Viaje Japón Noviembre 2016. (En construcción) ✏️ Blogs de Japon

28 de Noviembre. Segundo de día de madrugón, he decidido poner los dos días donde mas he de madrugar seguidos porque así pillo el ritmo y así mañana puedo ir mas tranquilo. Lo mismo que ayer, me dejé mochila y desayuno preparados así que me visto y bajo a la calle. Hoy no va a llover, lo cual me tranquiliza porque me voy a mover bastante y los sitios que quiero ver mejor con el cielo despejado. Es muy pronto, de hecho aun no ha salido el sol cuando me encamino hacia la parada de metro que me llevará a Gion. Me desvió un poco y ya que estoy vuelvo a visitar el barrio de Gion, al salir del metro el sol empieza a asomar y en Gion estamos yo y el señor que barre y pone las calles. Menudo lujo, todo el barrio para mi solo. Así que me doy un paseo disfrutando del momento.


Desde aquí se puede llegar de varias maneras al Kiyumizu-dera y como no elijo la que pasa por mas callejones. Dejo atrás el santuario Yasaka y me interno en las callejuelas de Ninenzaka hasta llegar a la Matsubara Dori que es la calle que lleva al Kiyumizu-dera. Todo el trayecto lo hago prácticamente solo por la calle lo que me permite disfrutar de las típicas calles japonesas para mi solo, toda una experiencia. Al llegar a las cercanías del Kiyumizu-dera empiezo a ver pequeños grupo de valientes como yo que vienen a primera hora.

Bueno ya he llegado al templo, ahora solo queda entrar y disfrutar. Vaya si lo disfruto, menudas vistas, arquitectura, los bosques que lo rodean, la multitud de capillas, con razón es uno de los atractivos de Kioto. El Kiyumizu-dera es realmente precioso, porque en este viaje no me da tiempo pero anoto el volver aquí de noche, tiene que ser espectacular. Detrás del templo principal están las piedras del amor, si puedes completar la distancia entre ellas con los ojos cerrados se te concederá el amor, es divertido ver a la gente intentarlo. Después de visitar el templo principal me doy una vuelta por el complejo, es todo tan natural y perfecto que me deja sin palabras. Llego a la famosa cascada Otowa-no-taki con sus tres fuentes, evidentemente realizo el ritual y bebo en una de ellas. Me doy una vuelta por la parte baja del templo y volviendo la vista me quedo un rato disfrutando del lugar, sencillamente estan quieto y respirando el mágico ambiente que tienen estos templos.


Ya ha pasado un buen rato desde que he entrado en el Kiyumizu-dera y pongo rumbo al siguiente objetivo del día, el Sanjunsagen-do. Como aun es pronto las calles siguen un poco vacias, ya fliparé cuando vuelva luego, llego a la entrada del templo antes de que abran, busco un banco donde sentarme y aprovecho para desayunar. Mientras espero se me acerca un japonés y me pregunta por mi estancia en Japón, hay que ver lo que les gusta saber si te está gustando el país.

Una vez abren el Sanjunsagen-do compro mi ticket y accedo, nuevamente al ser de los primeros me evito aglomeraciones y me paseo por el templo a mi ritmo. Más que templo es una gran sala llena de estatuas de Kannon y más allá de ser soso es todo lo contrario, entre el olor a incienso y madera, un moje que esta rezando y la gran cantidad de estatuas que me observan tengo todo el rato la sensación de estar en otro tiempo y lugar. Lástima que no se puedan hacer fotos en el interior ya que el lugar es muy fotogénico. Sigo mi paseo por el interior del edificio hasta salir fuera donde me doy un paseo por los jardines, son un poco sosetes pero no están mal del todo.


Ahora toca volver a la zona del Kiyumizu-dera y pasear por la calle de Matsubara Dori, la intención es comer algo por la zona y luego visitar el Yakasa. Al llegar alucino, las calles vacias que había dejado atras hace unas horas ahora eran un hervidero de actividad. Turistas, tiendas, locales, todo era vida y bullicio. Con una sonrisa en la cara me zambullo entre la gente, este tipo de calles me chiflan, para esto si que me gusta haya gente. Visito tiendas de souvenirs, de artesania y sobretodo puestos de comida, me pongo morado a comer de todo. Dulce, salado, amargo, carne, vegetal, arroz, es un no parar de ir picando y buscando un sitio donde ir a comer termino comiendo. Si estáis a dieta evitar esa calle, todo son tentaciones, mención especial a los pastelitos de arroz fritos.


Sigo paseando por las callejuelas, desandando un poco el camino que he hecho esta mañana para llegar al Kiyumizu-dera y perdiendome un poco por el lugar, como al final he comido caminando he ganado tiempo. Así caminando entre calles y callejones llego al templo Yakasa que está situado en un parque muy bonito, me doy una vuelta por el lugar y me siento un rato a descansar al sol mientras disfruto del lugar.


Luego paseo por el parque y tras un ratito de deambular salgo por la calle de Shijo Dori en dirección al puente que cruza el rio Kamo, antes de llegar a él me detengo un rato a contemplar la peculiar fachada del teatro Minami-za.


Cruzo el puento y me dirijo al mercadeo de Nishiki, otro lugar de muerte y destrucción para la dieta y la comida equilibrada. Vuelta picotear mientras paseo observando multitud de puestos donde hay alimentos que no tengo ni idea de lo que son. Es una experienca muy loca pasear por el mercado, es una calle estrecha, muchos olores, mezcla de especies, lugares donde preparan comida, gente, la verdad es que me deja tan asombrado que me doy la vuelta y lo vuelvo a recorrer.


Salgo del mercado y viendo la hora decido acercarme a la estación de Kioto, que a parte de querer verla de día tengo que hacer un par de gestiones. Así que busco una de las calles que llevan a la estación en linea recta y la sigo. Antes de llegar me doy de bruces con el Higashi Hogan-ji, sabía que cerca de la estación hay un par de templos grandes pero no tenía pensado visitarlos. Es verlo por fuera y como voy bien de tiempo y la estación está cerca me acerco a echarle una ojeada. No está mal, un gran explanada con dos edificios principales, no tiene nada destacable pero es bonito a su manera.


Ahora si llego a la estación y... encuesta! Después de cuatro seguidas los primeros días ya las echaba de menos. Esta vez me hacen una encuesta unos niños de un colegio de Nara y me llevo de premio un punto de libro de One Piece dibujado por ellos, toma ya!

Por cierto menuda bicha la estación de Kioto, es gigante. Acero y cristal en cantidades industriales se alzan en medio de una gran plaza, pero mantiene unas formas elegantes como todo en esta ciudad. Entro en ella y busco la oficina del Sinkansen, mañana tengo que reservar billetes, y la oficina de envio de maletas ya que pasado mañana me iré de Kioto y como me moveré por varios sitios decido enviar la maletar grande a Tokio y viajar con la mochila que uso como equipaje de cabina. Con todo localizado me doy una vuelta por la estación, busco el mirador que hay en la planta superior y no defrauda. Una pasarela de cristal que atraviesa toda la estación de un lado a otro y que me obsequia con unas preciosas vistas de Kioto.


Vista la estación me subo al metro dirección al apartamento, al bajar en la parada de Imadegawa decido darme una vuelta por los jardines imperiales, aun hay algo de luz y me apetece relax. Luego voy al apartemento, ducha y quedo con Mizuki.

Nos vamos a tomar unas cervezas a un par de bares, paseamos por la zona del mercado de Nishiki y alli me lleva a cenar a un restaurante de Tonkantsu que quita el aliento. Luego vamos a la zona de ponto-cho y nos perdemos entre el gentío un rato para terminar comprando unas birras en eun 7/11 y bebernoslas en el rio al mas puro estilo adolescente. Noche completa y vuelta al apartemento, hoy voy más relajado porque mañana no toca madrugar. Me he programado un último día en Kioto tranquilo, por la mañana iré a Hikone a ver el castillo y al mediodia a Fushimi Inari con la intención de estar alli hasta que caiga el sol.


Visitas del día.

No lo pongo como visita pero si podéis ir a Gion al amanecer id, es fabuloso tener la calle para uno solo.

Calles de Ninenzaka y Matsubara Dori- Típicas calles japonesas que vemos en fotos y postales, preciosas tanto sin gente como con gente. Toda una experiencia pasearse por ellas, eso si vigilad la dieta que las tentaciones abundan y son peligrosas. Lugar para comprar souvenirs, dulces y todo tipo de comida.

Kiyumizu-dera- Otro de los lugares que para mi justifica la visita a Kioto. No puedo decir nada más que espectacular y precioso. Eso sí como consejo aprovechad que abren muy pronto para ir a primerisima hora, entre que no hay mucha gente y la luz de las primeras horas de la mañana hacen que el madrugón merezca la pena.

Sanjunsagen-do- Otro que me impresionó más de lo que pensaba, al principio entras como diciendo es solo una sala con estatuas pero a medida que avanzas la energía del lugar te atrapa y no te suelta hasta que sales del lugar. Si lo encandenais con una visita temprana al Kiyumizu-dera podéis estar allí antes de que abran lo que os asegurará visitarlo sin agobios de gente y con suerte veréis a los monjes rezar.

Yasaka- Después de los dos anteriores este sabe a poco, la plaza donde esta el templo no esta mal y el parque que lo rodea invita al paseo y a relajarse. Si está de camino no es mal sitio para dejarse caer pero para mi no justifica el desviarse para verlo.

Mercado de Nishiki- Toda una experiencia para los sentidos, venir aquí con alguien que sepa de gastronomía y cocina tiene que ser un alucine. Sitio recomendable para pasear, picar algo y sobretodo comer.

Templo de Higashi Hogan-ji- Otro sin más. No hay mucho que decir, si se tiene tiempo de camino a la estación pues se puede entrar y pasearse un poco si no para nada merece el desviarse para verlo.

Estación de Kioto- Hay gente que no le gusta y a mi me parece superbonita. El mirador con pasarela es una flipada y la arquitectura de la misma me pareció súper elegante. Además es un buen sitio para tomar algo por la tarde si se quiere descansar un rato.

De los jardines imperiales y ponto-cho no vuelvo a comentar nada porque ya lo hice en entradas anteriores.

Trayecto del día

Solo pongo el que hago durante el día, para cenar sencillamente fue autobús a Nishiki y luego paseo hasta ponto-cho y metro para volver.

1- Apartamentos
2- Barrio de Gion
3- Callejones de Ninenzaka
4- Calle Matsubara Dori
5- Kiyumizu-dera
6- Sanjunsagen-do
7- Callejeo por Ninenzaka y Matsubara Dori
8- Templo Yasaka
9- Teatro Minami-za
10- Mercado de Nishiki
11- Templo Higashi Hogan-ji
12- Estación de Kioto

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29 de Noviembre. Hoy me levanto a una hora normal, no deja de ser pronto pero no de madrugada como los dos días anteriores. Entre ayer a la noche y hoy por la mañana dejo lista la maleta para enviar a Tokio y la mochila grande que llevaré estos días Dejo la mochila grande en el apartamento y junto a Clotilda (mi flamante maleta verde) bajo a la calle, desayuno aleatorio y metro hasta la estación de Kioto. Una vez en la estación me dirijo hacia dónde está la empresa de envió de maletas. Esta justo cuando entras por la entrada principal a nivel de calle bajando por las escaleras, hay que fijarse en el símbolo de consigna de maletas pues es allí. Enviarla fue mucho más fácil de lo que pensaba, le entrego la dirección del hotel de Tokio a la chica que me atendía, le señalo en el calendario que día llego a Tokio y a que hora más o menos. Me hace rellenar un par de cosas en un formulario y fin. Adiós Clotilda, nos vemos en Tokio!

Una vez enviada la maleta me dirijo a la oficina del Shinkansen, está en la planta principal y se ve fácil, y reservo billetes para mañana dirección Himeji y luego Hiroshima y los de Hiroshima-Osaka y Osaka-Nagoya. Así ya tengo esos dos día cubiertos y no me tengo que preocupar.

Con los billetes del Shinkansen en mi poder toca embarcar en un tren para uno de los destinos especiales para mi en el viaje, rumbo al castillo de Hikone. Saco mi billete con el JR Pass, eso que me ahorro, subo al tren y a disfrutar del viaje. Durante el trayecto repaso lo que han sido estos primeros días en Japón, estoy disfrutando de lo lindo y aun no voy ni por la mitad del viaje! Durante el viaje aprovecho para comer un poco y leer sobre el castillo que voy a visitar. Este es uno de los pocos castillo originales que quedan en Japón que no han sido reconstruidos y es tesoro nacional del país, como amante de el período histórico del feudalismo nipón para mí es uno de las visitas clave del viaje.

Llego a Hikone y busco la oficina de turismo dónde una amable señora me hace entrega de un mapa, encuesta de rigor y me desea feliz estancia en Hikone. El pueblo tiene su encanto y aunque hoy hace más frío que otros días el solecito ayuda a pasarlo, llegar al castillo es fácil, sólo hay que salir de la estación y seguir la calle principal.

Al llegar al recinto de entrada del castillo hay unas murallas que rodean todo el lugar con un foso lleno de patos y cisnes, por ahora mola, cruzo el puente que da acceso y tras caminar un poco llego a las taquillas, antes de entrar visito un establo dónde una estatua de un caballo que acecha en las sombras me da un susto de muerte, maldito jamelgo ninja! En las taquillas veo que puedo entrar al museo del castillo y luego al castillo y sus jardines, sin pensarlo compro entrada para todo. Hemos venido a jugar señores.


Primero visito el museo, la verdad es que es muy completo y tiene una buena colección de antigüedades. Veo mis primeras katanas y armaduras, unos preciosos kimonos y me paseo por las habitaciones de unas antiguas casas señoriales. Todo bien presentado, explicaciones escuetas en inglés pero que con el prospecto que dan a la entrada se pueden complementar. Al salir recojo unos prospectos y recuerdo que ayer al hacer la maleta descubrí que tengo diógenes de prospectos, los he recogido en cada sitio que he ido y ni me acordaba, xd.


Salgo del museo y entro al castillo, a medida que avanzo cada vez me gusta más lo que veo. Un sendero asciende por la montaña donde está emplazado el castillo, con puertas y murallas defensivas por el camino y no me cuesta nada imaginar como sería en la época de los samuráis Mi freak interior se emociona a cada paso. Tras un ascensión visualmente impactantes llego a la explanada donde está situado el castillo y me sorprende lo pequeño que es. Es como un mini castillo de Osaka en la cima de un altollano, y sin murallas ni montaña que proteja el viento me saluda con fuerza. Aquí el frío se nota más pero ayuda a hacerse una idea de lo que podía ser el día a día en el castillo, paseo un poco por la explanada ya que ofrece unas vistas magnificas de la ciudad y del lago Biwa. Arrecia el viento y decido refugiarme en el castillo, primero entro en una torre de vigía exterior y veo que lo de refugiarse como que no. Con dos ventanas abiertas se monta una corriente que alucinas, me imagino a los guardias con mantitas vigilando. Ahora si, toca entrar en el castillo propiamente dicho. Por dentro se conserva muy bien y es muy bonito con toda la estructura interna de madera, asciendo piso tras piso hasta llegar a la parte de arriba desde donde se disfruta de unas vistas aun mas espectaculares, en primavera con un día soleado tiene que ser una gozada estar aquí. Ahora mismo lo que hay es viento y frío, xd. Aun así disfruto como un enano de la visita y si los próximos castillos que me esperan son así me lo voy a gozar.


Abandono el castillo y después de mirármelo un rato más desciendo por el camino trasero con rumbo a los jardines. El descenso es igual que el ascenso, entre murallas y puertas defensivas y al llegar a la base de la montaña cruzo un puente sobre el foso y accedo a los jardines. La verdad es que no esperaba mucho de los jardines de un castillo pero estos me sorprenden de manera agradable. Buen tamaño, bien cuidados y construidos alrededor de un estanque donde hay un pequeño establecimiento para tomar te y con un par de rincones muy bonitos, además hay grullas!


Después de esta gran visita vuelvo a la estación, no si antes parar en la oficina de turismo y decirles que me ha encantado el castillo y los jardines, subo al tren y vuelta a Kioto. Ahora toca otro de los puntales del viaje, Fushimi Inari.

En la estación de Kioto me subo a otro tren en dirección a la parada de Inari, cuando salgo al anden es casi la hora de comer y viendo que voy bien de tiempo me dedico a buscar algún sitio para comer, nuevamente me pasa lo de la calle de Matsubara Dori del día anterior y como buscando un sitio para comer. Hay un montón de puesto de comida en la calle y no puedo evitar picotear en varios. El barrio se lo ve animado y vivo, hay mucha gente paseando y comiendo en los puestos de comida. Tras un paseo por las calles de alrededor de la estación voy a la entrada del Fushimi Inari.

La primera en la boca, menuda entrada con una torii gigante y las estatuas de zorro que la flanquean. Avanzo por la avenida que lleva al templo principal, el Fushimi Inari Taisha, y me doy una vuelta por la zona hasta llegar a un pequeño estanque donde hay muchos gatos remoloneando y mirando a la gente con la típica mirada de gato de “humano dame comida”.


Vuelvo al templo principal y empiezo mi ascensión por el camino de toriis, hay bastante gente y al principio me desanimo un poco porque con el bullicio y el gentío pierde un poco el encanto pero a medida que voy subiendo cada vez hay menos gente y hago varios puntos del camino solo. Por el camino paso por varios templos hasta llegar al primer punto remarcable, una suerte de mirador desde donde se ve la cuidad de Kioto bañada por el sol del atardecer. Una vista preciosa.


Del mirador salen varios caminos y tras consultar el mapa elijo el que creo me llevará a la cima y sigo ascendiendo. Esta vez estoy gran parte del camino solo y se nota la magia del lugar, subir rodeado de toris y el bosque me deja sin habla. Es uno de esos momentos que me hacen sentir que este es “el viaje”. Al llegar a la cima veo una escena muy curiosa donde un grupo de adolescentes presentan una muñeca que traen al altar que hay en la capilla, además escondida tras un árbol a una vending machine, acechan en todos los lugares.

Me siento a descansar un rato y a disfrutar del ambiente del lugar, todo es paz y siento como que estoy en un lugar mágico y aun no he visto lo mejor. Decido volver ya que está oscureciendo y voy descendiendo hasta llegar al mirador y allí me espera la ciudad de Kioto iluminada en la noche, otras vista que me deja sin palabras, decido sentarme y disfrutar.


Me vuelvo a poner en camino y ahora llega la magia. Hago casi el 90% del trayecto de bajada solo, entre toriis iluminadas por farolillos, cae una fina llovizna, los ruidos del bosque me rodean y a lo lejos puedo escuchar pequeño grupos de gente hablando. Todo el camino es como un sueño. Una de las experiencias más maravillosas de mi vida, descender el Fushimi Inari de noche.


Al llegar al final del trayecto vuelvo la vista y veo algunos puntos de luz que marcan el camino de ascenso y mi mente vuelve al trayecto que acabo de realizar hace poco, me quedo un rato recordando y me prometo volver si o si. Una vez me recupero me doy una vuelta por los templos que hay en la base de la montaña, que ahora iluminado y por la noche tienen un aspecto fabuloso. Me despido de Fushimi Inari y vuelvo al tren, pongo rumbo a la estación de Kioto y de allí metro a Imadegawa y al apartamento

Llamo a Mizuki y nos vamos a cenar al restaurante de Ramen que fui el día del Pabellón Dorado, no me puedo ir de Kioto sin probar ese ramen otra vez. Luego tomamos unas cervezas mientras damos una vuelta por el barrio y nos despedimos, le doy las gracias por todo, le prometo que si vuelvo le aviso y que si él viene a España que me de un toque.

Subo al apartamento y estoy un rato en el balcón observando Kioto, han sido unos días intensos e inolvidables, una ciudad elegante y muy pero que muy bonita. Ahora dormir que mañana nos espera Himeji e Hiroshima.

Visitas del día.

Castillo de Hikone- Preciosa toda la visita, el museo, el ascenso al castillo, el propio castillo, los jardines y el lugar donde está. Muy recomendable si lo que se quiere ver es un castillo japonés, aun siendo pequeño merece mucho la pena. Eso sí si vais en otoño abrigaros porque como haga un poco de frío y aire pilláis Las vistas al lago Biwa son de quitar el habla, me dio la sensación que en primavera tiene que ser un espectáculo Yo visité todo el complejo, ya que estaba allí que menos, el museo si no sois mucho de visitarlos os lo podéis saltar, aunque no es caro y mola mucho la visita, pero el castillo si os mola el tema es una visita obligada si estáis por Kioto, no se tarda mucho en llegar (45 mins aprox).

Fushimi Inari- Si o si, no hay más. Si estáis en Kioto montároslo como queráis pero tenéis que ir, no hay palabras para describirlo y os recomiendo subirlo a la tarde y bajarlo cuando se ha hecho de noche, a la que pilléis una parte del camino sin gente paraos y disfrutad del momento. Puede parecer exagerado pero fue una de las experiencias mas alucinantes de mi vida. Pasearse entra las toriis y el bosque de noche es mágico.

Trayecto del día

No pongo el camino hasta la estación de Kioto ni el de vuelta al apartamento porque ya lo he presentado en varias etapas.

1- Estación de Kioto
2- Estación de Hikone
3- Castillo de Hikone
4- Jardines del castillo de Hikone
5- Estación de Inari
6- Fushimi Inari Taisha
7- Camino de toriis y ascensión al monte.

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30 de Noviembre. Un amanecer extraño, como el último día en Osaka, contento por iniciar una nueva etapa del viaje pero a su vez triste por dejar atrás una ciudad como Kioto. Tras asegurarme de que no me dejo nada y el piso esta bien dejo mi apartamento. Antes de ir a por el metro me despido con la mirada del restaurante de ramen, mochila a la espalda enfilo hasta la parada de Imadegawa y directo a la estación.


Antes de subir al tren compro mi desayuno aleatorio que casi se me olvida ese día. Busco el andén de los Shinkansen y a esperar el tren bala. Este llega la hora exacta marcada, entro y busco mi sitio. Estos trenes por dentro son una maravilla, espaciosos, cómodos y sin ruidos ni sobresaltos. Desayuno tranquilamente y durante el viaje me dedico a leer un poco y a observar las vistas, para cuando me quiero dar cuenta ya estoy en Himeji. De lo suave que va el Shinkansen ni te enteras de que estás en movimiento.

En la estación de Himeji busco unas taquillas para dejar la mochila y no ir tan cargado, una vez el equipaje está en su sitio toca visitar el castillo. Nuevamente es fácil de encontrar, tal como salgo de la estación hay una gran avenida y al fondo se ve el parque del castillo. Toca caminar, el día es soleado y acompaña el paseo hasta las inmediaciones del recinto del castillo de Himeji. La primera impresión del castillo es positiva, desde la explanada que da acceso al castillo se yergue majestuoso en su característico color blanco y azul.


El complejo donde esta el castillo y él mismo son enormes y a medida que me acerco empiezo a quedar maravillado con el tamaño del lugar. Pensar que la mayor parte de su estructura es madera me hace alucinar de lo que debió ser construir eso. Compro la entrada y una vez supero la primera muralla vuelvo a alucinar. No solo es enorme si no que es elegante, tiene un aire de nobleza que inspira. El trayecto es muy completo, paseo por varios niveles del complejo, alguna torre vigilancia, pasarelas, puertas y murallas interiores, hasta llegar a la puerta del castillo.

Una vez dentro puedo subir hasta el último piso, en uno de los accesos la escalera es tan empinada que la tengo bajar de lado. Todo el interior de madera, con sus enormes vigas me deja otra vez perplejo, estancias y pasillos son aprovechados para exponer restas arqueológicas encontradas en el lugar; a medida que subo pisos la gente empieza a aglomerarse un poco debía a la falta de espacio y en algunos puntos se forman colas para avanzar con la visita. He llegado a media mañana y se nota. Una vez arriba del todo unas hermosas vistas de todo el complejo y de la ciudad de Himeji me saludan y aprovechando el solete mañanero hago un poco la lagartija en una ventana.


Deshago el trayecto y antes de salir vuelvo a mirar al castillo intentando imaginar como debe ser estar aquí en primavera con los cerezos en flor, tiene que ser espectacular. Ahora toca visitar un lugar que descubrí aquí en el foro, el santuario del monte Shosha. El motivo de mi visita a parte de que parece un lugar muy bonito es que allí se rodaron escenas de la película “El último samurái”, y como es una de mis películas favoritas no podía dejar pasar la ocasión.

Para llegar busqué la parada del autobús nº 8 y me subí a él, no tiene perdida ya que la última parada era la del teleférico del monte Shosha y en unos 30 minutos estoy allí. Una vez allí compro el ticket combinado de subida y bajada y cable arriba dirección monte Shosha Las vistas a medida que el teleférico asciende son cada vez más espectaculares y verme rodeado de tantos árboles con los colores del otoño me hace sonreír, he acertado con los días de viaje.

Llego a la estación y tras orientarme un poco en un mapa que hay en el exterior veo que no tiene mucha perdida llegar hasta el templo que quiero visitar, con seguir el camino principal me vale. Empiezo a pasear por la senda de la montaña y entre que hace muy buen día y el paisaje enamora me recorro el trayecto hasta el primer complejo de templos casi sin enterarme. Un trayecto por cierto muy bonito, atravesando una gran puerta que marca el principio de la zona sagrada, estatuas en los márgenes del camino y pequeñas capillas que aparecen de la nada entre los árboles. Por ahora todo muy bonito.


Me paseo por el primer grupo de templos y la verdad es que son muy chulos, hay uno que parece un Kiyumizu-dera en pequeño, con el mismo tipo de terraza elevada. La zona comienza a fascinarme cada vez más y creo que ha de ser un lugar genial para pasar un día entero paseando y disfrutando de la naturaleza. Me sorprende la gente que hay, no está lleno el monte de gente pero hay la suficiente para que el ambiente sea animado.


Vuelvo a orientar y enfilo dirección al templo de Mitsunodo, en verdad es un complejo de tres enormes templos de madera, una vez allí otro momento mágico. Por cosas del destino solo comparto el lugar con un monje que está barriendo y una señora mayor que esta paseando. Durante unos instantes me quedo en el centro del patio donde están los tres templos, luego me pongo los cáscos y escucho tema principal del último samurái. Momento freak paseando por el templo, justo termina la canción y llega un grupo de turistas. Me doy una vuelta por los tres templos y me siento a disfrutar del paisaje.


Con lástima veo que me tengo que ir ya que quiero llegar a Miyajima con algo de luz solar. Desando el camino y llego a la estación del funicular de allí a la parada de bus y luego directos a la estación de tren. Subo al Shinkansen y camino a Hiroshima. Antes de subir compro un bento para comer durante el trayecto.

Cuando llego a Hiroshima hago trasbordo en un tren local hasta la parada de Miyajimaguchi y de allí solo he de cruzar la calle e ir al embarcadero del ferry que me llevará a la isla de Miyajima. Todos estos trayectos los cubre el Jrpass así que sin problema. Toca hacer cola hasta que llega el ferry, una vez dentro me voy a la parte de arriba a ver bien el trayecto hasta la isla.

El ferry cruza la distancia entre el embarcadero y Miyajima tranquilamente y tengo unas preciosas vistas de Hiroshima, al poco ya empieza a verse la famosa torii de Miyajima a lo lejos y me emociono, es uno de los lugares emblemáticos de Japón.


Desembarco sin problemas y busco el ryokan donde me hospedaré esta noche, el Hotel Sakuraya. Me atienden amablemente y me indican cual es mi habitación, subo en ascensor y me encuentro una sencilla pero confortable habitación con tatami y ventana con vistas a la montaña y al mar. Perfecto.

Dejo mis cosas y salgo a pasear, me agencio un mapa con restaurantes de la zona y listo. Una vez fuera recorro el paseo marítimo hasta llegar la zona donde espera la puerta torii, como llego que aun no se ha ido el sol disfruto del cambio de luz una vez se pone. Al ser marea baja puedo acceder a los pies de la torii, es gigante, menudos troncos tiene como pilares. Aprovecho para sacar fotos del lugar, y del templo que hay delante todo iluminado y sin darme cuenta me veo prácticamente rodeado de agua, la marea sube a una velocidad vertiginosa y casi no me doy cuenta hasta que la tengo encima. Escapo como puedo y me quedo un rato a ver como sube la marea del todo, es curioso ver que un lugar donde estaba hace unos minutos ahora esta lleno de agua.


Tras pasear un poco por la zona me doy cuenta de que empieza a ser tarde y mejor busco algo para cenar no sea que cierren pronto. Me adentro un poco en el barrio (dos calles, xd) donde hay más restaurantes y al final doy con uno que tiene buena pinta y en la carta dice que hay un menú de desgustación de platos locales. Me vale.

Una cena exquisita que consiste en ostras rebozadas, arroz blanco, enrollable de tortilla con anago (anguila marina), sopa de miso con almejas y verduras de la zona.


Riquísimo todo y a buen precio, unos 23 euros al cambio), con la panza llena por la exquisita cena me doy una última vuelta por el lugar y vuelvo al ryokan, donde la amable señora que hay en el mostrador me recuerda que el onsen está abierto hasta las once de la noche....espera ha dicho onsen! Subo a la habitación, cojo la toalla y luego paso casi dos horas en remojo en agua calentita. Recién bañado me visto con la yukata que hay en mi habitación y me bajo a la calle a contemplar un rato el mar. Luego subo a mi habitación y despliego el futón, monto la cama y a dormir. Caigo rendido.

Visitas del día

Castillo de Himeji- Muy bonito, la verdad es que merece la pena pararse a verlo y es de los pocos sitios que creo que en primavera o verano se disfrutan más que en otoño. El castillo es enorme e impresiona visitarlo, como un pero diría que la visita por dentro es un poco sosa. Todo son exposiciones de restas arqueológicas, alguna habitación recreada o decorada como antaño le sentaría de lujo y haría la visita más amena.

Monte Shosha- Fue un tesoro inesperado, por recomendación del foro fui y me encontré un lugar precioso y con una naturaleza bien cuidada que invita a pasearse por el lugar. La única pega es que como iba justo de tiempo hice la visita más rápido de lo que me hubiese gustado. Como sitio es muy bonito pero creo que se disfruta más si se tiene tiempo aun si no defrauda en una visita rápida.

Isla Miyajima- Lo poco que vi por la noche me dejo flipado, es un lugar mágico para mi. El pasearse por el paseo marítimo y por la zona de la puerta torii al anochecer no tiene precio.

Trayectos del día

1- Kioto
2 -Himeji
3- Estación de Himeji
4- Castillo de Himeji
5- Estación del teleférico
6- Monte Shosha
7- Himeji
8- Hiroshima
9- Estación de Hiroshima
10- Estación de Miyajimaguchi y embarcadero del Ferry
11- Isla de Miyajima
12- Ryokan
13- Paseo marítimo
14- Puerta torii

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