BELLPUIG-VALLBONA DE LES MONGES- TÀRREGA ✏️ Blogs de España

El último punto visitado es la ciudad de Tàrraga, a la que llegamos en taxi desde Vallbona de les monges. Antes, sin embargo, tocó deshacer las camas y desayunar. De nuevo tenemos una comida sencilla. Pan con aceite o mermelada y mantequilla, algo de beber y poco más.

Tàrrega es la capital de la comarca de l'Urgell.

Sus orígenes se remontan al siglo XI cuando el Conde de Barcelona, Ramon Berenguer I, conquista el castillo. A partir de entonces la ciudad se convierte en una cruce de caminos estratégico que se mantendrá hasta la actualidad.

Hasta el siglo XVI la ciudad vivió una etapa de prosperidad gracias a la comunidad judía pero a partir de ese momento empezó a decaer. Los judíos fueron expulsados y llegaron las pestes. La presencia de bandoleros en la zona hará que se tenga que gastar mucho dinero en la muralla.

Del siglo XVI al siglo XIX se sucedieron varias crisis económicas y solo levantó cabeza en el XIX, en el que se iniciaron distintas obras públicas (el ferrocarril, la luz, el agua el teléfono y las vías de comunicación).

Tàrrega se encuentra situada en la plana de Lleida, entre los altiplanos de la Segarra y el Urgell y los márgenes del río Ondara. Comprende también los pueblos de Altet, Claravalls, la Figuerosa, el Talladell, Riudovelles y Santa Maria de Montmagastrell.

Es muy renombrada la Fira de Teatre al Carrer celebrada cada mes de setiembre.

Nuestra primera parada es en la Plaza Mayor. La plaza Mayor de Tàrrega acoge los edificios más emblemáticos de la ciudad, como son la iglesia (declarada Bien Cultural de Interés Nacional en 2017), el Ayuntamiento o la cruz de término. La cruz es gótica del siglo XV y es preciosa. Se conoce con el nombre de Creu del Pati. Fue restaurada e instalada en la plaza hace unas décadas. De entre las figuras esculpidas, destaca la imagen de San Miguel de estilo gótico florido catalán.

El ayuntamiento tiene una fachada de inspiración renacentista. Data del año 1674. Destaca el escudo de la ciudad esculpido.

Allí encontramos también la Iglesia de Santa Maria de l'Alba, edificada sobre una construcción anterior. El 14 de febrero de 1.672 se derrumbó el campanario de la iglesia parroquial, que era de estilo románico y más pequeña. La propia iglesia quedó muy dañada con el derrumbe. Al principio se decidió que se podían hacer algunos remiendos mientras que se decidía qué hacer. La solución fue edificar un nuevo templo neogótico, mucho más grande. El encargado de hacerla fue fray José de la Concepción. Este personaje había tomado los votos como fraile carmelita descalzo pero adquirió fama como arquitecto, tanto que se le conocía como "el Tracista".


Tiene una sola nave con capillas laterales intercomunicadas, inspirada en la iglesia del Gesú de Vignola en Roma.

En la fachada, muy austera, destacan la bonita portalada y el óculo, propio del barroco. Del exterior también se puede destacar el campanario, de planta cuadrada que se convierte en octogonal en la parte superior. Parece que según el proyecto original tenía que haber tenido un piso más.

En la puerta lateral, el portal de Cervera, hay una hornacina con la Virgen de Cervera dentro, realizada en piedra porosa. Fue realizada en el siglo XVII. Actualmente le falta un brazo.

Los frescos de la nave central del templo son de Josep Minguell .

En la parte más alta de la ciudad se pueden ver los restos del castillo de Tàrrega. La construcción data del año 1056 cuando Ramon Berenguer I se lo ofreció como regalo a su esposa, Almodis de la Marca. Luego, durante mucho tiempo, fue propiedad de los castlàs y más adelante de la monarquía. Toda la ciudad creció entorno al castillo pero hacia el siglo XIV empezó su decadencia a consecuencia de las diferentes batallas y conflictos existentes.

Actualmente el castillo es propiedad del Ayuntamiento y se puede visitar. La construcción fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional en 1949. No pensemos que está en buen estado; al contrario. Los elementos más antiguos del castillo son las estancias situadas en el sector SE, de entre los siglos XI y XII, y una cisterna con pozo de captación que ocupa buena parte de la plataforma inferior del castillo.

La estructura mejor conservada es el muro de cierre sur, del siglo XV, con una anchura de 3,5 m. y hecho con bloques bien tallados unidos con mortero. El tramo superior de aspilleras de este muro, junto con el resto de muros de cierre, son obra del siglo XIX. El espacio interior del castillo mantiene una amplia zona de patio de armas, rodeada por dependencias.


Junto al castillo se encuentra una plaza de origen medieval que acoge la iglesia de Sant Antoni. Allí se venera la imagen del Santo Cristo Encontrado. En la misma plaza están el Santo Hospital y la Biblioteca Comarcal así como la sede de las oficinas de la Feria de Teatro. El año 1980 la plaza fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional integrada dentro del conjunto artístico.


A principios del siglo XVIII ese palacete pasó a manos de Anton de Potau, propietario de una finca en La Floresta, el cual recibió el título de marqués a manos del rey Felipe V en 1703; de ahí el nombre del edificio. En 1980 fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Aún conserva algunos elementos originales. Es un edificio precioso.



En la misma calle hay dos edificios modernistas del siglo XX: Cal Segarra y Cal Berguedà. En frente del Palacio encontramos la Casa Sobies, que actualmente acoge un establecimiento comercial, conservando parte de la fachada gótica original.

La calle termina en la Plaça del Carme, conocida popularmente como El Pati. Es el centro verdadero de la ciudad, donde están los bares y terrazas. Allí hay varios monumentos: el dedicado als Països Catalans, del escultor valenciano Andreu Alfaro; una escultura dedicada al compositor oriundo de Tàrrega Ramon Carnicer (S. XIX) y el surtidor que ofrece distintos juegos de agua y luz ubicado en el centro de la plaza, obra de Carles Buigas (el de la Font màgica de Montjuic).

En la calle Mayor encontramos el Museo comarcal de Urgell. Se ubica en la antigua residencia de Cal Perelló (siglos XVII y XVIII). Aún conserva algunas de las salas nobles, actualmente museografiadas. El museo acoge también una sala de Arqueología, centrada en el mundo ibérico y romano, salas dedicadas a los artistas Antoni y Ramon Alsina Amils y salas dedicadas a la Tàrrega medieval.



No podemos marcharnos de Tàrrega sin visitar el Parque de Sant Eloi, un remanso de paz desde el que se obtiene una maravillosa vista de la ciudad (desde el mirador situado en uno de los torreones que se construyeron para las Guerras carlistas). En lo alto del parque hay una ermita. La mandó construir un platero de la ciudad llamado Simó Canet en el siglo XIII en honor a Sant Eloi, patrón de los orfebres y los que trabajan el metal.


Actualmente se está pintando un mural en el interior de la ermita. El autor es Josep Minguell, el mismo artista de los frescos de la iglesia de Santa Maria de l'Alba.

A principios del siglo XX, en concreto en 1909, un grupo de ciudadanos se unieron y formaron la Asociación de Amigos del Árbol, que tenía como objetivo plantar árboles en la sierra de San Eloy con afán de crear un gran parque para los vecinos. La verdad es que la iniciativa tuvo éxito porque ahora es un sitio precioso.

Para ver el parque nos toca subir porque se construyó en una zona alta de la ciudad. Hay una especie de museo al aire libre con piezas de la agricultura tradicional. Se incluye una prensa de aceite, almazaras de un molino de aceite, una prensa de vino, un molinillo de viento, una segadora fabricada en la Industria Trepat de Tárrega y un tractor Fordson de 1917 que fue el primero en trabajar las tierras del Urgell.

Llama mucho la atención una vidriera gótica sola, colocada ahí en medio del camino. Provenía de la capilla de los Ardèvol. Se trata de una ventana gótica del siglo XIV que había estado en la Iglesia de la Sagrada Familia o del Corpus Christi, que estaba anexa al Palacio de los Marqueses de la Floresta. Esta iglesia se derribó en 1943 y lo que quedaba de ella se dispersó. Esta ventana estuvo durante mucho tiempo en depósito en el cementerio de Tárrega hasta que al fin se decidió que se pondría donde la vemos ahora (en los años 80 del siglo XX). Se sujeta con unas columnas de hierro.


Destacan también unos arcos que, aunque puedan parecer de una casa noble, en realidad eran de un pajar de Ossó de Sió. No son los únicos arcos de un pajar de algún pueblo de la zona que existen en el parque.

También hay un bonito pozo de la primera mitad del siglo XVIII.

La mayoría de las piezas que vemos instaladas en el parque han sido donaciones de los dueños o de sus familiares.

Igualmente hay muchos monumentos conmemorativos así como un estanque donde hay hasta cisnes.

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