasaportes y demás papeles, para subir a bordo del "barquito".

A las 13 h ya estamos en el barco y el jaleo de gente subiendo y desconcierto era grande, ya que ha sido nuestro primer crucero. Amablemente la tripulación de Costa nos indicaba que fuésemos a comer con nuestro equipaje de mano y cuando terminásemos ya estaría listo nuestro camarote. Así que nos dirigimos hacia el puente 9 donde encontrariamos el buffet, después de dar una buena vuelta sin encontrar mesa decidimos sentarnos en una de las mesas de popa, junto a la piscina y con bonitas vistas de Warnemunde, para empezar a comer.

Del buffet a la hora de comer hay que destacar que para nosotros fue de mas a menos, o quizá que nos cansamos del mismo tipo de comida con el trascurrir de los días: la calidad decente, platos mejores y otros peores, las colas interminables y lo de encontrar mesa tarea para valientes, quizá lo ideal es ir a última hora de comida, si la excursión o salida del barco lo permite, para no encontrar la aglomeración de gente.

Una vez terminamos de comer como nos nos había quedado claro que debíamos hacer, si checkin como en los hoteles o que, nos dirijamos a la planta 3, donde se encuentra hospitality y allí nos dijeron que fuésemos directamente a nuestro camarote donde encontraríamos toda la información necesaria, y así fue como llegamos hasta el camarote, ya preparado y arreglado para encontrar nuestras tarjetas Costa y el primer diario de a bordo.

Aquí una foto de nuestro camarote:

Como aun no había llegado nuestras maletas, decidimos dar nuestra primera vuelta de reconocimiento a lo largo del barco, desde el puente 3 hasta la parte superior andamos y andamos para ver todo lo que nos encontraríamos a lo largo de los 7 días.

Fuimos hasta nuestro restaurante para las cenas, con el fin de ver que mesa nos habían adjudicado y nos sorprendió gratamente que atendieran nuestra solicitud de disponer de una mesa doble, si bien hay que decir, que durante el trascurrir de los días a nuestro lado se sentó una familia encantadora con su dos niños y aunque divididos cada uno en sus mesas, las tertulias eran en conjunto. Pero esta opción te da la posibilidad de que si no te llevas bien con la gente de tu mesa, tienes la intimidad de una mesa para dos.

Seguimos andando y decidimos ir a tomar un café, nosotros elegimos la opción de piu gusto y no nos equivocamos, ya que hace que puedas pedir a tus anchas, sin tener que preocuparte por los precios, por otro lado caros, y disfrutar totalmente de bebidas a cualquier hora del día.

Después de terminar nuestro café, serían las 5 de la tarde, nos dirigimos hacia el camarote y allí estaban las maletas en la puerta, una ducha, cambio de ropa y ahora a por un cocktel en la popa del barco.

Vimos zarpar el Costa Favolosa, de manera muy emotiva por primera vez con música y toques de bocina.

Nos dirijimos hacia el teatro para ver nuestro primer espectáculo, divertido y ameno para hacer tiempo hasta nuestra hora de la cena en el segundo turno, una vuelta por las tiendas y a cenar se ha dicho, de las cenas destacar que la calidad es superior al de la comida, tienes 3 entrantes, 3 primeros, 3 segundos y 3 postres para elegir, además de platos comunes todos los días. La calidad muy bien, mejor que durante el día.

Por la noche un par de gin tonics en los diferentes salones y a la cama después de un duro día.

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A eso de las 7:30 estábamos listos para el desayuno, por la mañana es la misma odisea a la hora de coger mesa que al medio día, cansados de dar vueltas decidimos llegar a la popa del barco y coger una mesa, desde allí luego a llenar los platos. Los desayunos consisten en todo tipo de bollería, salados, frutas, cafés y zumos, bastante completos siempre se desayuna mas de lo que uno está acostumbrado. Un consejo a la hora de las bebidas, los cafés que hay en las maquinas dispensadoras son muy malos, es preferible pedir a los camareros para que lo traigan a la mesa, dentro del servicio de bar.

Como nosotros teníamos excursión por Copenhague contratada a través de Costa, fuimos dirección al teatro, donde se realizan los encuentros, allí nos dieron una pegatina identificativa de nuestro número de bus y desde allí fuimos al puente cero para salir del barco y buscar el autobús. Nuestra excursión elegida fue Sirenita y palacios reales, el guía un chico de Andorra muy agradable, explico de manera detallada todos los rincones de la ciudad por donde pasamos. Quedamos muy contentos con esta excursión y con Copenhague, que merece varios días para conocerla al detalle. Elegimos esta excursión y no otra similar, en la que incluyen un paseo por la archiconocida calle de tiendas, debido a que en la calle de tiendas te dejan 1 hora 30 mins de tiempo libre, a cambio de pagarles 20 € mas. Para los que no contraten excursión, comentarles que Copenhague es muy grande y el puerto donde atraca y el centro queda lejos, con Costa tienen la opción de contratar un bus lanzadera que les lleva y les trae a puerto por 14 €, sino siempre tendrán la opción de taxi.

A las 14 h subimos a comer y esta vez encontramos mesa a la primera, ya que gran parte de la gente se encontraba en Copenhague, la comida en el buffet muy similar a la de todos los días, mucho para elegir, cosas mejores y peores, etc. Si eres de los que te gusta pegarte un buen homenaje a base de gran comida de calidad, el buffet de un crucero no va a ser tu sitio, cantidad la que quieras. Después de comer nos dedicamos a probar los diferentes cockteles que ofrece el barco, mojitos, daikiris y todo aquello que lleve ron no nos terminó de gustar, ya que lo hacen con ron blanco y no deja el mismo sabor dulzon que deja el ron negro. Nos gustó uno sin alcohol, que se llama pantera rosa, a medias entre un batido y un granizado de fresa.

Aprovechamos parte de la tarde para usar las piscinas y los jacuzzis del barco, ya que el día era muy caluroso y apetecía un baño.

Así se nos hizo la hora de cenar y como todas las noches, la calidad de la cena bastante mejor que la del resto del día.

Y por la noche dimos una vuelta por todos los salones, nosotros somos una pareja de en torno a los 30 años y gente de nuestra edad y española muy poca, la gran media de edad estaba en torno a los 40 con o sin niños. Esto lo digo ahora porque las noches encontrábamos en los salones o gente mas mayor en el Gran Bar o teenagers en la discoteca o gente bastante mas mayor en sitios mas tranquilos. El único sitio donde encontrábamos gente mas de nuestra edad de muchas nacionalidades y música mas de nuestro tiempo era en el salón Moliere, pero la calidad de los cantantes y el grupo que actuaba dejaba que desear. A la una de la noche cortan todas las actuaciones y solo sigue abierta la discoteca.

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Aprovechamos el día para primero no madrugar, ya que los días anteriores habían sido duros y segundo pasar la mañana entera en el SPA, del SPA comentaros que nos es el mejor SPA en el que he estado ni tampoco el peor, a mejorar los jacuzzis y zona de chorros, ya que se trata de una piscina relativamente pequeña donde en el día de navegación como en el que estábamos había prácticamente que coger turno para entrar. Baño turco, sauna y sauna de aromas muy bien y la estrella del SPA yo diría que son las zonas de relajación, una de ellas camas de pieda calientes donde podías pasar horas relajándote mirando el mar, otras una zona de camas donde tomar un té y otra zona de hamacas donde igualmente tomar un té.

Respecto a los masajes y tratamientos no hicimos uso, ya que los precios rondaban por encima de los 130 € y preferíamos invertir el dinero en otras opciones.

Por la tarde nos encontramos una sorpresa (previo pago) dentro de nuestro camarote que nos encantó, que consistía en una botella de cava con fresas bañadas en chocolate blanco que estaban muy ricas.

Previo a la cena acudimos al teatro para ver un espectáculo relacionada de hielo y fuego muy bonito, patinadores sobre hielo y acróbatas hicieron el que para nuestro gusto fue el mejor de los espectáculos que vimos.

Las cenas como siempre, de mejor calidad que la comida. Y los bailes de la noche iguales que los anteriores.

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