Laos/Camboya salvaje ✏️ Blogs de Asia Sudeste

Hoy toca ir para Vang Vieng, la van me recoge a las 7:00.

Me levanto a las cinco para subir de nuevo al monte Phousi, ver el amanecer, y que me de tiempo a desayunar y estar listo a las siete. Las vistas de la mañana desde allí, son geniales y ahí bastante menos gente que al atardecer. Otra vez los escalones para abajo, desayuno incluido con el alojamiento, creo que este me salió por unos 6 dólares la noche.
La van va petada, casi todos mochileros como yo. El viaje es un infierno, pero tampoco en plan tan malo, es toda una experiencia. Mucho tramo de tierra con enormes baches, muchos camiones, paradas por obras, mucho polvo y muchísimas curvas. Los adelantamientos, bueno, eso es para vivirlo. Algunas van iban hasta con motos en la baca. Alucinante ver todo eso, impensable en España.
Parada a medio camino a comer algo y llegada a Vang Vieng sobre las dos, tardamos 5 horas en 190 kms, ya que tardamos una hora en salir de L. P.

Vang Vieng es famosa por las juergas de los chavales, hay un montón de sitios para estar de fiesta allí. Yo me alojé de nuevo en un Guesthouse compartido, pero está vez era de chavales nada más, yo, el padre de todos con diferencia. Pero guay, me he sentido de pm en todos los que he estado de ese tipo. Eso si el Guesthouse era una mierda, muy viejo, lleno de pintadas por todos lados y sobrepasado de gente, lo que había allí metio.
Tienen un billar abajo, y ahí comencé a hablar con dos chavales ingleses, que serían después, mis compañeros en mi muy grata estadía en Vang Vieng. Me despido de ellos, tras dejarlos flipados con mi manejo del inglés y me voy a ver si alquilo una moto para el día siguiente, ceno y veo un poco el pueblo.
Veo algunos camiones viniendo de vuelta con los chavales que vienen de hacer el famoso tubing, con los grandes flotadores (lo que había leído yo sobre eso, cuando preparaba el viaje, y ahí estaban...).
Apalabro la moto con el mejor retador de motos que he tenido en todo el viaje, solo tube que darle en dni y ni firmé ningún contrato. Voy callejeando sin rumbo, viendo tiendas, bares, muchísimos sitios de alquiler de todo y muchos puestos de comida. Me quedo en uno de ellos, cenando tan guay, viendo la gente pasar y ya cuando oscurece, cansadisimo, voy para el guesthouse y a dormir del tirón.
Soy fumador ocasional, así que me fumo un cigarrito sentado la entrada del alojamiento, tan a gusto, tan cansado, bebiendo una cervecita y pensando en dormir, y en esto que llegan los dos ingleses jovencitos. Que si tomate otra cerveza, que vamos a jugar un billar, que si un futbolin, que si otra cerveza, que me dieron las dos y pico de la mañana cuando me iba a la cama, después de apalabrar con los dos chavales que a las siete quedábamos en recepción, para ir a por dos motos, nunca pensé que se levantarian...

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Increíble pero cierto, a las 7:03 horas, ahí estaban mis compis para ir a por las motos. Pillamos dos semiautomáticas, las famosas Honda Wave de 125 cc. La primera toma de contacto, rara para mí, ya que yo estoy acostumbrado a llevar motos grandes, pero después de un rato, te haces a llevar una moto de marchas sin embrague.
Repostanos y nos vamos para la cascada Kaeng Kyui. Traganos polvo y tierra lo que no está escrito, una vez allí, los tres solos y solo caía un fino chorro de agua, no recomendable si visitáis esta zona en temporada seca. De ahí nos vamos para la Blue Lagoon 2. Un complejo en el que hay de todo, trampolines, tirolina, toboganes y está de pm para el baño, no había mucha gente a pesar de ser sábado. Cuando nos fuimos, ya si empezaban a llegar los chinos, que se bañan vestidos, curioso.
De ahí, antes de la hora de comer, decidimos iir al mirador de Nam Xay. Este sitio es de lo más impresionante que he visto en mi vida. La subida aunque no es larga, es muy pronunciada y sin ningún tipo de mimos, la gente bajaba hasta arrastrándose. Pero las vistas arriba, ay amigo... que vistas!!
El más jovencito, que iba atrás en la moto,m con el otro, llevaba el GPS con el móvil del amigo. Cuando llegamos al aparcamiento, lo dejó encima del asiento, y se Dan cuenta cuando estamos arriba. Buffff, y ya llevamos una hora allí, me temo que eso está perdido. El más mayor baja por si acaso y nosotros nos quedamos arriba un poco más. Mientras bajo, me pongo en el lugar del chaval, que encima era su cumpleaños, y pido a Dios que estuviera el móvil. E increíblemente, allí estaba Will con su teléfono, nadie lo había tocado en más de una hora y eso que había mucha gente allí. Un milagro que nunca va a pasar en España.
Comemos en una caseta que hay por los caminos esos y nos vamos a la Blue Lagoon 1.Esa si estaba petada, sobre todo chinos, pero a mí sí me moló, había un ambientazo enorme. Allí había un trampolín de unos siete ocho metros, que era toda una atracción. Todo el mundo mirando como caían los temerarios que se lanzaban. Yo no soy muy de eso, pero con esos dos locos, yo iba desbocao. Ya me tiré en la 2 y me tiré en la 1,que subidón jajaja
Despues de un buen rato allí, viendo todo el cotarro, no nos dió tiempo de pasar a la cueva que la cierran a las cinco.
Nos vamos para Vang Vieng. El cielo plagado de globos aerostáticos y parapentes a motor, una chulada, y más cuando paramos en el río, para ver las carreras de piraguas que hacen los locales.

Dejamos las motos y nos damos una vuelta por el Night Market. Decidimos ducharnos, y nos vamos de cena BBQ, muy guay y barata esa opción de comida. Hay muchos lugares para ello en Vang Vieng. Después nos vamos a un pub inglés, petado de ingleses menos yo, viendo el fútbol e inflandose de cervezas. Cuando meten un gol, la cerveza vuela por todos lados. Con la primera parte, tengo suficiente, así que me despido de mis amigos, son ya las once de la noche y me voy para el guesthouse. Ha sido un día muy chulo y agotador en Vang Vieng, me ha gustado mucho ese lugar.

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La van que me llevará a Vientiane me recoge a las 8:00 AM. El del Guesthouse no me dice ni adiós jaja, es un espabilao que me quiso cobrar de más y encima se quería quedar el cambio. Así que no le cogí ni la moto ni le reservé la van, ya que como en todos los Guesthouse y hoteles en Laos, puedes hacer la reserva de todo lo que quieras, con ellos mismos.

Por cierto, yo no reservé con antelación nada más que los Guesthouse de Singapur y el de la entrada en Laos para ponerlo en la visa, lo demás, de un día para otro en Booking. En Laos, con el transporte tan caótico, no puedes hacer planes con mucha antelación.

Este viaje es el único que hice en condiciones, hay una autovía nueva de Vang Vieng a Vientiane y se tarda sobre hora y media en llegar.

El Guesthouse estaba de pm, encima, lo llevaba un español, compartido con gente de allí. Ese y otro que conocí de Cataluña, los dos únicos españoles que encontré, en todo mi viaje por Laos. Este alojamiento se llamaba TT Hostel, también sobre los seis dólares sin desayuno.

Como tenía el capricho de ver la frikada del Budha Park, me voy caminando hasta la estación local de bus, viendo durante el camino de tres kms, muchos templos que había en una calle principal, una en la que están todos los bancos y algunas embajadas.

La estación de buses que voy a decir, pues como la de un pueblo manchego de 1000 habitantes. El bus, buffff, con que hiciera los 30 kms que hay hasta el parque, me daría por contento.
Una vez me deja en la misma puerta, pago la entrada, y para dentro. Hay bastante gente, pues es domingo, pero se recorre bien. Lo primero que te encuentras, es una especie de calabaza gigante de tres pisos, que cada uno de ellos representa un sitio. El cielo, la tierra y la planta baja, el infierno. Te metes dentro y allí hay un montón de figuras hechas de cemento, no muy cuidadas.
El parque lo preside un gran Budha reclinado de 40 metros. Hay estatuas de todas las maneras, a cada cual más friqui, un elefante con tres cabezas, un enorme caimán, un gran guerrero con una mujer colgando, de todo, es difícil detallar ese tipo de esculturas, eso sí, hechas en hormigón.
Hora y media después, estoy en el carril de enfrente de la entrada, que es donde se coge el bus de vuelta para Vientiane. La visita que os voy a decir, para nada lo mejor que he hecho en Laos, curioso de ver, pero pierdes mucho tiempo en transporte y si solo tienes un día... Bueno, yo lo aproveché a tope. En cuanto llego a la estación, voy caminando para ver el Patuxay, que es el arco del triunfo. Está bonita esa plaza, ha merecido la pena la caminata hasta allí, y en medio, he visto un templo enorme, con un montón de monjes, que incluso me invitaron a un jarabe de esos que beben ellos. (en Laos, toda la gente es maravillosa, incluso te dan lo poco que tienen). Ese conjunto de templos se llamaba That Pount, muy recomendables. Encima cuando sales de allí, hay un puesto callejero que te venden unos plátanos a la parrilla, mezclados con miel y algo dulce que no se que sería, que estaba de muerte.
Ya no me da tiempo ir a la gran Pagoda, encima me pilla a otros tres kms, y ya son seis de vuelta hasta el guesthouse, así que me voy callejeando para el Hostel, mientras sonrío viendo los niños jugar, por los callejones que me manda el Maps.
Ducha y me voy a cenar al Night Market ( que raro!!), aunque esta vez, es enorme y sobre todo hay ropa y calzado falsificado de todas las marcas imaginables. Así que decido cenar en una calle cercana, pato que me había recomendado el belga del primer día, que no veas como picaba el puto pato, bueno, los condimentos que llevaba, el pato estaba muerto. Dos cervezas tuve que beberme de 660cc.

Ultino paseo por las calles centrales, ya totalmente anochecido, tienen sus carteles luminosos como cualquier capital del Sudeste, pero se nota que está ciudad es mucho más pequeña y menos caótica.

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