Cinqueterre ✏️ Blogs de Italia

El día comenzaba muy temprano. Después de desayunar, recogimos todo, cogimos nuestras mochilas y cogimos el bus correspondiente para llegar hasta La Spezia.
Una vez ahí localizamos nuestro tren. Lo llevábamos comprado de España: La Spezia- Milán Central por 32€ y tardaría unas 3 horas aproximadamente.
De Milán Central cogeríamos otro tren hasta Lecco por 5€ en una hora aproximadamente.
Al bajar del tren en Lecco las vistas nos dejaron maravilladas. Habíamos conseguido un alojamiento por 10€ la noche por persona y bastante cerca de la estación, por lo que cargando aún con la mochila, nos dirigimos hacia allí.


Cuando soltamos el equipaje, volvimos a retroceder caminando hacia la estación, pues la idea era coger un bus hasta Como para saber cómo funcionaba para el día siguiente recorrer el Lago di Como en barco. Por el camino fuimos buscando algún sitio dónde comer. El problema fue que al ser las 4 de la tarde no había ningún sitio donde poder hacerlo. Finalmente conseguimos una pastelería donde nos compramos unas foccacias y unas bebidas por 8€ las dos.
Nuestra sorpresa fue que al llegar a la parada de bus y comprar el ticket, nos dijeron que el próximo hasta Como tardaría una hora en salir, por lo que decidimos recorrer un poco el centro de Lecco.
Lo primero que vimos fue la iglesia. Es realmente espectacular, nada que envidiarle a las grandes ciudades.



Lo siguiente que miramos alucinando fue el lago. Si todo iba a ser así, este viaje iba ser espectacular.
Como se iba acercando la hora fuimos de vuelta hasta la parada y nos subimos al bus.
Desde Lecco a Como es más de una hora de camino que se hace un poco larga.



Al llegar, la mirada se fue hasta el grandioso lago. A diferencia de Lecco, el olor que desprendía el lago no era agradable en determinadas zonas.



Cerca de la estación compramos unos sabrosos helados italianos y fuimos caminando hasta donde salían los barcos.
Allí nos informaron que el primer barco de la mañana sería a las 9 de la mañana y el último a las 7 aproximadamente. Existe un ticket que funciona durante el día, y lo puedes utilizar cuantas veces quieras en el tramo anteriormente descrito. Decidimos que al día siguiente compraríamos ese, por 25€ aproximadamente.
Como aun quedaba día por delante caminamos por el precioso pueblo de Como. Para no variar, y sin olvidar que estábamos en Italia, cuando llegamos a la iglesia nos dejó con la boca abierta. Si la de Lecco era preciosa esta era impresionante.




Al caer la noche, fuimos de vuelta a Lecco donde cenamos y fuimos de vuelta al alojamiento a descansar.

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Comenzaba el día muy temprano. A parte de las ganas que teníamos de ver el lago, el barco salía a las 9 de la mañana del puerto de Como, pero como el autobús tardaba una hora en llegar, a las 7.30 de la mañana estábamos subiendo al bus.
Al llegar, compramos los billetes del barco, nos cogieron temperatura y subimos al barco. Dentro del barco no se podía quitar la mascarilla bajo ningún concepto.
El barco iba haciendo diferentes paradas en los pueblos a lo largo del lago, y la gente subía o bajaba según los gustos de cada uno.
Nosotros decidimos que nuestra primera parada sería en Lenno. Un pequeño pueblo con mucho encanto, un puente precioso y una cascada.
Al bajar del barco, siempre preguntábamos la hora del siguiente a los empleados del barco para no perderlo.



Lenno tiene 300 escalones que tendríamos que subir si quisiéramos ver el pueblo, pero nuestro objetivo aquí era ver justo el puente y la cascada.
Después de maravillarnos con el paisaje y la paz que se respiraba, vimos llegar el barco y fuimos hasta el puerto para volver a subirnos hacia el siguiente destino.
El problema fue que nos equivocamos de pueblo. Entendimos que Bellagio, que era el que queríamos, era el siguiente pero no lo era y perdimos mucho tiempo, aunque era precioso también. Como nos quedaba una hora hasta el siguiente barco decidimos comer para no perder el tiempo. Encontramos un sitio donde vendían comida en tupper que calentaban en el mismo sitio y lo comimos en la calle por poco más de 8€.
Cuando por fin pudimos coger el barco, decidimos ir hasta el final del recorrido que teníamos pensado e ir retrocediendo, porque teníamos miedo de que hubieran recortado horarios por el COVID-19.
Bellano era el pueblo más lejos que veríamos ese día. Al final todos los pueblos tienen algún parecido. Caminamos por sus calles, por su paseo marítimo, vimos su iglesia, compramos un helado y ya había llegado la hora de volver a subir al barco.





Hay un curioso puesto de lavanda cerca del puerto bastante curioso.



El siguiente pueblo fue Varenna. Me atrevería a decir que es el más encantador. En él se encuentra el paseo del amor que bordea la costa, y da inicio a empinadas calles o seguir el paseo por la costa.
Después de empaparnos del encanto de todos sus rincones y después de dar la vuelta al pueblo, llegamos al lado del puerto donde hay una pequeña playa con vistas a todas las montañas. Una vista realmente preciosa.



Cogimos de nuevo el barco para nuestro último destino Bellagio. Habíamos leído que era la joya del lago por la situación donde se encontraba. A mi sinceramente no me pareció ni mejor ni peor que los demás pueblos. La única diferencia era que en este, había muchos mas comercios que en el resto que eran prácticamente inexistentes.
Caminando por sus calles encontramos una tienda donde compramos un aranccini, que es una especie de croqueta con arroz, queso y carne. Nos lo comimos en un banco mirando al mar. Una pena que no pusimos ver la puesta de sol, pues el último barco era a las 7.



Cuando llegamos a Como pudimos ver de ahí el atardecer, pero como está rodeado de montañas solo pudimos ver los colores en el cielo.
Dimos una vuelta por Como para comprar algunos souvenir, pero solo vimos una tienda que estaba cerrada en todo el centro.
Poco rato después cogimos el autobús de vuelta a Lecco. Nuestras vacaciones llegaban a su fin.

Al día siguiente cogeríamos un tren hasta Bérgamo donde tendríamos vuelo directo hasta nuestra residencia.

FIN

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