Vietnam por libre. Septiembre 2019 ✏️ Blogs de Vietnam

Este día alquilamos una moto en nuestro homestay, la idea era recorrer la isla en moto e ir viendo los paisajes.

El pueblo de Cat Ba es un pueblo feo, que nada tiene que ver con el resto de la isla, una isla salvaje, verde y preciosa, alquilar una moto para recorrerla fue una gran idea, además aprovechamos para ir al parque natural, queríamos subir a ver las vistas, pero nos quedamos a mitad de la subida, la humedad era extrema, y el día anterior nos tomamos alguna que otra cerveza y todavía costaba más subir la montaña. Nos encontramos con una pareja y nos dijeron que a partir de ahí la subida era bastante dura por lo que decidimos abortar misión, con la subida del día anterior ya habíamos cubierto nuestro cupo de locuras.


Después de tomar un poco de agua y descansar fuimos a unas cuevas que había a unos 3 km, pensaba que serían más pequeñas, pero no, así que fue una buena sorpresa.

Por la tarde intentamos ir a ver atardecer desde Cannon Fort, pero estaba cerrado temporalmente, por lo que decidimos volver a ir a la terraza del hostel para ver atardecer desde ahí y saludar a nuestros nuevos amigos.

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El día de hoy también iba a ser para traslados, cogimos un ferry desde el pueblo de Cat Ba a el puerto más cercano al aeropuerto de Haipong. La idea era deshacer el camino hecho el día que llegamos con el autobús y el barco, pero el dueño de nuestro hotel nos dijo que esto era mejor opción y que íbamos a tardar menos, por lo que eso hicimos, cogimos el barco y al llegar conocimos a unas chicas Suizas muy majas que también iban al aeropuerto y compartimos taxi y también los días en Hoi An.

Los horarios del barco y el avión no cuadraban mucho por lo que tuvimos que hacer tiempo en el aeropuerto con nuestras nuevas amigas comiendo y jugando a las cartas.

A las 4:30 de la tarde llegamos a Danang y cogimos un taxi en dirección a nuestra nueva casa en Hoi An, se llamaba Bonsai Villa, este fue el mejor alojamiento que cogimos, tenía piscina y muy buen desayuno. Un hotelito pequeño, pero con unos dueños muy majos que nos prestaron bicis siempre que se lo pedimos.

Después de una ducha decidimos acercarnos a la zona del mercado nocturno, los restaurantes y los bares. La primera impresión no nos gustó, veníamos de un sitio muy tranquilo y con poca gente y llegamos a unas calles abarrotadas donde no se podía ni andar y deslucían los farolillos que tanto habíamos visto en las fotos. Menos mal que eso solo fue una hora y poco, a las 10 de la noche las calles se vaciaron. Según nos comentaron eso pasa los fines de semana y la hora de la cena, por lo que si podéis ir a Hoi An entre semana mejor que mejor.



Una vez pasada esa hora pudimos disfrutar del centro y ver de verdad lo que habíamos visto en fotos que nos había llamado tanto la atención.

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Estos días los aprovechamos disfrutando del pueblo, sus pagodas, el puente japones, ir en bici hasta la playa y descansar allí un rato, montar al lado de los campos de arroz... fueron unos días en los que disfrutamos mucho, no puedo decir nada en concreto, simplemente conocimos gente y nos empapamos de la zona con calma.

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