Panamá: Tras las águilas del Darién ✏️ Blogs de Panama

Vaya mañana he echado. Siete horas de bus hasta Ciudad de Panamá. Hemos salido a las 5:30 de la mañana y hemos llegado a las 12:30 a la ciudad de Panamá. Al menos aquí los buses están de lujo. Dos plantas, con asiento espacioso, silencio y aire puesto en su justa medida. Me ha tocado un compi que estaba roncando desde el minuto uno de partido, apoyaba la cabeza en su papada y tan a gusto que iba.

Siendo siete horas, se me han hecho rápidas. Editando fotos de ayer, viendo un poquito de YouTube, leyendo algo que lo tenía abandonado, haciendo Duolingo de portugués y mirando cosas de Brasil. No me da tiempo a aburrirme.

La llegada a Panamá es muy espectacular. Se cruza el puente de las Américas sobre el canal de Panamá, con los rascacielos de la ciudad de fondo. Al acercarnos a los rascacielos no puedo evitar que me recuerde muchísimo a Benidorm, aunque exponencialmente más grande; es como algo intermedio entre Dubái y Benidorm. El bus me ha dejado en la terminal de Albrook. Una terminal que parece un aeropuerto. He pillado un Uber y para el alojamiento. Aquí en Panamá el alojamiento no es barato. Hay hostales con habitación compartida que no bajan de 15$ y están todos en un barrio que, según los comentarios, de noche se pone chungo. Al final, he pillado una habitación de hotel por 35$ que está perfecta y con lavandería gratis ". Hostal Ibrais" Muy recomendable.

He dejado las cosas y a las 15:00 me he lanzado a recorrer la ciudad. Tengo que decir que me daba muchísima pereza y ha resultado una ciudad muy impresionante. Sin duda, es la ciudad que más me ha gustado de toda Centroamérica. Es una mezcla muy extraña. Está limpia, ordenada, bien cuidada, con metro, gente haciendo deporte, paseando perros, tocando música, rascacielos... A la vez, está llena de indígenas, puestos de comida rápida típicos, mapaches, venta de artesanía, quinceañeras echándose fotos y casitas coloniales. Lo de los indígenas está chulo, pasaba lo mismo en Ecuador en Quito, pero aquí es más llamativo. Indígenas de comunidades lejanas se vienen a la capital a vender artesanía y ganarse un dinero. También se les ve haciendo vida normal sin vender ni pedir nada. Es un contraste gordo estar entre rascacielos y cruzarte con un grupo de indígenas con sus vestidos tomándose un raspado (lo que en España es un granizado, aquí lo llaman así porque literalmente raspan un bloque de hielo para hacerlo). Se ven varios grupos indígenas, pero los indígenas que más se ven son los de la etnia Guna Yala. Son muy identificables tanto por sus ropas como porque muchos llevan la bandera de Guna Yala que es, sorprendentemente, como la bandera de España con una esvástica en el centro.

He empezado mi paseo por la zona de los rascacielos. El hotel lo tengo muy cerca del más famoso de todos, el Tornillo. En la zona de los rascacielos he cogido el boulevard y he ido andando hasta el barrio viejo. En el boulevard es donde se ven los mapaches, los cuales son alimentados indiscriminadamente por todo el mundo. Les dan de todo y ellos lo cogen con sus manitas como si fueran personas. Se les ve bastante más enfermizos que los que me crucé en estado salvaje en Cahuita. El boulevard tiene muchísima vida. Se va dejando atrás el skyline de rascacielos para cruzar de golpe al barrio viejo. Aquí se ven bares mega pijos con terrazas con vistas a la bahía y los rascacielos, tiendas de sombreros panameños, mercado de artesanías y mucha música en la calle. En la plaza de la Catedral un grupo de indígenas de Guna Yala, al menos 50, se dedicaban a hacer su baile tradicional que se llama Ico Inna. Bailes con las flautas donde toda la comunidad va dando saltos y vueltas al ritmo de flauta. Muy bonito.

El barrio viejo va intercalando plazas, con unas vistas espectaculares a los rascacielos de fondo con edificios coloniales en primer plano. Me ha gustado mucho. No pensaba traerme la cámara y menos mal que me la he traído. Si es que a cualquier cosa le metes un poco de cultura en forma de bailes y demás y la experiencia se hace más disfrutona. La ciudad de Panamá es como si imagináramos a Guatemala dentro de 100 años, aquí hay mucho dinero. Además, se ven muchísimos asiáticos, árabes e incluso grupos de judíos. Hay una mezcla buena.

Me ha caído la noche y andando me he metido en un barrio con no muy buena pinta... Según he visto el panorama, me he vuelto sobre mis pasos y me he pillado un Uber. Con la tontería, me he andado más de diez kilómetros así que volver andando no era opción.

Ya en el hotel me he ido a pillar una pizza y el desayuno de mañana. Mañana tengo que llegar a Metetí, al final del todo de Panamá. Uno diría que abajo del todo, pero no es así. Al ver el mapa de América da la impresión de que Panamá baja de norte a sur, pero realmente está en horizontal. Es un país muy alargado orientado de este a oeste, con la costa caribeña en el norte y la pacífica al sur. Boquete está al oeste del todo y mañana voy a uno de los pueblos más al este. La selva del Darién se encuentra totalmente al este y ahí es donde iré pasado mañana.

---

Hoy el diario tiene poca chicha. He desayunado pizza, que me sobró ayer, y me he bajado a buscar una fotocopistería para imprimir un par de papeles del trabajo que tengo que enviar. Pasear por esta zona de Panamá es prácticamente como estar en una ciudad europea. Hay una cosa curiosa que ya vi en Boquete y es que, para evitar el pago en negro, la ley obliga al CLIENTE a pedir factura; si a la salida un policía te para y no llevas la factura, pagas un dólar o un porcentaje del valor de la compra, según qué cantidad sea mayor.

Con la gestión del papeleo hecha, me he ido a la terminal de buses y ahí he pillado un bus de 6 horas hasta Metetí. Este bus, a diferencia del de ayer, no era muy cómodo. Al menos no iba lleno.

Una cosa que no entiendo, y que me parece muy fuerte, es el tema de la música. En Changuinola vi lo mismo. No es solo que lleven la música a 200 decibelios, eso es en toda Centroamérica; es que hay una pantalla enorme delante donde ponen el videoclip. Toda la música que ponen es una especie de trap afroamericano en inglés y español con unos videoclips super obscenos donde sale explícitamente sexo, drogas y armas. No es que sea yo una monja, pero es que es escandaloso porque van un montón de niños en el bus, embobados mirando la tele... Llevaba a mi lado una niña indígena preciosa, de unos 4 años como mucho, absorbida por la tele mientras un tipo hace rayas de cocaína con una pistola y una chica en tanga al lado bailando, su madre al lado tan tranquila. Es que esos videoclips en España serían impensables que los pusieran en la tele, sea a la hora que sea. Es tremendamente desagradable tanto por la música como por las imágenes. Las 6 horas de bus así. Quedando dos horas han cambiado a bachatas y al menos los videoclips son más románticos. Yo me he puesto mis cascos, mi YouTube, mi libro y demás y he intentado evadirme. En este viaje voy a hacer como el Che Guevara, pero en vez de "Diarios de una motocicleta", voy a hacer "Diarios de un autobús".

He llegado a Metetí a las 16:30 y ahí me he encontrado con Isaac, mi guía. Afortunadamente, se le ve bastante competente. Hemos estado un rato hablando de los venezolanos; dice que quizá pasemos por un campo de recepción de inmigrantes camino a la harpia. Me ha estado contando sobre las tribus de alrededor y sobre los pájaros. Se le ve como al guía de Corcovado, el típico que le viene al pelo la expresión "sabe más el diablo por viejo que por diablo". Tiene la expresión que se escuchaba mucho en Guatemala, en vez de decir "ojalá", dice "primero Dios".

Después de comer/cenar, me he ido a ducharme y a las 20:30 ya estaba durmiendo. Mañana salimos a las 4 a ver la Harpía. ¡Primero Dios si la miramos! (Otra cosa curiosa: aquí no dicen "ver un pájaro", dicen "mirar". "En esta zona se miran águilas" esto es común también en toda Centroamérica).

Hoy es de los únicos días que no he hecho fotos, solo una del bus chino en el que iba. Ahí donde lo ves, la música la lleva modo discoteca, infernal.

---

El despertador me ha sonado a las 3:45. A las 4 estaba abajo desayunando un pastelito que me compré ayer.

A las 4:15 ha comenzado el periplo para llegar al águila harpía. Ha sido una hora de 4x4 por un camino lleno de baches. Hemos llegado a puerto Limón en el rio Membrillo. Actualmente este puerto es el de mayor afluencia de inmigrantes pero de madrugada no había un alma, nos esperaba un hombre y una mujer en una especie de piragua alargadísima. Aquí ha dado comienzo uno de los episodios más épicos del viaje.

El trayecto es corto, unos 30 minutos por el río. La mujer al frente alumbrando el río para evitar troncos, yo detrás de la mujer e Isaac a mi espalda mientras el barquero maneja el timón en popa. Los monos aulladores retumbando en ambas orillas, la escena es absolutamente de película, el tramo del rio ha sido memorable. Hemos llegado a la población indígena emberá de Playón Alto antes de las 6. Aún era de noche y aquí he vivido uno de los momentos más paranormales de mi vida, y eso que soy más esceptico que Carl Sagan.

Era de noche total cuando hemos desembarcado. La única luz era la linterna de la mujer y dos especies de farolas rudimentarias al inicio de un embarcadero desvencijado. Hemos bajado todos de la piragua. La mujer de la barca al frente con el foco, yo al lado de Isaac y el barquero se ha quedado atras amarrando la piragua. Nada más bajar a tierra, a 10 metros, hemos visto a una mujer indígena de unos 20 años en el suelo, bajo la luz de la farola. Se encontraba a cuatro patas, con el torso desnudo y en una posición muy forzada: apoyada sobre las rodillas, con los pies elevados, y las manos en el suelo con una botella de agua en cada mano. Solo se escuchaban los ruidos de los monos aulladores ,ni un otra alma alrededor. La mujer, con el pelo largo sobre la cara al puro estilo de pelicula de terror coreana, se ha girado a nuestro paso mirándonos con la cara desencajada a la vez que la giraba de lado, una cara de auténtico terror y manteniendo la postura forzada. Yo en ese momento no sabía si echar a correr o ir a pegarle una patada, era la niña de The Ring totalmente. Nos seguía con la mirada, la mujer que nos guiaba al verla ha girado bruscamente a la derecha y ha evitado pasar por su lado, Isaac y yo como pollitos hemos girado con la mujer sin separarnos de ella. Íbamos los tres en silencio dirección a una cabaña del poblado, yo miraba para atrás y la veía en el suelo sin apartarnos la mirada al momento que el barquero pasaba cerca suya.

El colmo de los colmos es que, cuando llegamos a la cabaña, le digo a Isaac que qué cojones había sido eso y él me responde, susurrando, que es la primera vez que ve algo así y que él también se lo pregunta. Le he preguntado a la señora que nos guiaba que qué le pasaba a esa mujer y va y me responde que qué mujer!?! Y yo, perdona??? La que casi me mata de un infarto y que va hacer que tenga pesadillas el resto de mi vida?? Isaac, ante la respuesta se ha quedado mirandome con cara estupefacta y se ha unido a mí insistiendo en la pregunta. Al final ha terminado diciendo que es una chica "deficiente" que a veces se escapa. Justo ha llegado el barquero y le hemos preguntado tambien, el barquero se ha sorprendido de la pregunta y ha dicho tajantemente que el no ha visto nada, insistiendo en ello y no dejando lugar a más preguntas. Es imposible que no la haya visto porque yo me he girado y lo he visto pasar cerca suya con la linterna. A la noche, hablando con Isaac, le he sacado el tema. El me ha agradecido que le pregunte porque lleva todo el día dándole vueltas al encuentro. Me dice que está convencido de que era una bruja y que los de la comunidad nos lo querían ocultar... Mira que yo soy escéptico pero entiendo que Isaac crea eso. Lo de la chica deficiente, aún siendo la explicación más posible, no termina de tener sentido. En fin, espeluznante. Imagino que al ser una comunidad tan cerrada una persona con problemas psiquiátricos tiene que terminar siendo marginada o peor aun, considerada una bruja e ignorada por miedo a que le haga algún tipo de magia. Isaac está absolutamente convecido y le preocupa de forma profunda que nos pueda haber echado algún tipo de magia negra, me pregunta si la he mirado a los ojos y al decirle que si se ha quedado más preocupado aún.

Volviendo a la selva. Mientras nos recomponiamos de la niña del exorcista, hemos tomado un café y a las 6 ha llegado el que será nuestro guía emberá para ir al nido del águila. El camino transcurre por una propiedad de explotación comunal. Es bosque primario con parches de bosque secundario y algún cultivo de yuca y platano de subsistencia hasta que nos metemos completamente en selva. Según amanece se van dejando ver los primeros árboles de cuipo, los que usa la harpía para anidar. El camino son dos horas llaneando hasta una caseta de observación, frente a un árbol de cuipo. El nido está como a 20 metros de altura y a unos 40 metros de distancia. Al llegar ahí no había ni águila ni águilo. Yo me imaginaba llegar y besar el santo pero a veces no funciona así. Hemos estado mirando al nido, sin saber si había alguien en casa, un buen rato. Me temía el drama absoluto porque cuando el pollo es grande los padres pueden estar días sin aparecer. Ya me imaginaba esa situación cuando a la media hora se ha asomado el pollito, a la vez que hacía el canto de llamada. Estaba grande pero no tanto como para que no aparezcan los padres. Al final hemos terminado haciendo una espera de 3 horas, que se han amenizado con algún guacamayo, tucán y otras aves. La espera ha sido tensísima, ya que el pollo se arrancaba al llamado y se escuchaba a lo lejos la respuesta del adulto. Nunca hubiera imaginado que ver pájaros pudiera ser tan tenso. Cuando ya estaba contando hormigas del aburrimiento, el águila ha hecho la entrada triunfal. Se ha escuchado de golpe el chillido de la harpía, a la vez que aparecía sobrevolando el nido. Al rato ha vuelto a chillar muy potentemente a la vez que se posaba en el nido con un cría de mono aullador muerta en las garras. Me ha recordado a la Khaleesi en Juegos de Tronos con el dragón rugiendo, sobrevolando Desembarco del Rey. El pollito se ha puesto como loco. El que ha llegado es el macho, ha dejado el mono en el nido, ha estado un poco con la cría y se ha subido a una rama al lado. Ha estado posando unos 20 minutos y se ha ido. 20 minutos de gloria. La cámara se me ha quedado corta para captarla bien, no hace justicia al momento. El sonido del águila, la llamada del pollo y la envergadura del pájaro... Brutal. Y yo solo con mis dos guías... Tras irse la harpía hemos aguantado una hora larga más, a ver si venía la madre. Viendo que hasta el pollito se había dormido hemos dado por finalizada la aventura. EPIQUÍSIMO. MOMENTAZO. ME PUEDO MORIR TRANQUILO. VALE CADA EURO GASTADO.

Aquí os dejo el vídeo del momento. En el vídeo aparece un juvenil que vería al día siguiente.



Hemos vuelto a la comunidad y, ya de día, la cosa cambia. Es una comunidad de unas 200 personas. Aquí no llegan coches, hay niños por todas partes, junto con pollos y perros sarnosos, ni rastro de la bruja. La comunidad es muy auténtica. Los ancianos están reunidos en una especie de cancha, mientras Isaac hacia os pagos pertinentes yo me he ido a la casa del guía emberá donde he comido arroz con patacones con su mujer y su hijo. Se manejan en español pero no es su lengua principal. Por la comunidad se ven las mujeres con sus quehaceres y los niños jugando bajo las cabañas elevadas. Preciosa escena. Después de comer y descansar un rato hemos vuelto con la piragua a Puerto Limón, donde nos esperaba el 4x4.

Al llegar a Puerto Limón es donde me he topado de bruces con la crisis migratoria del Darién. Al bajar de la piragua, mientras caminábamos hacia el 4x4, nos hemos encontrado con una fila de lo menos 100 chinos y unos 50 latinos, que me dice Isaac que son venezolanos. Yo me he quedado pilladísimo porque no me lo esperaba para nada, en un primer momento incluso me he creído que eran turistas al ver que eran asiáticos pero el guía me ha dicho que son inmigrantes que han cruzado el Darién. Aquí en Puerto Limón los meten en una especie de refugio. Ponen sus maletas en el camino y tu lo que ves es una fila larguísima de maletas y a la sombra, en el camino la gente sentada. Aquí están esperando a que los lleven a unos buses donde los mandan directos a Costa Rica. Lo de los chinos es increíble, hay muchísimos. Se ve que solo consiguen la visa fácilmente en Ecuador por lo que van andando hasta USA desde Ecuador. Volviendo a Metetí nos hemos encontrado varios grupos así. Escena idéntica. Fila de mochilas y en un lado en el suelo asiáticos y venezolanos esperando. Vaya panorama el que tienen aquí con los inmigrantes. Hay hasta cementerios específicos de inmigrantes e incluso hemos pasado por lo que dice el guía que es una morgue. Es un choque emocional importante venir de estar viendo pájaros y encontrarte con un drama humano así.

En Metetí hemos pillado un minibus que nos ha llevado finalmente a Yaviza. Yaviza es el pueblo en el que la Panamericana se corta. Desde aquí ya no se puede avanzar por tierra hasta Panamá, salvo atravesando la selva de Darién andando, lo que le ha ganado el sobrenombre del Tapón del Darién. En Yaviza hay que presentar el permiso de turismo a los militares y después hemos cogido una lancha hasta El Real de Santa María del Darién, vaya nombre chulo tiene el pueblo. Es el pueblo de Isaac, donde haremos hoy noche en su casa.

El trayecto en lancha hasta el Real ha estado bastante entretenido porque lo llevaba un descerebrado que iba a todo lo que daba el motor esquivando troncos flotantes. Un fallo y terminamos todos en el agua, la gente se iba riendo mientras el reguetón intentaba sonar por encima del motor. Al llegar a El Real hemos vuelto a pasar un control militar y a cenar.

El pueblo está muy bonito, casas elevadas de colores y la población es casi toda mulata con algunos mestizos e indígenas emberá. Da la sensación de que aquí hay mucha influencia colombiana. Nada más llegar a casa de Isaac, mientras dejaba la mochila me ha llamado. Me he acercado a la calle donde estaba y me ha señalado una serpiente terciopelo. La serpiente que más muertes causa en América Latina de forma indiscutible. Es una serpiente súper agresiva, está muy extendida y su camuflaje la hace invisible sobre la hojarasca. Además, su veneno te puede matar en horas y si te muerde lejos de un centro médico estás perdido. Mientras yo le echaba fotos ha pasado un hombre en bici y ha gritado "¡A esa bicha hay que matarla, no echarle fotos!". Era un ejemplar pequeño pero lo cierto es que si te pica te desgracia, más estando esto lleno de niños. Isaac dice que a él le picó una de pequeño jugando y de mayor limpiando un campo. Con el antídoto tardó en curarse como 15 días con dolores muy gordos. A Isaac yo lo he visto apurado. Se notaba que si no estuviera yo le habría metido un machetazo sin pensárselo. Ha dudado pero al final la ha metido en un cubo y la ha tirado en el río para que se la lleve la corriente. A ver, entiendo que la maten pero esta gente aún así tiene que convivir con la serpiente así que tampoco vale de mucho matarla. Buen detalle el de Isaac, aunque se ha quedado con las ganas de matarla

A la noche, cenando, he estado de sobremesa con Isaac. El hombre tiene historias para aburrir. Es el único guía acreditado para cruzar el Darién a pie, él dice que gestiona los permisos de tal manera que es totalmente seguro pero que sin sus gestiones no llegarías vivo. Este hombre tiene amigos hasta en el infierno, me parece a mí. Hemos estado hablando sobre la bruja un buen rato, de leyendas y mitos del Drién, de la crisis de inmigrantes y de cómo los emberá sacan tajada de ella y finalmente de pájaros.

Mañana nos metemos dentro de los limites de lo que es el Parque Nacional del Darién e intentaremos volver a ver Harpía, águila crestada y varios endemismos que me ha dicho. Espectacular día.

---