![]() ![]() El Archipiélago de Hölderlin ✏️ Blogs de Grecia
Viaje por el mar Egeo, incluyendo Creta, Santorini, Atenas, Éfeso, Bodrum y la isla de Kos. Dos semanas en uno de los viajes más rápidos y agotadores que recuerdo.Autor: Gasparmurillo Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (4 Votos) Índice del Diario: El Archipiélago de Hölderlin
01: SEVILLA-MADRID-HERACLIÓN
02: LA CANEA (CHANIA)
03: LA CANEA - TOPOLIA - ELAFONISSI - LA CANEA
04: LA CANEA - HERACLIÓN (QUERSONESO)
05: QUERSONESO: EL DÍA PERDIDO
06: HERACLIÓN
07: HERACLIÓN - ATENAS (EL PIREO)
08: EL PIREO - SANTORINI
09: SANTORINI
10: ATENAS
11: EL PIREO - ATENAS - AEROPUERTO DE IZMIR
12: ÉFESO - BODRUM
13: BODRUM
14: BODRUM - KOS
15: KOS - ATENAS
16: ATENAS - ROMA - SEVILLA (CONCLUSIONES)
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Etapas 1 a 3, total 16
Grecia y el Egeo nunca habían entrado en mis planes inminentes de viaje, pero tras la lectura de la maravillosa obra del poeta romántico alemán Friedrich Hölderlin titulada Der Archipelagus (El archipiélago) brotó en mi interior un enorme sentimiento de culpa al no haber aún visitado el lugar donde nacieron nuestro mundo y nuestros esquemas actuales de pensamiento, en dos palabras, la cultura occidental. Así que Hölderlin fue el instigador de esta aventura, así como el gran responsable tanto de las impresiones positivas como de las decepciones que me llevé de esta antiquísima tierra que ha sido la cuna de la filosofía, de la política y de las artes occidentales.
![]() Los versos de Hölderlin son todo un derroche de elogios a la cultura griega; al mar Egeo, a la bravura de los guerreros griegos, a la rabiosa naturaleza de la zona más oriental de Europa tocada por los dioses. Además de Hölderlin, me empapé de la fascinante Historia del mundo helénico relatada por Isaac Asimov, así como leí varios manuales de filosofía clásica para estar a la altura de la solemnidad que Grecia, nuestro origen, merecía. Por todo ello, creo que me embadurné tanto de poesía y filosofía que mis expectativas desbordaron lo que la Grecia actual podía ofrecer. Quizás esperaba encontrar allí ese mundo idealista recreado por Hölderlin o esos emocionantes acontecimientos históricos descritos por Asimov. Intentaba proyectar en mi mente la imagen de cómo debían de haber discutido Sócrates y Platón mientras paseaban por el Ágora de Atenas; quería imaginar el sufrimiento de los afanados guerreros espartanos mientras Jerjes y su ejército persa se abrían paso cruzando las Termópilas; fantaseaba con las naves griegas cerrando la salida al mar en la Batalla de Salamina... Pero no, había que despertar. Estos hechos ocurrieron hace más de 2.000 años y las tragedias que ahora se escriben en Grecia son muy diferentes de aquellas ideadas por Sófocles. La Atenas de hoy, sin ir más lejos, se ha convertido en una de las ciudades más decadentes que he visitado, llena de basura, hacinamiento, tiendas de souvenirs y víctima de un proceso gentrificación similar al de otras urbes europeas. Poco se puede percibir ya de ese mundo de sabiduría y refinamiento cultural que pobló esas mismas calles. Solo las colosales ruinas de la Acrópolis se erigen sublimes en una colina para recordarnos que allí alguna vez hubo algo muy grande... los orígenes de una cultura que se encarnó en nosotros, los europeos, y que hoy se encuentra en declive y en claro retroceso ante el empuje del dinero. Aunque bueno, tras este primer rapapolvo, conviene adentrarnos en los entresijos del viaje, porque al fin y al cabo, lo que he de narrar en esta corta etapa es el infame trayecto que me llevó desde Sevilla hasta Creta con escala en Madrid. Aunque los vuelos fueron puntuales, me sorprende también cómo Iberia ha perdido el poco crédito que le quedaba. El lanzamiento de Iberia Express ha servido como excusa para convertir la mayoría de sus vuelos europeos en un mundillo de precariedad. A las cuatro de la mañana, aterrizo en Heraclión sin pegar ojo y después de recoger el equipaje en un aeropuerto funesto y caduco, me dispongo a tomar un taxi que me lleve a la estación de autobuses de la capital cretense. Y he aquí que se presenta la primera estafa: 16 euros por una carrera de apenas cuatro kilómetros que la podía haber hecho perfectamente andando, yendo como iba, ligero de equipaje. Además, hasta la estación de los autocares, todo el trayecto era cuesta abajo. Luego, descubrí que el precio real de un taxi para este recorrido es de 11 euros, caro para la escasa distancia que cubre. Por desgracia, este problema con los taxis es el pan de cada día en Grecia, así que mejor evitarlos a toda costa. Etapas 1 a 3, total 16
![]() LA CANEA (CHANIA)El primer día en La Canea gira alrededor del romántico y maravilloso puerto veneciano, que combina una gran diversidad colores y una atmósfera festiva.
Nada más bajarme del taxi en Heraclión, el primer autobús con destino a La Canea (Chaniá) está esperando en el andén y será aquí donde duerma un poco mientras me dirijo al oeste de Creta, la zona más bella de la isla.
La Canea o Chaniá fue el gran descubrimiento de este viaje. Considerada por algunos la ciudad más antigua constantemente habitada de occidente (habría que preguntarles a los gaditanos qué piensan de esto), se trata de una ciudad turística al oeste de Creta con un encanto inigualable. La joya de la corona es su evocador puerto veneciano en donde se mezcla la arquitectura de diferentes culturas, desde una antigua mezquita otomana hasta un renovado faro egipcio. La Canea quizás fue el lugar que más me gustó en Creta. Tras hacer el check-in en el hostel, tomé un ingente desayuno en el puerto a un precio bastante asequible. Saborear un delicioso café griego -o turco- a primeras horas de la mañana frente a las vistas de una pequeña bahía con milenios de historia es una experiencia maravillosa recomendable para todo aquel que visite este lugar. Por las mañanas, en el puerto veneciano de La Canea se respira un ambiente relajado, que contrasta con el bullicio del atardecer, cuando todos los veraneantes han vuelto de las playas y se concentran en los bares de este enclave excepcional. Tras dar un primer paseo por el muelle, por la antigua fortaleza que cobija el museo Marítimo y después de transitar por la calle central de la ciudad, donde está situada la catedral; ha llegado la hora de dormir en el hostel, pues tras el viaje nocturno estoy extenuado. Además, en las horas centrales del día, pasear por La Canea desafiando la furia del sol es como un suicidio. Me despierto bien entrada la tarde para dirigirme de nuevo al puertecito para contemplar la puesta de sol desde el dique que se extiende hasta el faro egipcio. Tras bordear toda la zona oriental del puerto veneciano, repleto ya de turistas, accedo hasta una especie de malecón que me llevará hasta los pies del faro. Las vistas del puerto, de las montañas y del ocaso son desde esta localización espectaculares. Uno de los atardeceres más bellos que he visto, mejor que esas puestas de sol tan famosas que hablan de Santorini. ![]() Tras quedar embobado desde el dique, en la penumbra del atardecer, llego hasta los pies del faro, desde donde de nuevo se puede disfrutar de una sensacional vista del puerto veneciano. En el camino de vuelta, paro en una taberna marinera contigua al muelle para degustar un pulpo y un tzatziki, salsa típica griega. La noche ya se ha echado encima y ríos de gente transitan por el puerto creando una atmósfera animada y bulliciosa. Los restaurantes seducen a potenciales clientes, la tiendas de souvenirs atraen a los turistas y los padres pasean tranquilamente conduciendo el carrito de sus niños. En resumen, se trata de un primer gran día en La Canea. Etapas 1 a 3, total 16
![]() LA CANEA - TOPOLIA - ELAFONISSI - LA CANEAVisita a la garganta de Topolia, la playa de aguas turquesas de Elafonissi y paseo por los barrios de La Canea.
No ha sido la mejor noche para dormir. Todavía acusando el cansancio del viaje, hoy toca ponerse en marcha para realizar una excursión a la playa de Elafonissi, la que según dicen, se trata de una de las mejores playas de Europa.
Había contratado una excursión on-line con Balos Travel por 25 euros para llegar allí, aunque después vi en algunas agencias que existen otras por 19 euros. En general, el precio de estas excursiones hasta Elafonissi va a andar en esta horquilla entre los 19 y los 30 euros (septiembre de 2019), lo cual me parece una suma bastante económica para la dimensión del tour, es decir, merece absolutamente la pena pagar este dinero. Además, el trayecto incluye guía en inglés en un autocar con aire acondicionado. La primera parada del recorrido es la garganta de Topolia, un desfiladero abrupto que atraviesa una carretera estrecha y difícil con precipicios de vértigo. Las laderas de las montañas se convierten en paredes verticales que crean una especie de cañón. Hacemos una parada allí para tomar café. ![]() Tras Topolia, la carretera sinuosa comienza a descender encarando el parque natural que ha de extenderse hasta la playa de Elafonissi. En apenas dos horas hemos alcanzado este emblemático lugar situado en el mar de Libia. El día está soleado y corre una ligera brisa. Elafonissi me muestra sus aguas cristalinas y el contraste de colores azules. No se trata de una playa larga, sino de bancos arenosos dispersos. Está dividida en varias zonas de arena donde se intercalan formaciones rocosas. El punto más meridional lo conforma un cabo a modo de montículo en donde se mezclan hierbas, arenales y pedruscos. El perímetro de esta protuberancia rocosa está flanqueado por arena y rocas. Entre las diferentes parcelas arenosas, hay varias lagunas marinas (lagoons) de aguas transparentes que contrastan con el azul fuerte de mar abierto al fondo. Es una auténtica delicia bañarse y pasear por sus orillas, aunque realmente eché de menos un mar más embravecido, faltaron las olas. El día que fui el mar estaba en absoluta calma y el baño era muy cómodo y relajado, además de encontrarme un agua bastante templada. Acostumbrado a las olas del océano Atlántico en Tarifa, Cádiz o Conil; Elafonissi me pareció prácticamente una piscina de agua salada, una experiencia algo insulsa para tratarse del mar de Libia. Otro punto débil es la congregación de turistas que impacta directamente en el entorno natural. De hecho, los veraneantes deberían ser más responsables con el uso de plásticos y papeles. ![]() Tras tres intensos baños en la playa, continúo explorando este bello enclave natural. Aunque me parece un lugar paradisíaco y excepcional, aún encuentro Elafonissi menos atractivo que la playa de Bolonia en Tarifa, mi auténtica debilidad. Será que el Mediterráneo no colma mis expectativas en lo que respecta a la ferocidad de la naturaleza. ![]() Tras cuatro horas deambulando y disfrutando Elafonissi toca emprender el camino de vuelta haciendo dos paradas; la primera, en una pequeña aldea cretense, y la segunda, de nuevo en la garganta de Topolia. Por la tarde, vuelvo a La Canea. Aún quedan horas de sol y hay que aprovechar el día para explorar el barrio antiguo. Así es, justo detrás del puerto veneciano discurren estrechas calles adornadas con buganvillas y casas centenarias. Se trata de una zona perfectamente conservada en donde se entreveran callejones y restaurantes. Un lugar evocador que combina las herencias veneciana, genovesa y otomana. ![]() Tras este fantástico paseo, retorno al puerto veneciano para ver caer la noche. Una bruma se adueña de la pequeña bahía y de nuevo, el gentío se agolpa en tiendas y restaurantes. ![]() Al caer la noche, decido adentrarme por el barrio de Kastelli, que se extiende justo por detrás del puerto veneciano, pero en el lado opuesto al barrio antiguo, es decir, comprende toda la zona situada a espaldas de la catedral. Me sorprende gratamente este barrio, donde se concentra la gran mayoría de bares y tabernas, además del mercado y numerosas calles comerciales repletas de imitaciones. Se trata de un lugar que he de explorar a la luz del día la mañana siguiente. Chaniá es increíble. Etapas 1 a 3, total 16
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