Atenas y Mykonos en Septiembre 2018 ✏️ Blogs de GreciaCuatro días y medio de regalo descubriendo Grecia: Historia, arquitectura, sol y caminatas.Autor: Auri81BCN Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (15 Votos) Índice del Diario: Atenas y Mykonos en Septiembre 2018
Total comentarios: 5 Visualizar todos los comentarios
Etapas 4 a 6, total 7
Hoy vamos al Acrópolis.
Vayas por donde vayas de Atenas es imposible perder de vista esta colosal colina, sobre todo porque se alza en el centro de la ciudad. Es de visita obligada para todo turista. De todo el complejo destacamos dos edificios en la base de la Acrópolis y cuatro en la cima. En la base se encuentra: El teatro de Dionisio El Odeón de Herodes Ático y en la cima tenemos: Propileo Templo de Atenea Niké Erectheion y por supuesto, el Partenón En verano el horario de apertura es de 8:00 a 20:00. Va cambiando según la época del año, se puede consultar aquí. La entrada cuesta 20€ y sólo se vende en las taquillas en el mismo día. Si se quiere comprar la entrada combinada de 30€ que permite también el acceso a otros monumentos, es buena idea tenerla ya comprada con anterioridad cuando se vaya a visitar el Acrópolis, para ahorrar el tiempo de cola en la taquilla. Esta entrada combinada se puede comprar en cualquiera de los monumentos que se incluyen. Hay dos puntos de acceso, el acceso sur, cerca de la parada de metro Acropolis y el acceso oeste, en frente del Areópago. Leí que en la entrada sur hay menos cola, así que a las 7:45 de la mañana, allí estábamos. Y no éramos pocos. La desventaja de esta entrada es que queda más lejos del Partenón así que cuando llegas arriba del todo, ya hay un puñado de turistas que han entrado desde la puerta oeste. Entrada: Entre la entrada sur y el Partenón nos encontramos el Teatro de Dionisio. Este semicírculo rodeado de gradas es la cuna del teatro tal y como lo conocemos. Aquí tenían lugar en el siglo V AC las primeras representaciones con motivo de las celebraciones anuales del dios Dionisio. Inicialmente las gradas eran bancos de madera y posteriormente se sustituyeron por piedra. Con la caída del Imperio Romano, el teatro quedó olvidado. Hoy en día se encuentra en buen estado, no como los Templos de Themis o de Asclepios, que están un poco más colina arriba y son poco más que columnas tumbadas y piedras, cuesta hacerse la idea de cómo habían sido en sus buenos tiempos. Teatro de Dionisio: Siguiendo el camino podemos contemplar desde la parte superior el Odeón de Herodes Ático. Es de las construcciones más modernas del Acrópolis, pues se construyó en el siglo II DC. Este teatro de piedra es más bien pequeño, con capacidad para 5.000 espectadores (en el Teatro de Dionisio cabían el triple) y podía ser cubierto por completo. Funcionó durante alrededor de un siglo hasta que fue destruido en una batalla. En el siglo XIX fue descubierto y restaurado y actualmente se hacen representaciones teatrales, conciertos y otros eventos. Odeón de Herodes Ático: Y finalmente hemos llegado a la cima. Estamos enfrente del Propileo, la entrada monumental. Pero paremos un momento para entender de qué va esto del Acrópolis y el Partenón y demás… Érase el siglo V antes de Cristo, que Atenas, recién victoriosa de la guerra con los supuestamente invencibles persas, estaba “on fire”. Las ciudades-estado que formaban la Grecia clásica se habían dado cuenta que era más beneficioso aliarse entre ellas para luchar contra los enemigos. Atenas era la más poderosa de estas ciudades y Pericles era el gobernador del momento. Para presumir del éxito, mandó construir un complejo de templos en el Ácrópolis (que en griego significa "la parte alta de la ciudad"). No es que no hubiera nada allí arriba, pero había templos más discretos que no lucían tanto. Su proyecto incluía el fantástico Partenón, el templo de Athena Niké, el Erectheion, el Propileo, y otros templos, santuarios y edificios de los que ya apenas queda nada. La construcción del Partenón se vio interrumpida por la guerra contra Esparta, su ciudad rival, que no estaba contenta de que Atenas se fuera haciendo más y más poderosa. Perdió Atenas, pero aún derrotados siguieron construyendo, no iban a dejarlo a medias. Con la llegada del período bizantino el templo se usó como iglesia, llegaron los otomanos y lo usaron como cuartel militar y luego como mezquita hasta que los griegos finalmente obtuvieron la independencia de los turcos y lo empezaron a considerar un tesoro nacional. Ahora ya podemos entrar. El Propileo nos da la bienvenida con gigantescas columnas de mármol. Son las ocho y cuarto de la mañana y ya hay un montón de turistas. Grupos de cruceristas siguiendo a su guía bloquean el paso. La función del edificio no era otra que la de servir de entrada al recinto, separar lo terrenal de lo divino. Con un gran pasillo central separaba varias alas, una de ellas tenía la función de pinacoteca. Las guerras del Peloponeso (Atenas vs. Esparta) paralizaron su construcción y nunca se ha finalizado el plan original, en el que el edificio hubiera sido simétrico. Propileo: Al sur del Propileo, muy al borde de la ladera se encuentra el pequeño templo dedicado a Athena Niké. Se puede observar fantásticamente desde fuera, desde dentro e incluso desde el areópago. Con cuatro columnas jónicas en la fachada frontal y trasera y unos frisos detalladamente esculpidos, el santuario contenía una figura de madera de la diosa de la Victoria, pero al contrario de lo que era habitual, ésta no tenía alas, la teoría era que así nunca abandonaría la ciudad. A mí me pasa por la mente la de sangre y sudor de esclavos que habrá costado subir ahí estas monolíticas columnas de mármol de 4 metros de largo (y todo el resto de toneladas de mármol del Acrópolis, por supuesto). Templo de Athena Niké: Avanzamos. Desde aquí arriba se tienen unas vistas de toda Atenas: el monte Filopapo, al que subiremos esta tarde, el ágora griega, el templo de Zeus Olímpico, el estadio Panatenaico y hasta se ve el mar. Son las nueve de la mañana, empieza a hacer calorcito y la única sombra es la que ofrece un arbolito muy solicitado. Por suerte hay una fuente para refrescarse, al lado de uno de los dos únicos baños del recinto (el otro está abajo, en la entrada oeste). . En el centro del recinto se levanta el Partenón, que aunque parezca mentira, no fue construido para que milenios más tarde los humanos nos podamos posar delante de él y ganar likes en instagram , sino para venerar a la patrona de la ciudad. Albergaba una colosal escultura de oro y marfil de la diosa Atenea, de unos 11 metros de alto. Adornada con detalles de plata, cristal y joyas, se calcula que el coste de la figura costó más incluso que el Partenón en sí. A la gran dama se le perdió la pista unos mil años más tarde de su construcción y se sospecha que fue destruida. Partenón: Y la cuarta construcción en pie es el Erechteion. Un templo más pequeño pero más sagrado que su vecino. Su planta es muy irregular para salvar el desnivel del suelo y porque en realidad integra santuarios ya existentes,como el del dios Poseidón. Destaca porque en el porche sur están las Cariátides, seis columnas en forma de mujer, cada una con su peplum y su peinado distinto a la otra (cinco de las originales están en el Museo del Acrópolis, y la sexta, en el British Museum de Londres). Cariátides del Erechteion: No son ni las once de la mañana y ya hay una cantidad ingente de turistas. ¡Qué buena idea lo de venir a primera hora! Y ya para rematar la visita, en vez de salir recto desde el Propileo damos la vuelta al monte por el peripatos, un camino peatonal con vegetación y sombra, poco concurrido. Hay poco de interés pero el paseo es agradable. La multitud: La visita nos ha durado unas tres horas. Aquí me gustaría advertir al lector que somos viajeros lentos. Lo habitual parece ser entre hora y media y dos horas. Ahora toca visitar el barrio de Monastiraki y comer. Pasamos por delante del Ágora Romana y la Biblioteca de Adriano. Los vemos desde fuera: En el Ágora observamos columnas de mármol y trozos de columnas de mármol… Cuando los romanos mandaban en Atenas construyeron este nuevo centro social: un patio rectangular rodeado de stoas (los centros comerciales), almacenes y una letrina pública. Ágora romana: Y en la Biblioteca, a parte de más columnas y más trozos de columnas, hay una pared de lo que fue el edificio. En el siglo II, cuando fue construida, las bibliotecas no ofrecían el servicio de préstamo de libros, sino que eran un lugar de almacenaje y estudio de los papiros (no existían los libros todavía ). Albergaba salas de lectura y escuelas de filosofía. Biblioteca de Adriano: Para comer elegimos la misma calle que ayer, que había muchas terracitas. Hoy comemos en Diodos Agoras. Aprovechamos que nos encanta la comida típica griega: ensalada con pepino y tomate, y queso feta. De postre nos regalan un delicioso pudin. La plaza de Monastiraki es un hervidero de gente. Destaca la mezquita Tzistarakis, construida bajo el imperio otomán, en el siglo XVIII. Ha sido el Museo de Cerámica hasta hace pocos años y ahora no se puede visitar. También visitamos las callejuelas peatonales con tiendecitas de souvenirs. Plaza de Monastiraki: En la plaza de Monastiraki está la famosísima terraza del hotel A for Athens desde dónde se obtiene un fotón de la plaza en un primer plano y al fondo todo el Acrópolis. Nuestro hotel también tiene vistas al Acrópolis así que vamos a nuestra terraza a tomar algo y descansar. El cielo se está cubriendo y amenaza lluvia. Vaya, hoy teníamos pensado subir al Monte Filopapo, pero con este tiempo… Pero queda mucha tarde por delante, sería una pena quedarse en el hotel… y el monte sólo está a media hora caminando… venga va, ¡vamos! Vistas desde la terraza del hotel: Caen cuatro gotitas de nada, cruzamos todo Plaka, pasamos por delante del Areópago y seguimos subiendo por entre los pinos. Es una excursioncita pero con el Google Maps, no tiene pérdida. Llegamos a la cima, donde están los restos del Monumento a Filopapo (o Philopappos, o Filopappou o alguna variedad de esto :roll:), un cónsul romano que vivió en el siglo II AC. Frente al monumento hay una explanada, hacia el oeste se verá una fantástica puesta de sol. Monumento a Filopapo: Y hacia el este, siguiendo un poco más adelante, hay un miradorcillo/precipicio (cuidado ahí) a la misma altura que el Acrópolis. Y como regalo de Zeus, Apolo, Helios o la mismísima Athena, las nubes se están desvaneciendo y aparece un enorme arco iris saliendo literalmente del Erectheion. ¡Qué maravilla! Acrópolis desde el monte Filopapo: Se hace de noche y se ilumina todo el Acrópolis. Bajamos y en Plaka, de camino al hotel, encontramos un restaurantito (no consigo recordar el nombre ) en el que cenamos ricamente rodeados de turistas y gatos. Acrópolis iluminado: Etapas 4 a 6, total 7
Hoy tenemos el vuelo a Mykonos al mediodía, estaremos en la isla durante 24 horas. Es insuficiente para hacer una visita completa pero nos contentaremos con ver la ciudad y el mar.
Al ser domingo, a las 11 harán la ceremonia del cambio de guardia enfrente del Parlamento. Hemos madrugado así que nos sobra tiempo. Vamos a callejear. Nos perdemos por las callecitas de Plaka y llegamos de casualidad a Anafiotika ¡el barrio que no supimos encontrar el viernes! Aquí están las casitas blancas de una planta, las callejuelas torcidas y estrechas, las ventanas azules, la vegetación por todas partes. Definitivamente, tiene un aire a Mykonos, pero al estar un poco escondido, hay muchos menos turistas. Anafiotika: ¡Uy, que ya casi son las once! Vamos a toda prisa a plaza Syntagma y hay una multitud observando el ceremonioso y peculiar desfile de la Guardia Nacional. Habrá como unos cincuenta soldados, entre elegantes y ridículos: sombrerito rojo de fieltro con borla, chaleco bordado a mano con hilo dorado, camisa blanca de algodón con mangas extremadamente acampanadas, minifalda plisada con flecos, leotardos y zapatos con enorme pompón. Evzones, los guardias nacionales: Desfilan con su escopeta en el hombro al ritmo del sonido metálico de las tachuelas de las suelas de sus zapatos. Finalmente se quedan los dos que guardarán la tumba del soldado muerto durante una hora. Una vez colocados los elegidos en su sitio, se les acerca un soldado vestido de militar, se les sitúa justo enfrente y les acaba de pulir el atuendo con mucho mimo: les centra el sombrero, les estira el chaleco, les seca el sudor con un pañuelo. Una escena muy íntima observada por miles de personas. El paso de los guardias: Nos sobra tiempo antes de ir al aeropuerto, el show no dura más de veinte minutos. Damos una vuelta por el exterior del ágora griega hasta que se hace la hora de ir al hotel a buscar las maletas y al bus X95 para tomar el avión. Después de un viaje movidito llegamos a Mykonos, la llamada isla del viento. ¡Sopla de lo lindo! La web de los autobuses públicos de Mykonos (KTEL) es un poco confusa, los autobuses no tienen mucha frecuencia, pero pone que sale uno a los 40 minutos de llegar nosotros. ¡Nos iría perfecto! En tripadvisor había leído que a veces van llenos y no hay sitio. Por 2€ que cuesta, vale la pena probarlo. Para tener un plan B, he escrito al hotel para saber qué costaría un transfer: 30€ por trayecto ¿por unos míseros 3 kilómetros? Por internet se dice que un taxi cuesta unos 15€. Pues aunque hemos llegado con retraso, todavía tenemos tiempo de tomar el de las 16:50, que sale con un poco de retraso también. Se compra el ticket al conductor. El trayecto son cinco minutitos y nos deja en la estación de autobuses, llamada Fabrika, que no es más que una explanada con buses entrando y saliendo, y una caseta de información. Está en el centro del pueblo. Es que el pueblo es bastante pequeño, es la capital de la isla y se llama Chora. Nuestro hotel está en el otro lado del pueblo, no llega a quince minutos a pie. Vista de la ciudad: El hotel Leto es un lujazo: enfrente de la playa (que no es ninguna maravilla, por ser Grecia, la arena no es fina y el agua no es trasparente ) y con un fantástico jardín con piscina. Esta última la catamos instantáneamente. Hay hoteles más baratos, pero por ser mi viaje de cumpleaños nos hemos estirado un poco esta vez. Playa enfrente del hotel: Esta isla es popular por las playas cristalinas, las discotecas y las calles fotogénicas. Como vamos escasos de tiempo, pasamos de las dos primeras. Para ir a las playas se necesita transporte: o bien se toma el autobús local o bien se alquila una moto o quad. Mar: Damos una vuelta por el pueblo, será verdad que hay más de 800 iglesias en la isla , porque a cada dos pasos hay una. Son diminutas y la mayoría están cerradas. Varias iglesias: Las callejuelas son una delicia, con todas las casitas pintadas de blanco. Para puertas, ventanas y barandillas sólo están permitidos tres colores: azul, verde y rojo. Calle de Mykonos: Cruzamos el barrio llamado Little Venice, que no tiene canales ni góndolas, pero visto desde la playa se aprecia que varias casas dan directamente al mar. En este antiguo barrio de pescadores ahora hay muchas terracitas para tomar algo y disfrutar de la puesta de sol, están tan cerca del agua que las olas fuertes nos mojan los pies al pasar por allí. Little Venice: Vista de Little Venice desde la playa: Nosotros contemplamos la puesta de sol desde la playita que está debajo de los famosos cinco molinos de viento. No somos los únicos. La vista desde los molinos también debe de ser de categoría. Puesta de sol: Cenamos en la terraza de un bar, en una plaza peatonal, hay mucha oferta y los precios no son del todo prohibitivos. Elegimos el bar Souvlaki Story, es el que se ve menos pijo. Compartimos un gran plato de gyro (carne asada, la típica del kebab, pero la versión griega), ensalada griega, patatas, pita (pan caliente, plano y circular) y tzatziki (una crema de yogur y pepino para mojar el pita) y cervezas, cenamos los dos por 30€. Ahora todo quisqui se va de fiesta, la noche no es para dormir… ¡ni aunque quieras! , porque el bar de la piscina de nuestro hotel tiene la música a tope hasta las dos de la madrugada. ¡Nuestra habitación da justo al lado de la piscina! Hablo con el recepcionista y me contesta: “This is Mykonos!”. Calle nocturna: Etapas 4 a 6, total 7
El desayuno buffet del hotel es completísimo y bueno.
Hemos venido a Mykonos sólo por 24 horas, esta tarde toca tomar el avión de vuelta a Atenas. Como mencioné en el principio, nos animamos a visitar esta isla cuando ya teníamos comprados los vuelos de ida y vuelta Barcelona - Atenas. Si no, hubiéramos montado el viaje volviendo a Barcelona desde aquí, y ahorrandonos un trayecto. Por la mañana vamos a ver los molinos de viento de Kato Mili. Ahora ya no se usan pero estas cinco moles cilíndricas blancas llevan siglos de pie y se han convertido en los símbolos de Chora. En la isla quedan unos 16 molinos de las dos docenas que hubo, la mayoría se construyeron en el siglo XVI y servían para moler trigo y hacer harina. Con la llegada de la revolución industrial quedaron obsoletos, ahora son el testigo del pasado agricultor de la isla, ¡nada que ver con lo que es ahora! Molinos de viento: Hay un molino en la cima del pueblo que es un museo. Se llama Bonis Windmill. Nosotros nos acercamos trepando por las calles más empinadas. En este momento estaba cerrado (parece ser que sólo abren julio, agosto y septiembre por las tardes) pero está bien restaurado y las vistas desde aquí arriba son fantásticas. Vista desde el molino Bonis: Otra de las visitas es la pintoresca iglesia ortodoxa Paraportiani. De silueta irregular, blanca inmaculada y encarada al mar, resulta que todo el edificio en realidad son cinco iglesias juntas, construidas entre el siglo XIV y el XVII en varios niveles. Iglesia Paraportiani: Finalmente acabamos de disfrutar Mykonos en la fantástica piscina del hotel. Más de 5 horas más tarde, estaremos de vuelta a Atenas. Piscina del hotel Leto: Para empezar, el bus que nos tiene que llevar de Fabrika, la estación de autobuses, al aeropuerto, viene con un retraso considerable. Apenas hay información sobre los horarios o el destino de los autobuses que paran. El espacio es estrecho, hay muchos turistas desconcertados, motoristas, todo es muy caótico pero finalmente llega el autobús y como íbamos con tiempo de sobras, no vamos a perder el vuelo. No sólo no perdemos el vuelo sino que Volotea lleva un retraso de más de una hora. Por suerte nos dan un vale para canjear por comida en la cafetería del aeropuerto. Con los 5€ nos da para un bocata y nos daremos ya por cenados. Somos afortunados porque hemos podido tomar asiento, hay mucha gente sentada por el suelo esperando y esperando. Al fin, llegamos a Atenas. Una vez más, el conveniente autobús X95 nos deja a la plaza Syntagma. Tenemos el hotel muy cerquita de aquí, se llama Arethusa. Es distinto al que estuvimos los días anteriores, este es algo más sencillo y económico, tiene tres estrellas y la localización y el trato son inmejorables. Etapas 4 a 6, total 7
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 4.7 (15 Votos)
Últimos comentarios al diario Atenas y Mykonos en Septiembre 2018
Total comentarios: 5 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados Tres semanas en Grecia por libre (2022)
Tres semanas de aventuras por Grecia, por libre, recorriendo con coche de alquiler el...
⭐ Puntos 4.83 (6 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 488
Viajar a Grecia en tiempos revueltos.
Relato de un viaje a Grecia (Atenas, Peloponeso, Delfos, Meteora y varias islas) que se...
⭐ Puntos 5.00 (20 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 458
Tras las huellas de Ulises (Grecia 2015)
Diario práctico de nuestro viaje de 18 días a Grecia y las Islas griegas en 2015
⭐ Puntos 4.88 (68 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 354
Grecia por Libre en Septiembre 2020
Viaje en tiempos de coronavirus, algo más de un mes por Grecia. Si quieres ver piedras...
⭐ Puntos 5.00 (14 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 347
Islas Griegas vol.II: 11 días en Santorini, Milos, Paros y Naxos
Nuestro segundo viaje por las islas de este país que nos tiene...
⭐ Puntos 5.00 (6 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 342
Galería de Fotos
|