Tras desayunar le damos un manguerazo a la camper, que falta le hace.
Frente al camping, hay unos aparcamientos que bordean el lago. Como esta noche no tenemos intención de regresar aquí, dejamos la camper allí aparcada y esperamos a que nos vengan a buscar para realizar el crucero por el segundo fiordo más conocido de la zona.
Cuando vienes a esta zona y te planteas visitar los fiordos, comienza la eterna pregunta, Doubtful o Milford. El segundo es el que se suele llevar el gato al agua casi siempre. Pero los que visitan el primero, regresan encantados.
Bueno, como andamos bien de días, hemos decidido visitar los dos. Como el Milford está cerrado y la carretera la abren mañana, hoy lo vamos a dedicar a visitar este fiordo.
Tenemos reservada la plaza desde hace un par de días, ya que al estar cortada la carretera que conduce a Milford, todos los que vienen aquí optan por visitar el Doubtful, así que las plazas están limitadas.
A las 8:45 pasa un pequeño autobús a recogernos. La señora que conduce el bus, se baja y comprueba nuestros nombres en su lista. Subimos y vemos a tres pasajeros. Una pareja en un asiento y un tío solo en otro.
‘Morning’ digo, y todos me responden educadamente…
Me siento con la mosca detrás de la oreja. No sé… hay algo raro en el acento de esta gente.
Ellos han pensado lo mismo de nosotros.
Nos quedamos todos mirándonos un segundo.
‘¿Españoles?’ ‘No jodas quillo. Mira que me ha parecido por el acento’.
Así conocemos a Eugenio, sevillano, que anda solo recorriendo el país. La pareja, Sandra y Christian, barceloneses.
Nos liamos a hablar, mientras el bus va recogiendo al resto de pasajeros.
Ponemos rumbo a Manapouri, lugar donde comienza la excursión. Mientras nos vamos poniendo al corriente de nuestras vivencias a lo largo del viaje, el bus nos deja en el embarcadero, donde pillaremos un pequeño barco.
Sandra y Christian, llevan ya 3 semanas por aquí. Comenzaron desde la isla norte, subieron hasta Cape Reinga y luego han bajado cruzando por mitad de la isla norte. Saltaron a la sur y tras hacer una escapada a Kaikoura, han bajado por la West Coast, hasta Te Anau. Ellos tampoco han tenido suerte con los glaciares. Después de estar aquí, bajarán hasta Bluff y de allí subirán a Christchurch desde donde partirán, en cuatro días, de regreso a Barcelona. Hablan maravillas de su recorrido. Compruebo, que a todos nos sucede lo mismo.
El caso de Eugenio es un poco diferente al del resto. Nosotros, nos planteamos el viaje, con más o menos antelación, y nos preparamos el viaje buscando información por aquí y por allí. Él en cambio, el día que pilló las vaciones, viendo que tenía por delante más de un mes seguido, pensó a ver donde podía ir. Y surgió Nueva Zelanda, todavía no sabe cómo. Se pilló un billete de avión para la semana siguiente y la Lonely Planet del país. Y de esta rápida forma se presentó en Auckland. Su forma de viajar es un poco a saltos en función de lo que le parece interesante de la guía y lo que le comenta la gente con la que se cruza. Estuvo 2 días en la ciudad. Y luego pilló el tren que une Auckland con Wellington. Hizo escala a mitad de camino para hacer el Tongariro Alpine Crossing. ‘Joder, que cabrón’ espeté en el momento. ‘Pudiste hacerlo. Nosotros lo intentamos hacer, pero no hubo manera’. ‘Bueno, había bastante hielo en la zona alta, pero pudimos hacerlo’. Desde allí casi sin descansar cruzó a la isla sur. En Picton alquiló un coche y tras hacer kayac en Abel Tasman, pasó por los glaciares, donde tampoco pudo hacer nada y llegó a Te Anau.
Es al que más tiempo le queda de recorrer el país. Lleva apenas una semana por aquí. Y bueno, como no tiene muy claro que rumbo seguir, le damos nuestras opiniones de los lugares por los que hemos pasado. Le digo, que puede ir hacia los Catlins y subir por el Aoraki hasta llegar a Christchurch. Desde allí, hacer escapadas a Kaikoura y Akaroa.
Mientras seguimos hablando, el viaje continúa.

Lago Manapouri con las Kepler Mountains de fondo
Atravesamos el lago Manapouri y llegamos a la otra parte. Aquí hay una carretera de grava que se interna en las montañas, buscando el comienzo del West Arm, el punto desde el que salen los cruceros del Doubtful Sound. A mitad de recorrido, visitamos una central hidroeléctrica que está metida bajo la montaña. Aquí se dio el primer movimiento fuerte ecologísta, y fue una de las bases que hicieron que los neozelandeses tengan una alta concienciación del medio ambiente.
En los 70’s querían hacer un central hidroeléctrica, y se plantearon recrecer el lago un buen puñado de metros. Esto supondría, dejar bajo el agua una amplia zona de bosques y de alta concentración de especies animales. En ese momento, comenzó un movimiento de protestas ante esta idea. Recogieron una enorme cantidad de firmas, haciendo que el gobierno hiciese un referendum a nivel nacional para ver que opinaba la gente. A esto hay que añadir, que tres cuartas partes de la población de Nueva Zelanda vive en la isla Norte, por lo que les queda un poco lejos esta zona. Ante esto, aquellos governantes creían que iba a ser un paseo… Pero se equivocaron. Aquí, en el primer país del mundo, en el que la mujer tuvo derecho al voto, el pueblo habló. Hubo una altísima participación, del orden del 95% de la población mayor de 18 años votó. Y el resultado… el 90% de los votantes se oponían al recrecimiento del lago. Fue algo inaudito, que caló muy hondo en la concienciación medioambiental del país. De ahí, que guarden su naturaleza como oro en paño. Claro, con el paso del tiempo, ahora mismo, venden esa misma naturaleza como reclamo turístico. Ya que hay pocos lugares del mundo, que siendo más o menos desarrollados, tengan zonas casi vírgenes.
Bueno, el hecho es que tras aquella negativa, los ingenieros idearon una alternativa, que era perforar unos túneles en la montaña para conectar el Lago Manapouri con Deep Cove, dentro del Doubtful Sound. Y crearon una de las mayores obras de la ingeniería mundial.
Entras por un tunel de 2 km de longitud que baja en espiral y visitas las salas centrales de la central.
Para mí, perféctamente prescindible. Pero bueno, como viene en el paquete, no puedes evitar realizar la visita.

Sala principal de la central hidroeléctrica de Manapouri
Continiuamos ascendiendo por el Wilmot Pass. Nos paran por el camino, desde donde podemos ver el comienzo del fiordo.
Finalmente llegamos al embarcadero. Y una nube de sandflies nos recibe con alegre alborozo. Raudo y veloz como el rayo, Eugenio, saca su repelente y nos embadurnamos todos con él. Sandra y Christian todavía no conocen a estas inseparables amigas. Pero eugenio, ya va marcado, y eso que solo lleva un día por aquí. De hecho, tiene el picotazo más evidente, ya que tiene un habón grande y rojo en todo el pómulo, que le deforma un poco la cara… pero que poco se va desinflando.
Nos montamos en otro barco, y comienza el auténtico crucero por el Doubtful. Realmente de toda la excursión al Doubtful. Solamente 3 horas son de navegación por el fiordo. El resto son la aproximación y el regreso a Manapouri.
Este fiordo, como notas diferenciadoras de su primo, es más ancho, mas profundo, mas largo, mas extenso. Todo esto, es lo más. En lo menos, tiene menos gente, aquí solamente operan dos compañías, y solo hay dos excursiones al día. Bueno, con el buen tiempo, hay una tercera opción que es la de pasar una noche anclado en el fiordo en un barco.
El crucero, nos lleva hasta la salida al mar de Tasman. Allí vemos una roca llena de lobos marinos.
Durante el viaje, vemos una zona en la ladera de la montaña limpia de árboles. Todas las montañas que circundan este fiordo están cubiertas de bosques. Se ven cascadas por aquí y por allá. Pero esta marca nos sorprende. Es como una cicatriz que surca verticalmente esta montaña.
Como respondiendo a mis pensamientos, el guia explica, que el terremoto que se experimentó 4 semanas atrás, y que tuvo a la Isla en prealerta por Tsunamis, fue el que originó esta marca.

Movimiento de tierras provocado por el terremoto
Regresamos y de repente, se interna en uno de los brazos del fiordo.
Apaga los motores.
Pide que todos nos callemos.
Al ser un barco pequeño (no vamos más de 30 personas), no cuesta mucho que la gente haga caso.
A decir verdad, estamos de suerte, ya que en la terraza del barco, solamente nos encontramos 3 ó 4 personas.
Guardamos silencio.
Me acerco a la barandilla.
Me aíslo del resto.
Dejo bagar mi mirada por el paisaje que nos rodea.
Un mar en calma, rodeado de verdes montañas, con nubes bajas…
Inspiro…
Cierro los ojos…
Y sucede.
Siento una paz y una relajación enormes. Me siento minúsculo en medio de tanta belleza.

Doubtful Sound
‘Thank you’ dice el guia, y arranca de nuevo los motores.
Se ha roto el hechizo… pero ha sido espectacular.
Regresamos al embarcadero. Volvemos a cruzar el Wilmot Pass. Llegamos al embarcadero en el Lago. Regresamos de nuevo surcando este lago y nos despedimos de nuestros compañeros de viaje durante esta jornada.
Tras tanto día sin oir hablar en español, ha sido muy agradable poder entender lo que te están contando.
Además, esta gente ha sido super maja, la verdad que ha sido una excursión muy agradable.
‘Bueno tios, ha sido todo un lujo compartir con vosotros este crucero’.
‘Lo mismo digo, quillo, y gracias por los consejos para el viaje. Finalmente enfilaré para Los Catlins’.
‘Bueno, nosotros bajaremos hasta Bluff y de ahí para arriba, pero creo que tendremos que pasar de esta zona de Los Catlins’.
‘Bueno, vayáis donde vayáis, sólo un consejo que nos dieron ayer mismo… Enjoy New Zealand’.
*** NOTAS X ANIVERSARIO ***
Noto un par de detalles que veo que faltan en el diario, pero no he querido retocarlo y las colocaré aquí.
Mira que es difícil encontrarte con un español por allí. Pues con dos ni te cuento
.En la etapa donde hicimos la reserva comenté que daban la posibilidad de reservar también la comida para la excursión, que por cierto otro dato que tampoco he comentado, dura todo el día. Pues bien, nosotros por aquello de probar la gastronomía neozelandesa la reservamos
Bueno, hecho este apunte, como imagino que seguirán ofreciendo esta alternativa, avisados quedáis. Añadir que de las 30 personas que íbamos allí, fuimos los únicos que pillamos esa comida... vaya par de pringaos
Otro detalle. Hay una discusión bastante extendida sobre si Doubtful aparece o no en la secuencia final de El Retorno del Rey... y he de decir que no. La imagen que se ve en la peli es generada por ordenador. Quizás se pudieron basar en alguno de los brazos del fiordo, no lo sé, pero desde luego, no se grabó allí.
Y por último, las impresionantes vistas del regreso, que bien se merecen una foto.
