![]() ![]() Recorriendo Extremadura. Mis rutas por Cáceres y Badajoz ✏️ Blogs de España
Recopilación de las diferentes rutas que hemos hecho (y haremos) por Extremadura, muchas de las cuales estaban recogidas en mi diario DE VIAJE POR ESPAÑA. Creo que esta tierra tan bella y sorprendente se merece un diario propio. De momento, la mayor parte corresponden a Cáceres, pero espero añadir pronto más etapas de Badajoz.Autor: Artemisa23 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (11 Votos) Índice del Diario: Recorriendo Extremadura. Mis rutas por Cáceres y Badajoz
01: Las Hurdes (Cáceres). Extremadura en verde y agua.
02: La Vera (Cáceres). Ruta otoñal por sus pueblos y su espectacular naturaleza.
03: Cáceres capital y su centro histórico, Patrimonio de la Humanidad.
04: Cáceres capital. Recorrido de noche por el casco histórico iluminado.
05: Un paseo por Trujillo (Cáceres). Cultura, monumentos y gastronomía.
06: Fin de semana en las Villuercas y Guadalupe (Cáceres). 1ª parte: Las Villuercas.
07: Fin de semana en las Villuercas y Guadalupe (Cáceres). 2ª parte: Guadalupe.
08: Escapada cacereña (I). Plasencia, Ciudad Romana de Cáparra y Granadilla.
09: Escapada cacereña (II). Hervás, Chorrera y Castañar. Baños de Montemayor.
10: Mérida, Presa de Proserpina y Dolmen de Lácara. Rutas por Badajoz.
11: Sierra de Gata(Cáceres), 1ª parte. Robledillo de Gata y San Martín de Trevejo.
12: Sierra de Gata (Cáceres), 2ª parte. Trevejo, Hoyos y Gata.
13: Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres).
14: Los Barruecos, Malpartida de Cáceres y Garrovillas de Alconetar (Cáceres).
15: Valle del Jerte (Cáceres) (1). Cabezuela del Valle y Ruta Tres Cascadas.
16: Valle del Jerte, Cáceres (2). Navaconcejo, Garganta de Nogaledas y Miradores.
17: Valle del Jerte, Cáceres. (3). Tornavacas, Ruta Garganta de Infiernos y Jerte.
18: Provincia de Cáceres: Puentes de Segura y Alcántara. Alcántara. Coria. Galisteo.
19: Recorriendo Medellín (Badajoz).
20: Recorriendo Zafra (Badajoz).
21: Recorriendo Llerena (Badajoz).
22: Provincia de Badajoz: su punto más alto, Monasterio de Tenturía y Calera de León
23: Ciudad Romana de Regina y Alcazaba de Reina (Badajoz). Alrededores de Llerena.
24: Mina de la Jayona y Ermita de la Virgen de Ara, Fuente del Arco (Badajoz).
25: La espectacular floración de los cerezos en el Valle del Jerte (Cáceres).
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Etapas 10 a 12, total 25
![]() Mérida, Presa de Proserpina y Dolmen de Lácara. Rutas por Badajoz.Relato de nuestro regreso a Mérida después de treinta años. Encontramos la ciudad muy mejorada y sus monumentos más cuidados. Hemos notado su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Además, fuimos hasta la Presa romana de Proserpina y visitamos el Dolmen de Lácara. Con motivo de uno de los puentes de otoño, decidimos volver a Mérida para completar otra visita anterior que hicimos de paso hacia Huelva. Han pasado muchos de años de eso, pero todavía me acuerdo del magnífico sabor de boca que me dejó la imagen del teatro romano ya que poco más pudimos recorrer entonces. Además, en esta ocasión incluí en el itinerario un par de lugares cercanos que me parecieron muy interesantes, pero que no son muy conocidos, al menos no se mencionan demasiado en las guías de viaje: la Presa Romana de Proserpina y el Dolmen de Lácara.
Situación de Mérida en el mapa peninsular.
![]() Mérida se encuentra a 376 kilómetros de Madrid y se llega en poco más de tres horas y cuarto, muy cómodamente porque prácticamente todo el trayecto es por la autovía A-5, sin peajes. Solamente interesa tomar la R-5 hasta pasado Navalcarnero si el tráfico es muy intenso (salida de vacaciones, hora punta, etc.).
Nuestro itinerario en Google Maps.
![]() No madrugamos demasiado, hicimos el camino tranquilamente y llegamos a Mérida sobre la una. Teníamos alojamiento para esa noche en el Parador Nacional de Turismo, que se encuentra en el mismo centro, en la calle Almendralejo, muy cerca de la Plaza de la Constitución, casi todo ventajas porque se va caminando a todas partes, con el único inconveniente del aparcamiento, que es complicado y casi todo zona azul. Así que para evitarnos problemas y sobresaltos, dejamos el coche en un aparcamiento vigilado de la calle Cervantes y no lo recogimos hasta el día siguiente después de comer. No me acuerdo cuánto nos costó (en torno a 17 euros), pero en estos casos preferimos la tranquilidad de saber que no estamos agobiados por la hora ni con la necesidad de mover el coche cada cierto tiempo.
En apenas cinco minutos, llegamos al Parador, donde nos atendieron con la amabilidad que suele ser habitual. Nuestra habitación daba al jardín y estaba decorada muy en estilo parador, sobrio pero bien, y, como de costumbre, la cama era amplia y muy cómoda. Nos costó 85 euros, alojamiento únicamente. Salvo que encontremos una oferta, no solemos desayunar en los Paradores porque el precio nos parece desorbitado (en torno a 19 euros por persona) teniendo en cuenta lo que nosotros tomamos. En un panel informativo pudimos enterarnos de que ocupa el edificio del antiguo Convento de Jesús, construido en 1725 para servir también como hospital pues la ciudad estaba asolada por las epidemias y la gran cantidad de hombres heridos en las guerras libradas en aquellos tiempos con Portugal. Fue administrado por la Orden de Hospitalaria de Jesús Nazareno hasta que con la desamortización de 1839 pasó a ser de uso municipal hasta 1933 en que se convirtió en Parador Nacional. Su estilo es barroco clasicista, si bien destaca por su sencillez de líneas. El interior contaba con iglesia, enfermería, cocina, claustro y huerto. Todavía se conservan estos espacios, aunque se han tenido que reformar y adecuar a su actual uso hotelero.
![]() El jardín del Parador comprende el antiguo huerto y el espacio que había desde éste hasta el claustro. Se creó a mediados del siglo XVIII por los monjes para reunir piezas arqueológicas dispersas y abandonadas. Es un rincón muy agradable que conviene visitar con un poquito de tranquilidad.
![]() ![]() ![]() Algunos datos sobre Mérida. Su origen se remonta al año 25 a.C., cuando el emperador Octavio Augusto ordenó a Publio Carisio establecer un asentamiento en el centro de la actual Extremadura, junto al río Guadiana, para los veteranos de las Legiones V y X. Así se fundó Emérita Augusta, capital de Lusitania, una de las tres provincias de la Hispania romana del momento, que llegaría a convertirse en uno de los centros administrativos romanos más importantes de la península, en los planos jurídico, militar, cultural y económico. Prueba de ello fue la construcción de un teatro, un anfiteatro, templos, puentes, foros, acueductos, columbarios… En el siglo V llegaron los suevos y establecieron aquí su capital al igual que lo harían los visigodos después. En el siglo VI arraigó el cristianismo, plasmado en el culto a Santa Eulalia, que se convirtió en la Patrona de la Ciudad. El emperador Octavio Augusto, fundador de Emerita. Alrededores del Anfiteatro.
![]() La ocupación musulmana supuso el declive de la ciudad hasta que fue conquistada por Alfonso IX en 1230, convirtiéndose en sede del Patronato de San Marcos de León de la Orden de Santiago. Alfonso Cárdenas, maestre de la Orden, apoyó a Isabel frente a Juana la Beltraneja, lo que derivó en ventajas políticas durante el reinado de los Reyes Católicos. Los siglos posteriores fueron muy convulsos por los continuos litigios y guerras con Portugal, lo cual junto a la ocupación francesa del siglo XIX ocasionó destrucción y pérdida en su rico patrimonio histórico, artístico y cultural. En 1983 se convirtió en la capital autonómica de Extremadura y desde entonces se ha ido mejorando sus infraestructuras y restaurando sus monumentos hasta convertirse en una ciudad muy visitada por el turismo, sobre todo desde que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.
![]() Como ya era la hora de comer y no queríamos entretenernos demasiado buscando sitio, nos quedamos en el restaurante del Parador, donde tomamos uno de los menús del día que ofrecían. No recuerdo qué fue porque no hice fotos salvo a los tres panes de colores diferentes, pero de lo que sí me acuerdo es que tardaron una eternidad en traernos el postre, el café y la cuenta para cargar a la habitación. En pleno verano, este detalle habría tenido menos importancia, pero en noviembre, las horas de luz son escasas y no es cuestión de pasarse casi una hora sentados en una mesa, esperando. Cuando, al fin, terminamos fuimos directamente hacia la zona del recinto donde se encuentran el Teatro y el Anfiteatro romanos. Allí compramos una entrada combinada al precio de 15 euros (también las hay con descuentos), que incluye Teatro y anfiteatro, Alcazaba, Casa de Mitreo y Área funeraria de los Columbarios, Cripta Arqueológica de Santa Eulalia, Área Arqueológica de Morería y Circo Romano. Esta entrada interesa si se va a entrar en más de un lugar turístico, aunque hay que tener en cuenta que el Museo Arqueológico tiene entrada separada. Si se tiene poco tiempo disponible, digamos media jornada, quizás lo más recomendable sea visitar Teatro y Anfiteatro y Museo Arqueológico, dedicando el tiempo que sobre a pasear por la ciudad, conociendo los lugares al aire libre en los que no se requiere entrada: Acueducto de los Milagros, Arco de Trajano, Templo de Diana, Muralla de la Alcazaba… Así cundirá más la visita y será más agradecida. Si se va a estar una jornada o más y se tiene intención de visitar varios de los sitios incluidos en la entrada combinada, ésta interesa sí o sí, pues el acceso al Teatro y Anfiteatro ya cuesta 12 euros (el resto de los lugares, 6 euros, caro para algunos de ellos en mi opinión).
![]() Es muy conveniente pasarse por la Oficina de Turismo, que tiene dos oficinas, una muy cerca del Teatro Romano, en el Pº José Álvarez Sáenz de Beruaga s/n y otra en la calle Santa Eulalia nº 62. Nosotros fuimos a la primera, donde muy amablemente nos dieron todo tipo de información y nos entregaron un desplegable muy completo con callejero, mapa turístico y explicaciones de cada sitio de interés. Me pareció muy útil y también me ha servido como guía de consulta al escribir esta etapa. Iré citando los lugares según los fuimos visitando, pero el orden es mejor que lo fije cada cual. ![]() Lugares para visitar en el casco histórico de Mérida (recomendados por la Oficina de Turismo):
Teatro y Anfiteatro Romanos, Museo de Arte Romano, Casa del Anfiteatro, Circo Romano, Basílica de Santa Eulalia, Acueducto de los Milagros, Puente Lusitania, Puente romano, Muralla de la Alcazaba, Plaza de España, Arco de Trajano, Templo de Diana, Casa de Mitreo y Columbarios. 1. Anfiteatro y Teatro romanos. Actualmente forman un conjunto, al que se accede con la misma entrada. Del 1 de abril al 30 de septiembre abre todos los días de 09:00 a 21:00 horas, sin interrupción. Del 1 de octubre al 31 de marzo, el horario de visita es de 09:00 a 18:30, también sin interrupción.
![]() Si se sigue el itinerario sugerido, se accede al Anfiteatro a través de una calle que lo rodea y que todavía conserva algunas de las losas de granito originales de las acerad y también bloques que se utilizaban como limitadores de velocidad. También se mantienen en pie algunos lienzos de la muralla con sus puertas.
![]() ![]() El Anfiteatro se construyó en torno al año 8 a.C. De forma elíptica, tenía capacidad para 14.000 espectadores y se dedicaba a espectáculos con gladiadores y animales salvajes. Tres puertas monumentales comunicaban con la arena y las gradas estaban divididas en cáveas con vomitorios. Además, había dependencias para los gladiadores y lugares específicos para encerrar a los animales. ![]() ![]() ![]() ![]() Después de recorrer todos los rincones del y en torno al Anfiteatro, nos dirigimos hacia el Teatro, que se encuentra a unos pocos metros. Fue mandado construir por Marco Agripa, yerno del emperador Octavio Augusto, entre los años 16 y 15 a.C. Con capacidad para 6.000 personas, sus gradas o cáveas estaban divididas en tres tramos, cada uno de ellos destinado a las distintas clases sociales romanas de la ciudad. Delante estaba la zona destinada al coro, en forma semicircular.
![]() Pero lo que más llama la atención es sin duda la escena, erigida en el siglo I d.C. Se trata de una plataforma elevada de gran amplitud, con sesenta metros de ancho y siete de fondo y que consta de dos órdenes de columnas superpuestas adornadas con esculturas. El Teatro fue reformado varias veces y abandonado en el siglo IV, cuando se oficializó la religión cristiana, que consideraba inmorales las obras de teatro. Permaneció durante siglos cubierto de tierra hasta el siglo XX. En 1910 comenzaron las excavaciones arqueológicas que culminaron en los años sesenta con su restauración parcial. Aquí se celebra desde 1933 el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
![]() Me hacía mucha ilusión ver el Teatro de nuevo pues la vez anterior, hace muchos años, me dejó un recuerdo muy grato. Confieso que me quedé un poco chafada cuando descubrí una de las partes cubierta de andamios pues están haciendo trabajos de restauración, lo que estropeaba bastante la estampa que esperaba encontrar, la que tenía en mi memoria y en mis fotos de carrete. En fin, qué se le va a hacer. La visita mereció la pena en todo caso.
![]() Alrededor, pueden verse los restos de otras dependencias. Y fuera del recinto se encuentra la llamada Casa del Anfiteatro, con restos de las que pudieron ser mansiones romanas de los siglos III y IV, con pinturas, pavimento original y mosaicos con la representación de la diosa Venus y una escena de vendimia. Además, hay una zona termal, pozos, hornos, cocinas peristilos, conductos de agua, jardines y restos de la muralla. Esta zona se utilizó como necrópolis a partir del siglo V.
![]() ![]() ![]() ![]() Salimos del recinto y dimos la vuelta completa por el exterior, cruzando los jardines, hasta volver al punto de partida, frente al Museo de Arte Romano.
2. Museo Nacional de Arte Romano. Está ubicado enfrente de la entrada al teatro y anfiteatro, así que es conveniente visitarlos sucesivamente para ahorrar tiempo. Horario de apertura: De martes a sábado, del 1 de abril al 30 de septiembre, de 09:30 a 20:00 horas, y del 1 de octubre al 31 de marzo, de 09:30 a 18:30, sin interrupción. Todos los domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas. Cierra los lunes de todo el año.
![]() Esta visita se considera una de las imprescindibles en Mérida aunque no se sea un amante especial de los museos. El edificio se inauguró en 1986 y fue diseñado por Rafael Moneo, que utilizó el ladrillo como material esencial en su construcción, tanto en el exterior como en el interior, sirviendo de homenaje a los sistemas clásicos de la obra romana. En el curso de las obras, se descubrieron restos arqueológicos de casas romanas, pavimentos, pinturas y mosaicos que se pueden contemplar en la cripta.
![]() ![]() ![]() Nos gustó mucho la disposición del Museo por el que resulta sencillo moverse, a través de las salas laterales que ocupan varias plantas y que se asoman a la impresionante nave principal, mientras se sigue un orden cronológico de las obras expuestas, con paneles informativos claros y concisos que ayudan a comprender lo que se está viendo sin perderse. Está permitido hacer fotos en todo el recinto, creo recordar que sin flash, aunque es un detalle al que no presto atención ya que casi nunca lo utilizo.
![]() ![]() ![]() Cuando salimos del Museo ya se había hecho de noche pues, por si no lo he mencionado, estábamos en noviembre, con los días ya menguando rápidamente. Como ya habían cerrado casi todos los lugares a los que se accede con entrada, decidimos hacer tiempo hasta la hora de cenar dando un paseo por la Avenida de Ronda, en torno a la Alcazaba y junto a las aguas del río Guadiana, sobre el cual se erige el sempiterno puente romano. Lo que no recuerdo es dónde cenamos ni qué, aunque supongo que fue de tapas y por la zona centro, en torno a la calle de Santa Eulalia.Después dimos una vuelta por el centro, en torno al Arco de Trajano, el Templo de Diana y la Plaza de España y sacamos algunas fotos.
![]() Arco de Trajano. Tiene 15 metros de altura, se construyó con sillares y dovelas de granito y se cree que estuvo revestido de mármol. Existe la duda de si era un arco triunfal o una puerta monumental.
![]() Templo de Diana. Es el único templo de origen romano que se conserva en Mérida. Se construyó a finales del siglo I a.C. y pese a su nombre (que procede del siglo XVII), se dedicó al culto del Emperador. Edificado con granito de canteras locales y revestido con estuco, estaba rodeado de columnas acanaladas pintadas de rojo. Se accedía a través de una puerta monumental que ya no se conserva.
![]() Palacio de los Corbos. En el siglo XVI, el Conde los Corbos, caballero de la Orden de Santiago, mandó construir su palacio residencial renacentista sobre los restos del antiguo templo (Templo de Diana) y restaurando alguna de sus partes. A finales del siglo XX se expropió el edificio con la intención de recuperar el templo romano, aunque al final se conservó también la fachada del palacio, al que se conocía como “Casa de los Milagros”. Paradójicamente, la utilización del templo para la construcción del palacio ha facilitado su conservación.
![]() El Parador también lucía muy bonito de noche.
![]() ![]() Resumen fotográfico del recorrido nocturno.
![]() Al día siguiente, después de desayunar en una cafetería cercana al Parador, dedicamos toda la mañana a visitar lo que nos quedaba, que era bastante. Procuramos optimizar el tiempo siguiendo el mapa que nos dieron en la Oficina de Turismo pues aunque el centro no es muy grande, hay sitios que están algo alejados, hay cuestas y puede resultar algo cansado si no se sigue un orden lógico.
Por el lateral del recinto del Teatro Romano que da a la Avenida J. Álvarez Sáenz de Buruaga llegamos hasta la Vía del Ensanche para visitar la Casa del Mitreo y los Columbarios. Esta zona está un poco alejada y, en mi opinión, se puede obviar si no se dispone de demasiado tiempo y no se es un amante muy especial de los mosaicos romanos. Se accede a los dos lugares (al menos el día que fuimos era así) por la misma puerta ya que ambos están comunicados por unos jardines interiores. La Casa del Mithreo. Su nombre se debe al hallazgo de los restos de un posible templo mitraico en una residencia de época romana dispuesta en torno a tres patios, con habitaciones, zona comercial, jardines, pertistilo y termas. Hay unas pasarelas de madera desde las que se contempla muy bien el conjunto, en el que sobresalen las pinturas y los mosaicos, en particular el Mosaico Cosmológico, datado entre los siglos II y III d.C. Algunos de sus colores se vieron alterados por un incendio en la casa.
![]() ![]() Son construcciones funerarias, lápidas y mausoleos, erigidas en los exteriores de la antigua ciudad romana. Están restaurados y su material de construcción es la mampostería la sillería de granito. Las inscripciones señalan a las familias propietarias, los Voconios y los Julios. Hay también un Centro de Interpretación del culto a los difuntos en la época romana.
![]() Al salir, pasamos junto a la Plaza de Toros, seguimos por la Calle Oviedo hasta llegar a la Avenida de Roma, que va paralela al río Guadiana.
Puente sobre el río Guadiana. Se supone que se construyó en torno al año 25 a.C. Tiene una longitud de 792 metros con 60 arcos y se divide en tres tramos, de los cuales el primero es el que mejor mantiene su esencia original. Modificado varias veces, en el siglo XIX adquirió su aspecto actual.
![]() Desde este puente, caminando hasta el centro, podemos ver al fondo, enfrente, a su antagonista en la modernidad, el Puente Lusitania, diseñado por Santiago Calatrava, inaugurado en 1991 y con 480 metros de longitud y 24 metros de anchura, con dos carriles en cada dirección para el paso del tráfico rodado y una vía peatonal de 5,5 metros, que va en medio de las anteriores, metro y medio por encima. Resulta más espectacular verlo iluminado por la noche.
![]() La Muralla de la Alcazaba Árabe. Situada junto al Puente sobre el Guadiana, fue construida por el emir Abderramán II entorno al año 835 con fines militares aprovechando las piedras de la muralla romana y visigoda, y mantuvo una guarnición permanente hasta que Mérida fue conquistada en 1228 por Alfonso IX, que la entregó junto con la ciudad a la Orden de Santiago. Una parte de aquel edificio fue convertida en Conventual en 1758, pero se abandonó después. En 1983 fue reconstruido para establecer la sede la Presidencia de la Junta de Extremadura.
![]() ![]() Además de algunos lienzos de la muralla, algunos con inscripciones, se conserva el aljibe árabe, excavado en la roca, al que se puede acceder por unas escaleras.
![]() ![]() En todo el recinto hay paneles explicativos sobre las diversas vicisitudes del lugar y también se puede acceder a la parte alta de la muralla, desde la que se contemplan unas bonitas vistas del río Guadiana y sus puentes.
![]() Basílica de Santa Eulalia. Se supone que aquí se enterraron los restos de Santa Eulalia, que sufrió martirio en la época de Diocleciano. Visitar esta iglesia resulta muy interesante porque es algo más que un templo, de hecho lo más importante no es la iglesia actual sino lo que tiene debajo, ya que recopila restos arqueológicos del arte paleocristiano, visigodo, bizantino y románico, además de haberse convertido en centro de veneración popular. Las excavaciones han demostrado que aquí existió una casa y una necrópolis, aunque no se sabe si la necrópolis era anterior a la muerte de Eulalia o si surgió al convertirse en lugar de enterramiento de la santa. Lo cierto es que a partir del siglo IV se convirtió en necrópolis cristiana, que se llenó de mausoleos, sarcófagos y sepulturas que rodeaban el túmulo de la mártir. Antes de bajar a la cripta, hay un pequeño museo que explica todo esto.
![]() ![]() ![]() ![]() En exterior, está emplazado un humilladero, construido en 1612, que recuerda su vida y los sufrimientos a los que fue sometida la Patrona de Mérida, pero lo que llama más la atención es el “hornito” en honor de la santa, construido con lo que fue en época romana un templo dedicado al dios Marte.
![]() ![]() ![]() Desde la Basílica de Santa Eulalia, una calle en pronunciada cuesta abajo nos lleva hasta el río Albarregas, donde se encuentra otra zona de gran interés en Mérida, con el pequeño puente romano y el Acueducto de los Milagros.
Puente romano sobre el río Albarregas y Acueducto de los Milagros. El puente se construyó en época del emperador Augusto sobre el río Albarregas en su curso hacia el Guadiana. Tiene 145 metros de longitud y por él pasaba la Vía de la Plata. Frente a él se sitúa el Acueducto de los Milagros, construido entre los siglos I a.C. y III d.C., se utilizó para traer el agua desde el embalse del lago de Proserpina, salvando la depresión del río Albarregas. Mide 830 metros de largo y 25 de alto.
![]() Continuamos caminando hacia el Acueducto de San Lázaro y el Circo, aunque hay que tomarlo tranquilamente porque lleva su tiempo ya que en el lado occidental de la ciudad las calles son más amplias y los lugares están más lejos de lo que aparentan en el plano en comparación con la zona oriental. Quien lo prefiera, puede coger el coche y dejarlo en los alrededores del circo romano. Si no se tiene mucho tiempo, se puede prescindir de visitar esta zona.
Acueducto de San Lázaro. Se construyó para salvar las crecidas del río Albarregas. Tenía 1600 metros de longitud y 16 metros de alto, pero solo se conservan tres pilares unidos en la parte baja por arcos de granito y de ladrillos los de la parte baja. Hay otros restos arqueológicos en las inmediaciones.
![]() ![]() ![]() Circo o Hipódromo. Unas decenas de metros más adelante, se encuentra el Circo romano, que contaba con un aforo de 30.000 espectadores, uno de los mayores de su tiempo. Se supone que construyó en el siglo I d.C. y su espigón central medía 233 metros. Recientemente se han restaurado los cimientos y una parte de las cáveas o gradas en que se dividía según las clases sociales. También se han localizado las caballerizas. Hay un Centro de Interpretación y se puede acceder a un mirador para contemplar el complejo en perspectiva.
![]() ![]() ![]() ![]() Volvimos a la zona centro para comer, lo que hicimos en uno de los restaurantes que hay en las inmediaciones del Museo de Arte Romano. Tomamos un menú del día bastante potable por 12 euros. Los precios son similares en todos ellos, solo hay que mirar la oferta y decidir cuál interesa.
Antes de marcharnos, dimos una última vuelta por la zona centro y nos encontramos con los restos de un recinto monumental de la época romana (siglo I d.C.). ![]() ![]() Doblando la esquina, nos encontramos con el Templo de Diana, que ya habíamos visto la tarde anterior, pero que lucía muy bonito a la luz del sol.
![]() ALREDEDORES DE MÉRIDA. Cerca de Mérida hay varios lugares interesantes para visitar. Nosotros solo tuvimos tiempo de ver dos, ya que nos pillaban de paso hacia Hervás, nuestro siguiente destino: la presa romana de Proserpina y el Dolmen de Lácara.
PRESA ROMANA DE PROSERPINA. Concebida como uno de los tres sistemas de abastecimiento de agua a la ciudad de Emérita Augusta a través del Acueducto de Los Milagros. Se construyó entre los siglo I y II d.C. y su estructura consta de “un muro de diversas fábricas pétreas al que se adosa un gran espaldón de tierras”. Tiene una longitud de 400 metros, una altura máxima de 21, cuenta con dos torres de toma y su capacidad es de 5 millones de metros cúbicos. Desde su construcción se ha venido utilizando hasta la actualidad, si bien sus usos y servicios han variado. Esta presa está incluida en el Conjunto Arqueológico de Mérida que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Merece la pena echarle un vistazo ya que se puede ir en coche hasta la misma presa. Se encuentra solo a 9 kilómetros al norte de Mérida y cuenta con indicaciones en la carretera.
![]() Tiene varios miradores elevados y paneles informativos con interesantes datos sobre sus técnicas de construcción, tan ingeniosas y duraderas como lo fueron casi todas las obras públicas romanas. En la actualidad, durante el verano este embalse se utiliza para fines recreativos.
![]() ![]() DOLMEN DE LÁCARA. No habíamos oído hablar de este dolmen hasta que consulté lugares de interés cercanos a Mérida y me encontré con éste casi por casualidad aunque es Monumento Nacional desde 1931. Seguramente sería más famoso y despertaría el interés de un gran número de personas si se hallase ubicado en otro sitio o, mejor todavía, en otro país. Lo cierto es que resulta sorprendente el gran número de monumentos megalitos que existen en Extremadura y de los que apenas tenemos constancia. Se encuentra a 24 kilómetros al norte de Mérida, desde donde vamos por la A-66 hasta la salida 606, en la cual tenemos que tomar la carretera EX 214, a la izquierda, en dirección a La Nava de Santiago. Hay que ir atentos ya que a unos cuatro o cinco kilómetros desde la salida de la autovía, a la izquierda, veremos un panel informativo y una pequeña zona de aparcamiento en la que tendremos que dejar el coche.
![]() Continuamos después caminando por una pista de tierra, rodeados por el típico paisaje de dehesa, con alcornoques y encinas. El recorrido es sencillo, pero es mejor llevar zapato cómodo y cerrado. Tardamos una media hora en alcanzar el dolmen, alrededor del cual hay varios paneles explicativos. Al final, parece hacerse un poquito de rogar, si bien el pequeño esfuerzo se ve recompensado nada más divisarlo, medio escondido en un túmulo de tierra, al que conviene ascender para contemplarlo en perspectiva.
![]() No había nadie allí, así que pudimos explorarlo con toda tranquilidad. Se trata del mayor monumento megalítico funerario de tipo sepulcro de corredor de la Península Ibérica. Se calcula que tiene más de 4.000 años de antigüedad y que fue erigido entre finales del Neolítico y principios de la Edad del Cobre.
![]() Con el paso de los siglos, tuvo diversos usos, como casa romana y medieval, cantera e incluso fue dinamitado a principios del siglo XX, hecho vandálico que, afortunadamente, solo destruyó la cubierta. Tiene entre 20 y 25 metros de diámetro, consta de una cámara circular, a la que le falta la piedra que la cubría a unos cinco metros de altura, un pasillo, un corredor de techo bajo de unos 9,5 metros de longitud, y cuatro de los cinco falsos techos horizontales que se conservan bastante bien.
![]() Se puede acceder al interior y recorrerlo. Cuesta imaginarse a aquellos hombres primitivos moviendo semejantes piedras (se calcula que para conseguirlo debían intervenir entre 50 y 100) contando únicamente con la fuerza de sus manos y sus cuerpos. ![]() Nos gustó mucho el lugar pues una construcción tan remota en el tiempo despierta una sensación muy especial.
![]() Etapas 10 a 12, total 25
![]() Sierra de Gata(Cáceres), 1ª parte. Robledillo de Gata y San Martín de Trevejo.Estuvimos tres días por la Sierra de Gata (zona noroeste de Cáceres, lindando con Portugal). Nos alojamos dos noches en San Martín de Trevejo (recién integrado en la Asociación de Pueblos más Bonitos de España) y también visitamos Robledillo de Gata, Trevejo, Gata y Hoyos. Además, hicimos una pequeña caminata por el Castañar de Ojestos. Había visto en una revista un paisaje de San Martín de Trevejo en otoño, con su enorme castañar ya carente de hojas pero con un llamativo reflejo rojo. Presentaba un aspecto tan sugerente que me puse a consultar los detalles de un destino que apenas conocía. Una vez que tuve el itinerario definido, cuando nuestros amigos y familiares nos preguntaban qué donde íbamos a pasar el Puente de la Constitución y yo les decía que en la Sierra de Gata, todos, sin excepción, comentaron: “Ah, sí. Vais a Almería.” Pues no, no íbamos a Almería, allí está el Cabo de Gata, mientras que la Sierra de Gata se encuentra en la parte noroccidental de la provincia de Cáceres, muy cerca de Portugal. Es curioso que la distancia de esta sierra respecto a las tierras salmantinas de La Alberca y las cacereñas de Las Hurdes no sean muy grandes y, sin embargo, los viajeros que vienen aquí son mucho menos numerosos. Eso, al menos, tiene la ventaja de que incluso en un puente tan masificado como el de diciembre pudiéramos visitarlo todo sin demasiados agobios.
![]() Ubicación en el mapa peninsular.
![]() Aunque nosotros no fuimos desde la capital sino desde Ciudad Rodrigo, simplemente como referencia, decir que el viaje desde Madrid hasta San Martín de Trevejo (donde fijamos nuestra base) supone 326 kilómetros, que se hacen en unas tres horas y media, ya que la circulación es cómoda y rápida por la Autovía A-5 hasta las inmediaciones de Plasencia, donde hay que cambiar a la autovía autonómica EX A-41. Por ella se circula hasta la salida 92, en la cual se toma la EX 108 hasta Moraleja y allí la C.C.101 hasta San Martín de Trevejo. Es muy recomendable alojarse aquí y luego hacer excursiones a los demás puntos de la Sierra de Gata, salvo que se vaya en verano y lo que se pretenda sea alquilar una casa rural para disfrutar de las piscinas naturales
![]() Ruta por carretera desde Madrid.
![]() Visitamos Robledillo de Gata, San Martín de Trevejo, Trevejo, Hoyos y Gata. Aunque el recorrido total no supone ni 100 kilómetros, resulta recomendable dedicarle por lo menos un par de jornadas, ya que las carreteras son sinuosas y los paisajes y los pueblecitos, aunque no tienen grandes monumentos, se merecen un poquito de atención. De todas formas, es cierto que en verano el tiempo cunde más, mientras que en nuestro caso a las seis y cuarto ya era de noche.
Itinerario que hicimos en tres días según GoogleMaps.
![]() Tras consultar varias guías turísticas e información en internet, decidí reservar dos noches de alojamiento en San Martín de Trevejo, que parecía ser el lugar de referencia para hospedarse, como he mencionado anteriormente.
![]() Llegamos desde Ciudad Rodrigo, ya que nos habíamos alojado allí la noche anterior tras hacer una interesante excursión que podéis consultar en otra etapa de este diario. Nuestra primera parada en la Sierra de Gata iba a ser en Robledillo de Gata, donde teníamos intención de comer, pero nos hicimos un lío con el GPS y tardamos un poco más de la cuenta en llegar. Dado que era 6 de diciembre, el almuerzo no resultó una tarea fácil porque no había excesivos turistas pero tampoco vimos mucha oferta de restauración, así que paramos en el Asador Venta Peña del Fraile, de camino hacia Robledillo, en el cruce de la EX 205 con la C.C. 5.1. En fin, todo esto no dice mucho, pero lo comento por si acaso alguien pasa por allí. El restaurante estaba lleno, pero nos hicieron un hueco en las mesas del bar, así que no lo desaprovechamos. Como era festivo, no disponían de menú del día, así que tuvimos que pedir a la carta. A estas alturas se me ha olvidado lo que tomamos, aunque sé que yo pedí caldereta de cordero de segundo y que la comida estaba buena. El precio fue de treinta y cinco euros con postre y cafés.
Mapa de la comarca que nos entregaron en una de las Oficinas de Turismo.
![]() Algunos datos sobre la Sierra de Gata. Situada al noroeste de la comunidad extremeña, la Sierra de Gata es una comarca cuyo territorio atesora una gran variedad de paisajes, con dos ríos importantes, el Arrago y el Eljas, que le proporciona importantes recursos hidráulicos y potencial turístico, ya que casi los pueblos ribereños disponen de piscinas naturales para el verano. El tradicional aislamiento de la zona ha propiciado que incluso tenga una lengua propia, llamada A Fala, que todavía se conserva pues sus habitantes la siguen utilizando en su vida diaria al hablar entre ellos y también, por ejemplo, en los carteles que dan nombre a las calles. A la hora de apreciar la gastronomía local, no habrá que olvidar sus productos más emblemáticos, entre los que se encuentran el aceite, el vino y el queso.
![]() La Sierra de Gata presenta una naturaleza que todavía se preserva como en siglos atrás, ya que las avalanchas turísticas y la especulación no le han alcanzado. El clima es de tipo mediterráneo con influencia oceánica en invierno, de modo que los veranos resultan calurosos, pero las temperaturas en invierno no suelen ser muy frías y las nevadas no son habituales por debajo de los 800 metros. El punto más alto es el Monte Jálama, con 1.492 metros; hacia el oeste va descendiendo en altitud y la zona norte presenta una orografía accidentada, con valles encajonados. Por su especial interés natural, toda la comarca forma parte del Inventario de Espacios Naturales de Especial Protección, abierto por ICONA EN 1977.
![]() Respecto a su historia, se han encontrado estelas funerarias de finales del Neolítico y también dólmenes y otras construcciones megalíticas, al igual que castros y chozas de pastores de la época de los vetones. Los romanos construyeron calzadas, puentes y explotaron yacimientos de oro, y los musulmanes ocuparon estas sierras hasta que a mitad del siglo XIII, Alfonso IX inició su reconquista y cedió las poblaciones recuperadas a la Orden de Alcántara para su repoblación. ![]() ![]() En cuanto a los pueblos, si bien comparten patrones comunes de construcción, cada uno de ellos presenta una forma característica de arquitectura y teníamos previsto visitar los cinco que cuentan con la catalogación de conjunto histórico-artístico.
ROBLEDILLO DE GATA. Por la carretera fuimos apreciando la agreste naturaleza de la Sierra de Gata, salpicados los árboles de hoja perenne con los amarillos y marrones de robles y castaños, hasta llegar al que está considerado como su pueblo más bonito, opinión con la que, una vez visto, coincidimos mi marido y yo.
![]() ![]() La mejor opción (la única, quizás) es dejar el coche en el aparcamiento que hay justo después de pasar el puente sobre el río Arrago, que ya proporciona una sugerente vista del caserío, que constituye todo un ejemplo de arquitectura popular y rural. Además, el cauce del río que discurre encajonado, sus aguas formando atractivas cascadas y cascaditas, contribuyen para hacer de Robledillo una población realmente preciosa, que merece la pena visitar con calma. Cuenta con poco más de 200 habitantes y, pese a la calle con considerable cuesta que hay que afrontar nada más llegar, enseguida atraen sus casas de piedra y adobe, con balconadas, situadas sobre la calle, que unen edificios y forman pintorescos arcos.
![]() Hay que meterse por todos los rincones porque en cualquiera de ellos encontraremos la estampa perfecta para la foto que deseamos llevarnos de recuerdo, aunque en esta ocasión el sol poniente estorbaba algunas de las mejores perspectivas.
![]() Olvidando de momento los giros a izquierda y derecha, seguimos en continua línea recta, ascendiendo por la calle que habíamos tomado al llegar, hasta alcanzar la zona de las piscinas naturales, cuyo acceso estaba cerrado al ser invierno. Sin embargo, las vistas de las pequeñas cascadas eran muy bonitas desde arriba, en la cuneta.
![]() Vimos la indicación de un sendero que llevaba al “Chorrito” y pensamos que sería una caída de agua que estaba cerca, así que nos pusimos a seguirlo. Por un lado, fue una decisión acertada porque nos topamos con interesantes panorámicas, pero, al consultar la información en el móvil, nos dimos cuenta que la caminata era más larga de lo que imaginábamos en un principio pues nada menos que era una ruta a pie que llevaba hasta el Chorrito de los Ángeles, cerca de OVejuela, que habíamos visitado ya cuando estuvimos en la Hurdes. Así que vuelta atrás, admirando los colores que teñían de otoño el paisaje.
![]() Empezamos, entonces, el obligado periplo de vagar y vagar, metiéndonos por todas partes, intentando encontrar las cascadas que habíamos visto en algunos paneles informativos. Aunque no terminábamos de ver lo que andábamos buscando, nos tropezamos con imágenes de postal, como éstas, siempre mucho más atractivas al natural que en fotografía.
![]() Al fin, tomando el camino que lleva al Museo del Aceite Molino del Medio, de origen medieval pero que funcionó hasta los años sesenta y que se puede visitar, salimos al borde de la cascada que es la más representativa del pueblo cuando se buscan imágenes del mismo (aunque no es que me quedase muy allá, la verdad
![]() ![]() Después, explora que te explora otra vez: pasamos por el mirador que arranca junto a la terraza de bar y que conduce hasta el río, donde sale un senderito que lleva a las cascadas próximas a las piscinas naturales por la orilla del río. Precioso recorrido de apenas diez minutos. No hay que perdérselo.
![]() ![]() Luego, se retrocede, se cruza el río por las piedras y se regresa por un puente, desde el que se tienen vistas de nuevo encantadoras.
![]() Al final, subimos hasta la Plaza donde se encuentra el Ayuntamiento. Perdía un poco de magia el conjunto por culpa de los coches allí aparcados. Un poco en alto se encuentra la iglesia parroquial de la Asunción, del siglo XVI, con planta hexagonal, un bonito pórtico circular y un elaborado techo mudéjar en la Sacristía. No hice fotos del interior porque se estaba celebrando misa.
![]() No hay que quedarse aquí, pues subiendo todavía un poco más, hacia la derecha se contempla una de las vistas panorámicas más bonitas de Robledillo, aunque el sol y la sombra jugaban una pequeña mala pasada de contrastes.
![]() Si estáis por la zona, no os lo perdáis. Estoy segura que os va a gustar mucho este pequeño pueblo de la Sierra de Gata. Y en otoño tiene el plus del colorido paisaje.
![]() ![]() ![]() SAN MARTÍN DE TREVEJO. Deshicimos el camino hasta la carretera EX205 y luego tomamos la CC 1.1 para dirigirnos a nuestro lugar de alojamiento durante las dos siguientes noches, el Hotel Rural el Duende del Chafaril, en San Martín de Trevejo, que desde 2019 forma parte de la Asociación de Pueblos más bonitos de España. Como todavía estábamos en 2018, aún no contaba con el conocido cartel indicador.
![]() Rápidamente se hizo de noche, si bien todavía pudimos apreciar un poco las casitas blancas de diferentes pueblos colgados en las terrazas serranas, que ofrecían unos bonitos panoramas si bien con menos tonos rojos otoñales de lo que me esperaba teniendo en cuenta lo que habíamos visto en el Valle de Ambroz un par de años antes. El Hotel se encuentra en una casa de piedra rehabilitada, al comienzo de una de las calles típicas que conducen hasta la Plaza Mayor, en cuyas inmediaciones se encuentra también la fuente o pilón que lleva el mismo nombre y presidida por el escudo imperial de los Austrias.
![]() La calle es estrecha y no resulta nada fácil aparcar (tampoco hace dejar el auto a dos metros de la puerta), pero apenas a unos cien metros había sitio de sobra. Lo que ignoro es cómo estará el aparcamiento en verano. Nos gustó mucho el hotel, y la habitación, con paredes de piedra, muy amplia y confortable, al igual que el cuarto de baño. Llevaba incluido un estupendo desayuno y por disfrutar de un pequeño spa (privado, un lujazo) nos cobraron 10 euros por una hora. En total, 170 euros las dos noches. Lo di por muy bien empleado, la verdad, ya que se trata de uno de esos alojamientos “con encanto”.
![]() ![]() Por la noche, la temperatura bajó bastante. Sin embargo, salí a dar una vuelta para ver un poquito el pueblo. Apenas había gente por la calle y muy poco ambiente, la verdad. El mejor sitio para cenar, el restaurante del hotel.
![]() En las calles, lo primero que salta a la vista es que los nombres están escritos en castellano y en “a fala”, la lengua materna de estas tierras, que contiene palabras prerromanas, otras con raíz latina, algunas derivadas del árabe y unas cuantas que se han ido incorporando con el paso de los siglos. Al parecer, esta lengua se adoptó en los siglos XI y XII con la repoblación del valle del río Erjas.
![]() Durante mi corto paseo, también me llamó la atención el persistente sonido del agua, que corría alegremente por los regatos empedrados que bajan del Jálama. Intuyendo entre las sombras y una tenue iluminación la pintoresca arquitectura popular de las casas, algunas blancas, otras con entramado de madera, llegué hasta la Plaza Mayor y desde allí me acerqué a la Parroquia de San Martín de Tours, donde una pequeña orquesta estaba ensayando para un concierto, con lo cual, para no molestar, fui muy discreta al hacer alguna foto.
![]() Resumen del recorrido nocturno por San Martín de Trevejo.
![]() Tuvo su encanto el paseo por el pueblo casi desierto, con el rumor del agua y la luz amarilla y difusa, que le daba cierto misterio a las casas tradicionales con sus poyetes elevados, muchas engalanadas con macetas y flores en lo que parecía un buen empeño por acicalar el pueblo de cara a su inminente inclusión en el catálogo de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España.
![]() Al día siguiente, después de un buen desayuno en el hotel, fuimos hasta la Oficina de Turismo, que se encuentra en Plaza Mayor para pedir información sobre una ruta senderista que queríamos hacer y que pasa por uno de los castañares más grandes de la provincia de Cáceres. También nos dieron un pequeño folleto con información y un mapita con lo más destacado de San Martín de Trevejo, que paso a resumir a continuación.
Casas típicas. Catalogada como Conjunto Histórico Artístico, se caracteriza por una arquitectura de carácter popular, con casas que presentan muros de piedra y a cuyo interior se accede mediante unas escalinatas con varios peldaños de granito; con lo cual la entrada a la vivienda suele estar en alto.
Otra característica es que a la altura de la primera planta, las fachadas sobresalen hacia la calle, sosteniéndose en vigas de madera cuyos bordes (se llaman tozones) a veces están labrados con figuras. ![]() Las viviendas tradicionales solían constar de tres plantas, cada una de ellas con una función diferente. En la planta baja, había dos recintos, uno de los cuales se utilizaba como bodega para aceite y vino, y otro para el ganado doméstico. En el primer piso estaban las habitaciones y la zona de estar, y en el segundo piso, la cocina la despensa y el desván.
![]() Varias calles conservan el tipismo de estas casas, si bien su utilización puede haber variado, naturalmente. Lo cierto es que quedan muy fotogénicas, las calles flanqueadas por macetas y flores, y algunas con los regatos empedrados en la parte central o lateral. Por cierto que la función de los regatos era el riego tanto en los huertos como en las propias viviendas. En varios puntos se apreciar todavía los desvíos del curso del agua para variar los riegos.
![]() Plaza Mayor. Aquí se encuentran: la Torre-Campanario, de sillería de granito del siglo XVI, con el escudo de armas de Carlos V; la Casa de la Encomienda y el Ayuntamiento. Además, hay un pilón grabado de 1888.
![]() Iglesia Parroquial de San Martín de Tours. De camino hacia la Iglesia, nos encontramos con una estela funeraria del final de la Edad del Bronce, según pudimos leer. La Iglesia es un templo de piedra de tres naves, erigido sobre otro anterior a finales del siglo XVII y que contiene un retablo de Luis Morales de 1570 procedente del Convento de San Benito de Alcántara.
![]() Fuentes y Pilones. Piedras Labradas. Convento de San Miguel (Hospedería). Además de la ya mencionada Fuente del Chafaril, a lo largo del pueblo hay otras fuentes o pilones, como la de las Huertas o el Pilón del Fuerte. También, se pueden contemplar varias piedras labradas correspondientes, por ejemplo, al antiguo gremio de zapateros o a la oficina de postas. El Convento de San Miguel (ahora utilizado como Hospedería de Turismo) se construyó en las afueras del pueblo, en el siglo XV, aunque de entonces solo se conservan la Iglesia y la Torre.
![]() Al fondo, a la izquierda, el antiguo Convento de San Miguel, actualmente Hospedería de Turismo. ![]() Ruta senderista hasta el Puerto de Santa Clara (GR 10) y Sendero SL CC 208 , “entre ríos y bosques”. ![]() Esta pequeña ruta (unos seis kilómetros y medio, aproximadamente) nos ocupó casi toda la mañana; bueno, tampoco es que madrugásemos mucho, precisamente. Saliendo de la Plaza Mayor (Ayuntamiento), nos dirigimos hacia la Fuente o Pilón de las Huertas, hasta alcanzar la antigua calzada romana que asciende por el castañar, si bien no sé por qué se le denomina “romana”, ya que pese a que por estos lares pasaba la Vía de la Dalmacia, que comunicaba Curium (Coria) con Mirobriga (Ciudad Rodrigo) lo que se conserva corresponde a la época medieval, y fue utilizado como ruta comercial y de paso hasta principios del siglo XIX.
![]() Gana altura muy rápidamente, permitiendo obtener buenas vistas del pueblo y de la serranía. Al fondo, además, pudimos contemplar el perfil de lo que, quizás, sea lo más interesante de la ruta senderista completa, que llega hasta el pueblo de Eljas, surcando una interesante crestería una pasado el puerto de Santa Clara, que atraviesa la ladera del Cancho Peñaflor, con imponentes formaciones de roca granítica. Pero esto requiere contar con coche de apoyo o dejarlo para una época con días más largos.
![]() ![]() Al cabo de un rato, el camino se piedra se interna en el castañar de los Ojestos, en alguno de cuyos claros se pueden contemplar bellas perspectivas con los colores del otoño intentando compensar el barrido de las hojas, que habían huido de los árboles para terminar alfombrando el suelo. La verdad es que me quedé un poco decepcionada pues esperaba que todavía conservasen las copas algo más de colorido.
![]() ![]() ![]() Por el camino, que no para de ascender hasta llegar a los 1.020 metros del Puerto, nos encontramos con dos castaños emblemáticos, llamados los “abuelos”, por su tamaño, su porte y su edad. ![]() ![]() Poco antes de alcanzar el pico, pasamos junto a una bonita cascada. Y casi fue lo más interesante de un paseo que me supo a poco y que, al final, termina junto a la carretera. Quizás hubiese sido mejor subir con el coche hasta allí, dejarlo en un pequeño claro que actúa como aparcamiento y hacer el recorrido hasta Eljas, a través del Canchal.
![]() ![]() Como ésa ya no era una opción, regresamos al pueblo por el camino empedrado que, la verdad, se hizo muy pesado ya que las piedras en casi cuatro kilómetros con un desnivel bastante pronunciado fastidiaban un tanto las rodillas y las puntas de los pies.
Cuando se sube, hay que bajar...
![]() De nuevo en el pueblo, tras pasar junto al enorme Cedro centenario, que se encuentra en una finca particular, y bordeando la antigua judería, fuimos a comer al Hotel, donde el menú de 16 euros mereció mucho, pero que mucho, la pena. Una buena cocina, sin duda. Y la atención, de diez. El comedor es pequeño y menos mal que, por la mañana, reservamos la última mesa disponible.
Cedro centenario.
![]() Comilona en el hotel.
![]() Después de comer, cogimos el coche y nos dirigimos hacia Trevejo. Tomando la carretera CC 1.2, en dirección a Villamiel, hay un mirador fantástico sobre San Martín de Trevejo. Lástima de huella que apareció sin saber cómo en el objetivo de la cámara y de la que no percaté hasta bastante después.
![]() ![]() CONTINUARÁ EN LA SIGUIENTE ETAPA.: ![]() Etapas 10 a 12, total 25
![]() Sierra de Gata (Cáceres), 2ª parte. Trevejo, Hoyos y Gata.Ruta de tres días (en diciembre, días cortos) por la Sierra de Gata (Cáceres). Esta etapa continúa la anterior (Robledillo de Gata y San Martín de Trevejo) y en ella cuenta nuestras visitas a Trevejo, Hoyos y Gata.
CONTINUACIÓN DE LA ETAPA ANTERIOR.
![]() TREVEJO. Desde San Martín de Trevejo hasta Trevejo por la CC 1.2., señalada anteriormente, la más recomendable por las vistas y el recorrido, hay poco menos de 11 kilómetros, aunque se tarda unos 20 minutos ya que la carretera es muy virada y con continuos desniveles. A cambio, los paisajes son sumamente estimulantes y más, aquí sí, con el aliciente añadido de los colores otoñales.
![]() Pasamos junto a Villamiel, municipio al que pertenece Trevejo desde 1859. Sin embargo, desde varios kilómetros antes, lo que atrae la atención es una figura pétrea fantasmagóricamente encaramada a un espolón rocoso, cuya historia se remonta a unas fortalezas creadas por los musulmanes allá por el siglo IX. Tras la conquista de estas tierras por los leoneses, se realizó su repoblación. El actual castillo de Trevejo debió construirse en torno al siglo XV sobre alguna fortificación anterior, seguramente de origen árabe. La guerra de Sucesión española y la de la Independencia contra los franceses terminó de asestarle un golpe casi mortal a sus viejos muros y cimientos.
El castillo de Trevejo está allí, arriba.
![]() Vista parcial de Trevejo.
![]() Antes de llegar al castillo, se pasa por el pequeño urbano, que incluye unas pocas casas de arquitectura popular. No obstante, vimos movimiento de gente y de máquinas, con lo cual parece que es una zona que va a incrementar su oferta turística y es que, según me pareció, la mayor parte de tales rehabilitaciones eran para casas rurales o similares.
![]() ![]() ![]() ![]() Y la influencia turística se notaba hasta el punto de la cantidad considerable de visitantes que había (no masas, desde luego), dispuestos a subir hasta lo más alto de los restos del castillo. Y eso que un cartel avisa de que cada cual se adentra en el mismo bajo su propia responsabilidad.
![]() Claro que, viendo lo que se ve y leyendo el cartel, parece que todavía sientes más atractiva la pequeña caminata, como un leve toque de aventura, vamos; y las sombras negras de los lienzos rotos a contra luz del sol añadían un peculiar toque misterioso a todo un conjunto prácticamente suspendido en lo alto.
![]() Hay que trepar un poquito entre piedras, que conducen a la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, del siglo XVI. Aparte, se encuentra una torre campanario espadaña, que integraba la fortificación del castillo y que muestra el escudo de algún comendador. Unas tumbas antropomorfas no hacen sino añadir pimienta a tan pintoresco lugar. Y, por si fuera poco, las vistas son impresionantes hacia todos los lados del valle.
![]() Villamiel ![]() ![]() Cuando se pasa al lado de la Torre del Homenaje, salpicada de manchas ocres, que se eleva increíblemente erguida al cielo, no puedes por menos que pensar si no se te caerá de plano en la cabeza en ese preciso instante. Pero seguir, sigues adelante, no faltaba más. Tras hacer unas cuantas fotos, de pronto, me percaté de la traicionera huella en el objetivo. En fin, tocaba limpiar y recuperar lo recuperable.
![]() ![]() ![]() Después de trastear un rato por las alturas (ojo con el calzado, nada de sandalias o tacones), regresamos al coche. El sol se estaba empezando a poner y paramos en un mirador, que nos ofreció unos panoramas de lo más sugerentes al atardecer.
![]() ![]() ![]() HOYOS. Por Hoyos pasamos varias veces y fuimos a parar en el momento menos oportuno, ya que estaba anocheciendo, el frío empezaba a atizar de lo lindo y no había nadie (bueno, otra pareja de visitantes tan despistados como nosotros) por las calles. Así que dimos un paseo, contemplando la Iglesia del Buen Varón, con su portada románica del siglo XIII, y algunas casas nobles y palacios, ya que buena parte de la nobleza y los obispos de Coria veían a Hoyos a “veranear”. En la Plaza Mayor, muy cerca de la Iglesia, se encuentra el Ayuntamiento.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Bajando por otra calle, se llega al río. Esta es otra de las zonas donde en verano se acondicionan las zonas recreativas con piscinas naturales.
![]() ![]() GATA. Después de otra noche de alojamiento en San Marín de Trevejo y del consiguiente desayuno en el hotel, salimos hacia nuestro última parada en la Sierra de Gata, que tendría lugar en la localidad que, precisamente, le da nombre a toda la comarca: Gata. Desde San Martín de Trevejo hay unos 37 kilómetros, que se hacen en poco más de media hora por la ruta más sencilla, las carreteras EX 205 y CC 6.1. En el horizonte, ya divisábamos un paisaje de lo más atractivo y las casas blancas medio colgadas en las laderas de la sierra.
![]() ![]() Como los otros cuatro pueblos que habíamos visitado, Gata es también conjunto histórico-artístico y mantiene el trazado típico y la arquitectura popular de la zona, si bien aferrado a su idiosincrasia particular. Dejamos el coche en un aparcamiento público que estaba en construcción, en la parta baja del pueblo, bien pasada la Ermita del Humilladero (del siglo XVI, tiene pinturas murales, pero estaba cerrada), y que luego nos obligó a subir una cuesta considerable. Junto a la parada del autobús, donde hay un cartel informativo, se puede ver el Cedro Centenario de Gata, al que se le calcula una edad superior a 200 años, y de gran porte, nada menos que 30 metros de alto. No menos curiosa es una enorme palmera que está a su lado, vestido su tronco con las ramas desnudas de otro árbol.
![]() ![]() Fuimos directamente hasta el Ayuntamiento, en la Plaza de la Constitución, donde se encuentra la Oficina de Turismo para pedir información. En la parte de atrás, se encuentra la monumental Fuente del Chorro, de granito y estilo renacentista, con el blasón de los Reyes Católicos y el toisón de oro del Emperador Carlos V.
![]() ![]() En la Plaza se encuentra también la Iglesia Parroquial de San Pedro, de los siglos XVI y XVII, y a la que no pudimos ver el interior porque estaba cerrada.
![]() Nos hubiera gustado hacer una ruta a pie hasta el Castillo de la Almenara, desde donde al parecer hay unas vistas espléndidas, pero pronto nos dimos cuenta de que el asunto no era tan sencillo como habíamos previsto pues la caminata requería unas tres horas, de las que no disponíamos. Por lo cual, nos dedicamos a dar un paseo por las calles, subiendo hasta la antigua judería y contemplando varias vistas panorámicas desde el Barrio del Regajo, para llegar al cual hay que tomar unas callejuelas empinadas pasada la Fuente Melona, que cuando llega a la vía empedrada cuesta casi más luego bajar que subir.
![]() ![]() ![]() Lo más interesante del recorrido es curiosear por entre las callejuelas, algunas tan estrechas que casi hay que caminar de perfil. Las casas tienen dos o tres plantas, distribuidas del mismo modo que he comentado respecto a las de San Martín de Trevejo. Los materiales de construcción son el granito, la cal morena y la arena de río, empleándose el entramado de madera y el adobe en la parte superior de las viviendas. A partir del siglo XVI, se incorporó el balcón, como una forma de impedir el paso del sol que pudiera estropear el vino.
![]() ![]() ![]() Gata me pareció menos bonito que Robledillo, que tiene un caserío y un paisaje con un encanto muy especial, y menos cuidado que San Martín de Trevejo, que parece haber pugnado por quitarle la marca de referencia en servicios, apostando por su inclusión entre los pueblos más bonitos de España. Gata parece haber optado por mantenerse tal cual, sin esforzarse por embellecerse, puede que artificialmente, para atraer al visitante. En cualquier caso, ni mucho menos le falta atractivo y una ruta por la Sierra de Gata estaría incompleta sin detenerse en la localidad que le da su nombre a la comarca.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Y este ha sido mi relato de los tres días (no completos) que estuvimos por la Sierra de Gata. Hubiésemos visto más cosas, como observación de aves en el Embalse de Borbollón o panorámicas desde varios miradores, y también alguna que otra ruta de senderismo, de haber estado en otra época del año, con más horas de luz. Sin embargo, para compensar, tuvimos muy buena climatología, con días despejados y sin niebla, aunque por las noches bajaba bastante la temperatura y no había demasiados sitios para salir a tomar algo o, incluso, a cenar.
![]() ![]() Por lo demás, muy recomendable darse una vuelta por esta zona de la provincia de Cáceres que, como de costumbre, no decepciona.
![]() Etapas 10 a 12, total 25
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