Camping en los FIORDOS de NORUEGA / ¡10 días por 850€! ✏️ Blogs de Noruega

¡OBJETIVO: 10 DÍAS EN NORUEGA POR 850€!

Empezamos nuestro viaje, obviamente, organizándolo paso a paso. Como ya os he dicho, nos queríamos gastar el menor dinero posible y, en Noruega, es casi una misión imposible bajar de los 900-1000€ por persona y semana, ¡así que, sí, me siento muy orgullosa de haber logrado estar los 11 días por 850€/p !. Para ello valoramos muy bien todas las opciones. Os cuento paso a paso lo que hicimos

- VUELO

Compramos los billetes a finales de Diciembre. El vuelo salía desde Madrid y era de la compañía de Iberia Express. Nos costó 123€/p ida y vuelta, aunque unos meses más adelante lo vimos por unos 90€ (¡culpa mía por no esperar!). Salíamos el día 8 de Julio (sábado) sobre las 21:00 y llegábamos al aeropuerto de Oslo sobre las 00:15 del día 9. El vuelo de regreso caía el día 20 (jueves) a las 00:30 aproximadamente y llegábamos sobre las 4:00 a Madrid, así que aunque son 12 días oficiales, tiempo real allí fueron 10 días.

A ese precio tuvimos que añadir 45€ de facturar maletas. A la ida facturamos dos y a la vuelta una (metimos una dentro de la otra :P). A parte de las maletas, nos llevamos unas mochilas de senderismo, de unos 50l.

- TRANSPORTE Y ALOJAMIENTO

Una vez tuvimos los billetes del avión, comenzamos a pensar sobre el transporte y el alojamiento. Estuvimos barajando la posibilidad de comprar un Interrail, pero... ¡Ni se os ocurra! Para empezar, el tren está bastante mal comunicado (muchas veces tienes que retroceder de un sitio para ir a otro), son trayectos muy largos que solo compensan si duermes en el tren y no da la suficiente flexibilidad como para acercarse a disfrutar de las rutas naturales que brinda Noruega. Conclusión, nosotros nos decidimos por alquilar un coche porque muchísimos de los sitios a los que teníamos pensado ir eran totalmente inaccesibles en otros medios de transporte.

El alquiler lo hicimos a través de la compañía Sixt. Nosotros reservamos el coche con bastantes meses de antelación, del día 9 al 19 de Julio. En el coche de alquiler nos gastamos aproximadamente 460€ (cogimos el más barato). Al devolver el coche pagamos 93€ (aquí se incluyen los peajes) y además la gasolina nos costó unos 145€ (2000km) y los parkings unos 40€ .

Otro tema a tener en cuenta son los ferrys. Nos tenían muy preocupados, pero la verdad es que no fue para tanto. Simplemente llegas al puerto, te colocas donde te toque en función de donde quieras ir y luego, una vez dentro del ferry, esperas a que vaya un señor a cobrarte. No suelen ser muy caros (entre 15-20€ dos personas y el coche). . Los ferrys salen cada muy poco tiempo, así que no compensa volverse loco buscando los horarios (os lo dice una que sí lo hizo y perdió el tiempo). En total, unos 62€.

Otro problema que nos llevaba de cabeza era el tema del alojamiento... Todo es súper caro. Estuvimos mirando muchas opciones: hostales, albergues, hoteles, alquiler de casas... Para empezar, olvidaros de los hoteles por dos motivos: el primero, casi ninguno baja de los 100€/noche y el segundo, en las zonas BONITAS de verdad, en las que estás en pleno contacto con la naturaleza, no hay hoteles.

Después de estudiar las otras posibilidades, al final nos decidimos por ir de camping. Habíamos leído que estaban muy bien, que habían muchísimos y que eran la opción más barata. Eso sí, camping de verdad, al estilo mochilero con tienda de campaña. Nunca habíamos dormido en tienda de campaña ni habíamos hecho nada del estilo, ¡así que fue una auténtica aventura!

La tienda de campaña que compramos fue la Coleman Crestline para dos personas. Nos costó unos 50€ y la verdad que nos aguantó perfectamente las lluvias (y os digo que una noche llovió todo el rato muchísimo y no caló nada ni al suelo ni al techo). A parte de eso tuvimos que comprar almohadas hinchables, un kit de cocina y un camping gas (unos 30-40€ todo). La bombona de gas la compramos en una gasolinera de allí, por unos 18€ la mediana. Mi novio, además, se compró un saco de dormir por unos 20€ en Amazon para unos 5-10 grados. Yo, por mi parte, fui una incauta y por no gastarme más dinero aproveché uno que tenía mi padre... ERROR. Mi saco era para unos 15 grados y luego pasé mucho frío por las noches (vale, soy de Valencia y quizás sea más exagerada, PERO HACÍA FRÍO, creédme, perfectamente unos 5-7 grados por la noche, y eso con lluvia y humedad... Pues... ). Vamos, que acabé robándole en parte el saco a mi novio . Además, gorroneamos a unos amigos unos colchones hinchables

Todas las noches las hicimos en camping a excepción de la primera (que la pasamos en el aeropuerto) y la última que decidimos darnos el capricho y descansar en un hotel. Los camping nos costaron entre 10-30€ por noche (os detallaré en las siguientes etapas nombres, precio y comodidades) y el hotel unos 80€ (aunque teníamos un descuento de Booking y se nos quedó en 65€. También os diré cuál es y mi opinión). En total en camping nos gastamos unos 140€.

- ITINERARIO

Al decidir alquilar un coche teníamos mucha más flexibilidad para realizar nuestro itinerario. Al principio barajamos la posibilidad de subir al norte, pero finalmente desistimos porque ni nos daba el tiempo ni el dinero (ir en coche era una locura, así que lo único que podíamos hacer era ir en avión y hubiese sido casi imposible). Nada, ¡así ya tenemos excusa para volver!

Nos decidimos centrar en la parte oeste de los fiordos. El itinerario inicial iba a ser este:


Con ello visitábamos el fiordo Lyse (ruta del Kjerag y del Preikestolen), Stavanger, el valle de las cataratas en la comunidad de Odda, Bergen, el valle de Fläm y el fiordo Song, el parque nacional de Jostedalsbreen y la lengua Briskal, el Geiranger y su fiordo, y finalmente Oslo. Sin embargo, luego realizamos un par de modificaciones: añadimos la ciudad de Kristiansand y la arista de Besseggen.


- COMIDA

Después de leer mucho por Internet decidimos llevarnos una maleta con comida. Si queréis ahorraros mucho dinero hacerlo sin ninguna duda porque la comida allí es carísima. Para que os hagáis una idea, cuatro manzanas, cuatro plátanos y un pan nos costó 12€. Otro día compramos fresas y uvas y se nos fueron también unos 10€. Y eso que íbamos a los supermercados más baratos y cogíamos lo que menos costaba.

Así que la mañana que nos íbamos pasamos por un Alcampo y compramos comida para todos los días. Previamente habíamos hecho un menú para intentar distribuir bien la comida y además, intentar comer más o menos "equilibrado" (dentro de las posibilidades). Compramos arroz, pasta, atún, mejillones, sopas, lentejas, judías, galletas, pan tostado, mermelada, jamón serrano, queso y lomo embuchado (todo esto iba envasado al vacío), muesli, leche en polvo, aceite y tomate... La fruta la decidimos comprar allí, aunque nos llevamos unas manzanas para los primeros días. La compra nos salió por unos 45€.

Si os interesa que deje el menú y la lista de la compra avísadme y os lo intento subir

- DINERO

No sacamos ni una corona, todo lo pagamos con tarjeta. Solo tuvimos problemas para pagar en unos puestecitos tradicionales de fresas que habían en las gasolineras, así que al final las compramos en un supermercado por el mismo precio. Así que, si no queréis cambiar dinero o sacar desde España, no tendréis ningún problema.

- ROPA

Por último, el tema de la ropa nos llevaba locos. No sabíamos muy bien qué llevar porque habíamos leído que en algunas zonas alcanzaban los 30 grados y, en cambio, en otras unos 10. Lo que sabíamos seguro es que necesitaríamos unos buenos impermeables y unas buenas botas también impermeables, así que nos hicimos con unos. Si podéis, haceros también con un cubrepantalones. Mientras más preparados en esto, mejor, porque os lloverá y, creédme, luego cuando hagáis las rutas agradeceréis mucho ir preparados (y más cuando veáis a gente que sube con paraguas o con unos chubasqueros muy cutres).

En general yo os recomiendo llevar ropa de abrigo. Nada de pantalones cortos ni mallas muy finas. Un chubasquero, botas, gorro, jerseys, un polar, térmicas... (Parece una exageración, y más pensando que era Julio, pero luego a la hora de dormir en la tienda os quedáis helados). Si queréis, coged un par de camisetas de manga corta para las rutas porque luego del esfuerzo pasaréis un calor de muerte (aunque hagan 7 grados).

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Salimos del aeropuerto de Barajas sobre las 21:00 aunque como teníamos que facturar estuvimos bambando por allí desde las 19:00 aproximadamente. No tuvimos ningún percance y el vuelo, aunque se retrasó, fue bastante tranquilo (y os lo dice una que tiene miedo a los aviones).

Llegamos al aeropuerto de Oslo sobre las 00:30. Llovía bastante, aunque lo que más me impresionó sin duda alguna es que desde el avión todavía se veía luz en el horizonte. Una vez allí, cogimos las maletas y buscamos un rincón donde dormir. El coche nos lo daban a las 8:00 así que no nos quedaba más remedio que esperar, ya que no nos queríamos gastar dinero en ir a un hotel.


Nos daba un poco de inseguridad dormir y dejar las cosas ahí sin que ninguno vigilase, pero supongo que es la mentalidad española, porque la verdad es que habían unos pocos mochileros más durmiendo a pierna suelta a nuestro lado con todas sus cosas repartidas por el suelo. Uno, de hecho, tiró la mochila y la bicicleta y desapareció por horas . Dormimos muy mal, ya que el aire acondicionado estaba muy fuerte y además había mucho ruido (un señor limpiando con una máquina...). Nos despertamos definitivamente a las 7:00 y desayunamos unos batidos y unas galletas que llevábamos en la mochila. Aprovechamos los baños del aeropuerto para asearnos y nos fuimos directos a por el coche.

La señora de Sixt nos atendió en seguida. Nos dijo que el coche llevaba incorporado el Autopass (sirve para pagar automáticamente los peajes), aunque nos lo cobraron aparte. Buscamos nuestro cochecito y... ¡sorpresa! Nuestro Ford Ka había evolucionado en un Ford Focus. A mí no es la primera vez que me pasa, pero mi novio se quedó muy rayado y decidió volver a la señora a preguntarle si no se había equivocado . ¡Obviamente no! Así que subimos al coche dispuestos a empezar nuestro viaje. La verdad es que al principio íbamos un poco cagadillos por si rayábamos el coche porque nos habían cobrado una fianza de 1000€ . Al salir del parking del aeropuerto nos cobraron 30 nok.

La idea inicial del viaje era ir desde el aeropuerto hasta Lysebotn para hacer al día siguiente la ruta del Kjerag y al siguiente la del Preikestolen. Sin embargo, el día antes de irnos vimos que daban muy mal tiempo para esos días, así que decidimos alargar un día e irnos a ver Kristiansand (habíamos dejado un día libre en el itinerario para imprevistos, así que no se nos descuadraba la ruta). Habíamos visto que no nos venía muy mal parar a ver la iglesia de madera de Heddal, ¡así que hacía allí nos fuimos!


Tardamos dos vidas en llegar a la iglesia , tanto que paramos en un lago sobre las 12.30 para comer (¡estábamos hambrientos!) y echarnos una cabezada en el coche. También paramos en una gasolinera a comprar la bombona de gas y pan para hacernos bocadillos.

El paisaje era espectacular, todo verde y precioso. Un gustazo.

Llegamos a la iglesia de Heddal sobre las 15:00. Era una auténtica preciosidad y estaba rodeada por un paisaje muy bonito. Habían vacas muy cerca y mucho cultivo. No entramos dentro porque la entrada era de pago, pero el exterior merece la pena. Después retomamos la ruta hacia Kristiansand.



Poco podemos decir del viajecito por carretera. Había empezado a llover y mi novio y yo estábamos cansados de tantas horas en coche, por lo que decidimos parar antes de llegar a Kristiansand, sobre las 19:30, en un pueblecito pesquero llamado Risør (a unos 100km de la ciudad). Paramos en el camping Risør Resort Moen Camping, que está un poco antes de llegar al pueblo, y la noche nos costó 300 nok.

El camping estaba bastante bien. Tenía cocina común con su vitro y los baños estaban bastante limpios. Lo mejor de todo es que las duchas eran como baños individuales que incluía la ducha (obvio ), el baño y la pila, vamos, ¡era como tener un baño privado! No obstante, comparándolo con otros campings creemos que fue muy caro (de hecho fue el más caro de todos).


Preparamos la cena, nos duchamos aprovechando el súper baño y montamos la tienda para irnos a dormir y así estar descansados al día siguiente. La idea era ir a ver Kristiansand por la mañana y después conducir hasta Lysebotn, nuestro destino original.

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El segundo día empezó más tarde de lo que pretendíamos, porque nos dormimos. La verdad es que estábamos reventados después de la noche en el aeropuerto y las horas en coche, así que, aunque la intención había sido madrugar, nos dormimos hasta las 10:30. En cuanto nos despertamos desayunamos (probando por primera vez la leche en polvo ), nos aseamos, recogimos los bártulos de la tienda y nos fuimos rumbo a Kristiansand. Como nos habían dado al final un Ford Focus pudimos guardar uno de los colchones prácticamente sin deshinchar .


Llegamos a Kristiansand sobre las 13:00. Tuvimos algunos problemas con el GPS llegando a la ciudad, pero finalmente lo conseguimos. Antes de nada, paramos en una gasolinera a las afueras y echamos gasolina. Después de eso empezó una auténtica locura: la búsqueda de un aparcamiento gratuito. Perdimos unos 40 minutos dando vueltas hasta que localizamos un hueco a una media hora del centro en el cual, aparentemente, se podía aparcar sin pagar. En el resto de la ciudad todo era de pago, así que olvidaos de aparcar más cerca gratis.

Empezó a llover justo cuando dejamos el coche. Por suerte, íbamos preparados con el chubasquero, las botas y el cubrepantalones. No llovía mucho, así que no tuvimos ningún problema y, de hecho, al rato paró. Nos adentramos por las calles un poco nerviosos de dejar el coche allí (más que nada por si luego nos encontrábamos con una multa del copón o, peor aún, sin coche). Aunque ya os digo, aparentemente todo era normal. Por si alguno quiere visitar Kristiansand y quiere ahorrarse el parking, nosotros encontramos esta zona al otro lado del puente, en Lund, en una especie de zona residencial.


Nos dimos nuestro paseíllo a pie hasta que alcanzamos la calle principal. La verdad es que el día gris y lluvioso le quitó bastante encanto. Después continuamos hacia el puerto, ya que habíamos leído que era lo más bonito de la ciudad. No es mentira, sin duda alguna merece la pena ir a verlo. Además, había parado de llover y, aunque todavía nuboso, el puerto brillaba por sí solo. Estaba formado por varios restaurantes establecidos en casitas de madera de diferentes colores y decorado por todos lados de flores preciosas. Todo olía genial, pero conseguimos evitar la tentación de comer nada y continuar viendo la ciudad .


El siguiente punto de nuestra lista era una iglesia luterana que se encontraba próxima a la calle principal. Al llegar a la plaza en la que estaba nos encontramos con gente repartiendo comida. Gratis. Free. Confesamos que toda nuestra atención se desvió hacia eso. ¿De verdad estaban repartiendo bocadillos gratis? Observamos que la gente se acercaba a las personas que estaban repartiendo la comida y se iban, así que concluimos que sí. Aunque nos daba un poco de palo, al final nos acercamos a coger nosotros también. Claro, el chico que nos dio la comida nos dijo algo en noruego y nosotros en plan “ehhhh…” *sonríe y vete *. Con ya nuestro preciado bocadillo en la mano y nuestra limonada, nos acercamos vagamente a ver la iglesia sin alejarnos del todo del puestecillo de comida gratuita. Echamos un vistazo, pero la verdad es que yo ya estaba pendiente de repetir y así ahorrarme la comida del día (soy una auténtica tacaña, como veis). Nada, nada, finalmente volvimos al puestecillo y nos llevamos otro bocadillo .


Decidimos ir de vuelta al coche porque nuestro siguiente destino, Lysebotn, se encontraba a unas 4:30h desde Kristiansand. A la vuelta nos dimos cuenta que muchísima gente iba en bici y que, incluso, las dejaban en la calle sin ningún tipo de cadena. Nosotros, como españoles típicos, nos quedamos alucinados.

Llegamos al coche (¡seguía allí y sin ninguna multa!), nos quitamos la ropa mojada y nos fuimos rumbo a Lysebotn. Poco más puedo decir del camino, porque más que nada me eché una buena siesta (lo sé, mala copiloto, aunque se ve que mantenía a mi novio despierto gracias a mis constantes caídas de cabezas y “autosustos” que me daba a mí misma cada vez que se me caía ). Cuando me desperté todavía faltaba bastante para llegar y llovía a cántaros. Paramos varias veces a descansar y a merendar, creyéndonos cada vez más cerca de nuestro destino. Después de merendar retomamos la marcha y a partir de ahí todo fue muy, digamos, divertido.


La carretera empezó a transformarse en una carretera totalmente aislada de cualquier forma de vida, sin ninguna señalización, ni quitamiedos, ni absolutamente nada . Eso era un camino de cabras (literalmente, porque después nos encontramos a unas cuantas andando a sus anchas por el carril). La carretera era súper estrecha, con curvas y, lo mejor de todo, de dos direcciones. Solo os digo que cada vez que había una curva rezaba por no encontrarnos de morros con una caravana. A nosotros el paisaje nos recordaba a la película del Señor de los Anillos, de verdad. Vamos, un poquito más y veíamos a Golum caminando entre las ciénagas.




Nos detuvimos un par de veces a hacernos unas pocas fotos entre la lluvia y poco más. No parábamos de subir por las montañas y, supuestamente estábamos ya a unos 15 minutos de nuestro camping que estaba situado en el mismísimo final del fiordo Lyse, por lo que nuestro sentido común nos decía que teníamos que empezar a bajar. Y así fue. ¡De pronto nos encontramos con varias señalizaciones alertando de una bajada con un 10% de pendiente! Y cómo no, mil curvas.


La bajada fue impresionante. Vimos la niebla entre las montañas que rodeaban el fiordo. El paisaje era verde y salvaje, como si de pronto hubiésemos pasado de estar en la peli del Señor de los Anillos a estar en Jurassic Park. Es indescriptible la brutalidad de la naturaleza. ¡Estábamos alucinando de que fuésemos a bajar tantísimo! Atravesamos un túnel de piedra pura, sin ningún tipo de iluminación, y tras unos cuantos minutos más por fin estábamos al pie del fiordo.


No os puedo describir lo que nosotros sentimos, pero fue una locura. La inmensidad de las montañas era imposible de captar por ninguna cámara y la belleza era pura magia. Apenas nos podíamos creer que fuésemos a pasar la noche allí, al lado de una cascada que caía desde lo alto de la montaña y al borde del nacimiento del fiordo Lyse.



El camping en el que pasamos la noche se llamaba Kjerag Lysebotn Camping Resort y nos costó 240nok. Respecto a las instalaciones, no eran tan buenas como las del camping de la noche anterior. El baño era el típico baño común y, aunque había una zona de cocina, era bastante vieja. No obstante, os recomendamos que vayáis porque la localización es, para nosotros, la más bonita de todos los campings en los que estuvimos. Una preciosidad.

Montamos nuestra tienda y cenamos. Tristemente nos dimos cuenta que nuestra cámara se había estropeado, así que nos deprimimos un poco (yo mucho, para qué mentir). Después del bajón de la cámara, fuimos a dar un paseo hasta el agua del fiordo. Ya apenas había luz porque eran casi las 00:00. Volvimos y nos fuimos a dormir. Al día siguiente subiríamos al Kjerag, nuestra primera ruta, por lo que teníamos que intentar estar descansados.

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