Queríamos disfrutar y rodar entre viñedos, olivos y los bellos pueblos italianos, así como poder bañarnos en los tres mares que rodean la punta y tacón de la bota italiana: el Adriático, el Jónico y el Tirreno.
Haríamos el viaje en septiembre y pensamos en nuestro recorrido inicial por el sur de Italia (abajo está escrito, pero ya os adelanto, que lo cambiamos bastante).
También comentar que tuvimos mucha suerte porque todos los días nos acompañó un tiempo fabuloso que nos permitió bañarnos cuando visitamos las playas y costas. Y además, (quien viaja en moto, lo sabe), para circular cómodamente, el tiempo es un factor muy importante y determinante para poder disfrutar de los paisajes y lugares a visitar.
Nuestra ruta inicial era la siguiente:
Día 1 - Llegada a Civitavecchia. Día siguiente ruta hasta Nápoles
Día 2, 3 y 4 – Nápoles (3 noches)
Día 5 - Isquia
Día 6 - Herculano-Oplontis y Pompeya
Día 7 - El Vesubio y llegada a Sorrento
Día 8 - Costa Amalfitana
Día 9 - Amalfi
Día 10 - Atrani, Ravello y Cetara
Día 11 – Salerno, Paestum, Agropoli y Velia
Día 12 - Pertosa
Día 13 - Matera
Día 14 - Lecce
Día 15 y 16 - Ostuni y Alberobello
Día 17 - Bari
Día 18 - Vuelta a Civitavecchia
Pues sí, este era nuestro plan, pero modificamos la ruta bastante y finalmente quedó como os enseño en el mapa:
Nos pareció una buena idea solo contratar desde España los B&B de Civitavecchia y Nápoles y que los demás alojamientos, lo haríamos sobre la marcha. Y fue una decisión acertada ya esto nos dio la opción de modificar bastante nuestra ruta inicial prevista.
El día 03/09/18 embarcamos desde Barcelona en el ferry de la naviera “Grimaldi Lines” hasta Civitavecchia.
Llegamos por la tarde-noche, y nos alojamos en un B&B Fuori dal Porto, todo perfecto, una habitación muy cómoda y cercana del puerto, lo necesario cuando llegas por la noche en un país que no es el tuyo y de un viaje largo y cansado en ferry.
Nos dimos una vuelta por la zona del puerto y cenamos en el restaurante “Frito Bru”, una fritería de pescado muy rica porque a la pizzería que queríamos ir (por recomendaciones) que era la “Mastro Titta Pizza” estaba cerrada.
Al día siguiente, nos dirigimos hacia Nápoles. Ya de camino por la Autostrada nos empezamos a escandalizar por la conducción que tienen los italianos, porque aunque ya la conocíamos, a medida que íbamos bajando, más locos iban.
Llegamos a Nápoles y nada más entrar en la ciudad, los conductores napolitanos ya nos dieron algún que otro susto.
Miquel conduce muy bien la moto y además voy a presumir un poco y puedo decir que ha conducido por muchísimos países de todo el mundo y está curado de espantos, pero es que después de este viaje, llegamos a la conclusión que los conductores italianos (sobre todo los del sur de Italia) son bastante peligrosos con el coche. No respetan nada, ni STOP, ni semáforos en rojo, ni Cedas al Paso, ni pasos de cebra…. Y claro, en África pues aún, pero en Europa, uffff
Nápoles
¡Qué decir de Nápoles, que no esté dicho ya!
Es una ciudad única, que no deja indiferente, que o te enamora o la odias, es ruidosa, caótica, loca, divertida,… a día de hoy, no he conocido ninguna otra capital europea como Nápoles.
Cuando llegamos preferimos dejar nuestra moto en un parking privado cerca del B&B que habíamos contratado y recorrer los tres días la ciudad caminando y con transporte público, porque no creímos que fuera buena idea ir con nuestra gran moto por la ciudad.
El B&B que elegimos en la capital del sur fue “iBed Napoli” donde Paulo nos estaba esperando. Un B&B muy céntrico y con una habitación fantástica y muy amplia. Disfrutamos cada día con el desayuno que Paulo nos preparó a “la carta”. Lo recomiendo encarecidamente como lugar para alojarse.
Lo primero que hicimos una vez llegamos a la habitación fue situarnos en la ciudad con el mapa y la guía y planificar que iríamos a ver cada día.
Nada más salir a la calle fuimos a comer nuestra primera pizza napolitana y durante la tarde caminamos por el centro histórico.
Caminar por el centro histórico de Nápoles tiene un encanto especial. Mientras nos paseábamos vimos la entrada de “la Nápoles subterránea”. Como yo había visto en un programa de TV en qué consistía cogimos entradas, pero por desgracia, solamente quedaba la visita guiada en italiano e inglés.
Y como estábamos en Italia, pues… ¡Elegimos italiano!
Bajamos muchas escaleras empinadas hasta llegar a una zona bajo tierra donde puedes ver los restos del acueducto de Augusto, y puedes ver como se encuentra todo el subsuelo de la ciudad donde antiguamente se escondieron los cristianos y también los italianos de las bombas de la Primera Guerra Mundial.
Continuamos admirando los diferentes pequeños altares que vas encontrando por la ciudad y los “duomos” mientras volvíamos a la habitación para descansar y seguir por la noche.
Por cierto, no pudimos evitar la parada en el Bar Nilo, en la Via San Biagio dei Librari, donde conservan un ¿¿¿auténtico??? cabello del “pelusa”, el futbolista Diego Armando Maradona, ídolo local.
Aquella misma noche, fuimos caminando por la Via Toledo hasta llegar al Quarteri Spagnoli, el barrio más famoso de todo Nápoles.
Y a pesar que casi todo el mundo dicen que se trata de un barrio peligroso nosotros quisimos verlo “en directo” por la noche.
He de comentar que por la noche, las calles son muy oscuras, sin ningún atractivo especial aunque puedes encontrar una gran oferta de restaurantes y pizzerías para cenar. También se puede ver a mucha gente que hace vida en la calle y como todos hablan muy alto y sobre todo, mucho ciclomotor circulando a unas velocidades vertiginosas, conducidas tanto por niños como por adultos, sin casco y sin ninguna precaución.
Acabamos nuestra primera jornada y nos fuimos a descansar. Al día siguiente, continuábamos en Nápoles.
Al levantarnos lo primero que hicimos fue ir a comprar los billetes de Ferry para ir al cabo de unos días a la isla de Isquia. Decidimos ir con nuestra moto y así circular y conocer toda la isla. Luego vimos que no fue una buena decisión ya que es una isla muy pequeña, el transporte de la moto en ferry nos salió carísimo y además, allí también los italianos conducen como verdaderos locos. Aun estábamos habituándonos a su conducción que con una moto grande y pesada como la nuestra, no es una tarea fácil.
Cuando acabamos con la gestión de los tickets del Ferry, seguimos paseando por la zona y aprovechamos para ver desde el exterior la imponente fortaleza del Castel Nuovo. Es un castillo que llama la atención porque tiene sus paredes muy sucias y negras aunque leyendo en las guías nos enteramos que se trata por el tipo de piedra volcánica que utilizan.
Luego continuamos recorrido hasta impresionantes Galerias de Umberto I y visitamos el interior del Teatro de San Carlo, el cual es el más antiguo de toda Europa. Una visita que recomiendo ya que dan unas explicaciones muy curiosas sobre la construcción del Teatro.
De las galerías solo decir que son unas elegantes galerías comerciales inauguradas en el año 1900 y que son prácticamente gemelas a las que podemos encontrar en Milán.
Subimos en funicular hasta el castillo de Sant’Elmo desde donde disfrutamos de las mejores vistas de Nápoles, sus costas y el imponente Vesubio que manda sobre la ciudad. Luego nos paseamos por el Quarteri de Vomero, el más alto de Nápoles, donde paramos a comer en el Ristoranti Acunzo. Allí nos comimos unos increíbles spaghetti alle vongole. ¡Estaban alucinantes!
Una de las locuras de Miquel fue decirme que bajáramos desde el Castillo de Sant’Elmo andando hasta el Quarteri Spagnoli. Y yo, a regañadientes, acepté y uffff…. fue un paseo agotador pero lo cierto, es que nos impregnamos del intenso Nápoles. Vimos todo tipo de personajes variopintos, los balcones tenderos improvisados con bragas, sábanas, sujetadores y vaqueros, señoras tirando agua desde los balcones a la calle, niños sin casco y en sus motorinos, etc.
Cuando llegamos, nos fuimos a descansar y por la noche, repetimos experiencia nocturna en el Quarteri Spagnoli.
Un diario estupendo. Pensando sólo en el recorrido, no me interesaba en su totalidad, pero el diario es tan ameno que me lo he leído entero y así apuntar destinos para un futuro. Gracias.
¡Gracias a tod@s vosotr@s por leerme y por hacerme estos comentarios!
Me alegro que lo disfruteis y espero que os pueda resultar de ayuda en vuestros viajes.
Buenas tardes,
Soy nuevo en este foro. Este verano viajo a Napoles (3 noches) y Costa Amalfitana (Sorrento como base de 4 noches) y mi duda es la siguiente: he descartado el coche de alquiler por motivos obvios anteriormente comentados en el hilo, y ante la duda de bus/barco para moverse por los diferentes pueblos y zonas costeras, hay que reservar ya los billetes de barco o a mediados de julio es fácil conseguir billetes al momento en el puerto?
Tenía pensado ir un día a Capri, donde sí o sí hace falta barco, claro.
Por otro lado, los horarios que actualmente salen en las web de las... Leer más ...
Yo creo que no hace falta. Yo estuve en agosto, hace un par de años, y fui desde Napoles a Capri, comprando el billete en el mismo momento sin problemas. A lo mejor desde Sorrento, al tener menos oferta que Napoles, si que podrias planteartelo. A ver que dicen los compañer@s.
Yo creo que no hace falta. Yo estuve en agosto, hace un par de años, y fui desde Napoles a Capri, comprando el billete en el mismo momento sin problemas. A lo mejor desde Sorrento, al tener menos oferta que Napoles, si que podrias planteartelo. A ver que dicen los compañer@s.
Desde Nápoles a Capri sin problemas , compras el tinte en el kiosko del mismo puerto.
Puede haber dos compañías diferentes para este recorrido, se diferencian por los colores del billete.
Para la vuelta también.
No hay problemas de sitio xq los barcos son enormes.
Nada más atracar en Capri te encontrarás con los kioscos que te ofrecen todo tipo de excursiones.
La de la laguna azul es un poco desesperante xq la entrada en pequeñas barcas va por orden de llegada y a veces hay q esperar mucho.