![]() ![]() Noruega desde Beitostolen ✏️ Blogs de Noruega
Nueve días en noruega de forma barataAutor: Govynd Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (2 Votos) Etapas 4 a 6, total 6
Si hay un día de nuestro viaje a Noruega que recordaremos siempre fue el día que subimos al [url=http://www.besseggen.net/english_turen.html#]Besseggen[/url].
Se trata de una ruta de senderismo que bordea el lago Gjende en su zona norte, desde Memurubu a Gjendesheim. Es una ruta preciosa de unos 17 kilómetros al borde de acantilados, cuyo punto culminante se produce antes de subir el pico Besseggen, desde donde se pueden ver simultáneamente el lago Gjende y el lago Bessvatn, con un tremendo desnivel de 400 metros entre ambos, salvado por un precipicio. En todas las guías del parque Jotunheimen se menciona esta ruta, que es de las más famosas de Noruega. Teníamos la sensación de que se trataba de un paseo no demasiado duro, ya que las referencias que teníamos hablaban de que era apta para niños y ancianos (algo así como las cascadas del purgatorio de Rascafría). Pero la excursión se nos complicó un poco, entre otras cosas porque el tiempo no nos acompañó, con temperaturas frías y mucha niebla, pero sobre todo porque se produjo la crisis emocional del viaje. Bien temprano cogimos el coche desde Beitostolen a Gjendesheim, donde debíamos tomar el barco hasta Memurubu. Tras una hora de carretera llegamos a un embarcadero donde esperaban ya numerosos excursionistas, donde nos percatamos que no íbamos todo lo abrigados que la situación lo merecía. Tras un agradable viaje a Memurubu, en un barco repleto, llegamos al comienzo de la ruta. En esta zona junto al lago Gjende, la más baja de la ruta, el tiempo era bastante bueno, pero nublado. El recorrido comenzaba salvando un desnivel muy importante, para a continuación ir bordeando el lago por unas crestas más suaves, y finalmente descender hasta Gjendesheim. ![]() Nos detuvimos a esperarles en una zona muy poco protegida donde soplaba un viento frío, máxime después del sudor que habíamos generado tras la anterior subida. Después de unos minutos, los chicos comenzaron sentir mucho frío estando parados, y es que tanto Jorge como Txiki iban muy poco abrigados. ![]() Y aquí fue donde empezamos a tomar malas decisiones: los tres seguimos camino, sin esperar más noticias. Es importante llegados a este punto destacar que los tres de delante llevábamos el agua y los dos de atrás, la comida. Desde este punto del recorrido nos persiguió una profunda niebla que no nos permitía ver las señales que marcaban el camino. Txiki estuvo a punto de matarme ya que yo no paraba de preguntar angustiada cada 5 minutos "¿Veis la T?" Poco después de decidir seguir camino, llamamos por teléfono móvil al equipo 2. Aunque por falta de cobertura no pudimos hablar con ellos, a partir de los ruidos que se oían en esta llamada, sacamos la conclusión de que Cristina y David se habían vuelto y se encontraban tan ricamente en el albergue de Memurubu. Con esta idea tan ilusa como reconfortante decidimos seguir camino. Mucho me pesa, pero poco puedo decir de la ruta que hicieron ellos dos solos (o casi solos ya que en el camino conocieron a otros viajeros). Jorge, Txiki y yo seguimos entre la niebla, y en numerosas ocasiones nos perdimos, a veces nosotros solos pero en otros casos tras seguir a grupos que ya estaban perdidos. Intentando encontrar el camino conocimos a gente de Bélgica, Holanda y la propia Noruega. Finalmente llegamos, tras algo más de dos horas de recorrido, al lago Bessvatn desde donde, ya sin niebla, pudimos observar un magnifico espectáculo paisajístico. Hasta entonces la ruta se había mostrado dura, fundamentalmente por la niebla y el frío, pero no fue hasta la bajada al lago donde descubrimos que también era necesario “triscar” entre montoneras de piedra al borde de acantilados. ![]() Encontramos junto al Bessvatn a una pareja de ancianos, que debían sin duda superar los setenta, y en la subida del Besseggen a un grupo de adolescentes (Una de las principales conclusiones de este viaje es que los noruegos son gente ruda y aventurera, que no tiene los mismos remilgos que los españoles) Tras unos minutos contemplando el panorama e intentando contactar con David por teléfono, decidimos seguir caminando convencidos de que el equipo 2 había renunciado. El siguiente obstáculo era la subida al Besseggen, se trataba de una subida bastante vertical de piedras sobre un acantilado. Yo disfruté singularmente de esta parte del recorrido pero fue mucho más complicada de lo que a priori imaginábamos. Al final de la subida volvió a tragarnos la niebla. Una vez llegados al Besseggen seguimos por una planicie de rocas creada por el glaciar donde por fin conseguimos hablar por teléfono con David, y nos dimos cuenta de que los habíamos abandonado. Como es lógico no estaban muy contentos con nuestra decisión. Cuando parecía que la planicie no se acababa, llegamos a una bifurcación, y ante la ausencia de un mapa decidimos seguir la indicación a Bessheim ( la otra alternativa era Besseggen de donde veníamos). Un noruego viejo y muy alto, abandonado en medio de la niebla, empezó a darnos indicaciones como loco de que nos equivocábamos. Pero decidimos no hacerle caso y seguir dirección Bessheim (sin duda no era nuestro día). Desde aquí el camino se hizo más bonito, ya que bajando una ladera llegamos de nuevo del lago Bessvatn. Cuando se abrió la niebla y vi al lago me eché a reír como una loca, porque después de estar ciega y desesperada (más en el sentido emocional que físico) fue como un milagro la amplitud que se ofrecía ante mis ojos. Llevábamos andando más tiempo del que creíamos era necesario para llegar al fin de la ruta, y al bajar la ladera, junto al lago, descubrimos otro cruce de caminos. Con horror nos dimos cuenta que nos habíamos desviado muchos kilómetros de nuestro destino. Como la visibilidad había mejorado y el camino ahora bordeaba la montaña, Txiki se lanzó en una carrera desenfrenada por poner fin a la ruta. Nos pesaban no tanto los kilómetros como la decepción a nosotros mismo. Fuimos siguiendo un camino plagado de riachuelos, y cuando por fin vimos en el valle un pueblecito con un lago, nos dimos cuenta desesperados que no se trataba de Gjendesheim, nuestro destino. Seguimos bajando a toda velocidad cuando después de un buen rato a la vuelta de un risco, con sorpresa y alegría, nos cruzamos con dos mujeres belgas con las que habíamos compartido parte del trayecto antes de perdernos. Y por fin vimos el puerto de Gjendesheim, fin de nuestra ruta. ![]() Bajamos este último desnivel, con frío, mojados, con dolor de pies y de rodillas, y con un gran peso en el corazón (estoy un poco melodramática), pero en ese momento podía el hambre sobre todo lo demás. Eran casi las cinco de la tarde y decidimos comer algo en un pequeño chiringuito junto al embarcadero. Tengo que decir que ha sido el mejor sándwich mixto que he tomado nunca. Pocos minutos después llegaron Cristina y David, sin reproches y sin enfados, pero no me equivoco si digo que decepcionados con sus amigos. ¿Me creerán si les digo que es mucho más dura la decepción que uno se produce así mismo? Porque no quiero engañar a nadie, por mucho que me quisiera convencer de que se habían vuelto, la razón me decía que no renunciarían a llegar hasta el final, tanto por su cabezonería como porque sabían que nos dejaban sin comida. Siempre se dice que uno no sabe como va a reaccionar a la hora de la verdad,…este hecho aunque no fue grave, me dio pistas sobre mi misma, que no fueron muy halagüeñas. Mi conclusión es que abandoné a mis amigos (por suerte no me necesitaron… pero eso lo sé ahora) Tras esta desahogo a lo DRAMA QUEEN, diré que fue un día muy especial, y que la ruta fue preciosa y estimulante. (Un experimento sociológico en la naturaleza). Etapas 4 a 6, total 6
Tras la jornada tan intensa en el Besseggen, decidimos tomarnos el día con tranquilad. Pensamos que después de varios días en la naturaleza nos apetecía un poco de ciudad, por lo que cogimos el coche hasta LILLEHAMMER.
A pesar de estar allí durante varias horas, fue muy poco lo que vimos de esta pequeña ciudad, ya que llovió como si “no costase dinero”. No disfrutamos demasiado, de hecho nuestra visita se limitó a la calle principal, Storgate. Esta calle tenía bastante ambiente, quizá el sitio de más ambiente, a parte de Oslo, que vimos en Noruega. A Jorge le podía “el pis” sobre todo lo demás, por lo que su primera media hora en la ciudad la pasó buscando un baño desesperado, y es que en Noruega es frecuente que los cafés no tengan baño. Una vez solucionada esta contingencia, fuimos de compras, ya que había unas estupendas tiendas, especialmente de utensilios de cocina. Compramos una tabla de cortar hecha de bambú y un abrelatas de los gemelos (camuflado como un afilador). Como comentaba el día no fue espectacular ya que entre otras cosas lo que era una suave lluvia se convirtió en “el diluvio”. Por ello comimos un kebab y tomamos otro café, tras lo cual decidimos regresar a Beitostolen.Tengo la sensación de que Lillehammer es una bonita ciudad pero nosotros apenas vimos nada. Por cierto yo soy aficionada al “café con leche” madrileño (largo de café y corto de leche, pero con auténtica leche), y me quedé sin opciones en noruega: o tomaba el café latte (que era un inmenso tanque de leche con una chispa de café, y tanta leche me produce problemas intestinales…no diré más) o tomaba un café solo, que allí acompañan con una tarrinita de nata líquida (repugnante). La vuelta a Beitostolen fue muy larga y pesada, debido por un lado a la intensa lluvia, y por otro a que con mis indicaciones al conductor nos perdimos. No hicimos mucho más durante ese día, si bien es cierto que aprovecharé para comentar los estupendos programas televisivos que veíamos por la noche. En Noruega no doblan las películas, pero tampoco muchos programas, por lo que en el DISCOVERY CHANEL podíamos seguir los documentales en inglés. Seguimos tres espacios en concreto: Dirty jobs, Mythbousters e Ink. Este último nos fascinó, especialmente en su versión Los Ángeles, porque Ink es una franquicia como C.S.I o N.C.I.S. Se trata de un documental (reality show) sobre un estudio de tatuaje en L.A. que está regentado por una tipa, y en el trabajan otras tres chicas y otro hombre experto en retratos. La idea a priori parece absurda pero nos resultaba altamente hipnótico ver como la gente se tatuaba. Etapas 4 a 6, total 6
En nuestro sexto día en Noruega decidimos hacer otra visita a los fiordos, en esta ocasión el destino era Geiranger, la perla de los fiordos noruegos.
La ruta que nos planteamos sería la más larga que haríamos en coche en nuestra estancia en Noruega, y sin embargo valió totalmente la pena. Primera parada Lom, un bonito pueblo donde destacaba otra stravike rodeada de un tranquilo cementerio. El pueblo además tenía un espumoso río que lo cruzaba en forma de gran cascada, además de una estupenda oficina turística donde compramos mapas topográficos de la ruta Besseggen (Qué bien nos hubieran venido unos días antes). ![]() Seguimos camino a Geiranger a través de paisajes espectaculares de alta montaña, que acaban en un maravilloso descenso hacia el fiordo. Desde lo alto en Dalsnibba se puede ver una de las vistas más espectaculares de Noruega. En esta bajada se discurre por una serie de retorcidas revueltas que dejan las de Navacerrada en cosa de niños. Y por fin tras las cerradísimas curvas llegamos a un precioso puerto, encajado entre bloques de montañas y despeñaderos. ESPECTACULAR. Desde Geiranger tomamos el ferry a Hellesylt, es un ferry turístico pero muy barato comparado con otros cruceros, y las vistas desde el barco fueron grandiosas. Por momentos llovía ,por momentos hacía sol, pero durante todo el trayecto nos acompañó un fuerte viento, que no nos impidió disfrutar de uno de los mejores momentos de nuestro viaje. Creí escuchar las trompetas de la película "Los Vikingos". ![]() ![]() ![]() Terminamos la travesía en Hellesylt, donde nos comimos unos bocatas en la misma orilla del fiordo. Y ya de regreso hicimos numerosas paradas para ver el paisaje, tanto en el fiordo que abandonábamos, como en los numerosos ríos de aguas bravas que encontramos en el camino. NORUEGA SALVAJE. ![]() ![]() Y por último pongo esta foto no por su calidad sino por el esfuerzo que le supuso a Jorge. ![]() Etapas 4 a 6, total 6
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