Navarra en 5 días, Diciembre 2017 ✏️ Blogs de España

Día 4: Amanece con sol y sin hielo, ha llovido algo por la noche, este día toca emprender el viaje. Nos aprovisionamos de vino, sidra y Pacharán y dejamos atrás Pamplona en un día espectacular, por primera vez vemos más de 5º C en esta ciudad, llegamos a 6º C, jaja. Nos encanta como está organizada, el casco viejo ahí recogidico y rodeado de parques casi por los cuatro costados, luego zonas nuevas y pueblos y luego campo y montaña, tal vez el tema del aparcamiento es lo peor, demasiada zona controlada incluso lejos del centro, no hay problemas, pero hay que pagar, poco porque varios días era fiesta y no se pagaba. Bueno, pues salimos para Puente la Reina, bonito pueblo, tanto el puente y fachadas al río como su calle principal y casas, de una de las cuales (de un tal Churruca, creo recordar) salió un vecino y nos invitó a entrar, pues por ser casas históricas están obligados a dejar el portal abierto, muy bonita. Hay mercado y compramos unos dulces, de una señora que venía de La Rioja, pero igualmente buenos. Partimos hacia Estella, y aquí lo siento, pero si tuviera que poner una nota utililizando una fórmula matemática que relacionara lo bonito, lo feo, lo accesible, creo que no superaría un umbral como para merecer la pena desviarse. A ver, bonito es La Rúa, iglesia de San Pedro de la Rúa y toda esta zona, en una casa de cultura vimos una exposición de belenes muy bonitos, y puede que esto sí mereciera la pena, pero luego las vueltas que dimos con el coche buscando aparcamiento y luego andando hasta encontrar "algo bonito para ver", incluída su calle mayor, con muchas tiendas, pero algunas cerradas y abandonadas, su plaza "mayor" supongo en forma de triángulo, más bien feota, el puente parece una cosa pero es cemento puro, etc, aquí teníamos cara de poker, luego al entrar a la Rúa cambiamos un poco de opinión, pero por eso digo lo de relación bonito/feo, y a parte, íbamos a ir a Artajona, y habíamos ahorrado muchos km y no habríamos perdido mucho si nos hubiésemos saltado este pueblo, ni siquiera vimos un sitio que nos invitara a comer. Sin embargo llegamos a Artajona y directamente comimos espectacularmente en el Asador el Cerco, pero no de asado, sino de menú de 4 platos: verduras, guiso de pochas, bacalao al ajoarriero y carrilladas, y postre, 4 personas por poco más de 40€. Y luego a ver el Cerco, muy bonito, aunque llovió durante esa visita, pero pudimos apreciar lo bonito que es tanto su interior como las torres y la muralla. No nos sumamos a la próxima visita guiada porque era a las 17:30 y lloviendo y en este tiempo sería muy oscuro ya. Tal vez a la próxima, volvería a ese pueblo para ver el Cerco con sol y volver a comer en el asador, probablemente con un menú mejor, aunque este que era el básico fue espectacular. De aquí a Tudela dónde dormiríamos con lluvia todo el camino. Tudela nos recibe denoche, la parte no histórica es más bien feota y desorganizada, me sorpende que esté construída con tantas cuestas teniendo la gran llanura del Ebro al lado, pero en fin, supongo que preferirían que esas tierras fueran para huertas. Cenamos antes de entrar al centro en el bar Eva III, una bocatería dónde sirven muy bien y rápido, y dónde tienen carta para celiacos que nos salva la vida a gente como nosotros (mi hija es celiaca). Ya cuando entras en el centro la cosa cambia, la plaza de los fueros es muy bonita y animada, y por una calle salimos a la plaza de las Herrerías, se vé animada pero más "desanchada", así que preferimos volver al calor de las calles más céntricas, hemos cenado pronto y vemos que mucha gente está aún de pinchos, incluso en la calle por algunas cuesta pasar, buen ambiente, nos hubiera gustado venir sin las niñas para poder ir de bar en bar de pinchos, pero así es la cosa. Llegamos a la Catedral, grande, magestuosa y diferente, pero bonita, y la plaza de atras, luego la rodeamos y entramos en una zona de callejuelas que está un poco desangelada, de la catedral a la derecha (si nos situamos teniendo la plaza de los fueros detrás) el centro está "que se cae" prácticamente, sólo después de unas callejas encontramos otra vez bares, y decidimos volver a la plaza y ya ir hacia el hotel.

---

Día 5: Bardenas Reales y vuelta a casa. Nos levantamos y pretendemos desayunar en algún bar cercano que habíamos visto la noche anterior oferta en desayunos, pero están cerrados, y es que claro, la noche de antes estaban de cubateo cuando pasamos, así que llegamos a la Plaza Mayor y desayunamos en uno de ellos, unas fotos de día de la plaza y nos vamos a las Bardenas Reales, dónde paramos en el centro de visitantes a informarnos del estado de los caminos y como llegar al Pisquerra, zona por la que queríamos hacer una ruta andando. Nos recomiendan la ruta larga en sentido antihorario, y creo que teníamos que haberla hecho al revés, porque por este lado vas viendo partes de La Negra que son montañas erosionadas pero con más vegetación, por lo que no son tan espectaculares y son como las que hay en el 70% de la España seca, y ya cuando estás detrás del polígono de tiro empiezas a ver el singular paisaje de las Bardenas, las mesas de la Ralla y el Rallón y algunos cabezos, así como infinidad de ramblas a los lados del camino que esculpen el paisaje de la misma forma que los grandes cabezos, lo que ahora apenas levanta medio metro, tal vez dentro de mil años sea un gran cabezo como los más conocidos del lugar, es curioso e intuitivo, finalmente llegamos al aparcamiento que hay cerca del Pisquerra, y echamos a andar hasta las famosas escaleras que colocaron para subir por las dunas, pero que la naturaleza ha destrozado, son peligrosas, así que subimos por el cauce de un barranquito entre dos cabezos, hasta llegar arriba casi dónde otra vez aguantan en posición horizontal, pero se cortan otra vez, y hay un paso un poco difícil dónde apenas cabe un pie y luego las escaleras las ha arramblado la escorrentía y quedan suspendidas a 1 metro del suelo firme, así que decidimos parar aquí (íbamos con niñas de 7 y 10 años, tampoco es cuestión de jugarse la vida), de todas formas la vista aquí al volver atrás la vista ya es espectacular. Nos hacemos unas cuantas fotos, y al bajar, y vídeos, y panorámicas, etc. No sé dónde leí que un viajero medía lo que le había gustado un lugar por el número de fotos que había hecho, pues este si es por eso, nos gustó, y eso que era un día nublado y con viento, si llega a haber sol, habría sido espectacular. Y bueno, después de esto una vuelta al coche y una parada en Castildetierra para fotos y al legar a la civilización ya era tarde para comer en cualquier lugar decente, así que fuimos al McDonalds de Tudela (que a veces nos sirve también para salir del paso con la celiaquía, excepto en Francia, UK, etc.) y después vuelta a casa en algo menos 4 horas con una sola parada a echar gasolina.

---