Laos con Mochila ✏️ Blogs de LaosNuestro viaje de 18 días de mochileros por Laos. [conmochila.com]Autor: Tonirodenas Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (34 Votos) Índice del Diario: Laos con Mochila
01: Etapa 1 - La llegada a Tailandia
02: Etapa 2 - Entrada a Laos por Huay Xai
03: Etapa 3 - Vieng Phouka
04: Etapa 4 - Trekking por Nam Tha
05: Etapa 5 - Trekking por Nam Tha (2º día)
06: Etapa 6 - Trekking por Nam Tha (último día)
07: Etapa 7 - Del trekking a la civilización
08: Etapa 8 - Travesía por el mekong
09: Etapa 9 - Travesía por el mekong, llegada a Luang Prabang
10: Etapa 10 - Luang Prabang, patrimonio de la humanidad
11: Etapa 11 - Cascadas en Luang Prabang
12: Etapa 12 - Vientiane, la capital
13: Etapa 13 - Pakse, la llegada al sur
14: Etapa 14 - Bienvenidos al paraíso
15: Etapa 15 - Último día en Laos
16: Última etapa - La vuelta a casa
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Etapas 7 a 9, total 16
Nos despertó una fuerte tormenta el último día en Vieng Phouka, llovía a cántaros y mientras oía los truenos pensaba "que caiga todo el agua que quiera que hoy ya no tengo que andar más..." estuvimos un buen rato escuchando la lluvia antes de levantarnos, estábamos calculando a que distancia se encontraba cuando nos vino a la mente "mierda la ropa!!" Habíamos limpiado toda la ropa del trekking el día anterior cuando volvimos (a mano, y con lo que sudamos!!) y la dejamos tendida en la barandilla del balconcito que teníamos. No es que confiásemos en tenerla seca para el dia siguiente porque con el rocío que cae allí es imposible, pero ahora nos la teníamos que llevar empapada. Así que como ya no podíamos hacer nada no salimos a recogerla.
Desayunamos en la guesthouse y Mr. Vieng Tong, que seguía tan sonriente como el día anterior por la inauguración de su restaurante, nos invitó a estrenar la libreta de comentarios. Nos quedaban aun algunas fotos de carnet que teníamos para el visado y se las pegamos en la libreta, no me acuerdo de lo que pusimos pero dejamos escrita la dirección del blog. Nos despedimos de él y de su mujer y nos fuimos hacia la parada del autobús. No teníamos muy claro de donde se cogía, ni a que hora, ni en que dirección. En realidad tampoco teníamos la certeza de si iba a pasar. Por lo que habíamos entendido a las 9 pasaba uno, pero se hizo la hora y por allí no pasaba nadie. Toni preguntó a unas señoras mayores en "laosiano", ese laosiano que aprendes cuando abres la lonely planet por la última página y chaporreas frases en su idioma, pero claro, no se enteraban de nada de lo que les decía, le miraban con cara de "este-de-donde-ha-salido" y le contestaron a voces. Me reí mucho, lástima no tener la cámara enchufada. (Ver video de la espera) Cuando llevábamos un rato esperando pasó un monovolumen y al vernos en la parada del bus paró delante de nosotros y nos preguntó hacia donde íbamos. Al decirle que a Huay Xai se ofreció a llevarnos porque él también iba en esa dirección. Fue todo con gestos porque el hombre no hablaba nada de inglés, así que para decirnos lo que nos iba a cobrar del trayecto le dimos la libreta y un boli. Creo que escribió 4000 kips (muy barato nos pareció), y así nos fuimos. El camino fue algo mas corto que en la ida, no tuvimos que volver atrás así que en un par de horas llegamos. En el asiento de delante había un hombre bastante mayor muy gracioso que se giraba disimulando y nos miraba a ver quienes éramos. Bajamos y le dimos los 4000 kips y al dárselos nos decía que no. Le señalabamos la libreta y decía que sí a los 4000 kips escritos, pero no cuando se los dábamos. Estuvimos así un rato hasta que le dimos unos billetes para que cogiese él mismo la cantidad, y nos dimos cuenta de que no nos entendíamos porque lo que había escrito no era un 4 sino un número diferente. En laos los números no los escriben igual, de ahí la confusión. En los billetes lo ponen de las dos formas, una en cada cara del billete. Al llegar nos dejó en otra parte del pueblo que no habíamos estado y nos desorientamos un poco. Huay Xai es poco mas que un par de rectas paralelas y calles que las cruzan, pero no nos situamos bien en el mapa y no sabíamos exactamente donde estábamos. Íbamos buscando una guesthouse pero no nos cuadraba el mapa con lo que veíamos porque no estabamos mirando bien, así que paramos a una camioneta y nos llevó. Nos hubiésemos ahorrado la propina que le dimos (y el arañazo que me hice con los hierros que llevaba de carga) si hubiésemos sabido que estaba a la vuelta de la esquina. Thanormsub Guest House. Según la Lonely Planet "un lugar informal, impecable y muy amistoso"; fue como el Ritz. Del mismo modo que desde que llegamos a Laos progresivamente íbamos a sitios con menos condiciones, desde que empezamos a descender la montaña en el trekking el progreso fue inverso. Como tocar el fondo y volver a salir, por eso la guesthouse me parecía muchísimo mejor que la cabaña en Vieng Phouka. Ahora además de agua la teníamos caliente y por si nos parecía poco teníamos ventilador!! Que lujo! Claro que a lo bueno nos acostumbramos todos enseguida... Nos instalamos en la habitación y empezamos a sacar toda la ropa mojada que llevábamos en la maleta y la tendimos en un patio de atrás. Cuando lo tuvimos todo en orden nos fuimos a dar una vuelta buscando algun locutorio desde el que llamar por teléfono a casa. Llevábamos ya casi una semana fuera de casa y no habíamos llamado, y en los 3 días de trekking no dimos ni señales de vida por mail. Encontramos varios sitios con conexión a Internet pero nada para llamar por teléfono, así que fuimos primero a mirar el correo. Fue muy gratificante empezar a leer los mails de toda la gente que me había respondido al que escribí desde Bangkok, me alegré muchísimo. Y para rematar los de Laura y Noelia diciéndome que había aprobado anatomía!!!! Me sentí como si me hubiesen dado una recompensa después de los días de cansancio del trekking. Me alteré en cuestión de minutos! Pero la que no estaba tan contenta era mi madre!! Tenía mails de casi todos los días desde que me había ido preocupada porque no le contestaba ninguno. Me decía que me pusiera repelente, que fuese con cuidado con los insectos, que si me dolía algo que me acordase de no tomar otra cosa que no fuese paracetamol, que le diese señales, que le contara si estaba bien, que si demasiado viaje para mi poca experiencia (eh?? Cuentalo!!). Así que nos fuimos a ver si teníamos cobertura desde allí para llamar con mi móvil. Con una rallita de cobertura conseguimos llamar. Eran ya casi las 3 y aquí eran las 10 de la mañana así que ya era buena hora y sabía que mi madre estaba trabajando. "Ja era hora!!!!" lo primero que me dijo. "Esteu be? Vos ha picat algun mosquit?" Le conté que estaba perfectamente y me lo estaba pasando muy bien. A partir de ese día le empecé a escribir siempre que tenía ocasión. Estábamos hambrientos y salimos a comer, probé los rollitos de primavera frescos. Nada que ver con los de los restaurantes chinos que hay por aquí! Me gustan más los que probé mas adelante fritos pero aun así estaban buenos, rellenos de verdura y con papel de arroz. Luego nos entró modorra y fuimos a la habitación a hacer una siesta pero salimos primero a recoger la ropa. Se nos había infestado de hormigas. Por encima del hilo decenas de hormigas rojas y gordas se paseaban y nos vacilaban con la boca cuando quitábamos las ropa. Cada prenda que descolgábamos la teníamos que sacudir para quitarlas, aun así me lleve algun mordisco, no iban en son de paz. (Ver video de las hormigas asesinas) Me dormí mientras mirábamos vídeos en la cámara y Toni aprovechó para escribir un trozo de diario que con su permiso os dejo: "UN INCISO EN EL CAMINO: Estamos en Huay Xai, un pueblecito que sirve de entrada a Laos y hace frontera con Tailandia. Carme está sobada porque está rebentada la pobre. La verdad que el trekking ha sido más duro de lo que pensaba. Padecí un poco por Carme porque para ser su primer trekking ha sido complicado. El primer día todo fue bastante bien pero el segundo fue un "rompepiernas". Yo voy casi todos los días a correr y me siento preparado para aguantar, pero la pobre Carme he terminado agotada. Al final yo sabía que le pondría cojones y se los puso. Tuve que quitarle la mochila y llevarla para restarle peso, pero así y todo se sentía vencida. Hasta el guía se empezó a preocupar un poco. Menos mal que la pájara le dio llegando al poblado, que si no nos toca llevarla en la espalda. Para colmo no teníamos ducha al llegar, solo podíamos conseguirla a 20 minutos de camino hacia abajo por una especie de riachuelo donde pude llenar un cubo y subirlo a la aldea. El caminito era bastante jodido, lleno de barro y pendientes a lo bestia. Estuve a punto de volver sin agua pero al final pase de todo y subí el cubo. Ahora ya ha pasado todo, ha sido una prueba más, pero ver la cara de Carme cuando vio el agua para darse una ducha después de un día su-per-a-go-ta-dor... valió la pena" Cenamos en el Nut Pop restaurant, una cabaña de madera rodeada de maleza para la que nos empapamos de repelente. Pero el ambiente era de lo mas acogedor, el primero de los muchos restaurantes exóticos tan bonitos de los que íbamos a ver el resto del viaje. Porque ese día empecé a disfrutar realmente del viaje, y si no mirad la foto de abajo. Etapas 7 a 9, total 16
La siguiente parada que teníamos prevista era Luang Prabang, y para ir decidimos hacerlo por el método más tradicional, descendiendo por el Mekong. Leímos que había varias formas de hacerlo, con los barquitos pequeños que llegan en un día o los otros más lentos que hacen parada en Pak Beng. Elegimos la segunda opción porque no teníamos prisa y porque además los rápidos tienen fama de ser más peligrosos y de volcar, cosa que no me hubiese importado si el Mekong tuviese aguas cristalinas, que no es el caso...
Así que fuimos al puerto a las 8 de la mañana a comprar el billete, pero como el barco no salía hasta las 10:30 nos sentamos a almorzar en un restaurante al lado del río. Tuvimos que esperar bastante rato, así que luego compramos comida para el viaje y Toni aprovechó para hacer unas cuantas fotos al puerto. (Ver video de la compra de tickets) A las 10 empezamos a ver a más gente llegar y se llenó en un rato. Al restaurante que estábamos nosotros vino un grupo de jóvenes que iban con un guía. Cuando empecé a verles las caras, los gorros y las botellas de whisky pensé "que no vengan en nuestro barco q son muchas horas"... pero no tuve suerte. Embarcamos puntuales, pero fuimos los únicos, porque estuvimos 1 hora entera dentro del barco esperando. Como llegamos los primeros nos pusimos en la primera fila y empezamos a ver llegar a la gente y como hacían la montaña de las maletas cada vez más grande y nos tapó por completo la visibilidad del barco por delante. (Ver video dentro del barco) Cuando ya creíamos que ya no subía más gente llegó el grupo del restaurante...! A las 11:30 salimos rumbo a Pak Beng. Pensaba que el barco iba lleno, pero nada en comparación a como estaría en unas horas. (Ver video de la salida) El paseo era agradable. La primera hora teníamos sitio delante para estirar las piernas incluso para poder tumbarnos, íbamos mirando barquitos a un lado y otro, y según mirabas a un lado u otro veías Tailandia o Laos. Pero al rato empezamos a ver gente a la orilla que levantaba el brazo haciendo señales y paramos donde estaban. Era gente que iba a subir al barco, que supongo que le vieron pinta de petrolero por lo menos, ya que yo al ver todo lo que llevaban encima hubiese apostado que nos hundíamos si lo subían. Pero no fue así y empezaron a subir sacos, cajas, bolsas, comida... y el espacio que teníamos delante para estirar las piernas se redujo a nada. Seguimos el trayecto y los siguientes que pretendieron subir debieron pensar que aun teníamos suficiente espacio de sobra hasta que tocase al techo... y subieron mas sacos, mas cajas, mas bolsas, mas comida... (Ver video del barco lleno) Cuando ya parecía que era imposible meter nada mas, unos niños hicieron señas y al acercarnos subieron cargados de bebida y comida para vendérnosla a los pasajeros como si estuviésemos en el cine. Como pudieron entraron, nos sin ir tropezando con todo y tener que casi rescatar a una niña de quedar enterrada debajo de unos sacos de arroz, e intentaron timar a la gente vendiendo las bebida a casi el triple de su precio en las tiendas. La pobre mujer que iba delante de todo con los dos niños iba ya camuflada, y los niños que no paraban de martirizar a la pobre madre. Cada vez tenían mas cosas con las que entretenerse y entretenernos a nosotros. Porque el viajecito no se hizo corto. 7 horas estuvimos seguro sin descanso, no paró en ningún pueblo ni para comer y a última hora ya estaban todos por ahí tirados o durmiendo encima de la montaña de mochilas o borrachos... Pusimos nombre a todos, jugamos con el niño, grabamos vídeos, hicimos fotos, comimos, bebimos, hablamos, dormimos...me dolía todo pero al final llegamos. Pak Beng es una parada frecuente de barcos llenos de turistas que bajan por el Mekong hacia Luang Prabang, así que allí ya se han puesto al día en cuestión de turismo y nada más bajar del barco tienes a todo el mundo encima con carteles de restaurantes y guesthouses. Estábamos avisados por la Lonely Planet así que para no dejarnos engatusar leímos primero un poco para elegir el lugar donde descargar y dormir e ir directos sin tener que hacer caso a nadie. Fuimos a Boumee Guest House por el simple motivo que tenían las duchas individuales, ya que por las descripciones eran todas muy parecidas y de precio similar. Nos duchamos y salimos a dar una vuelta y a buscar algún sitio para cenar. Pak Beng es turístico, se nota desde que bajas del barca y cuando vas paseando por su calle principal. Los dueños de los restaurantes te paraban por las calles para ofrecerte sus mejores ofertas, así que dimos una vuelta y al final elegimos uno. Todos los restaurantes eran parecidos, con terrazas de madera que asomaban a la calle, alumbrados con velas y con música. En el nuestro sonaban los Beatles que mas tarde dieron paso a Bob Marley. Y ahí estábamos los dos ensimismados viendo la gente subir y bajar y viendo pasar cada dos por tres la gente del barco, que ya conocíamos de memoria. Aunque el sitio no era ni el más bonito ni tampoco el mas limpio, reconozco que tenía un ambiente especial y romántico y estuvimos bastante rato. Mas tarde dimos otra vuelta y volvimos a la guesthouse. (Ver video de la llegada a Pak Beng y en el restaurante) Esa noche tuvimos una visita, y menos mal que siempre dejábamos la puerta del baño cerrada. A medianoche me levanté para ir al baño y cuando encendí la luz y di un paso hacia el espejo di un salto que casi me mato. Había un bicharraco de esos que el otro día recogían en Vieng Phouka, una "mosca" del tamaño del puño que merodeaba alrededor de la taza del water. "Toniiiiii!!!!!!!!!!!!!! N'hi ha un bitxo en el wateeeeeerrrrrrrrr" "Això no pasa res" Con lo sobado que estaba y vistas las ganas que tenía de levantarse hice lo que pude. Cuando se quedó parada me acerqué poco a poco (como si no tuviese unos ojos que parecían botones...) y cuando terminé salí como una bala del baño y cerré la puerta. A la mañana siguiente no había ni rastro de la amiga y... mejor. Etapas 7 a 9, total 16
Antes de subir al barco ya querían timarnos otra vez. Cuando estábamos desayunando el chaval que nos atendía nos preguntó "¿y para el viaje no queréis nada?" y al decirle que no nos dijo "¿seguro? Son 10 horas de trayecto!!" sabíamos que mentía y que el viaje de hoy era algo mas corto, que no iba a durar mas de 7 horas, pero nos lo dijo por si colaba.
Nadie tenía muy claro a que hora iba a salir el barco porque vimos a gente que venía en el nuestro y cada uno nos decía una diferente, en realidad no lo dijeron, así que fuimos pronto por si acaso. Salimos hacia las 10. Otra vez en el barco repitiéndose las mismas escenas del día anterior, pero la diferencia era que el barco (al menos en la parte que nos pusimos nosotros) era más cómodo. En la parte delantera había dos banquetas una enfrente de la otra así que ahí teníamos más espacio que en los banquillos que estaban en fila. Además las maletas las dejaron en una especie de bodega que había debajo de unas puertas que se abrían en el suelo y no en una montaña como el día anetrior. Mientras cargaban todo y la gente iba entrando Toni salvó la vida a un par de "turistas empanaos" que seguro iban de resaca e iban directos al agujero. Uno de ellos le miró con cara de susto me imagino que pensando "si no me coge este me voy de aquí con la pierna rota". También viajó con nosotros otro niño laosiano diferente al anterior, pero con una cosa en común: comer lo que fuese y llevar de cabeza a su madre... Se nos pasó mas rápido el trayecto que el día anterior, por la comodidad, porque ibamos mas mentalizados y porque sabíamos que era el último día. Pudimos echar un par de cabezaditas y nos reímos un rato de "Santiago Segura" (una versión hippie con rastas del actor). Cuando no nos reíamos de él nos reíamos de el de "American Pie" o de los skaters... ¡¡¡¡al final ya no sabíamos ni que hacer!!!! El caso es que llegamos antes que el día anterior porque aun era de día y tuvimos más de lo mismo: decenas de chavales con carteles anunciando guesthouses, restaurantes y bares, así que antes que nos acechase alguien subimos hacia la ciudad en busca de un tuk-tuk. Nos llevó a la guethouse que le pedimos "Thavesouk Guest House", que nos convenció porque tenía aire acondicionado, baño propio y estaba entre los económicos. Nada mas descargar y darnos una buena ducha dejamos en la porteria la ropa que llevábamos sucia, que aunque la íbamos lavando a mano y con una pastilla de jabón, la del trekking necesitaba pasar ya por la lavadora a hacerse una limpieza a fondo. Salimos a dar una vuelta por el centro de la ciudad en busca de algun restaurante, y empezamos a saborear el ambiente de Luang Prabang, el sitio más bonito que vi de Laos, y con razón patrimonio de la humanidad. [img]http://localhost/conmochila/wp-content/uploads/2008/12/diario_40.jpg[/img] Conocida como "la ciudad de los mil templos" por estar llena de ellos, restaurantes característicos por doquier y rodeada de edificios coloniales franceses hace que todo junto le de un atractivo especial que hace que pasear por sus calles sea cautivador. Anduvimos un rato por el centro donde estaba puesto el mercado alumbrado con la luz de las farolas cuando cayó la noche, pero vimos que había infinidad de cosas que comprar así que decidimos que iríamos el día siguiente con mas tiempo a comprar regalos para todo el mundo. Travesamos todo el mercadillo y al final encontramos una calle toda llena de restaurantes. Había miles y todos con decoración de colores y con los farolillos que vendían en los puestos. Todas nos parecieron apetecibles aunque al final paramos en una que nos parecía que tenía los precios un poco mas baratos y una terracita fuera. Menos mal que tenía toldos porque cuando nos pusimos a cenar empezó a caer todo el agua que se veía venir desde hacía una hora, ya que no paraban de caer relampagos. Me encantó el arroz que nos sacaron aunque se hubiesen equivocado de plato, y al gato que se sentó conmigo también. Cuando me di cuenta tenía a un gato sentado conmigo y a otro negro y pequeñito pidiéndome carne a los pies de la mesa. Terminamos de cenar pronto y nos fuimos a la habitación, queríamos descansar para poder dedicar todo el día siguiente a hacer turismo por la ciudad. Y aunque no teníamos mucho sueño nos pusimos un canal de television con videoclips laosianos y nos dormimos en un santiamén. Etapas 7 a 9, total 16
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