Una escapada al Sur de Francia ✏️ Blogs de Francia

Desayunamos en el hotel: pan tostado con nutela, croissants, pan aux chocolat, café y zumos . Bastante caro (11€), pero era otro de los problemas de estar en medio de la montaña… no queríamos tener que coger el coche para ir a una boulangerie, ya que queríamos salir prontito para Avignon.

Al final salimos después de las 10, y en una hora y algo estábamos en Avignon. Ni se os ocurra entrar por la muralla con el coche… es lo que hicimos nosotros y son calles imposibles para conducir, llenas de calles sin salida y estrechísimas… Volvimos a las afueras en busca de un parking y nos metimos en el Parking de los Papas, que tiene salida en el mismo Palacio de los Papas. Luego nos enteramos que un poco más alejados había dos parkings gratuitos, pero claro, eso lo supimos luego…

La visita combinada al Palacio y al Pont St-Bénézet son 13€ por persona y te incluye una audio-guía disponible en castellano. La verdad es que es un palacio impresionante, con salas como la del tesoro, el dormitorio papal o la capilla mayor (donde hay espacio como para jugar un partido de fútbol!) Se pueden hacer fotos solo en los exteriores del palacio, pero en el interior ni siquiera sin flash.

El Palacio de los Papas

Cruzando el impresionante pueblo medieval (en lo que aproveché para comprar una bolsita de hierbas de Provenza) está la salida que lleva al Pont St-Bénézet, el primer puente que se construyó para cruzar el Ródano. Antes de nada, explicaros que Avignon era conocida como “la ciudad de los vientos violentos” y si bien ya lo habíamos notado, en el puente lo vivimos con toda intensidad… Madre mía que vendaval!!! Y debe ser lo habitual porque está lleno de carteles que piden llevar siempre a los niños de la mano y cosas así.

El Pont St-Bénézet

Acabamos sobre las 12:30 y volvimos al coche para poner dirección España. La idea era parar en algún pueblo más e ir a comer a Carcassonne, pero nos dimos cuenta de que teníamos que cambiar de planes porque para Carcassonne teníamos casi dos horas. Yendo directos llegaríamos como a las 14:30, justo para comer (o eso creíamos!!! No contamos con los horarios europeos de comida).

Carcassonne, como había leído por el foro, es un auténtico pueblo de cuento. Está super bien cuidado e impresiona la llegada con las vistas de la muralla y el castillo.

Obviamente, a pesar de ser “solo” las dos y media, la mayoría de los restaurantes estaban a punto de cerrar. Conseguimos encontrar uno que aún nos daba a elegir algunos platos y conseguí uno de mis objetivos del viaje: probar la famosa “Cassoulet”. Y digo probar, porque creo que no me pude comer ni la mitad. Se trata de una cazuela de barro con potaje de judías que lleva dentro un muslo de pato enterito, tocino, salchichas y no sé que más… vamos, ¡una bomba! Estaba rica, pero demasiado para mi cuerpo cansado.

Después de comer fuimos para la entrada del castillo (8€) y menos mal que comimos rápido, porque cierra a las 4:30. La visita al castillo estuvo bien, pero me gustó más el recorrido por todas las murallas que hicimos al salir, con unas vistas impresionantes.

En las murallas de Carcassone

Tanto para Carcassonne como para Avignon, os recomiendo calzado muy cómodo. Yo no lo llevé y los pies sufrieron lo suyo. Son todo calles empedradas, de esas que se te van clavando las piedras y te tuerces el tobillo si llevas algo de tacón. Así que calzado deportivo pero con suela dura para resistir las visitas.

Y después, ya le dimos a nuestro tomtom instrucciones para que nos llevara para casita, que se acababa el fin de semana. Después de algún atasco dominguero cerca de Barcelona, a las 9 estábamos en casa y muy poco después en la cama…. Que ha sido un fin de semana intenso y ahora toca una dura semana de trabajo.