Costa Rica, naturaleza y dinero. ✏️ Blogs de Costa Rica

Y por fin ha llegado el día que más esperaba de mi ruta en Costa Rica. Visitar el Corcovado, según el National Geographic, el sitio más intenso del planeta. Bueno, ese rango se lo dan a toda la península de Ossa, que es donde está el parque nacional.
La verdad que lo tienen muy protegido. Es difícil llegar allí, el pueblo, Bahía Drake son cuatro calles de tierra polvorienta y las excursiones son carísimas. Todos esos factores, creo que hacen que mucha gente vaya a otros sitios que pillan más a mano.

A las seis de la mañana estamos en la playa de Bahía Drake, para coger una lancha que te lleva en poco más de una hora, hasta la garita de entrada al parque. No está permitido llevar nada de comida, el agua la tienes que llevar en envases reutilizables y nada de tabaco ni encendedores. Tanto en el embarque como el desembarque, tienes que mojarte hasta las rodillas.

Bueno, ya estamos allí. Los de seguridad te revisan bien que no lleves nada prohibido y cada cual, con su guía. Nosotros vamos una pareja de holandeses jóvenes y nosotros dos. Nada más empezar, vemos un oso hormiguero moviéndose por un árbol como Pedro por su casa. La cosa empieza bien. Y a los pocos metros, mi primer perezoso del viaje. Al fin!!! Después, a lo largo del viaje, pude ver más y menos perezoso que ese, que no se movió lo más mínimo.
La guía es una chica joven que sabe desenvolverse por allí de pm. Con su especie de telescopio a cuestas, no se le pasaba ni una. Según caminábamos por esa jungla llena de sonidos , nos iba explicando la diferente vegetación que íbamos encontrando. Eso estaba lleno de arañas, y mira que me gustan poco, pero esos bichos allí eran hipnotizantes, con sus enormes y perfectamente tejidas telas.
Lo siguiente que nos encontramos es una especie de ciervo sin cuernos, muy difícil se ver allí.
Bueno, vamos a ver si aparece ya el tapir o danta, como le llaman los ticos. Llegamos hasta el final de los senderos, bueno, donde tenemos que dar la vuelta para llegar a tiempo a la estación La Sirena, que es donde todo el mundo tiene el almuerzo. Allí hay un montón de monos, los carablanca, los aulladores, los araña y los congo. Parece que las diferentes bandas callejeras de monos, están de asamblea.

Y ya de regreso, un guía le avisa a la nuestra, que hay una danta en un río, y deprisa, metiéndonos por unos senderos muy complicados, llegamos al río, donde la vemos caminar por el agua, solo con la cabeza por fuera, una pasada mi primera danta. Un buen rato allí, y otro aviso, otro tapir enorme, echándose la siesta. Así que para allá. Que cara más peculiar tiene ese bicho!!
Vemos algún pájaro curioso en el camino de vuelta. Nos falta el puma y la famosa Terciopelo, una serpiente muy venenosa. Pasamos por una avioneta que se estrelló allí hacía un siglo, una explanada en la que las hormigas corta hojas habían hecho estragos , cuidado con esas hormigas que muerden de cojones y antes de llegar , otra enorme danta, dándose un baño de lodo, woww!
El almuerzo es tipo buffet,.la verdad que bastante bien. Es sábado y allí había muchísima gente. Había grupos de hasta 12 personas, así que si hacéis la excursión al Corcovado, preguntad a la empresa de turno, cuantos van en el grupo, es muy importante para tener una sensación de aventura real.
Después en la tarde, hicimos la zona de San Pedrillo. Antes, nos acercamos a otra charca para ver cocodrilos. Como la cascada estaba cerrada por derrumbe, hicimos otra ruta por mitad de unos bosques secundarios y primarios, que estuvo bastante bien, pero para nada excepcional. A las 15:30 nos recogía la lancha para la vuelta, pues el parque cierra a las 16:00, y allí no puede quedar nadie. Mientras esperábamos, en un lago cercano, otro de los momentos del día, un enorme cocodrilo, con la boca abierta, la imagen del diario. Era impresionante ver ese enorme bicho a cincuenta metros. Y cuando se mete poco a poco en el agua y lo ves deslizándose....woww

Llegamos cansaillos de vuelta y como es temprano, es sábado y quiero salir de guateque, duermo un rato de siesta mientras Mario se va a la playa. Ya nuevos, nos damos una buena cena y nos preparamos para tomar unas copitas, pero el día de fiestuqui gordo allí es el viernes y el domingo, así que a la 1, muy cansados, ya desistimos en la espera de que se llene la muy buena discoteca que hay alli.

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Bien temprano hacemos el sendero gratuito que sale desde Bahía Drake hacia las playas que es realmente bonito. Muy muy recomendable. Allí podréis ver monos carablanca, además de disfrutar de un sendero muy auténtico .
Salimos hacia el interior, no son antes despedirme de unos cocineros locales, que se alojaban en la misma casa que nosotros,y con los que compartí las dos noches que estuvimos allí, bebiendo cervezas y hablando de mil cosas. Espero verte en el cielo de aquí a 50 años, Vernon.

Deshacemos la pista de tierra que hicimos a la ida, es el único camino terrestre para salir de ese recóndito lugar.

Pasamos de nuevo por el Marino Ballena y nos desviamos para el centro del país , a la altura de las cataratas Nauyaca, pues la idea es visitarlas.

Pero nuestro gozo en un pozo, pues la entrada es bastante cara y solo podríamos estar un par de horas allí, así que seguimos camino hasta el pueblo de San Isidro de El General, donde comemos y hacemos acopio para llevarnos a la cabaña que tenemos reservada en la montaña, ya que nos habían avisado de que allí no había nada.

Ya casi atardeciendo, nos metemos en un paisaje totalmente distinto, todo se montaña, con muchísimo tráfico y retenciones. Y cuando ya nos desviamos a la derecha, para hacer el camino de tierra hasta la cabaña, el terror. Un camino en el que solo cabía el coche, con una niebla bestial, un precipicio que hacía honor al nombre de la montaña, el Cerro de la Muerte. Menos mal que con la niebla y ya de noche cerrada, no veíamos el precipicio, menudo acojone. Se tuvo que bajar hasta Mario para ir indicándome de lo poco que se veía y el peligro que había. Y de la nada, aparece una silueta que resulta es el propietario y no un espectro.
Llegamos al fin a la solitaria cabaña que podría ser la ubicación perfecta para una película de terror, precioso lugar que descubriríamos a la mañana siguiente. El tío nos explica un poco como va todo, nos cobra y ya no lo volvemos a ver mas.

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Pero que bien se duerme cuando el vecino más cercano lo tienes a varios kms...
Ya de día, sin niebla y con un radiante sol, todo se ve más bonito. Y más aún, después de un buen desayuno en ese lugar aislado del mundo.
Y ahora toca inspeccionar ese lugar tan bonito escondido entre las montañas.


Hacemos un trekking de un par de horas hasta el río, ahora sí podemos darnos cuenta, del tremendo barranco que hay al lado del camino que hicimos la noche anterior.
Sobre las 11:00, ya con el día muy claro, nos vamos para el PN Los Quetzales. Pero cuánta mala suerte tuvimos en el tiempo en nuestro viaje a Costa Rica, que cuando llegamos allí, estábamos solo a 30 minutos, una densa niebla hacía que no se viese nada. Solo había un par de coches en el aparcadero, normal, ya que a ese parque se va a ver Quetzales, y así era imposible, encima hacia un frío considerable y la entrada era más de 15 dólares.
Así que con todo el dolor de nuestro corazón, seguimos hacia San José. Y mientras tanto, como las predicciones meteorológicas eran malas para todo el día, cambiamos el plan. Teníamos que dejar el coche al día siguiente a primera hora e irnos en bus para la zona del Caribe, pero decidimos ir ese mismo día a la terminal de buses, preguntar para irnos hacía Cahuita esa misma tarde e ir a dejar el coche. Dicho y hecho.

Pasamos por Cartago y atravesamos la bulliciosa ciudad San José hasta la terminal del Atlántico. Genial, el bus sale en hora y media, nos da tiempo a dejar el coche y volver en Uber. Y ahí es donde pillamos el atasco del siglo...dos horas para 25 kms..pero es que el tráfico en San José es caótico.
Dejamos el coche sin ningún problema, mejor para ellos también, pues se olvidaron de pedirme la tarjeta de crédito cuando me lo llevé, aunque yo soy muy cuidadoso con los vehículos y no pasó nada de nada.

La siguiente opción, era ir hasta Limón y de allí a Cahuita. Ale, vamos en Uber para la terminal Los Caribeños que es de donde salen los buses para esa ciudad. Pero una vez allí, cansados, hambrientos, nos damos cuenta del follón que tenemos que hacer y llegar a Limón de noche, hacer noche allí, etc, por lo que decidimos pasar la noche en San José, en un sitio de mochileros y en la mañana, a las 5:00 , salir pitando para la estación , pues salía uno directo a Cahuita a las 6:00.

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