Un viaje a lo largo y ancho de Nueva Zelanda. Directo a las entrañas de la Tierra Media. El hogar de los Kiwis, los All Blacks, los maorís... Nueva Zelanda... Aotearoa... La Tierra Media... Autor:CasilloFecha creación:⭐ Puntos: 4.9 (15 Votos)
Tras nuestra breve Escapada a Madrid, por fin llegó el momento. Tras un estresante día por las calles de la capital, decidimos tomarnos este con más “tranquilidad”.
Esta es nuestra primera vez… que montamos en avión… que salimos de España… que nos vamos tanto día fuera de casa… Así que eso de tranquilidad estaba muy entrecomillada.
Nos sentamos frente a una pantalla donde poco a poco se iban desgranando las puertas de embarque de los distintos vuelos. De pronto, la pantalla cambió. Nos levantamos de un salto… para comprobar que no era nuestro vuelo.
Había perdido la cuenta de las veces que me había levantado. Parecía tener un muelle en el culo que se accionaba al unísono con la pantalla.
Por fin, a las 15 más o menos, salió nuestra puerta de embarque. Nos dirigimos hacia el mostrador de facturación.
- Buenas. Tenemos un vuelo a Londres. Y posteriormente salimos con otra compañía aérea hacia Nueva Zelanda. ¿Sabe usted como tenemos que hacer en Londres para cambiar de terminal?
- No se preocupen, que los aeropuertos hoy en día los hacen para tontos…
Me cambió el semblante de la cara. No era el momento de recordar nuestro encuentro con el metro… ya que todavía escocía un poco. Pero al ver mi cara, se apresuro a explicar su respuesta.
- Ehhhhh… esto… está todo muy bien indicado. De esta forma se evitan tener que contratar a más personal de información. Tienen que seguir los carteles de Flights Connections. No hay pérdida.
No estoy muy seguro de esta última parte. Pero como allí no podíamos solucionar nada mas, continuamos hacia nuestra siguiente parada.
Fue todo bastante rápido, y sin apenas darnos cuentas, nos encontrábamos sentados en el avión. Como la experiencia es un grado, decidí sujetar la mano de mi mujer con la mía. Todavía tenía las marcas del anterior vuelo.
Y como si fuese un deja vu, la operación se repitió de nuevo.
“Comenzamos a movernos por la pista. Se está colocando para despegar, pienso.
Stop.
El rugido de los motores comienza a subir. Parece el sonido de una cafetera. Cada vez más alto.
Arrancamos. Adquirimos poco a poco velocidad.
Lo siento.
De repente acelera bruscamente.
Lo sientooooooo.”
Esta vez mi brazo se salvó. Pero mi mano acabó morada…
Sin contratiempos aterrizamos en Heathrow. En la T3. Y nuestro vuelo hacia Auckland salía desde la T1. Teníamos 3:15 de margen, para llegar hasta allí…
Hay un bus que conectaba todas las terminales del aeropuerto. Lo cogimos y en 10 minutos nos llevó a nuestra terminal. Seguimos las flechas de “Flights Connections”. Esto era una maravilla. Incluso yo, con mis antecedentes, había encontrado el camino.
Pasamos el pertinente control de seguridad y fuimos hacia la zona de facturación.
Localizamos el mostrador de Air New Zealand, la compañía con la que íbamos a volar.
(La conversación está traducida para su mejor interpretación).
- Hola, buenos días.
- Wuachu wuachu wuachu tickets.
Una gota de sudor me cayó por la frente. Creí haber entendido la palabra tickets. Así que sin mucha convicción saqué las hojas donde aparecían los datos de reserva y demás. Intenté poner mi mejor sonrisa, ya que me dio la sensación que nos había tocado la persona más borde del aeropuerto.
- Creo que es esto…
Me los arrancó literalmente de la mano.
- Passports
Esto último lo entendí bien. Vale, mi oído se está acostumbrando más rápido de lo que pensaba al inglés. Sacamos los pasaportes y se los entregamos.
- Wuachu… wuachu… wuachu.
Falsa alarma. No había entendido ni papa.
- Disculpe, ¿le importaría repetirlo?
- Wuachu… wuachu… wuachu – Le seguía sin entender.
- Disculpe. No hablo inglés muy bien. ¿Podría repetirlo más despacio?
- Wuachu… wuachu… wuachu.
Ahora sí que la hemos hecho buena, pensé. No tenía ni idea de que me estaba diciendo esta tía. Y en lugar de hablar despacio, la tipa sin inmutarse siquiera, nos decía lo mismo una y otra vez. Miré a la señora del mostrador. Completamente imperturbable. Me devolvió la mirada. No sabría describir si había algún atisbo de sentimiento en aquellos oscuros ojos. Respiré hondo. E intenté mostrarme tranquilo.
- Disculpe. No entiendo. ¿podría repetirlo…? Pero despacio, Por favor.
- Wuachu… wuachu… wuachu…- En el fondo, creo que le gustaba vernos allí, sudando la gota gorda sin saber qué hacer. Hablar despacio… y una leche.
Mi mujer me miró. Ella en teoría hablaba menos inglés que yo. Pero se ve que estaba algo más tranquila y dijo.
- No sé. Pero creo que ha dicho algo de nombres.
La mire. Volví a mirar a la mujer del mostrador. A mi mujer. A la del mostrador. Para ese entonces, la tranquilidad la tenía en la planta de los pies.
- Despacio – digo. Aunque sabía de sobra que la tipa no iba reducir la velocidad a la que hablaba.
- Wuachu… wuachu… nombres… wuachu… billetes… wuachu… pasaportes
En ese momento, y por un fugaz instante, un rayo de felicidad atravesó mi cara. Seguía sin saber que decía. Pero al menos había entendido alguna palabra. La alegría fue momentánea. Duró el tiempo que tardé en darme cuenta que había un problema.
Volví a poner mi mejor sonrisa… bueno, una mueca que parecía una sonrisa.
- ¿Cuál es el problema? – pregunto.
Pues resulta, que el problema era, que la reserva estaba hecha con un nombre y un apellido. Y como en el pasaporte ponen, nombre y dos apellidos, a ella no le valía.
Total que al final tras echarnos la bronca, creo, ya que solo entendía wuachu… wuachu por aquí. Wuachu… wuachu… por allá. Nos dio las tarjetas de embarque. Uffff que respiro.
Sería que realmente, los aeropuertos los hacen para tontos, como nos dijo la chica de Madrid, pero encontramos la puerta de embarque a la primera.
21:00.
Embarcábamos en nuestro avión. Y el proceso comenzó a repetirse de nuevo. Pero cuando apenas habíamos comenzado a movernos… nos paramos. Esto no entraba dentro de los planes. La gente alrededor nuestra, no mostraba signos de extrañeza. Así que intenté relajarme, pensando que todo iba bien.
Comenzamos a movernos de nuevo. Vale, esto había sido una falsa alarma. Y volvemos a pararnos. Pero ¿qué pasa aquí?
Se repitió de nuevo el proceso. Nos movemos… nos paramos… nos movemos… nos paramos… ahora giramos un poco… coño, una novedad.
Me había tocado ventanilla en este vuelo. Y pude comprobar las causas de este dilema. Había un montón de aviones delante nuestra esperando para despegar. No sé, estaba oscuro, estaba lloviendo y se mezclaban las luces. Pero al menos debía haber 20 aviones delante del nuestro. Pero era increíble. Cada minuto más o menos despegaba uno.
20 minutos más tarde, nos llegó el turno. Esta vez el avión es bastante grande. Así que los movimientos no eran tan bruscos. Mi mano apenas cambió de color esa vez.
La diferencia horaria de Nueva Zelanda con España es de 10 horas. En su verano, nuestro invierno son 12 horas. Así que el tema del jet lag es algo que hay que tener en cuenta. Todo el mundo dice que tardas dos o tres días en adaptarte. Por lo tanto, lo que nos propusimos fue intentar adelantar el jet lag. En el momento que despegamos pusimos la hora de Nueva Zelanda. Por lo tanto, eran las 22 hora local. Pero para nosotros eran las 8. Que cacao.
Teníamos pantallas personales para cada asiento. Un auténtico lujo. Podías elegir ver entre un montón de películas, series, documentales, oír música, juegos… El único problema era que la mayoría no estaban en español. Pero en fin, que como había que ir practicando, era un mal menor.
A las dos horas o así, comenzaron a repartir la cena. Me sorprendió agradablemente, ya que estaba todo bastante bueno. Ahora no recuerdo que comimos, pero solían dar un primero, un segundo (a elegir entre dos opciones), postre, bebida, pan… Y claro, lo de los segundos, como uno era wuachu wuachu y el otro era wuachu wuachu. Para no reñir pedí uno de cada, jejeje.
3:00 hora España, 4:00 hora London, 13:00 hora Nueva Zelanda... Ufff.
Recogieron las bandejas. Las luces se apagaron y todo el avión se preparó para dormir.
El caso, que claro, mientras todo el mundo dormía, nosotros éramos los únicos que nos manteníamos despiertos. Así que cayeron El Secreto de Thomas Crown, Ángeles y Demonios, un partido de rugbi de los All Blacks, un par de reportajes sobre Nueva Zelanda, un poco de música (AD/DC, Guns And Roses, Metallica… vamos un poco de cañita para aguantar el tirón). Y por supuesto unos cuantos paseos para estirar las piernas.
Fuera ya había amanecido. Aquí adentro era todo oscuridad. Me atreví a levantar un pelín la persiana de la ventana y dejé que el sol bañase mi cara… delicioso.
Bueno a todo esto, tengo que comentar, que no todo fue bien. Entre las prisas y los nervios por el tema de los aeropuertos y las nuevas legislaciones, no me metí el cacao de los labios en el equipaje de mano. Resultado, tras 12 horas de vuelo, en un ambiente seco, tenía los labios completamente abiertos. Unas profundas heridas los cruzaban. Salía hasta sangre… y no exagero.
Bueno, retomando el hilo, el avión se disponía a tomar tierra en Hong Kong. Era una escala técnica de hora y media o así.
16:30 horas local (9:30 hora española, 19:30 hora Nueva Zelanda).
La ciudad desde el aire era una pasada, preciosa.
Salimos del avión. Y nos colocamos en dos filas. Por un lado los que se quedaban en Hong Kong y por otro los que continuábamos vuelo a Auckland. Unos asistentes simpatiquísimos se encargan de explicarnos esto. Claro, en comparación con la elemento del aeropuerto de Londres, cualquiera parecía simpático.
Nos dimos una vuelta por el aeropuerto buscando una farmacia. No localizamos ninguna. Así que nos metimos en una tienda de cosméticos. Y si mi inglés era malo, imaginaos con los labios abiertos lo que podía vocalizar.
Allí estaba yo, señalándome los labios y diciendo (bueno intentado decir), necesito cacao para los labios.
La dependienta que tenía delante me miraba, se sonreía y ya está.
Recuerdo que llevamos un diccionario en la mochila. Lo saqué. Busqué cacao labial. Se lo señalé a la chica. Me miró y volvió a sonreír.
No me lo podía creer. Esto no podía ser. Ya me veía otras 12 horas de avión hasta Auckland. Cuando llegara allí, en lugar de labios, tendría salchichas reventadas…
Pero insistí. Me volví a señalar los labios.
- I’ve pain in my lips.
- Wuachu… wuachu…
Una dependienta algo mayor que rondaba por allí al ver que algo pasaba, decidió acercarse. Volví a la carga.
- Pain… lips… look
Hacía todo esto señalándome los labios. Se dio la vuelta, fue hasta un estante y cogió un botecito de pomada reparador labial. Estábamos salvados.
- Cuesta nosecuanto…
Me daba igual. Le di la tarjeta.
Pues al final. Fueron 18 eurazos el botecito de las narices… mejor dicho de los labios, jejeje. Pero al menos, ahora los labios los llevaba siempre embadurnados con aquella pomada.
18:10 hora local (11:10 hora española, 21:10 hora Nueva Zelanda)
Se abrió la puerta de embarque y volvimos a subir al avión
Esta vez intenté dormir un poco, ya que nos acercábamos a la noche neozelandesa. No lo conseguí, pero 3 ó 4 horas a intervalos, si que dormiría.
Día 18/07/2009
Nos íbamos acercando al final del viaje. Todas las persianas estaban levantadas. Hacía un sol radiante y volábamos sobre un manto de nubes. De postal.
Anunciaron que comenzábamos a descender. Y todo cambió de repente.
Atravesamos las nubes, pero estas nos siguieron hasta casi tomar tierra.
Nueva Zelanda nos estaba recibiendo con lluvia y con aire. Tampoco esperábamos un caluroso recibimiento. Pero hombre, un poquito de sol no hubiera estado mal para comenzar nuestra andadura Kiwi.
La lluvia azotaba con violencia las ventanillas del avión mientras nos acercábamos a la pasarela de desembarque.
9:00 hora Nueva Zelanda (23:00 hora España) Recogimos el equipaje. Fuimos a la aduana. Enseñamos pasaportes y la hoja donde teníamos apuntados todos los vuelos del viaje.
De aquí pasamos a la zona de control de bioseguridad… a todo esto hay que decir que en el avión tienes que rellenar una hoja de entrada al país. Es muy similar vayas donde vayas. Son una serie de preguntas, graciosísimas ellas, sí señor. Que si llevas bombas en el equipaje, que si tienes intención de cometer algún acto terrorista… en fin, vaya preguntitas. Estuve tentado en poner que si a todo… pero mejor no tentar a la suerte.
En el apartado de deportes, puse que llevábamos botas de trekking. Mejor prevenir que curar, pensé. Cuando nos tocó nuestro turno, nos preguntaron por las botas. Las llevamos puestas, así que le enseñamos la suela y se queda conforme. Abrí una mochila y le enseñé otro par de botas que llevaba allí. También estaban impolutas. Mi tiempo me tomé en limpiar todas las botas para evitar sorpresas. Todo muy correcto y muy rápido.
En el hall de aeropuerto había unos teléfonos desde los que se podía llamar gratuitamente a la compañía de alquiler. De hecho, la mayoría de los teléfonos para reservar actividades, agencias y demás, son gratuitos.
- Wuachu… wuachu … wuachu. – Vaya ya empezamos pienso.
- Hola, soy de España. Tengo contratada una campervan con ustedes.
A lo que me responde léntamente:
- No se retire que le va a atender una persona en español.
No me lo podía creer. Eso sí que era suerte. Y dicho y hecho. Oí una voz en español que me daba la bienvenida y me indicaba que en 5 minutos vendrían a recogernos.
Así que salimos a la puerta de la terminal donde teníamos que esperar al transporte. Uffff, el primer contacto que teníamos con el clima neozelandés, nos dejó un poco helados. Llovía. Hacía aire. Hacía frio… bueno, en realidad no era demasiado, 13 grados. Pero claro. Si contamos que hacía 2 días estábamos a 40 grados en Madrid... el cambio era brutal.
Efectivamente, en 5 minutos estaba allí un coche de United (la compañía con la alquilamos la campervan) que nos llevó a la sede de la compañía. Está ubicada en un polígono al lado del aeropuerto.
Aquí nos enteramos de las últimas noticias. Dos días antes, hubo un terremoto que afectó a la parte de Fiordland y había riesgo de Tsunamis. Además la zona de Auckland estaba previsto que se viese afectada por una tormenta tropical. El aire y el agua con el que nos había recibido eran los primeros coletazos.
Genial, pensé. Hemos venido en el mejor momento.
El colmo de casualidades. La chica que nos atendió por teléfono era de Sudamérica por lo que hablaba español. Su compañero también era sudamericano, por lo que también hablaba español. Y una pareja que había llegado un poco antes que nosotros eran de Jaca. Por lo que también hablaban español. Vamos, que nos sentíamos como en casa.
Allí nos explicaron un poco el funcionamiento de la campervan. Las cuatro cosas básicas. El resto, lo iríamos descubriendo sobre la marcha.
Aquí nuestra inseparable compañera de viaje durante los próximos 34 días.
Esta era la primera vez… que conducía por la izquierda. La cuestión es familiarizarse con el aparato, dimensiones, visión desde el “otro lado”, cambio de marchas con la zurda... Unas vueltas por la zona bastaron, para que nos decidiésemos a dar el salto a la carretera.
Pusimos rumbo a la SH1. En la zona de Auckland es autovía, así que en cuanto la vimos nos metimos en ella sin pensarlo.
Las primeras impresiones eran bastante buenas. Me sorprende lo respetuosa que es la gente. No sé si al ver la campervan, piensan: turistas que nunca han conducido por la izquierda… déjales espacio por si acaso… o simplemente son así de educados hasta en el coche.
La carretera comenzó a girar a la izquierda… algo raro, pensaba, pero bueno. Igual el mapa que habíamos mirado estaba mal.
Comenzamos a atravesar un puente… esto no me gusta, pienso, no hay ningún puente hasta el enorme que atraviesa la bahía…
No había que ser un lince para saber que nos habíamos equivocado de carretera. Habíamos pillado la South Western Mwy, y no llevaba la dirección que buscábamos.
Bien, la primera en la frente. Allí estábamos nosotros, con un bicho enorme a cuestas. Perdidos en una ciudad con millón y medio de personas… De momento no llovía… pero casi… vamos, lo que nos faltaba para rematarla.
Hicimos lo único que podíamos hacer en ese caso, pillar la primera salida y parar.
Un vistazo detenido al mapa, nos demostró que no andábamos muy lejos de nuestro destino. A un par de manzanas, callejeando un poco, se encuentra la ansiada SH1. Tras repasar una vez más, las calles por las que tenemos que pasar desde aquí hasta el camping, nos volvimos a lanzar a la aventura. Tardó en dejarse encontrar, pero al final, lo conseguimos.
Llegamos a Takapuna Holiday Park (35NZ$). Este camping se encuentra en Takapuna, en la parte norte de Auckland. Lo elegimos, por estar muy bien situado para realizar visitas a la ciudad. Está a una hora andando de Devonport. Y tienes autobuses urbanos que te llevan a la terminal de ferry. Aquí se coge el ferry que atraviesa la bahía y te lleva al Downtown.
El camping no es gran cosa, pero tiene unas vistas increíbles. Está a 2 metros del mar. Y tenemos una vista increíble con la Rangitoto Island en el horizonte
Vista desde el camping. Golfo de Hauraki. Rangitoto Island
16:00 (hora local… digamos, que ya me he olvidado de qué hora es en España).
Comemos en un bar que hay al lado del camping un bocado para ir aguantando. Como es tarde no hay restaurantes abiertos, así que nos conformamos con lo primero que pillamos. Importante, aquí los horarios de las comidas son muy anglosajones.
Después de comer nos disponemos a buscar un banco para cambiar euros por dólares. Y nos damos una vuelta por Takapuna sin encontrar nada de nada. Claro, es cuando me doy cuenta que es sábado. Y aquí, los sábados por la tarde, los bancos están cerrados (como en todos los sitios, digo yo).
Regresamos al camping y preguntamos al dueño, por algún lugar para cambiar dinero. Nos dice que hoy imposible. Tendremos que esperar a mañana y probar suerte en el centro comercial. Hay una sucursal que abre los domingos.
Y ahí estamos. Con euros y sin dólares. El problema es que para pagar el bus, necesitamos dinero. Pero bueno, no nos desanimemos, que acaban de comenzar las vacaciones.
17:00.
Decidimos dar un paseo y acercarnos andando hasta Devonport y allí ver si saltamos a Auckland. Vemos lo que podamos y allí seguro que localizamos algún sitio para cambiar. Así que nos ponemos en marcha.
Seguimos un paseo que va bordeando las playas. Continuamos por unas calles de zonas residenciales… Poco a poco la luz se va diluyendo. Ya no llueve. Hace aire, pero es soportable. Parece que de momento la tormenta no llega. Y continuamos nuestro paseo.
17:30.
Es noche cerrada. Y aparece… el jet lag.
Mi mujer va como zombi. No puede con su alma. Así que nos damos la vuelta y regresamos al camping. Se queda dormida bastante antes de llegar al camping. Pero la guío como buen perro lazarillo que soy, guau guau.
A mí no me ha afectado el jet lag. No sé si es de la emoción de ver el sueño cumplido o si realmente ha funcionado el cambiar la hora de los relojes. Decido aguantar un rato despierto para adaptarme al horario. Repaso guías, apuntes… pero el cansancio también viene por mí. No en vano nos hemos recorrido medio mundo en dos días. Y han sido días de muchas emociones y de dormir poco.
22:00.
Buenas Noches. Cierro los ojos.
*** Notas X ANIVERSARIO***
Quizás no haga falta recordarlo, pero Nueva Zelanda son nuestras antípodas. Quiere decir que te da igual ir por el oeste que por el este, que te cuesta lo mismo. En nuestro caso, con el cambio horario aplicado, salimos el 16 a las 16:30 de Madrid y llegamos el 18 a las 9:00 a Auckland. Por lo que el viaje nos costó 41.5 horas.
Una opción muy válida es ir por una lado y volver por el otro, y de esta manera puedes presumir de dar la vuelta al mundo. En nuestro caso, el precio de los billetes hizo que desechásemos esta opción.
Otra alternativa para limitar el impacto del jet lag, es hacer uno o dos días de escala en mitad del viaje (bien Oriente, bien America), así el cuerpo se aclimata mejor.
6:00
Como era de esperar, me he despertado temprano y estoy dando vueltas en la cama. Aunque intento descansar un rato mas, ya que me va a venir muy bien.
7:30
Toca diana… bueno… para mí. Que el jet lag todavía tiene atada a mi mujer a la cama. Salgo para disfrutar el espléndido amanecer.
Amanecer en Takapuna Beach
Tras un paseo por la playa y las fotos de rigor, decido despertar a la Bella Durmiente. Lo consigo a las 9.
10:00
Nos acercamos al centro comercial. Esta vez tenemos suerte y el banco está abierto. No recuerdo el cambio exacto. Cobraban 5 NZ$ de comisión. Sale mejor cambiar en bancos que sacar directamente de los cajeros. Claro, que en esto caí yo este día. Podía haber sacado pasta de un cajero. Pero bueno, se ve que yo también andaba algo espeso el día anterior.
Dejamos el camping y justo al lado hay un aparcamiento. Desayunamos mirando al mar. En serio, esto es una gozada. Me empiezo a creer que esto es real y no lo estoy soñando.
11:00
Salimos hacia nuestro destino: Port Waikato.
La idea original había sido salir nada mas amanecer. Pero bueno, que las ideas originales, los planes, itinerarios y rutas están para romperlos, jejeje. Como bien lo comprobamos en multitud de ocasiones. Unas veces por nuestra culpa y otras por otras causas. Pero no conozco a nadie que no haya tenido que cambiar de planes en su visita a Nueva Zelanda.
Vamos a bajar hacia el sur. Así que atravesamos Auckland de nuevo. Cuando comienzas a cruzar el puente, se ve la Ski Tower. Teníamos que haberla visto ayer. Pero no pudo ser. No sé si tendremos otra oportunidad de volver a verla…
Nos desviamos en seguida de la carretera general. Entramos en zonas rurales de Nueva Zelanda. Una vez mas es sorprendente. Estamos a menos de media hora en coche del centro de la ciudad y miras a tu alrededor y solo ves campiñas verdes, vacas pastando, granjas, pequeños núcleos urbanos…
Nos deslizamos tranquilamente por estas carreteras buscando sin prisa nuestro objetivo.
Uno de los temores cuando planeas el viaje es la conducción por el “otro lado”. Sí que es cierto, que aparecen por doquier señales de “Keep left”. De hecho, en el salpicadero tenemos una para que no nos olvidemos. Pero una vez allí, no es para tanto. El hecho de estar conduciendo desde el “otro lado” hace que cambies el punto de vista.
Atravesamos el Waikato, el río más caudaloso de Nueva Zelanda y tomamos el desvío que hay justo cruzar el puente. Está a punto de desembocar en el Tasman Sea, por lo que es ahora anchísimo.
Waikato River
La carretera es sinuosa, siguiendo rigurosamente las idas y venidas del río. Llegamos al pueblo, pero lo dejamos a nuestra derecha. El lugar que venimos buscando no está aquí. La carretera gira al sur y en unos kms el asfalto deja paso a la grava.
Es nuestro primer contacto con carreteras de grava. Estas son bastante habituales en Nueva Zelanda. La primera impresión que tienes es que como pase algo, no te encuentran ni en un montón de años.
Por otro lado, la sensación de soledad, de estar a años luz de cualquier sitio civilizado, es una gozada.
Ascendemos por unas montañas que dan paso a unos valles preciosos.
Nos adentramos en una zona donde las inclemencias del tiempo han moldeado la piedra caliza otorgándole unas curiosas formas.
Es un tramo de subidas y bajadas. Una carretera sinuosa… y de repente, a la vuelta de una curva aparece en la lejanía. Inconfundible. Su majestuosa figura no ofrece lugar a las dudas.
The Wheather Top
Se añaden una ruinas digitales en la cima, la cámara está a ras de suelo y voìlá tenemos La Cima de los Vientos. La primera de las localizaciones de las películas de ESDLA que tenemos en la agenda.
Aquí lo que se veía en la película:
El acceso hasta ella no está permitido, ya que está dentro de una propiedad privada. Además, está bastante lejos del camino. Así que nos conformamos con disfrutar de su silueta desde la lejanía.
Allá a lo lejos en la parte superior izquierda se ve la Cima de los Vientos.
Comenzamos nuestro viaje de vuelta a la civilización. La tormenta tropical anunciada, no se ha hecho muy visible a excepción del aire huracanado que nos acompaña todo el día. La campervan se mueve bastante, pero no hay ningún riesgo. El peso hace que sea muy estable en la conducción.
Decidimos acercarnos hasta Port Waikato. Todas las casas son segundas residencias para el veraneo. No hay nada aparte de estas viviendas. Y ahora, al ser invierno, no se ve a casi nadie por allí.
Nos acercamos hasta la playa. Teníamos marcado como una posible visita las playas de la costa oeste de Auckland. Las más conocidas las playas de Kare Kare y Piha, donde se rodaron escenas de la película El Piano. Su curiosidad radica en ser playas de arena negra. Lo mismo que esta en la que estamos.
Nos damos un paseo por la arena. Podemos contemplar en la lejanía la desembocadura del Waikato, intentando hacer llegar sus aguas al mar.
Es una gozada tener toda la playa para nosotros solos. Y el paisaje que nos rodea no desmerece el espectáculo.
Decidimos quedarnos a comer allí mismo. Nunca hasta ahora habíamos tenido la fortuna de tener toda una playa enorme para nosotros solos y tratamos de interiorizar hasta el más mínimo detalle.
Comemos en silencio contemplando absortos el ir y venir de las olas. La paz que transmiten. Este sería un buen lugar para relajarse y dejarse llevar. Para meditar. Sería un gran lugar para practicar Yoga. El problema es que no sé, jejeje. Pero bueno, ahí queda esta sensación. No sería la última vez que este sentimiento me venía a la cabeza.
Pero tenemos que seguir con nuestro viaje. Nos apena dejar este lugar. Ha sido nuestro primer contacto con lo desconocido. Si… si… lo desconocido. Aunque llevas todo estudiado. Apuntados todos los rincones que quieres visitar del país, las actividades que quieres hacer. Todas aquellas que sabes que no vas a poder hacer por falta de tiempo. Pero que en un momento te pueden servir, cuando otras se te caen. Y aún así, hay lugares, como esta playa, que no aparecen en ninguna guía. Que no tienes apuntada. Que ni tan siquiera habíamos planeado incluir en la ruta… pero aquí estamos. Y esto es increíble. Ciertamente, si toda Nueva Zelanda me deja esta sensación, habrá merecido la pena la espera.
La playa se llamaba Sunset Beach y al atardecer debía ser todo un espectáculo. Pero debemos continuar. Estamos preparados para volvernos a sorprender. Y seguro que va a ser así.
Nos hemos cruzado con un par de personas en todo el día. Esa sensación de estar en un lugar y que en este momento solo te pertenece a ti, no nos ha abandonado en todo el día.
Claro que hay signos de que alguien más vive por aquí. Aquí en Nueva Zelanda abundan los coches japoneses… pero también hay otros.
Regresamos por la misma carretera de la mañana. Bordea el río Waikato y las vistas son increíbles.
No tenemos prisa. La ventaja de ir en campervan es esa. Puedes parar en cualquier lugar cuando el cansancio empieza a aparecer. Pero me siento bien. Con el subidón de adrenalina que me ha supuesto llegar por fin aquí, no noto ni el jet lag ni el cansancio… al menos de momento.
Vamos por la SH 2 rumbo a Thames. Este día queremos llegar a Coromandel, que está bastante cerca. En Thames pillamos la SH25. Esta carretera bordea toda la península de Coromandel y la idea es seguirla durante el día siguiente.
La carretera es costera. Esto significa que va bordeando el mar… lógico. Pero lo que en ningún mapa aparece es que está el mar. Un par de metros más arriba la carretera. Es estrecha, por no haber no hay ni arcén. Y justo al otro lado comienza el monte. Y es sinuosa. Bueno, esto quizás es decir poco. El tramo de unos 60 kms nos costó realizarlo hora y media. Lo que nos da una media de unos 25 km/h. más o menos. Además estaba anocheciendo lo que hacía más dificultoso conducir por allí… pero eso sí, era una maravilla contemplar el sol en el horizonte hundiéndose en el mar… sin palabras.
Hay tres o cuatro tramos en los que se estrecha tanto la calzada que solo cabe un vehículo por vez.
19:00
Finalmente llegamos a Coromandel Town. No tenemos ni idea de dónde ir. Así que seguimos el primer cartel que indica camping. Y llegamos al Coromandel Holiday Park (30NZ$). No es nada del otro mundo, pero bueno, para lo que lo vamos a usar está bien. Aprovechamos para preparar la comida del día siguiente y conectarnos a internet (2NZ$ por 15 minutos).
Día 3.
8:00
Nos levantamos y tras desayunar nos acercamos al i-site para recoger algo de información. Decidimos dar un paseo por la zona. Que llevamos ya dos días por aquí y todavía no nos hemos calzado las botas y los bastones de monte.
Hoy ha salido buen día. Hace sol, y aunque las nubes y el arco iris que hay en el horizonte no traen buenos presagios, de momento disfrutamos de un tiempo y una temperaturas muy agradables.
Vamos hasta Long Bay Beach, desde donde comienza un paseo cortito de 40’. El paseo comienza en un camping enclavado entre el mar y el bosque. Un lugar tranquilo y bonito para acampar.
Comenzamos el paseo. Es sencillo, y aunque en algunas zonas está bastante embarrado por las lluvias de estos días, no hay ninguna parte complicada. El paseo discurre bordeando la costa, hasta una gran explanada de hierba a los pies de una playa.
De ahí gira hacia el monte y continúa entre el bosque.
Como es circular, terminamos de nuevo en la Campervan.
Nos ponemos en marcha. Se nos plantea la primera disyuntiva, continuar por la SH25 hacia Whitianga o aventurarnos por la 309 road. La verdad que en principio las dos alternativas tienen sus puntos positivos. Tras deliverar un poco y dado que son ya las 11:00, nos decantamos por la segunda opción.
Dejamos Coromandel Town y nos aventuramos por la 309 road. Esta carretera une las dos costas de la península, y aunque es de grava, está en bastantes buenas condiciones. La abrieron para explotar los Kauris de la zona, y cuando ya terminaron prácticamente con todos se quedó en desuso. Tiempo después la adecentaron para convertirla en una "turist drive" que les gusta mucho a los neocelandeses. A lo largo de la carretera hay unos cuantos hitos en los que puedes parar. Decidimos hacer parada en el primero Waiau Waterworks. Es un parque donde aprovechando el agua del río Waiau, lo hacen circular por distintos canales. En estos hay construcciones a la par divertidas y extrañas.
Bueno, tampoco es una maravilla, pero para tomar un café tranquilo está bien.
El siguiente punto al que queremos ir es Castle Rock. La cima más alta de la zona desde la que hay unas buenas vistas tanto de la costas este como de la oeste. Según el panfleto que nos han dado, te metes por un precioso camino en medio de un bosque y aparcas en la señal que marca el camino. A partir de aquí continúas a pie…
Bien, nosotros como somos bien mandadicos, nos metemos por el camino en cuestión. Y tras un par de kms, desaparece el bosque… Esta zona la están talando. Imagino que sería un bosque de repoblación, para consumo de madera. El caso, que el resto del camino lo haces bordeando laderas llenas de tocones de árboles. Se ha nublado. Hay un poco de aire. Y transfiere a un ligero toque de película de terror.
Al final divisamos la mole que lleva el nombre de Castle Rock. Así recortada frente el horizonte tiene un aspecto bastante lúgubre. Aparcamos y proseguimos a pata. Se oyen las máquinas trabajando. Como crujen los árboles y el ruido que hacen al caer.
El camino por el que vamos se comienza a alejar de la Roca. Creo que nos hemos confundido de camino. Por una vez, la señalización no es correcta (aunque creo que esta fue la única vez en todo el viaje). Desde donde estamos se divisa la zona de Whitianga y todas las islas de su bahía.
Y mientras debatimos si buscar el camino para acceder a la Roca, comienza llover. Esto nos termina de decidir y volvemos hacia la Campervan.
En cuestión de minutos hemos pasado, de un tiempo agradable, casi primaveral, a un día de perros. El fuerte aire, impulsa con fuerza las gotas de lluvia contra nosotros. Cuando hace un rato íbamos en manga corta, ahora llevamos el polar y la chaqueta. Y aún así, el viento hace que nos sintamos congelados. Apretamos el paso para llegar cuanto antes. Llegamos empapados. Nos cambiamos de ropa y calentamos una infusión. Así con el cuerpo caliente y resguardados en la campervan, se ve el día de otra forma.
Regresamos a la 309 road en busca de nuestro próximo objetivo. La lluvia nos acompaña un rato, pero cesa al poco. Y vuelve a salir el sol… esto es increíble, lo rápido que cambia el clima por esta zona.
Localizamos las Waiau Falls. Un pequeño salto de agua en el curso del río. Tras un pequeño paseo llegas a los pies de la cascada. Con mejor temperatura es una zona de baño. Pero hoy, aunque volvemos a ir en manga corta, como que no nos aventuramos a darnos un baño.
Tras esta breve visita vamos al siguiente punto de la ruta, apenas un par de kilómetros mas adelante.
Kauri Grove es un pequeño paseo alrededor de una familia de Kauris. Un enorme árbol neozelandés, del que quedan muy pocas unidades, debido a la tala descontrolada.
El paseo te lleva por dentro de un bosque. Vas bordeando el río Waiau. Por sendas muy bien marcadas y a tramos sobre pasarelas de madera para no dañar el entorno. Desde un mirador puedes contemplar la familia de árboles.
Paseando por entre estos majestuosos árboles.
El paseo son un par de horas, muy sencillo. Pero tras el fiasco de Castle Rock, nos gustó mucho.
Nos ponemos en marcha buscando nuestro siguiente objetivo y el sol nos acompaña a nuestra llegada a Hot Water Beach.
Playa de Hot Water Beach con el pueblo al fondo
Esta es la primera playa que te encuentras en este sentido y nos damos un pequeño paseo por la misma. Ojo, que esta no es la que tiene la fama y por la que todos los que pasamos por aquí venimos a ver. Pero tiene unas bonitas vistas.
Viendo la hora que es, decidimos comer allí mismo.
Tras comer, nos acercamos al lugar donde se accede a la zona de aguas calientes que da nombre a este pueblo. Las fuerzas geotérmicas tan presentes en esta parte de la isla norte, hacen que una parte de la playa se caliente. De esta forma en marea baja, la gente se hace unos pozos en la arena y se construyen sus propios jacuzzis particulares. El problema es que ahora es marea alta… esta vez no nos ha acompañado la suerte.
Continuamos hacia Hahei. Allí llegas a un aparcamiento que es el punto de partida del paseo a Cathedral Cove. Un pequeño paseo de 50 minutos que desemboca en una pequeña playa rodeada de unas altas paredes erosionadas por la acción del mar, del viento y de la lluvia.
Las vistas desde el mirador, sin comenzar el paseo ya son increíbles.
Vistas de la bahía y el pueblo de Hahei
Comienzas el paseo bordeando los acantilados, pasando por unas zonas con vegetación baja.
A continuación te internas en una zona boscosa y desciendes por unas empinadas escaleras hasta la playa.
Hay otra playa unida por un enorme agujero en la pared de la montaña, pero al ser marea alta no se puede pasar.
Y es ahí donde está la parte más conocida y característica de este lugar. Además para más reseñas, es la que aparece en la segunda parte de Las Crónicas de Narnia: El Principe Caspian.
En la película, con marea baja y por la mañana aparece así.
A nuestra llegada, nos encontramos con un autobús de Kiwi Experience. Estos autobuses, realizan unos recorridos a lo largo y ancho de NZ, visitando los lugares más emblemáticos del país. Suelen ser muy frecuentados por gente joven sin posibilidad de alquilar AC. Es otra forma de recorrer el país.
El caso, que como está anocheciendo, poco a poco se van yendo todos. Así que nos quedamos nosotros allí casi solos. Digo casi, porque de repente aparece la pareja de Jaca con los que habíamos coincido el día anterior. Tras contarnos nuestras primeras impresiones del viaje, ellos se marchan. Nosotros nos quedamos un rato por allí, disfrutando del atardecer.
Y claro, como siempre que vamos a la playa, aquí también tenemos que meter los pies en el agua. Los 10 grados que hace no suponen un problema. Definitivamente, aquí los guiris somos nosotros.
A lo largo del camino hay varios desvíos que te acercan a unas pequeñas calas, y aprovechamos el regreso para verlas.
18:00
Vemos la puesta de sol desde el mirador del aparcamiento.
Emprendemos la marcha buscando nuestro nuevo rumbo. Ya ha anochecido, así que hacemos esta parte de la península sin ver nada. La carretera es parecida a la del día anterior. Muchas curvas, estrecha. En este caso, se mete más en la montaña del interior.
20:00
Llegamos a Waihi, que aunque no lo teníamos apuntado, hay que parar a dormir en algún sitio, y los campings cierran temprano. Paramos en el Waihi Top 10. Allí nos sacamos la tarjeta de socio del Top 10 que vale para 2 años, y sirve tanto en NZ como en Australia. Nos costó 36 $NZ. Y básicamente las ventajas que tiene son que te hacen un 10% de descuento en los campings de la cadena Top 10, y otro 10% en el ferry interislander. Así que pagamos 36.4 $NZ por el camping con el descuento ya incluido. Para mi gusto demasiado caro en comparación con los que vimos por allí.
Aquí tuvo lugar nuestros primeros incidentes serios made in New Zealand, jejeje. Tras “enchufarnos”, para comprobar que todo va bien solíamos poner el microondas, ya que las luces funcionan siempre. Pues el caso es que esta vez no funcionaba. Así que me dirijo yo, con mi "perfecto" inglés a intentar explicar en recepción mi problema. No me digáis como lo hice, pero parece ser que me entendieron. Vinieron con un chisme de los que comprueban la existencia de corriente. Hay que decir que los pillé por los pelos ya que estaban a punto de irse. Llegan allí y tras comprobarlo, dicen que está bien. Que el problema es de la Campervan. Y con un Bye, se largan dejándonos allí con el problema. Uffff, y ahora ¿qué hacemos? Saco los papeles de la Campervan para ver el funcionamiento, lo fusibles y demás. Y mientras, mi mujer le da por abrir el armario donde está el enchufe del microondas… y claro, como os habréis imaginado hace rato… estaba desenchufado.
Tras el rapapolvo de la parienta, intentamos continuar con la vida normal de campinguistas. Preparamos la cena y la comida para el día siguiente. Allí coincidimos con un australiano que viajaba en una pequeña campervan. Por lo poco que le pude entender, había tenido un accidente en la carretera aunque salió ileso. Pero nos sirvió como aviso, de lo que el cansancio acumulado puede ocasionar. Una vez que teníamos todo terminado nos fuimos a duchar. Como es normal, terminé antes que mi mujer. Así que fui a esperarla a la Campervan. Al rato, al ver que no venía comencé a preocuparme y fui en su busca. Al llegar al baño lo primero que me extraño fue ver las luces apagadas. Algo raro está pasando aquí, pensé. Y de repente oí su voz llamándome. Era una voz llena de terror. Entré raudo y veloz y de repente se encendieron las luces. Estaban todas las duchas abiertas excepto una. Llamé e intenté tranquilizar a mi mujer. Todavía no entendía que estaba pasando.
- Sácame de aquí… sácame de aquí.
Sigo sin entender que pasa. Mi vena de macho ibérico sale a la luz. Le doy una patada a la puerta y la tiro abajo… Pero la neurona que todavía me queda entró en funcionamiento.
- Tranquila, cariño. Respira hondo. Tú tranquila que estoy aquí. Abre la puerta.
- No puedo.
- ¿Cómo que no puedes?
- No puedo, no se abre.
- Cariño, ¿Ves la llave de la puerta?
- Si
- Pues gírala.
- Ya lo hago y no se abre.
- ¿has probado hacia el otro lado?
Silencio.
De repente se abre la puerta y salta hacia fuera mi mujer y se abraza a mí.
La explicación de lo ocurrido. Este baño tenía la luz por sensor de movimiento. Es decir que al paso de unos minutos, si el sensor no detecta nada, se apaga. Cuando mi mujer estaba en la ducha, se apagó. Y allí a oscuras y con la tensión del momento, no atinó a abrir la puerta. En su defensa tengo que decir, que allí a parte de conducir al revés que nosotros, las llaves también giran al revés… bueno, al menos en este camping.
- Cariño, termina de ducharte que me quedo allí fuera esperando a que salgas. Que como entre alguien y nos vea así, tu completamente desnuda abrazándome, cualquiera le explica lo que ha pasado…
22:30
Ha sido un día intenso y nos pasa factura. Es hora de dormir.
*** NOTAS X ANIVERSARIO ***
Como podéis comprobar, aquí nos salimos completamente de las típicas rutas de viaje. Si te gustan las películas de ESDLA, tiene su encanto ir buscando zonas o lugares que aparecen en las películas. Al final, es el principal motivo por el que nos hemos decido por este país. Y ojo, los lugares por los que pasas, al no ser tan frecuentados, quizás se disfrutan más. Pero siendo sinceros, si no tienes muchos días, y no eres un friki de las pelis, Nueva Zelanda tiene muchísimos lugares tan increíbles como estos. Por lo que quizás no merezca la pena invertir el tiempo aquí.
Otro punto importante: la logística del viaje. Tras estar casi un año entero preparando el viaje y tener las rutas aprendidas de memoria, una vez allí fallé en todos los detalles. El tema campings, sabía que iba a dormir en tal o cual sitio, pero en muchos casos no había mirado que campings había por allí y los dejé a la improvisación. Lo que supuso que perdiésemos tiempo buscando alguno. En esta última etapa por ejemplo, el tema mareas. Es interesante saber de antemano cuándo van a ser las mareas que te permitan ver estos lugares en su totalidad y estructurar el viaje en su función. Por ejemplo, Hot Water Beach, si hubiésemos hecho primero la visita a la playa y luego comer, hubiésemos podido disfrutar de nuestro jacuzzi particular. Y en Cathedral Cove, aunque no es necesario cruzar a la otra playa, si que conviene llevar las mareas marcadas para poder decidir la mejor hora para realizar la visita.
Ojo, tampoco me martirizo con esto. Aún con estos pequeños contratiempos, estos días fueron increíbles .
7:00
Todavía no ha amanecido, pero nosotros ya estamos en pié. Empezamos con un nutritivo desayuno a base de leche, cereales, galletas, crema de cacahuete, y nuestra perdición (slice choco mint o algo así) para nosotros, “chocomentas”. Son unas galletas con una capa de menta y cubiertas de chocolate… increíbles.
8:00
Nos ponemos en camino. Hoy el día ha amanecido muy similar al anterior. Hace sol, la temperatura en bastante buena… para ser invierno.
Pero a la media hora, se nos echa encima la niebla. No se ve apenas nada. El paisaje que vamos dejando a nuestro paso, se esfuma escondido detrás de los jirones de niebla.
10:00
Llegamos a Matamata. Este pueblo es conocido por ser el lugar elegido para el rodaje de Hobbiton en El Señor de los Anillos. Aparte de esto, no tiene nada especial. Así que todo el pueblo gira en torno a esto. A la entrada del pueblo hay un cartel de bienvenida con una estatua de Gollum.
Gollum dando la bienvenida entre la niebla
Inscripción en la pared del i-site. El primer párrafo de El Hobbit
El i-site, es un agujero hobbit, las tiendas, los restaurantes, hay hasta cervezas de la comarca.
La idea era pillar el primer tour, pero hemos llegado tarde. Así que nos toca esperar tres cuartos de hora hasta que sale el siguiente (58$NZ cada uno).
10:45
Nos meten en una furgoneta junto con 7 personas más. Me parece increíble, que hayan pasado 9 años desde que estrenaron las películas y todavía hay gente que contratamos estos tours.
Como casi todo en Nueva Zelanda, es propiedad privada, así que la única forma de visitar la localización es por medio de un tour. El guía, va explicando cosas acerca del pueblo…creo. Lo malo de estos tours es que si no hablas bien inglés, aunque el guía va despacito para que se le entienda… no hay forma de pillar dos frases seguidas.
Pasamos por unos caminos a través de unos cercados y llegamos a un pequeño aparcamiento. Aquí nos cruzamos con el primer grupo, que termina su visita.
Por suerte la niebla comienza a levantar, y deja ver un ondulado terreno cubierto de verde y salpicado con algún árbol de vez en cuando.
Comenzamos a ascender una pequeña loma. Veo unas máquinas trabajando por aquí. Gente plantando árboles por allá… y comprendo que esta gente está preparando el lugar para el rodaje de El Hobbit (2 películas). Increíble, estamos viendo las primeras imágenes de estas películas jejeje.
Llegamos a lo alto del terraplén y aparece Hobbiton. Para evitar confusiones, hay que aclarar que lo que queda no es lo que se ve en la película. Una vez que terminaron el rodaje, desmontaron los decorados. Así que lo único que queda, son los agujeros hobbits. Eso sí, el recorrido está jalonado con paneles con imágenes de cómo estaban esos lugares en el momento del rodaje.
Vista de Hobbiton con Bolsón Cerrado al fondo.
Acceso a Bolsón Cerrado
El lugar donde se celebra la fiesta de Cumpleaños de Bilbo. El árbol de la fiesta y el lago al fondo.
Dos agujeros hobbits, decentemente conservados.
Otros en cambio están semiderruidos
Mas aclaraciones. Los agujeros hobbits son solo fachada. Los interiores que se pueden ver en las películas fueron rodados en estudio.
En primicia, las primeras imágenes de El Hobbit
Tras la visita nos llevaron a ver esquilar a una oveja… esto entra dentro del paquete, así que no hay opción de escaparte. Tras el corte de pelo, reparten unos biberones y sueltan unos corderitos que van como locos a por los biberones. Saben de sobra lo que les toca. En fin, una turistada como otra cualquiera.
13:15.
Nos dejan en el i-site de Matamata y emprendemos el viaje.
15:00
Paramos a comer cerca de Rotorua. Las emanaciones sulfurosas que brotan por doquier en esta zona, confieren un olor especial... a huevos podridos. Aún así me esperaba algo peor. Pero tampoco huele tan mal.
Nuestra primera parada es en el i-site para recoger información. De aquí vamos para el camping. Esta vez hemos escogido el Rotorua Top 10 Holiday Park (32.4$NZ).
Hemos barajado realizar un Hangi, que consiste en una cena “tradicional” maorí, con espectáculo incluido. Es una turistada orquestada para los guiris… pero como aquí los guiris somos nosotros puede ser una opción. Pero el problema es que en invierno realizan el espectáculo temprano. Por lo que nosotros llegamos tarde y no pudimos hacerlo.
Así que decidimos acercarnos hasta el Kuirau Park, que estaba cerca del camping. Como toda esta zona tiene mucha actividad geotermal, te encuentras fumarolas, pequeños lagos de agua hirviendo por doquier.
Otra ventaja de toda esta actividad geotermal, es que el acceso a aguas termales lo tiene todo el mundo. En el camping, aprovechando esto, han preparado un jacuzzi. Impagable para relajarte tras todo el día dando vueltas.
22:00
Nos hemos quedado tan relajados, que se nos cierran los ojos sin darnos cuenta. Mañana será otro día largo, así que a descansar.
Día 5
6:30
Arriba. Hay pocas horas de luz y tenemos la agenda muy apretada. Así que debemos comenzar cuanto antes a movernos. En esta zona hay un montón de áreas geotermales para visitar. Como no tenemos tiempo para hacerlas todas, hemos optado por las que nos pillan de paso hacia Taupo, nuestra siguiente parada.
7:45
Estamos frente a la entrada de Te Puia (40$NZ).
Abren las puertas a las 8, así que hay muy poca gente de momento por allí.
Lo más destacable de este parque son los géiseres. El mayor de Nueva Zelanda se encuentra dentro del recinto, el Pohutu de 30 metros de alto.
En este parque mezclan la parte geotermal de Rotorua, con las raíces de la cultura maorí. A lo largo del día realizan una serie de actuaciones que entran dentro de la entrada. Pero no eran compatibles con nuestros horarios.
Comienzas el recorrido pasando por diversas edificaciones típicas de los maorís. La más imponente la marae, o casa de reuniones.
De aquí pasas por unas salas de exposiciones. Y de repente entras en un cuarto oscuro. Hay una cristalera con algo de vegetación dentro. Por todas las paredes antes de entrar hay carteles de prohibido tirar fotos con flash. La razón. Los Kiwis. Este animal, símbolo de Nueva Zelanda, es un ave nocturna. Y de repente cruza corriendo un kiwi. Nos quedamos un poco más, por si vuelve a aparecer. Pero se conoce que ya había cumplido con su labor diaria y no volvió a asomar el pico.
Cruzamos por la recreación de un poblado maorí y de aquí comenzamos a recorrer la parte geotermal del parque. Pasas por piscinas de lodo hirviendo, y llegas hasta la zona del Pohutu. Este géiser, a diferencia del Lady Knox en Waiotapu, explosiona él solo. Por lo tanto, no se sabe cuándo va a entrar en erupción. Si que dicen que lo hace al día alrededor de 20 veces.
Como a nuestra llegada está dormido, decidimos continuar con el paseo por la zona superior del parque. Pero la encontramos cerrada. Y esta fue una tónica a lo largo del viaje. Al ser un país que vive del turismo, aprovechan la temporada baja para reparar paseos, carreteras, parques y demás.
Cuando volvemos a pasar por delante del géiser, vemos que uno pequeño ha comenzado a emanar agua. Este es el “Plumas del Príncipe de Gales”, y es el anticipo al Pohutu. Así que nos quedamos allí viendo salir el agua.
A los 10 minutos, entra en erupción el Pohutu. Y desde allí lo vemos en todo su esplendor.
Géyser Pohutu.
Vista general con el Pohutu en acción al fondo.[/align]
10:45
Salimos de allí y cogemos la SH5, que va recorriendo todas las zonas geotermales de la zona. No en vano es conocida como la ruta geotermal.
11:15
Entramos a Waimangu Volcanic Valley (29.25$NZ). Este valle se formó con la erupción del Monte Tarawera en 1886.
La visita al parque se puede realizar andando o con autobús. Este tiene unas cuantas paradas a lo largo del recorrido, y puedes ver toda la zona y desplazarte de una a otra en autobús o andando.
Nosotros optamos por ir andando. Y comenzamos a descender por un empinado sendero. La particularidad de este parque son los lagos de agua caliente.
Estos lagos están situados en cráteres de volcanes. Cuando llegas al fondo del valle tienes dos caminos para elegir, el fácil y llano, o el abrupto y bonito. Así que no tenemos duda de cuál escogemos.
Llegamos al cráter inferno, unas oscuras paredes verticales, contrastan con el azul brillante del lago.
Comenzamos a ascender por el abrupto sendero. Casi exhaustos llegamos a la cima, pero recibimos la recompensa con la impagable vista que nos depara del Lago Rotomohana.
Lago Rotomohana con el Mount Tarawera al fondo.
Descendiendo por las idas y venidas del sendero llegamos a la orilla del lago. Existe la opción de hacer un pequeño crucero por el mismo. Pero decidimos regresar. Esta vez, cogemos el autobús que nos lleva de vuelta a la entrada.
13:45
Emprendemos el camino hacia Waiotapu (27$NZ), la siguiente parada prevista. Todas estas zonas estás bastante cerca entre sí, así que en 20 minutos nos presentamos allí. En esta área también tienen un conocido géiser, el Lady Knox. A diferencia del Pohutu, este puntualmente a las 10:15 de la mañana entra en erupción. Para ello, es excitado con jabón. Nosotros en nuestros planes, decidimos ver el natural (y mayor) en vez de este.
Lo que destacaría de esta área es la aridez con la que te encuentras y la variada gama de colores. Los dos anteriores, tienen mucha vegetación y muy exuberante. Sin embargo este tiene un pequeño bosque, y por los alrededores hay árboles. Pero en la zona central solo hay un conjunto de matorrales bajos y espinosos. Se percibe que los componentes de esta zona son mucho más abrasivos, lo que confiere unos colores más increíbles.
Para recorrer la zona hay tres paseos de diferentes longitudes. Pero puedes unir los tres en uno solo.
Comienza el recorrido por una serie de cráteres con lodo hirviendo. En los folletos que te entregan te van explicando que en función de los diferentes elementos químicos predominantes en la zona, los colores son diferentes.
Por unos senderos bien marcados, vas avanzando contemplando la gran variedad de fenómenos presentes. El primer gran punto es el encuentro con la Artist’s Palette.
Una piscina con colores cambiantes en función de la altura y temperatura del agua que tenga en cada momento la piscina. Por una pasarela atraviesas entre esta y la Opal Pool. Al fondo, al lado de la Artist's Palette, se ve la joya de la corona de este parque, La Champagne Pool.
Nuestros pasos nos llevan a la zona boscosa del parque. Después de atravesar todo el resto de zona con el agua extremadamente caliente, en este tramo sentimos casi frío. Hay unas vistas increíbles desde el mirador.
A partir de aquí vuelves a bajar y continúan los pequeños lagos, terrazas de cuarzo y los cráteres.
En un punto del camino, comienzas el regreso por otra zona boscosa, pero hay una extensión que te lleva al mirador del Lago Ngakoro. Por un estrecho sendero con zonas de escalones, llegamos al mirador del lago. A nuestra derecha está la pequeña cascada Lake Ngakoro Waterfall. Pero nos hemos quedado sin respiración. La visión de este lago, es con mucha diferencia lo mejor del día. Un agua tremendamente verde, tiene un magnetismo que ha conseguido hipnotizarnos. Permanecemos allí quietos, dejando que el tiempo discurra lentamente. Rodeados por este espectacular paisaje. Nos despierta el canto de un pequeño pájaro que se posa en la valla junto a nosotros. Parece contemplar también el paisaje. Reemprende el vuelo y se aleja. El hechizo se ha roto.
Oímos voces de gente que se aproxima. Y ahora, aunque no han pasado ni 5 minutos desde que hemos llegado aquí, parece que el lago ha cambiado. Sigue siendo hermoso, pero ya no tiene esa poderosa atracción que ha conseguido hacernos sentir profundamente en paz. Ese momento se ha escapado, pero hemos tenido la suerte de haberlo disfrutado.
Regresamos al sendero principal. Volvemos a pasar por las Bridal Veil Falls, y por la Opal Pool.
Ahora tenemos delante la Champagne Pool. Una tremenda humareda apenas deja ver nada. Y esta es la imagen que habitualmente puede contemplarse.
Pero de vez en cuando, y si sopla un pelín de aire la cosa cambia ligeramente...
El color pardo del agua, por lo que recibe su nombre esta piscina, apenas se distingue. Y al fondo, nubes negras que anuncian tormenta.
Hemos puesto pocas fotos. Y es que hoy hemos tenido el primer percance logístico del viaje. Me he quedado sin batería en la cámara de fotos. La impotencia que sientes es indescriptible. No paras de repasar mentalmente, todas aquellas fotos que has tirado y que has vuelto a ver y las has borrado. La batería que eso ha consumido hubiera sido suficiente para dejarnos acabar la visita. Pero no ha sido así. No hay nada que hacer. Tendremos que esperar a nuestro regreso por tierras neozelandesas para volver a fotografiar este enigmático y fantástico paisaje.
De vuelta a la campervan, continuamos carretera a Taupo.
Una vez allí, visita de rigor al i-site. Y búsqueda de un camping. Nos acercamos al Lake Taupo Top 10 Holiday Resort (37.8$NZ). Este fue de los más caros de nuestro viaje, si no el más. Pero las instalaciones lo merecieron.
17:30
Volvemos al pueblo y hacemos la compra. Pasamos por delante de una tienda de fish and chips y decidimos probar para cenar. Y bueno, o no acertamos con el lugar o teníamos el paladar demasiado bien acostumbrado a los pedazos filetes de ternera, pero no estuvieron muy buenas.
Volvimos al camping y preparamos la comida del día siguiente. Y tras esto, lo mejor del camping. Aquí no tenían jacuzzi como en Rotorua… pero tenían dos piscinas a diferentes temperaturas. La caliente estaba a 39ºC y la fría a 31ºC. En el ambiente rondaban los 10ºC. Así que era una gozada estar relajados allí. Una manera genial de terminar el día.
22:30
Tras repasar las rutas del día siguiente, nos tomamos el merecido descanso del guerrero.
*** Notas X ANIVERSARIO ***
No he querido modificar nada del diario, aunque tras estos 10 años ha habido muchos cambios.
Uno de los cambios es que lo que en su momento iban a ser 2 películas de El Hobbit a estrenar en 2011 y 2012, finalmente por diferentes temas, se convirtieron en 3 películas estrenadas a partir del 2012.
Pero el cambio fundamental fue, que viendo el gran éxito que supuso para el dueño de las tierras el tema de las visitas guiadas, conjuntamente con Peter Jackson, decidieron que tras el rodaje de las películas, dejarían todo como se ve en las pantallas. Incluso la taberna de El Dragon Verde de Delagua, la construyeron de verdad y se puede entrar a tomar unas cervezas. También puedes contratar la opción de realizar uno combo de visita y comida. O realizar la vista por la noche y quedarte a cenar. Para que podáis comparar, actualmente luce tal que así:
Pero ojo, el i-site de Matamata no le va a la zaga y está de esta guisa:
Resumiendo, los que vayáis ahora a visitar esta localización, la encontraréis tal cual aparece en las películas. Si os pasáis por la página oficial de hobbiton tours, veréis todas las opciones de visitas que ofertan ahora... increible, hasta te puedes casar allí a ver si convenzo a casiella y celebramos allí las bodas de plata .
No me digáis que no queda guay esta foto
Aunque no seas fan de las pelis, son historia del cine, y el sitio es muy bonito, por lo que merece sin duda la pena incluir este lugar en tu viaje.
En cuanto a la segunda parte de esta etapa tengo poco que añadir. Por toda esta zona hay un montón de áreas geotermales. Al no disponer del tiempo suficiente, elegimos estas tres por dos motivos principalmente. Estaban bien situadas en nuestro camino y por otro lado, eran diferentes entre ellas tres. Las otras alternativas que la zona dispone, por lo que he visto y leído, no van a a la zaga a ninguna de las que visitamos nosotros.
Pero centrándome en estas, me gustó más Wai o Tapu, creo por su diversidad de colores y agresividad. Te Puia después, por su incursión ligera en el mundo Maorí. Y finalmente Waimangu. Ojo, no es que no merezca la pena la visita, pero si no podéis ver todas, os doy mi valoración de lo que a mi me pareció.
Mención aparte para mi fue el primer contacto con el Lago Ngakoro. No me digáis por qué. En serio. No tengo ni idea. Pero la primera visión fue cautivadora. Transmitía un magnetismo increíble. Hasta ahora no me había dado cuenta, que ni tan siquiera se me alcanzó echar unas fotos. Y aquí no tengo excusas por la batería de la cámara, ya que me llegó para hacer un par después... También tengo que añadir, que esto va en función de la persona. A casiella, le gustó, pero sin causarle tanto impacto. Ella si que grabó algo en vídeo. Ahí es cuando me veo a mi totalmente ensimismado contemplando el paisaje y soy realmente consciente del tiempo que estuve allí. Ya que en directo me pareció no más de 10 segundos.
Así que importante una vez más. Cuidado con los consejos. Quizás lo que me guste a mi pueda no gustar tanto a los demás. Tomarlos con perspectiva y con criterio.
Hola.
En unos días salimos hacia Nueva Zelanda y tu diario, junto con otros diarios y toda la información del foro, nos ha ayudado mucho a planificar nuestro viaje. Enhorabuena por tu diario y gracias por compartirlo!!!
filistru, hace mucho que escribí mi diario y me alegro que todavía siga ayudando a gente para preparar sus viajes. Ya no tengo tiempo de pasarme por el foro, así que el diario es mi legado para que otros puedan conocer un poco más de ese lugar al que van a ir de viaje. Si viajas ahora, vas en verano, así que podrás comparar con lo que viví yo, ya que mi viaje fue en invierno. Habrá muchas cosas que se parecerán, otras en cambio serán completamente distintas. Solo un consejo, Enjoy New Zealand.
Hola Casillo, te quería felicitar por el pedazo de diario que te has currado, nos has ayudado un montón para nuestro viaje del próximo agosto a Nueva Zelanda, hay que ver que bien redactado está e incluso me he echado unas buenas risas con el famoso "wauchu wauchu", alguna de éstas tendremos nosotros también.... je je je.
Quería preguntarte que como fuiste en las mismas fechas que nosotros si tuvisteis problemas de disponibilidad en alguna zona de camping en concreto o podemos reservar al momento de llegar, veo gente que también reservava en un I site el día anterior....
Gracias
Un saludo
Hola Luis. No vas a tener ningún problema con los campings. Al ser invierno hay muchos menos turistas. El único lugar en el que había mucha gente en el camping, y aún así no tuvimos problemas problemas, fue en Queenston ya que era fin de semana y estaba lleno de esquiadores. En cuanto a actividades el problema os lo va a presentar el tiempo que os haga. Por ejemplo nosotros no pudimos volar en helicóptero en los glaciares, o tuvimos que modificar nuestra ruta ya que Milford road estuvo 11 días cortada. Suerte. Y sobre todo, Enjoy New Zealand.
Kia Ora, NUEVA ZELANDAExtraordinario viaje de luna de miel de tres semanas de duración, recorriendo la Isla Sur y Norte por nuestra cuenta en coche de alquiler.⭐ Puntos 4.88 (33 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 406
NUEVA ZELANDA: NAVIDADES EN LAS ANTÍPODASRelato de nuestro viaje de tres semanas en coche por ambas islas, visitando...⭐ Puntos 5.00 (17 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 239
Foro Oceanía: Foro de viajes a Oceanía: Australia, Nueva Zelanda, Polinesia. Sidney, Melbourne, Tasmania, Queensland. Nueva Zelanda: Isla del Norte y del Sur.
Buenas a todos. Estamos acabando de planificar nuestro viaje a Nueva Zelanda este agosto y tenemos algunas dudas. De momento tenemos planificada la ruta por la isla norte y en breve acabaremos la ruta por la isla sur.
Nuestra idea es estar del día 6 de agosto al 13 en la isla norte y del 13 al 24 en la isla sur, el día 24 tomar un avión de Christchurch a Auckland pq el día 27 a primera hora tenemos que tomar el avión de vuelta a casa. Haríamos toda la ruta en coche de alquiler y cruzaríamos en ferry de Wellington a Picton el día 13 por la mañana. Nuestra ruta seria esta... Leer más ...
Hola. En Cathedral Cove está cerrado el acceso a pie pero hay tours que te llevan en barco.
Curioso que vayas a Taranaki en lugar de Tongariro, es poco habitual pero muy buena elección si no os planteáis el crossing. Si tienes suerte y el volcán está nevado y te hace buen día, las vistas son espectaculares, y las Three Sisters son super bonitas.
El día 10: Taranaki Falls está en Tongariro, no en Taupo. Yo no dedicaría un día entero a Taupo, y de hecho tal y como tienes planteada la ruta, yendo de Rotorua a Waitomo, yo me saltaría Taupo. Te suma bastantes km y no te va a aportar... Leer más ...
“La gente salió volando”: qué pasó dentro del avión de Latam que viajaba desde Sidney a Santiago de Chile y perdió altitud de golpe
Los pasajeros explicaron que el aparato, un Boeing 787-9 Dreamliner, sobrevolaba el mar de Tasmania cuando ocurrió el incidente.
Las personas que no tenían el cinturón golpearon contra el techo: “Parecía ‘El Exorcista’”, aseguró un testigo.
Hay un herido grave!
Doce pasajeros de un vuelo de la compañía LATAM procedente de Sydney fueron hospitalizados el lunes en Nueva Zelanda después de que su avión, con destino a Chile vía Auckland, registrara “un incidente técnico” que causó una fuerte sacudida y propulsó a las personas hacia el techo.
Los pasajeros explicaron a la prensa local que el aparato, un Boeing 787 Dreamliner, perdió altitud rápidamente cuando sobrevolaba el mar de Tasmania y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
“La gente salió volando porque no llevaban sus cinturones”, declaró un pasajero, identificado como Jacinto, a la radio pública neozelandesa RNZ.
“Algunas personas quedaron bastante heridas. La gente tuvo realmente miedo”, dijo este hombre, con voz temblorosa.
Otra pasajera, Valentina, dijo que el avión “simplemente se detuvo” a unos 50 minutos de Auckland.
“La gente volaba de un lado a otro y todo daba mucho miedo”
“No hubo ninguna turbulencia previa, estuvimos volando suavemente durante todo el trayecto”, dijo Jokat.
“Me había quedado dormido y, por suerte, llevaba puesto el cinturón de seguridad, y de repente el avión se desplomó”.
Nota a pie de página: Me he tomado la libertad de incluir esta noticias en varios foros, pues son reiteradas las situaciones de este tipo y con heridos debido a la falta de uso del "cinturón de seguridad"
Es hoy, más imprescindible que nunca, tener SIEMPRE: El Cinturón de Seguridad abrochado y ajustado correctamente.
Desde antes del inicio del "taxi" [carreteo] inicial, hasta que el equipo se "detenga" en la ubicación correspondiente.
Últimos comentarios al diario Viaje a Nueva Zelanda, La Tierra Media - Edición Xº aniversario
filistru 16/02/2016 10:38
📚 Diarios de filistru 
casillo 20/02/2016 12:03
📚 Diarios de casillo 
Escapadas y rutas por la Nueva Zelanda menos conocida
Hace tiempo que me ronda la cabeza hacer un diario sobre las escapadas y...
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Kia Ora, NUEVA ZELANDA
Extraordinario viaje de luna de miel de tres semanas de duración, recorriendo la Isla Sur y Norte por nuestra cuenta en coche de alquiler.
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NUEVA ZELANDA EN AUTOCARAVANA. UN VIAJE DE ENSUEÑO
Un mes recorriendo Nueva Zelanda en Autocaravana. Segunda parte de nuestro...
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NUEVA ZELANDA: NAVIDADES EN LAS ANTÍPODAS
Relato de nuestro viaje de tres semanas en coche por ambas islas, visitando...
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NUEVA ZELANDA. POR LA TIERRA DE LA LARGA NUBE BLANCA
Viaje de ensueño recorriendo la Isla Norte (5 dias) y la Isla Sur (16 días...
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Tema: Viajar a Nueva Zelanda
Foro Oceanía: Foro de viajes a Oceanía: Australia, Nueva Zelanda, Polinesia. Sidney, Melbourne, Tasmania, Queensland. Nueva Zelanda: Isla del Norte y del Sur.
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