![]() ![]() 15 días en Japón por libre ✏️ Blogs de Japon
Tokio, Matsumoto, Osaka, Mijayima,Hiroshima,Kyoto y HakoneAutor: Ruth200es Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (2 Votos) Índice del Diario: 15 días en Japón por libre
01: Preparativos del viaje a Japón
02: Diario de Japon, día 1: Vuelo a Madrid
03: Diario de Japón, día 2: Madrid-Tokio
04: Diario de Japón, día 3: Tokio-Akihabara
05: Diario de Japón, día 4: Tokio (Asakusa, Odaiba)
06: Diario de Japón, día 5: Tokio (Tsukiji, Ginza, Kabukicho)
07: Diario de Japón, día 6: Tokio-Matsumoto
08: Diario de Japón, día 7: Matsumoto-Osaka
09: Diario de Japón, día 8: Osaka (Umeda, Castillo, Namba)
10: Diario de Japón, día 9: Osaka (Kuromon Ichiba, Bahía, Spa)
11: Diario de Japón, día 10: Osaka-Mijayima
12: Diario de Japón, día 11: Mijayima-Hiroshima
13: Diario de Japón, día 12: Kyoto (Arashiyama, Bosque de bambú)
14: Diario de Japón, día 13: Kyoto (Nishiki, Nijo, Gion)
15: Diario de Japón, día 14: Bodega Sake Gekkeikan, Fushimi Inari)
16: Diario de Japón, día 15: Pabellón de oro, plata, Ume no Hana, Kiyomizudera)
17: diario de Japón, día 16: Kyoto-Hakone
18: Diario de Japón, día 17: Hakone-Tokio
19: Diario de Japón, día 18: Tokio-Madrid
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Etapas 10 a 12, total 19
DÍA 9, MARTES 25 OCTUBRE 2016
Abrí los ojos pronto, como ocurre habitualmente, y al rato desperté a Pela. En nuestro segundo día en Osaka decidimos desayunar en el Mercado de KUROMON ICHIBA. Para ello cogimos el metro hasta la parada de NIPPONBASHI utilizando el OSAKA AMAZING PASS. Cuando llegamos al mercado eran las 9 de la mañana y muchos de los puestos todavía estaban cerrados o preparando la mercancía para exponerla. En España el que quiere el mejor producto tiene que madrugar pero aquí se ve que no, cosa que nos extrañó. Enseguida nos dimos cuenta de que los precios eran exageradamente más altos con respecto al día anterior por la tarde, cuando habíamos visitado el mercado por primera vez; empiezo a sospechar que este mercado es orientado a turistas… Nos dimos una vuelta primero por las galerías (si llueve podéis ir igual porque es cubierto) para hacernos una idea general y después nos decidimos por desayunar lo siguiente: -2 pulpitos rellenos de huevo de codorniz (2x250Y=500Y/4’5€): muy ricos y originales -6 takoyakis (450Y/4€): como siempre, típica comida rápida japonesa que encontraréis en todas las calles del país -futomaki: es un temaki gigante, bueno de sabor -2 cuencos de udon: aceptables -1 cerveza Asahi grande (estos tres últimos en un puesto sentados, pagando 1080Y/10€ por todo) -pez globo 1550Y/14€: yo no iba convencida de probarlo pero Pelayo sí que quería así que buscamos un puesto especializado sólo en este producto y allí compramos una bandeja con sashimi. Venía listo para tomar, acompañado de salsa de soja y lima. No nos gustó demasiado, era bastante insípido y duro. A mí me entró el susto cuando el señor nos dio un papel con un teléfono pero no pudimos entendernos con él, pues no hablaba nada de inglés… Imagino que es un teléfono de emergencias por si contiene toxina. Finalmente pagamos por todo un total 32’5€, lo cual me pareció muy caro para un desayuno en un mercado. Tengo cada vez más claro que se trata de una atracción para turistas, aunque reconozco que es un lugar bonito y curioso (ideal para pasear y mirar pero no para comprar, pues los precios son prohibitivos). Vimos jureles a 15€ la pieza, melones a más de 100€, cinco tomates a 15€, etc. Durante este viaje tuve, por primera vez en mi vida, problemas para ir al baño (imagino que por comer tanto arroz) y tuve que comprar un kiwi de “emergencia” en un puesto, ¡¡¡teniendo que pagar por él 1’60€!!! Tras el mercado decidimos ir a visitar el MUSEO DE HISTORIA NATURAL, en Nagai. Se encuentra en un parque bastante grande que cuenta con un jardín botánico, un estadio, un bonito estanque lleno de lotos, etc. La entrada era gratuita al mostrar el OSAKA AMAZING PASS en la puerta. El Museo era bastante cutre aunque tenía alguna cosa interesante; si vais muy justos de tiempo es una visita que creo que no merece la pena. Dentro del recinto coincidimos con varias excursiones de colegiales y es que se ven a todas horas por la calle, debe de ser bastante habitual que salgan de visita. Cuando salimos del museo, tras la visita, nos encontramos en el hall a los niños sentados comiendo sus bentos. Cada grupo llevaba un gorrito diferente, colocándose juntos los de la misma clase. Me acerqué a ver lo que les habían preparado sus mamás y tenían verdaderas virguerías (pastelitos de arroz de todos las formas y colores que os imaginéis, sushi, y un largo etc.). Cada uno se sentaba descalzo encima de su pequeña toalla, que llevaba cada uno en su mochila, sacaba los palillos y a comer, eran muy ordenados y la mar de graciosos. Cuando nos dirigíamos caminando hasta la entrada del metro se puso a llover así que tuvimos que apurar el paso. Decidimos continuar la jornada visitando la BAHÍA DE OSAKA así que cogimos, una vez en la estación de metro, la línea verde oscura hasta OSAKAKO. Cuando salimos a superficie nos dirigimos a las oficinas del barco SANTA MARÍA, viaje que también incluye el OSAKA AMAZING PASS. El embarcadero está justo al lado del ACUARIO DE OSAKA, el cual no es gratis, pero tiene un descuento de 100Y con el pase. Una vez allí, la chica de la ventanilla nos informó que el siguiente viaje era a las 14 horas, o sea, faltaba media hora. No había que sacar tickets ni reservar plaza, simplemente ponerse a la cola 15 minutos antes de la hora. Fuimos entonces a dar una vuelta por el Centro Comercial que había al lado del embarcadero y echamos un ojo a los restaurantes para comer algo a la vuelta del viaje en barco. Sí nos sentamos un rato para descansar y tomar una Asahi (300Y/2’7€) y unos saladitos que habíamos comprado en un combini. Al rato nos pusimos en la cola y rápidamente entramos en el barco, que era una réplica de una de las naos de Colón (pero a doble de tamaño). De hecho había banderas españolas en la oficina donde estaba la chica informando. No tenemos muy claro qué hace este barco en Japón pero, como españoles, evidentemente nos hizo gracia. El viaje duró sobre 40 minutos, pasando por debajo de varios puentes, además vimos el COSMO TOWER (el edificio más alto de Osaka y el segundo de Japón). Fue un viaje muy agradable pero reconozco que me pareció más bonita la bahía de Tokio. Al salir del barco fuimos a comer, escogimos uno de los numerosos chiringuitos que había alrededor de la plaza central del centro comercial, llamado PERFECT BUTADON; nos decidimos por dos menús: Estaba todo bastante bueno y muy abundante, pagando 1000Y/9€???. Además Pela cogió un par de cervezas en otro chiringo de bebidas por 600Y/5’5€, pues en este no vendían alcohol. Después de comer nos subimos a la NORIA de colores que estaba al lado del centro comercial, también incluida dentro del OSAKA AMAZING PASS. Desde arriba había unas espectaculares vistas del atardecer, disfrutamos mucho de la vuelta. Para bajar de la atracción y llegar a la calle tuvimos que atravesar nuevamente el centro comercial, entrando esta vez por el segundo piso. Justo allí había un bar de esos en los que hay animales para acariciar, con varias especies: llamas, perros, gatos, cerdos, conejos, canguros, tortugas, etc. Había un montón de gente, algunos tocando los animales, pero otros mirando el móvil o haciéndoles fotos, no hay quien entienda estos japoneses… Al salir del centro comercial en dirección a la boca de metro vimos de casualidad la copia de la SIRENITA de Copenhague, que estaba en el puerto, en un lugar que nos pareció poco vistoso al estar entre barcos, difícil de encontrar. Cogimos el metro hasta el HOT SPRING NANIWA, que es un onsen (spa al estilo japonés), con el fin de relajarnos un poco, pues estaba también incluido en el OSAKA AMAZING PASS. No nos fue fácil de encontrar, pues se encuentra en la última planta de un edificio comercial y como casi siempre los carteles sólo están en japonés. Os cuento cómo se desarrolló, pues una vez que llegamos a la recepción, como apenas hablaban inglés (para variar), nos entendimos como pudimos con ellos: -primero se dejan los zapatos en las taquillas, que cuestan 100Y/0’9€ pero luego se recupera el dinero. -A continuación se pasa por recepción, en donde venden toallas, por si os hacen falta. Nosotros compramos dos (150Y/1’4€ cada una), son muy pequeñas pero así nos quedaron de recuerdo, pues llevan el nombre del onsen en japonés y cupieron en la maleta. -Después se entra en los vestuarios y de allí a la zona de piscinas, pero ojo, es por sexos separados por lo que si vais en pareja tendréis que separaros en la entrada y no volveréis a veros hasta que salgáis del spa. -Una vez en el vestuario hay que desnudarse completamente, pues en Japón no usan bañadores para los spas; nosotros que habíamos llevado en la maleta volvimos con ellos tal cual fueron así que podéis obviarlos. -La ropa se guarda en otra taquilla, ya dentro del vestuario femenino o masculino, que cuesta otros 100Y/0’9€ pero que también se recuperan al final. -Hay que ducharse antes de entrar en las piscinas en una serie de tocadores para enanitos, me explico: ellos en vez de ducharse de pie, como hacemos aquí, lo hacen sentados en banquetas de plástico, enfrente del espejo. A mí no me hizo mucha gracia poner el culo en la banqueta en la que se había sentado otra antes pero no había otra opción. En cada puesto hay botes enormes con champú, gel y acondicionador. Hay que intentar no salpicar a las de los lados, pues sería de muy mala educación. -Una vez duchada fui probando todas las piscinas que había: a) Interiores: eran cinco distintas con temperaturas ascendentes (desde 38º hasta 41º); en la última no conseguí meterme porque estaba demasiado caliente. Una de ellas tenía burbujas y otra una especie de respaldos para tumbarse dentro del agua. b) Exteriores: para mí es la parte más bonita del balneario, pues está en la azotea del edificio y a pesar de que estaba lloviznando se estaba estupendamente, viendo las estrellas y la luna. Fuera hay dos piscinas, tres barreños individuales, una zona para mojar los pies y una zona para tumbarse. Esto sí, pasan justo por encima los aviones del aeropuerto cada diez minutos, además tan cerca que al principio parece que se van a caer en el onsen. Como dentro hacía mucho calor, yo alternaba un rato fuera y un rato dentro, además de beber agua en una fuente que había en la zona cubierta. También había dos saunas: -seca: el suelo estaba lleno de toallas en las que se sentaban las chicas y que venía a cambiar una señora cada cierto tiempo; aún así me pareció una guarrada, sentarse en una toalla en la que acaban de poner el culo… Para entretenerse había dentro una TV con las noticias. -húmeda: había dos saunas húmedas, una con TV (en la que estaban echan un “interesante” documental sobre palomas) y otra sin TV (en esta había un cubo de madera con sal con la que las mujeres se frotaban el cuerpo, entiendo que para hacerse un peeling, así que las copié y la verdad es que la piel me quedó suavísima). Al ser la única occidental no pude hablar con nadie, pero todas me miraban sin parar. Por cierto, me dormí un rato en la zona para tumbarse que había en el exterior, no sabría decir cuánto. Por las marcas de las baldosas que me quedaron grabadas en el cuerpo no debió de ser poco… Entre unas cosas y otras me pasó rápido la hora y media que habíamos decidido Pelayo y yo permanecer en el onsen. Antes de vestirme me duché en las banquetas y pude observar como las compañeras de alrededor se afanaban en frotarse ABSOLUTAMENTE todo, lavarse los dientes, etc. Tengo que confesar que llegó a ser un poco desagradable en algún momento… Con lo vergonzosos, tímidos y pudorosos que son por la calle me extrañó verlas allí tan tranquilas y espatarradas. En el vestuario había zona de tocadores con secadores; también podéis pesaros gratuitamente en una báscula que hay en el vestuario. En recepción venden además muestras de crema de Sisheido a 80Y, por si os interesa. Me vestí y salí al hall, en donde ya me esperaba Pelayo, que estaba mirando los puestos de comida y los sillones para relajarse que allí había. La verdad es que fue una muy grata experiencia y salimos muy relajados, es una actividad que recomiendo. Incluso hay opción de darse algún masaje o tratamiento pagando aparte. Una vez fuera caminamos por el barrio de Shinsaibashi, siguiendo una avenida cubierta llena de tiendas y restaurantes que se llama SHINSAIBASHI-SUJI, lo que nos vino bien porque seguía lloviznando. Como la calle no se acababa nos cansamos un poco de tanta tienda y decidimos coger el metro hasta NAMBA para cenar en DOTONBORI. Cuando salimos al exterior nos encontramos con muchísima gente, había colas en todos los restaurantes. Yo quería probar el típico restaurante de sushi que pasan los platos por una cinta pero suponía esperar varias horas hasta que nos tocase el turno. Finalmente entramos en otro local de sushi, sin cinta, llamado GANKO, el cual pertenece a una cadena (detalle del que nos enteramos posteriormente). Había un par de sushimanes en la barra así que nos sentamos cerca de uno de ellos para ver bien cómo trabajaba. Esto fue lo que pedimos: -bandeja de piezas variadas por 4100Y/37€ para 2-3 personas (con ingredientes como atún, salmón, cigala, huevas, cangrejo, calamar, anguila, tortilla, etc.) -Botellita de sake para beber, muy bueno Pagamos 4946Y/45€, lo cual me pareció un precio excelente, pues estaba bastante rico. Tras la cena entramos en un LAWSON y nos hicimos con todas las ricas galletas florentinas que quedaban. Paseamos por la espectacular zona del río por última vez, hicimos las últimas fotos de Glicoman y volvimos para el hotel. Yo estaba fundida del spa así que caí roque en menos de cinco minutos. Etapas 10 a 12, total 19
DIA 10, MIÉRCOLES 26 OCTUBRE 2016
Hoy dejábamos Osaka para dirigirnos a la isla de Mijayima, teniendo que coger un tren a las 8:39 hasta Hiroshima y luego un barco. Nos levantamos a las 6:30, cerramos las maletas, hicimos el check out y nos dirigimos a la estación de JR (que nos salía gratis con el Japan Rail), pues hoy ya no nos funcionaba el OSAKA AMAZING PASS y por tanto tendríamos que pagar el billete de metro. Una vez allí cogimos la Loop Line hasta la Estación de Osaka, en donde tomamos un tren hasta la Estación de Shin-Osaka, que se encuentra en las afueras de la ciudad y en ella paran los shinkasen, como ya comenté. Como llegamos con un poco de tiempo de antelación nos dio tiempo a cambiar el billete en la oficina verde (MIDORI NO MADOGUCHI) por el tren que salía antes del que habíamos reservado previamente, exactamente a las 8:14, con el fin de esperar menos y llegar un poquito antes a la isla. Aprovechamos para comprar algo para desayunar en un Seven Eleven de la Estación, antes de partir (sushi, tortilla dulce rellena de arroz, onigiris de arroz, bollitos dulces), lo que nos costó alrededor de 1100Y/10€.????? Llegamos a HIROSHIMA sobre las 10 de la mañana y salimos de zona de Shinkasen de la estación para entrar en la de JR. Allí cogimos la línea SANYO hasta la parada de MIYAJIMADOUGUCHI, lo que nos llevó alrededor de 25 minutos. No os podréis equivocar con la dirección del tren, pues esta línea comienza en la propia estación de Hiroshima, así que todos los trenes de la línea salen sólo en un sentido. Una vez en Miyajimadoguchi fue fácil encontrar el PUERTO donde teníamos que coger el barco que nos llevaría a la isla, pues sólo hay que salir recto y bajar una cuesta. Está bien indicado por lo que basta con seguir los carteles o a todos los turistas que se bajaron en la misma parada. Una vez en el puerto, siguiendo a la gente, nos pusimos en la cola. Enseguida llegó el barco, que es bastante grande, por lo que no hubo problemas a la hora de subir todos los que esperábamos en tierra. Por cierto, el viaje está incluido dentro del Japan Rail Pass (ojo, aseguraros que cogéis el barco de la JR y no los privados, pues entonces os cobrarán). Los barcos salen cada 15 minutos, más o menos, así que si no hubiese plaza bastaría con esperar un poco al siguiente. La pena es que estaba lloviznando y el paisaje estaba muy gris por lo que las vistas desde el barco no fueron lo bonitas que esperábamos. El barco llegó a la isla en un periquete, bajando todo el mundo ordenadamente. Una vez allí caminamos por el paseo que bordea el mar hasta nuestro hotel, llamado SAKURAYA, que estaba muy cerca del puerto. Resulta que la habitación no nos la daban hasta las 15 horas (cosa habitual en Japón) y todavía eran las 11, así que dejamos las maletas en recepción y nos fuimos a dar una vuelta. La isla está llena de ciervos que andan sueltos, muy habituados a la gente, y a veces se acercan en busca de comida. Caminamos hasta el famoso TORI ROJO, pues ya habíamos comprobado que la marea baja ese día ocurría a las 12 de la mañana (hay webs en las que se pueden consultar los horarios de mareas) y pudimos acercarnos a pie por la playa para hacernos la típica foto. Tuvimos mala suerte porque resulta que estaban restaurando una parte del mismo y se veían los andamios… A continuación caminamos hasta la parada de bus (gratuito) que va al teleférico. En la parada estaban los horarios del mismo pero si lo perdéis no os preocupéis, pues sólo hay que subir una cuesta a pie hasta la base del teleférico (es empinada pero no es muy larga, se puede hacer perfectamente a paso tranquilo, en caso de que no queráis esperar). Una vez en las taquillas compramos dos tickets de ida (2x1000Y=2000Y/18€), pues la idea era subir en teleférico y bajar caminando por el bosque, que al parecer se trataba de una ruta bonita y fácil, al ser cuesta abajo. Una vez subidos a la cápsula, nos dimos cuenta de que en realidad el viaje consistía en dos viajes. Al bajar del primer tramo se observaba toda la ciudad de Hiroshima y sus bateas. Durante el segundo trayecto apenas pudimos ver nada, pues había mucha niebla. Una vez en el punto más alto quisimos coger la ruta que pasa por el TEMPLO DAISHO-IN pero los carteles estaban en japonés, para variar, y no entendíamos nada. Pregunté a uno de los trabajadores del teleférico, que estaban en ese momento sentados fuera comiendo, valiéndome de alguna frase en japonés que había aprendido antes del viaje y creo que me entendió, el problema es que yo no comprendí nada de lo que respondieron. Mi cara debía de ser un poema porque se dieron cuenta enseguida y uno de ellos nos acompañó hasta el primer cruce de la ruta que teníamos que coger. Eso sí, el señor fue corriendo sin parar delante de nosotros entre 5-10 minutos, sin casi poder seguirlo, así que nos acabó dando la risa, lo que hacía más difícil continuar la ruta. Una vez en el punto nos indicó con la mano por dónde debíamos de seguir y se despidió. Le agradecimos amablemente el gesto en japonés macarrónico y volvió corriendo a su puesto de trabajo. Se me ocurre que el hombre salió corriendo a ritmo de final olímpica porque quizás el pobre tenía el tiempo justo para comer… Visitamos el observatorio del MONTE MISEN, cuya subida es durilla (535 metros) pero merece la pena por las fantásticas vistas que hay. El observatorio consta de tres pisos y desde el de arriba se ven 360º, sin cristales. La pena fue que no estuviese totalmente despejado el día. El monte y el templo fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A continuación continuamos la bajada hasta el puerto, lo que nos llevó alrededor de 2 horas. La ruta es preciosa, con un montón de pequeños altares, figuras de piedra, carteles, etc., os la recomiendo vivamente. Eso sí, yo la haría cuesta abajo como nosotros sin ninguna duda, pues el camino tiene bastante pendiente; de hecho la gente que nos cruzamos que iba en sentido contrario iban un pelín desencajados por el esfuerzo… Llama la atención que a lo largo del trayecto hay numerosos carteles que advierten de la existencia de serpientes y avispas venenosas. Nosotros sólo vimos una avispa y escapamos de ella, menos mal que las serpientes debían de estar resguardadas. Al llegar al templo DAISHO-IN Pelayo no tenía muchas ganas de entrar, alegando que todos los templos le parecían iguales. Yo me emperré en entrar, pues me pareció muy bonito desde fuera y la verdad es que fue todo un acierto. Es un recinto curioso, con diferentes construcciones, algunas en madera que son espectaculares, fuentes, estatuas, jardines, etc. Nos encantó y nos pareció distinto. Después seguimos bajando hasta que llegamos al pueblo, concretamente a la calle comercial de OMOTESANDO, en donde vimos la famosa PALETA DE ARROZ GIGANTE. Está en un lateral, abierta al público, no hay que pagar entrada ni entrar en ningún local, os la encontraréis sin problemas si dais un paseo por esta calle. No había más que tiendas que ofrecían a los turistas probar galletas con forma de arce de mil sabores y colores; probé una rellena de habas pero no me gustó demasiado, era muy blanda. Como teníamos hambre entramos en un local de esta calle a comer algo llamado KURAWANKA. Era una barra con un teppanyaki en el que nos hicieron dos okonomiyakis al estilo de Hiroshima (con tallarines). Además pedimos las famosas ostras de la zona, acompañadas por una salsa ponzu, aunque por el sabor nos recordaron más a un mejillón que a una ostra. Pagamos por la comida y una cerveza grande 2760Y/25€. Volvimos al hotel y pagamos la habitación, que ya estaba lista (112€). Estaba en la última planta pero el ascensor sólo llegaba hasta la penúltima así que tuvimos que subir las maletas a pulso un piso de escaleras (aquí por lo que he visto es raro que el personal del hotel lleve los bultos al cuarto). La habitación era antigua pero bonita y más espaciosa que ninguna de las que habíamos visto en Japón hasta la fecha. Era de tatami, con dos futones, una mesa bajita, un par de sillas de té, TV, nevera, entrada y lavabo aparte del tatami, armario (y amplio, qué lujo), etc. En este caso el wáter estaba separado de la bañera. Nos gustó mucho pero habíamos contratado habitación con vistas (pagando el correspondiente plus) y apenas se veía nada porque sólo había una pequeña ventana lateral y además tenía barrotes. Si reserváis en este hotel yo cogería, si os dejan, las habitaciones de plantas inferiores, porque sí disponían de un amplio ventanal al fondo con unas preciosas vistas de la bahía (lo certifico porque las vimos abiertas cuando las estaban limpiando al día siguiente). Por lo que vimos en la web del hotel, las habitaciones se asignan según orden de llegada… Dejamos las maletas, nos pusimos las yukatas que nos habían dejado en la habitación y nos fuimos a dar un baño al onsen del hotel, que está en el sótano. Al igual que en Osaka, había uno para cada sexo, así que nos separamos en la puerta. Había una bañera grande, cuatro duchas, vestuario, baño, tocador, báscula… Estuve un rato metida en la bañera y aproveché además para estirar un poco tras la caminata, para no tener molestias al día siguiente. Luego volvimos al cuarto y bebimos un poco de sake sentados en la mesa de té, todo un lujo tener tanto espacio en la habitación. Sobre las 18 horas nos vestimos y salimos a dar una vuelta pero ya estaba prácticamente todo cerrado, pues los turistas estaban marchando de vuelta en los últimos barcos del día. De hecho el chico de recepción, en cuanto nos vio salir por la puerta, nos entregó un mapa con los locales que cerraban “tarde”. Fue una maravilla dar un paseo nocturno por las callejuelas de la isla, pues estábamos sólo nosotros y los ciervos, os lo recomiendo vivamente. Finalmente cenamos en el único sitio que estaba abierto a las 20:30, llamado MAMETANUKI: –Tempura de pulpo 870Y/8€ de primero para compartir –Dos menús de 1400Y/13€ cada uno que llevaba: tempura de verdura, arroz, pescaditos enanos, verdura, algas con guisantes y zanahoria, sopa con udon y pasta de pescado Bebimos agua, que era gratuita, porque si pedíamos alguna bebida con alcohol había que pagar un suplemento de 300Y por asiento… Finalmente pagamos 3670Y/33€, la comida estaba rica y el personal amable (de hecho había un encargado occidental anglófono que nos explicó cada parte del menú, una maravilla). Volvimos al hotel dando un agradable y silencioso paseo, encontrándonos a numerosos ciervos durmiendo en cualquier esquina. La verdad es que Miyajima es un lugar cuanto menos curioso y muy pintoresco. Etapas 10 a 12, total 19
DÍA 11, JUEVES 27 OCTUBRE 2016
Me desperté sobre las 5:30, cuando entró la luz en la habitación, pues nos habíamos olvidado de echar las cortinas. Al rato Pelayo también amaneció así que decidimos aprovechar para ir a visitar el TEMPLO DE ITSUKUSHIMA, que abre a las 6:30. Cuando salimos del hotel no había prácticamente nadie, sólo ciervos y unos monjes tailandeses (lo sabemos porque se acercaron a nosotros para preguntarnos de dónde éramos y charlamos animadamente un momento con ellos en inglés, qué sensación tan agradable eso de entenderte con la gente…). Compramos los tickets (2*300Y=600Y/5’5€) y pasamos al interior, que estaba prácticamente vacío. Fue un lujo ver el amanecer desde el precioso templo sin el mogollón de turistas. Me volví loca a hacer fotos, pues el lugar era de cuento. Creo que hicimos muy bien en quedarnos a dormir en la isla así que si tenéis tiempo os lo recomiendo, en vez de hacer una excursión de día (como hace la mayoría de los visitantes), podréis disfrutar solos de la misma por la noche y al amanecer. Por cierto, vimos un montón de peces globo alrededor del templo. Tras la visita al templo dimos una vuelta por el pueblo, otra vez prácticamente solos. Volvimos al hotel sobre las 9 de la mañana y venían ya de camino los primeros barcos llenos de turistas. Cerramos las maletas, nos hicimos las últimas fotos con las yukatas puestas, devolvimos la llave en recepción y caminamos hasta el puerto. Una vez allí cogimos el primer barco que salió, abandonando la bonita isla de Miyajima. Al llegar a tierra compramos algo para desayunar en un Seven Eleven que había justo de camino a la estación de tren (yo un combinado muy rico y Pelayo unos makis). Cogimos el tren hasta la ESTACIÓN DE HIROSHIMA y allí buscamos una taquilla/coin-locker libre, para dejar las maletas y poder ir a visitar la ciudad, cosa que no fue fácil, pues estaban todas ocupadas. Le preguntamos a una chica que trabajaba en la estación (y que afortunadamente hablaba inglés) si había más taquillas en otra parte de la estación, respondiendo que en la puerta Norte del Shinkasen. Cuando nos dirigíamos para allí vimos que acababan de dejar una libre justo al lado de la oficina de Midori no Midoguchi, así que la cogimos inmediatamente. Os recomendaría por tanto que fueseis temprano, si es que no queréis cargar con las maletas todo el día… La taquilla nos costó 700Y/6€ y en ella conseguimos que entrasen las dos maletas a base de apretarlas un poco. Aprovechamos para reservar dos billetes en el tren de las 19 horas con destino a Kyoto en la oficina de Modori no Midoguchi. Volvimos a salir al hall principal de la estación de trenes, en donde está el HOTEL GRAN VÍA, y ya vimos la parada del LOOP BUS, que como ya comenté, es gratuita con el JR. Había dos líneas: la naranja y la verde, con recorridos similares, ambas por el centro de la ciudad. Cogimos el primer bus que apareció, que fue la naranja, sobre las 12 horas. Nos bajamos en el PARQUE MEMORIAL DE LA PAZ, que cuenta con más de 100.000 metros cuadrados de espacio en el que hay varios monumentos que hacen alusión a la bomba atómica (Museo, Dome, Monumento a la paz de los niños, etc.). Comenzamos visitando el PEACE MEMORIAL MUSEUM, en donde compramos las entradas en la puerta por 2*200Y/1’8€=3’6€. La visita al museo para mí fue demoledora, me caían las lágrimas de lo que allí se ve. Se exponen restos de ropa de los muertos, fotos, maquetas, objetos personales, etc. Allí se narra como, tras el ataque aéreo por sorpresa de Japón sobre Pearl Harbour, en Hawai, Estados Unidos declaró la guerra al país nipón. El 6 de agosto de 1945, tras cuatro años de ataques, el avión bombardero Enola Gay, pilotado por Paul Tibbets, voló hasta Japón lanzando una bomba de uranio llamada Little Boy sobre las 8:15 de la mañana sobre Hiroshima. Se trataba de la primera bomba atómica de la humanidad, orden proveniente de Truman, el presidente de Estados Unidos en aquella época. Explotó a unos 600 metros sobre la ciudad con una potencia de 1600 toneladas de dinamita, concretamente sobre el Dome. Se cree que la temperatura aumentó acto seguido hasta el millón de grados centígrados lo que provocó una gigante bola de fuego que se expandió destruyendo todo lo que había a su paso hasta 2km a la redonda. Murieron instantáneamente más de 70.000 personas y otros tantos heridos. Al cabo del tiempo se produjo una lluvia negra compuesta de polvo y partículas radioactivas que contaminó ampliamente la zona. La cantidad total de muertos, por causas directas e indirectas (enfermedades posteriores ligadas a la radiación emitida por la bomba) se calcula que fueron más de 200.000. El 9 de Agosto de 1945 Nagasaki sufrió el segundo ataque nuclear, muriendo otras 70.000 personas instantáneamente. Esto provocó que Japón se rindiese al cabo de seis días y finalizase la II Guerra Mundial. De momento se trata de los dos únicos bombardeos nucleares de la historia de la humanidad y esperemos que así siga… Luego visitamos la SALA NACIONAL DE LA PAZ, construida en memoria de las víctimas de la bomba atómica, cuya biblioteca es interesante porque se pueden ver fotos y vídeos de la época, en puestos individuales. Nosotros vimos el desgarrador testimonio de uno de los supervivientes. Luego hicimos fotos en el CENOTAFIO, en la LLAMA DE LA PAZ (que se mantendrá encendida mientras existan armas nucleares), etc., finalizando la vuelta en el DOME, famosa estampa de la ciudad. Todo el famoso recinto estaba lleno principalmente de grupo de escolares, a los cuales los profesores les asignaban tareas variadas. Algunos nos hicieron encuestas, otros nos regalaron un precioso tríptico hecho por ellos a mano con dibujos, etc. El Dome son las ruinas del Hiroshima Prefecture Industrial Promotion Hall, punto sobre el que explosionó la bomba a una altura de 600 metros, como ya comenté más arriba. Cogimos el bus de la línea verde justo al lado del Dome hasta OKONI-MURA, con la idea de comer. Allí subimos al edificio en ascensor, parando en cada planta para echar un vistazo, decidiéndonos finalmente por la tercera planta, que nos tuvo mejor pinta, en concreto un local llamado TEPPEI. Nos tomamos dos okonomiyakis al estilo de Hiroshima (con fideos) sentados al lado de la plancha, la cual, por cierto, estaba como una patena. Yo lo pedí con queso y Pela con tendón de ternera. Además pedimos agua y una cerveza, pagando por todo 2862Y/26€. Luego dimos una pequeña vuelta por el barrio hasta que pasó el bus. Decidimos irnos ya para Kyoto, sin visitar por el CASTILLO DE HIROSHIMA, restaurado en los años 60 dado que fue destruido por el bombardeo, por lo tanto bajamos en la la Estación de tren y nos dirigimos al Midori no Midoguchi con el fin de adelantar la reserva. En la ventanilla nos dijeron que estaba todo ocupado por lo que tendríamos que ir a los vagones sin reserva. Una vez en el andén nos colocamos en la zona de los tres primeros vagones, pues marcaba en el suelo que esas eran las posiciones para los que no teníamos reserva. No tuvimos problema para entrar y coger sitio, a pesar de las largas colas que había cuando llegamos. En una hora y media llegamos a SHIN OSAKA, tiempo que aproveché para dormir de principio a fin. Nos acercamos hasta la oficina de Midori no Madoguchi para reservar plazas en el primer tren Shinkasen que saliese en dirección a Kyoto. Había uno a los 20 minutos y todavía quedaban asientos de reserva sí que cogimos dos. Llegamos a Kyoto en 20 minutos y una vez en la Estación cogimos el JR hasta NIJO. Caminamos alrededor de 15 minutos hasta que llegamos al apartamento que yo había reservado a través de AIRBNB, en la dirección 435 Ishibashicho (Oikedori) 708, Kyoto-shi, Kyoto-fu 604-0043. En un principio había reservado hotel pero vi que con esta web nos ahorrábamos 150€ así que no lo dudé y me animé a probarlo por primera vez. La verdad es que todo salió perfecto. La dueña de la casa, llamada Yuko, nos había enviado previamente, por email, un documento con las instrucciones para llegar al apartamento, cómo funcionaba cada electrodoméstico, cómo conseguir la llave, tiendas y restaurantes de los alrededores, etc. Ella nos había dicho que no hablásemos con el portero ni comentásemos nada con los vecinos y así hicimos. Llegamos y sacamos la llave del buzón mediante unos dígitos que nos dio, pues la puerta principal del edificio estaba abierta. Para entrar en la zona de viviendas había un código que también nos había facilitado. Una vez dentro subimos hasta la planta del apartamento y abrimos la puerta. Era pequeñito pero muy cuco y tenía todas las comodidades: baño, lavadora, cocina, salón, aire acondicionado, wifi, etc. Eso sí, no tenía TV. En la cocina había un mínimo de menaje para cocinar algo sencillo, así como algún que otro condimento. Aprovechamos por tanto para hacer la colada durante nuestra estancia en el apartamento, pero no teníamos tendal ni secadora así que tuvimos que colgar la ropa en unos adornos de bambú que había en el salón. Al rato bajamos a la calle con la intención de cenar. El barrio está muy bien, es tranquilo, con muchos servicios y en una zona céntrica, bien comunicada. Nos decantamos por un sitio que se llamaba OHSHO, muy cerca del piso. Era muy chic, en la línea de los locales que había por el barrio. Nos sentaron en la única mesa que quedaba libre, pues estaba bastante lleno de gente. Tras mirar la carta, esto fue lo que pedimos: -Gyozas fritas -Tofu con carne y salsa de chiles -Gyozas con queso y tomate -Rollitos de primavera Estaba todo riquísimo y además no pagamos mucho, 2105Y/20€ (incluyendo un agua y una cerveza para beber). Antes de entrar en el apartamento paramos en un Family Mart que había justo al lado con el fin de comprar algo de desayuno para el día siguiente: pan de molde, tofu en salsa y lengua de ternera para Pelayo. Etapas 10 a 12, total 19
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