Galicia: Pontevedra interior y costa (Agosto 2020) ✏️ Blogs de España

Salimos de Madrid temprano ya con la intención de hacer una primera parada en Medina del Campo. Aparcamos el coche en el aparcamiento del castillo y nos dimos un paseo por las zonas de visita libre y gratuita, ya que al resto solo se podía acceder con la visita guiada, cuyas horas no nos convenían.
Aun así, dedicamos un buen rato a recorrerlo y fotografiarlo, pues merece verdaderamente la pena.

Después, decidimos acercarnos al centro del pueblo, con una bonita Plaza Mayor y, aun más importante a la Casa Testamentaria de Isabel La Católica. Muy poco conocida, es la casa donde falleció y, por tanto, otorgó testamento.

Seguimos paseando por el pueblo, hasta que decidimos reemprender el camino. Nuestra próxima parada sería La Puebla de Sanabria. Aparcamos el coche en la cuesta de subida al casco y, de nuevo, recorrimos el centro, que es muy bonito, andando, subiendo por sus calles empedradas.

Hasta llegar al Castillo de los Condes de Benavente, donde nos dedicamos a contemplar las vistas.

Más tarde, bajamos a la orilla del río, donde los más pequeños se estaban dando un refrescante baño, para comer un bocadillo y disfrutar de la panorámica de la ciudad alta mientras.


Con las fuerzas repuestas, nos dirigimos hacia nuestra primera toma de contacto con Galicia: Allariz. En donde paseamos por su bonito casco histórico y hasta seguimos la senda que sigue la ribera del río, hasta cruzarlo por un bonito puente desde el donde seguimos descubriendo sus bonitos rincones.

Emprendimos ya la última etapa del viaje, hasta Mondariz-Balneario. Donde nos alojamos en un apartamento turístico. No nos dimos cuenta de que era 15 de agosto ¡y domingo! Por lo que tuvimos que ir a Ponteareas (gracias a la indicación del chico que nos recibió) a una tienda 24 horas donde nos sablaron bien, pero aprovechamos para coger lo básico para subsistir hasta el día siguiente.

Además, tuvimos suerte y en los jardines del balneario estaba teniendo lugar un concierto de música tradicional gallega, que ni la fina lluvia estropeó.

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En Mondariz-Balneario íbamos a estar 4 noches por lo que el primer día allí lo dedicamos a avituallamiento (buenísima la empanada de zamburiñas que compramos en el Eroski de Ponteareas) y a conocer un poco los alrededores.

Decidimos dejar para más tarde el balneario, ya que teníamos una reserva para otro día, y nos dedicamos a conocer el resto.
Recorrimos el paseo fluvial hasta llegar la Fuente de Troncoso, en estado ruinoso, pero donde aún se acercan los vecinos a por agua. A pesar de su abandono, no pude dejar de fotografiar el lugar, pues me pareció que tenía un encanto muy especial.

Encontramos en Wikiloc el itinerario de una senda fluvial que partía de las canchas tenis que antes dejamos atrás para llegar hasta la fuente y decidimos seguirla. Fue todo un acierto porque el camino transcurría muy pegado al río, pero estaba salpica de hitos, como puentes, un molino abandonado, un paso de piedras sobre el río o una cuerda que hacía de columpio sobre el agua y hasta pequeñas playas fluviales. Os dejo una muestra de su belleza:

Volvimos al apartamento a comer y por la tarde intentamos una nueva ruta, desafortunadamente, los incendios del anterior verano habían hecho que la nueva baja vegetación creciera sin ningún control, haciendo desaparecer los senderos y puntos de referencia, por lo que tuvimos que desistir.

De este modo, cambiamos de planes y, esta vez sí, nos acercamos a contemplar el balneario, que es precioso. Cogimos incluso agua de la Fuente de la Gándara, aunque tardamos varios días en bebérnosla, dado su fuerte sabor.

Tengo que decir que, haciendo honor a la fama de Galicia, durante todo el día nos llovió de forma intermitente y con más o menos intensidad, aunque fue soportable y no fue impedimento para realizar las actividades al aire libre hasta bien entrada la tarde-noche.

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Este día decidimos hacer algo de turismo urbano, aunque, desafortunadamente el tiempo no nos acompañó.
Nos dirigimos a Tui, y aparcamos en el club náutico. Desde allí, dimos un paseo por toda la ciudad, y hasta recorrimos un tramo del camino de Santiago.
Después de visitar la catedral y dar un paseo por el casco histórico, nos quisimos acerca hasta el puente internacional y cruzar a Portugal.

Desde el puente ya se vislumbra la ciudad fronteriza de Valença do Miño, con su fortaleza en alto, dominando el paso. No obstante, al estar en plena pandemia, no nos atrevimos a cruzar más allá del puesto fronterizo, pues desconocíamos las restricciones en el país vecino.

Desafortunadamente, antes de que pudiéramos seguir explorando el sur de la provincia, la lluvia comenzó a arreciar cada vez más fuerte y tuvimos que volver a Mondariz-Balneario, pues era imposible disfrutar de la visita con esa intensidad de chaparrón.

No fue problema, pues esa tarde reservamos en el balneario, en el Palacio del Agua, que, es precioso tanto por dentro como por fuera. No saqué fotos del interior, por la imposibilidad de llevar el móvil conmigo en el agua, pero tiene un centro con corriente que no había visto en ningún otro sitio y una piscina exterior curiosa. Además, no solo es muy bonito poder contemplar la lluvia mientras te bañas dentro gracias a su cristalera, sino que ¡es toda una experiencia estar en el agua templada mientras te llueve encima!
En todo caso, es cierto que el lugar requiere en algunos puntos tareas de mantenimiento pero, sin lugar a dudas, es toda una experiencia, y sorprendentemente barata, por cierto.

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