Jordania con niño ✏️ Blogs de Jordania

Hoy es el gran día, vamos a visitar Petra, un destino soñado. Cogimos el coche y bajamos hacia el parking que estaba lleno. Volvimos hacia la calle que se dirige a la entrada y había sitio. Entramos a las 9:30, aquí si que controlan la entrada.

Para la visita llevamos dos bolsas de comida que nos preparó Issam, con: pan árabe, un tomate, un pepino, un huevo duro, quesitos, mermelada, una naranja, un plátano, un zumo y un cuchillo de plástico. Calculamos mal el agua, solo llevábamos 1 litro.

Nos llevó una hora llegar al Tesoro, el primer tramo al sol, pero el siq es una maravilla. Tienes que tener cuidado que no te arrolle un carro de caballos. Es una pena que campen a sus anchas sin respeto para los turistas que van a pié.


En el Tesoro se amontona la mayor parte de las personas que hacen la visita. Continuamos hasta el Monasterio, al cual llegamos 2 horas después. A final subimos en burro porque con el niño no estábamos muy seguros de que a subir los 800 escalones. Confirmo lo que dicen muchos foreros, es peligroso subir en los burros. Pero una vez que te subes no hay vuelta atrás. Y si vas a pie cuidado con los caballos y burros. Es vergonzoso como bajan corriendo con los caballos con todos los turistas subiendo a pie. Una pena que no se controle.

Comimos en la cueva hay frente el Monasterio y nos repusimos del calor. Si tienes que ir al servicio, prepárate, un wc químico rebosante . A la bajada compramos el pañuelo jordano y una pashmina mientras tomábamos un té con Nazaret, que era la madre del guía de los burros. Pañuelos tienes de 3 calidades, el barato 1 JOD, el mediano que puedes sacarlo por 4 JOD y el bueno más caro. Si quieres puedes ofrecer un precio e irte, si te has pasado no te perseguirán. Esto te sirve de referencia para un precio justo.

Al llegar al teatro, no teníamos agua y sólo les quedaba agua caliente. Tuvimos que ir hasta el Tesoro para poder comprar agua fría. A la vuelta cuando sales del Siq vuelven a intentar llevarte en caballo, que está incluido en la entrada. Al final accedimos para que se subiera el niño. Cuando llegamos al final le das la propina, que siempre será poca, me pedían 10 JOD. Vaya propina, di los 3 JOD que tenía en el bolsillo y se fue a por otro turista.

Al final fueron 21 km en total. Salimos entorno a las 16h porque nuestro hijo estaba muy cansado. Pero te puedes pasar más tiempo si resistes. Vimos las tumbas desde abajo y no subimos ni al Sacrificio, ni al chiringuito que hay frente al Tesoro.

Volvimos al hotel a ducharnos y descansar. En el alojamiento estaban los hijos de Issam juagando al fútbol y el nuestro se unió. Pasaron una tarde muy entretenida. Mientras nosotros nos sentamos en la entrada y estuvimos hablando de la vida en España y Jordania. Issam nos presentó a un amigo guía que estaba de paso por trabajo. Un personaje muy interesante, 75 años y seguía currando, a mi pregunta de cuando se jubilaba, su respuesta: ¿por qué? si estoy bien para trabajar.

Estuvimos debatiendo de la vida de las mujeres en Jordania, mientras Issam nos invitaba a unos vasos de agua. Los hombres pueden tener 4 esposas por ley, pero ellas un solo marido. Eso si, pueden tener novios en secreto. Con que naturalidad lo comentaba, a la pregunta de que pensaban sus 4 hijas de ello. Su respuesta: es la ley.

Llegó la hora de cenar y fuimos a Beit Al-Barakah Restaurant, barato y rico falafel 1 JOD, shawarma 4 JOD y hasta hot dog. Refrescos a 1 JOD. Para comer por bajo presupuesto. Eso sí, es sitio de turistas.

A nuestra vuelta, los niños siguieron jugando y se comieron unos helados. Nosotros repartimos unos chupa chus que llevábamos. Cuando se hizo muy tarde, nos fuimos todos a la cama. En Wadi Musa pasamos los días más agradables de todo el viaje. Un acierto quedarnos en My Home Hotel.

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Después de desayunar, fuimos al Western Union que hay en Wadi Musa, puesto que al día siguiente era viernes y la mayoría de negocios estarían cerrados. El cambio fue 0.83, calculamos para tener dinero hasta acabar el viaje. Sobre todo porque en Wadi Rum todo tiene que pagarse en metálico.

Pagamos el alojamiento, las bolsas de comida y las botellas de agua que habíamos cogido del frigorífico estos días. Nos despedimos e Issam nos deseo volver a vernos cuando nuestro hijo fuera un adolescente, a lo que dijimos Insha'Allah.

Terminamos de recorrer la carretera del rey y nos incorporamos a la autopista del desierto. La velocidad máxima en ella es de 110 km/h y es la mejor del país. Lo único a tener en cuenta, es que hay travesías, que no está anunciadas y te encuentras badenes de repente. Pero si vas atento no hay problema.

Antes de entrar decidamos repostar de nuevo, calculamos mal, porque aunque nos quedaban muchos kilómetros por delante, el consumo al final, no fue como el resto del viaje. Y dejamos el coche con más gasolina de la cuenta. Otra cosa que Entreprise no hace en Europa, darte un coche con 1/4 de deposito.

Lo divertido de la gasolinera, es que las dos que vimos estaban en dirección contraria. En la segunda vimos que la mediana estaba rota y decidimos pasarnos al otro lado. En Jordania estas maniobras arriesgadas están al orden del día.

Llegamos al centro de visitantes y presentamos los Jordan Pass, nos lo sellaron y nos preguntaron si teníamos reserva. Le dijimos que avisara a Salman, según las instrucciones recibidas por el alojamiento. Nos dijo que cogiéramos el coche hasta el pueblo y que nos esperarían allí. En la puerta hay carteles con los precios de los tours.


Al salir del aparcamiento nos paró el policía que controla el acceso para ver nuestros Jordan Pass sellados. Al llegar al pueblo hay un aparcamiento donde están todos los beduinos esperando a los turistas. Enseguida nos abordaron para hacer tour por el desierto, pero al decir que buscábamos a Salman se fueron.

Apareció Husein y nos dijo que era el guía de Salman, cogimos todas las cosas y nos subimos a la parte trasera de una pickup. Eran las 12:30 y el sol era de justicia. Nos preguntábamos si esa sería nuestro vehículo durante el tour que queríamos hacer. Porque sin un parasol nos íbamos a derretir.

La verdad es que no sabíamos hacia donde nos llevaba, al llegar a una casa dentro del pueblo paró. Y nos dijo que entrásemos. Precisamente durante los meses antes estuvimos tratando de organizar todo el tema del tour por correo electrónico, pero las respuesta nunca eran claras. Entramos en la casa y vivimos lo más surrealista del viaje.

Salman nos recibió muy amigablemente, nos invitó a sentarnos y beber té. Después de las preguntas protocolarias, nos preguntó que queríamos hacer. No había valido de nada todos los correos. Le dijimos que dudábamos entre el tour de 3 y 4 horas. Y nos aconsejó el de 4 horas. ¿Nos preguntó que precio nos había dicho en los correos? Y le dije que nos mandaron mirar la web del Beyond Wadi Rum Camp. Yo las tenía impresas y me las pidió. Me dijo que pagaríamos lo que ponía ahí, pero le recordé que en los correos me dijeron que los niños pagan la mitad en la cena. Total que me nos dijo que pagáramos 160 JOD, por el tour, la bolsa de comida, agua, cena, alojamiento y desayuno.

Pero como llevábamos reserva por Booking, le pregunté como ajustábamos el precio. Y me pidió que la anulásemos, nos dio la clave de wifi. Al hacerlo, la App nos avisaba de un recargo de 50€, al final nos puso al habla con alguien en su teléfono que nos dijo que no tenían la posibilidad de hacernos el recargo. Llegados a este punto nos tuvimos que fiar.

Cerrado el trato, nos preguntó que si pagábamos en ese momento o preferíamos a la salida. Nos decantamos por esta segunda opción. Nos dijo que hacía mucho calor para salir y que esperaríamos un rato. Y empezó a llegar gente (hombres) que saludaban y se recostaban en el suelo. Allí estuvimos un rato largo sin saber que hablaban entre ellos y sin saber a que hora saldríamos.

Cuando parecía que no saldríamos nunca, nos dijeron que para la camioneta otra vez. Había preparado un sombra en la parte trasera. Primera parada el supermercado del pueblo, donde nos dieron dos bolsas de comida (pan árabe, lata de atún, quesito, un pepino, un tomate) más una botella grande de agua. Y por fin nos adentramos en el desierto, parando en el manantial de Lawrence. Nos dijo el guía que 30 minutos de ascensor veríamos el manantial, la verdad que a medio ascenso vi que no merecía la pena seguir subiendo, lo bonito es darte la vuelta y disfrutar del paisaje.

Al bajar comimos en la tienda que hay a los pies del manantial. En cada punto turístico hay una tienda donde vende cosas y te invitan a té. Nunca había bebido tanto té, como ese día. La verdad que aunque estaba caliente quitaba muy bien la sed. Si te quieres hacer una foto en dromedario, este es el sitio (1 JOD).

A continuación la gran duna roja, desde la cima hay unas vistas alucinantes. El ritmo todo el tour fue muy pausado, casi teníamos que ir tirando del guía. Muy cerquita está el Khazali Canyon, como había llovido los días antes tenía bastante agua y nos mojamos los pies para llegar al final.


Luego a otro lugar que no recuerdo el nombre, donde la gente amontona piedras.


Posteriormente al Abu Khashaba Canyon, te dejan en un lado y te recogen en le otro (30 minutos). Muy chulo. Luego al gran puente de piedra, si no estás un poquito en forma no se puede subir.


Para terminar en la zona de la puesta de sol. Bueno, se supone, porque la bruma no nos dejó verla.

Acabado nos llevó al campamento, el Beyond Wadi Rum Camp. Si quieres dormir en una haima sobre la arena, este no es tu sitio. Las habitaciones son de lujo, con suelo de baldosas, camas muy cómodas. Las duchas y baños compartidos básicos pero suficientes para una noche en el desierto. Con agua caliente y luz eléctrica, que más se puede pedir. Salman estuvo todo el tiempo preocupado que estuviéramos a gusto, para ellos es importante las críticas. Además el campamento está al lado del pequeño puente. Si pudiera volver, repetiría.

Después de la ducha, disfrutamos de la comida típica del desierto con coca colas a 1JOD. Muy normalita y después sentados alrededor del fuego esperamos hasta que nos venció el sueño. Por cierto, aquí nos encontramos con la guiri que estaba viendo el fútbol en Wadi Musa, el mundo es un pañuelo.

Desgraciadamente como estaba nublado no pudimos disfrutar del espectáculo de las estrellas. Igual es la escusa para volver.

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A las 6 de la mañana el sol era de justicia. Que noche más tranquila, ni un ruido. Después del desayuno, nos dimos una vuelta andando hasta el pequeño puente.


Luego recogimos las maletas y esperamos que vinieran a recogernos. Una vez subidos, retornamos al pueblo de Wadi Rum. Y de nuevo a la casa de Salman, se interesó bastante en que nos fuéramos contentos para que las críticas que hiciéramos fueran buenas. Pagamos lo convenido, más las dos bebidas de la cena. Se despidió con un abrazo y nos llevaron a nuestro coche.

Por delante teníamos 300 km de la autopista del desierto. Un paseo después de haber recorrido la carretera del rey. Hicimos una parada a medio camino en un sitio grande que vimos, resultó ser la parada de los autobuses. El camarero, que era muy majo, le regaló a nuestro hijo un paquete de galletas. A los españoles nos reconocen enseguida y como se esfuerzan en hablarte en español.

Como íbamos bien de tiempo decidimos pasar por el aeropuerto a por las tarjetas de embarque. Así el día siguiente no iríamos tan agobiados. Para llegar a la zona de facturación, ya tienen controles de pasaportes y arcos de seguridad. Topamos con un jordano desagradable y nos dijo que no podíamos hacer el check in. Traté de explicarle que en la web ponía que se podía 24 h antes. Me contestó que para eso tenía que ir a Amman. Total, lo máximo que conseguimos, fue que nos puso juntos en los asientos. Preguntamos a que hora había que estar al día siguiente y nos dijo que a las 8:30. E vuelo salía a las 10:50.

Para salir del aeropuerto, tuvimos un pequeño lío con los de seguridad. No están acostumbrados a que la gente que visita el aeropuerto no vuele. Pero conseguimos salir e irnos a nuestro hotel. Esta vez sin perdernos.

El chico de la recepción se acordaba de nosotros y nos dio la misma habitación. Le dijimos que al día siguiente teníamos que estar en el aeropuerto a las 8:30 y nos dijo que subiéramos a desayunar a las 7:30.

Dejamos las maletas y nos fuimos a comer al Jaw Zaman Restaurant. Buen humus 2.50 jod y cheese rolls 4 jod. Raciones muy grandes. Y si pides Consejo al camarero tener en cuenta que los jordanos comen mucho. Al final te cargan 4.75 por servicio.

Después de comer recorrimos Mádaba, que distinta en viernes, con casi todas sus tiendas cerradas. Después de recorrer los sitios más importantes, nos fuimos a descansar a la habitación. Para cenar salimos y fuimos al Coffee Shop Ayola. Platos de comida rápida a buen precio. Buen sitio para una comida informal y rápida. Bastantes platos combinados.

Ya de noche y con las calles vacías nos fuimos a dormir.

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