Munich, Nuremberg y otras maravillas de Baviera en Navidad ✏️ Blogs de Alemania

Para aprovechar el tiempo en Munich, ciudad a la que finalmente dedicamos dos días, tomamos el tren de vuelta desde Nuremberg a las 10 de la mañana. A pesar de ser un ICE, salimos con algo de retraso. Llegamos a la estación central, tranvía al hotel comprando con el móvil el ticket diario de transporte (grupo de hasta 5 peonas por algo más de 15 euros, muy buen precio y tres tickets infantiles -6 a 14 años- individuales por 3,30 euros cada uno. Es decir que por unos 12-13 euros por familia tienes viajes ilimitados en transporte público un día por la zona centro de Munich, incluido Allianz Arena o la zona Olimpiapark, por si te interesa) nuevo check in y antes de las 12 del mediodía ya estamos por la ciudad. Free tour contratado a través de Civitatis con Todo Tours (bueno, no me entusiasmó, la verdad, no sé si porque el grupo era excesivamente grande). Me gustó la zona centro, atestada de gente. Munich tiene bastantes cosas para ver. Con dos días, en mi opinión, te haces una idea general, pero si quieres ver museos, Residenz, etc etc, pienso que necesitas 3-4 días. Nosotros nos dedicamos a pasear por el centro. Acabamos el día patinando sobre hielo en la pista de Karlsplatz (bastante carete. 7 euros + 7 el alquiler de patines por persona= 28 euros dos niñas. Varía el precio en función de la franja horaria. Cuanto más tarde, más caro). Y los adultos, aún más caro que los peques.

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Nuestro último día. Fuimos al salir del hotel al palacio Nymphenburg, que nos quedaba cerca, a unas pocas estaciones de tranvía, y la verdad que nos gustó la inmensidad del espacio, aunque hacía bastante frío. Paseamos un poco por los jardines y volvimos al centro. Empezó a nevar y no dejó de hacerlo en todo el día, lo que nos limitó en cuanto a aprovechar la jornada. Fuimos a ver la impresionante y pequeñita iglesia de Asamkirche, pasamos por delante de la Sinagoga y acabamos en Viktualienmarkt, que nos gustó pero no pudimos disfrutar del todo de él por la nieve. Fuimos a visitar la cervecería Hofbrauhaus, impresionante el ambiente de la planta de entrada, no había sitio para sentarse y comer. Sí, mucho turista, pero también en el Acueducto de Segovia (por ejemplo) y no por ello deja de ser visita obligada ¿no? A mí, a pesar de que había bastante más foráneos que locales, me parece una visita importante en Munich, aunque sea de pasada. Volvemos a la zona del Ayuntamiento viejo y nuevo, accedemos al patio del Ayuntamiento, donde hay otro mercadillo. Pasamos por la tienda de Lego y la nevada ya empieza a causar estragos, así que volvemos al hotel porque hay que preparar maletas que toca madrugón a la mañana siguiente.

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Nos levantamos a las 5:30 para hacer check out y a las 6:27 tomamos tren que nos debería haber llevado al aeropuerto, aunque en el capítulo de información práctica ya contamos el problema que a punto estuvo de impedirnos volar, aunque con final feliz.

Como conclusión y olvidando el episodio del tren al aeropuerto que no puede empañar un viaje magnífico, diré que, a mi modo de ver, visitar estas ciudades de tanta tradición de Adviento ha sido una experiencia extraordinaria. No tanto por los Mercadillos Navideños en sí, porque quizá esperaba en cierto modo otra cosa, sino por el ambiente que se respira en estas ciudades en esta época del año. Es verdad que hemos echado de menos algo de música ambiente en los mercadillos que hemos visitado, y sobre todo más luz iluminando los pueblos y ciudades de noche, pero aún así nos ha encantado el recorrido y lo vivido.

Este viaje al corazón de la Navidad europea quedará en nuestro recuerdo como un bonita experiencia en familia que esperamos repetir en estas mismas fechas en años venideros en otros destinos.

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