![]() ![]() Irlanda en Septiembre ✏️ Blogs of Ireland
Este es el recorrido que realicé durante nueve días por una parte de Irlanda, por nueve condados.Author: Vetonia Input Date: ⭐ Points: 4 (9 Votes) Index for Blog: Irlanda en Septiembre
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Madrid-Dublín, con Ryanair, salida a las 18h30 (42 €). Ha sido mi primer vuelo con esta compañía y enseguida te das cuenta de que estás volando en una de las de bajo coste, las revistas son prestadas, los asientos sin numerar, cada uno se sienta donde quiere, los espacios mínimos (yo tuve la suerte de coger un asiento junto a una de las salidas de emergencia y allí sí se pueden estirar las piernas), pero salió casi a su hora y, por supuesto sin incidentes.
Al llegar al aeropuerto tomé el Aircoach, el autobús que tenía previsto utilizar para llegar hasta mi destino para esa noche: El Trinity Collegge, donde tenía reservada habitación para dos días (139,20€). Casi me dejan en tierra (después de haber pagado los 7 eurazos) por entretenerme a fumar un pitillo. La sensación es un poco como de gitaneo, como si se tratara de algo casi ilegal, en paralelo a los servicios de transporte público convencionales, pero el autobús es grande y nuevo. Sólo tuve que pasar una parada (O´Connell Street) y ya me encontraba a las mismas puertas de mi destino. Durante el trayecto observé, asombrada, que las casas a los lados de la calle, en su mayoría de dos alturas, no tenían rejas en las ventanas de la planta baja, tan sólo el cristal y los visillos separan el hogar de los dublineses de la calle. Viniendo de España, donde en cualquier unifamiliar, planta baja e incluso primeros, urbanos o rurales, las rejas son imprescindibles para garantizar, al menos en parte, la seguridad, me pareció una muestra extraordinaria de confianza. En recepción me atendió una chica muy amable, que hablaba español, junto con otra viajera (de apellido Fernández) que llegó conmigo. Juntas nos fuimos, mapa en mano, a la búsqueda de nuestras respectivas “casas”. El alojamiento en el Trinity era justo como me lo imaginaba: un miniapartamento de estudiante, encima de dos tramos de escaleras estrechas y ajadas, pero limpio, con un pequeño cuarto de baño con ducha, cama nido, mesa de estudio y butaca con mesita. Por supuesto, no faltaban los sempiternos útiles para tomar el té. En el rellano estaba el cuartito de la lavadora, con microondas y los ingredientes para preparar infusiones. Desde el primer momento, la situación del alojamiento se manifestó como un verdadero acierto. Ya la primera noche salí a buscar la cena y me encontré inmersa en el ambiente de Temple Bar. No llovía y pude disfrutar de un paseo muy agradable, fotografiando el puente Ha´penny iluminado y tomando mi primera Guiness, en Farrington´s, escuchando a un chaval que tocaba la guitarra y cantaba temas de Neil Young. ![]() ![]() Journeys 1 to 3, Total 10
Arrastré mi maleta hasta la calle Lombart donde tenía que recoger el utilitario que tenía reservado para una semana, me asignaron un Toyota Yaris nuevecito, con 20.000 kilómetros (Dollar Thrifty, 285,25 € a todo riesgo) y salí de Dublín, hacia el norte. Conducir por la izquierda, con el volante a la derecha sólo me pareció un poquito más complicado que coger cualquier coche al que uno no está acostumbrado.
![]() Entré en el Condado de Meaht y visité las tumbas de Newgrange y Knoth, donde el río Boinne me mostró la cara de Irlanda más parecida a nuestra Galicia interior. El área del Brú na Bóinne, entre nubes y claros y las propias tumbas constituyeron una visita que me llevó toda la mañana, ¡qué no se encontraría si buscásemos bajo cada protuberancia del terreno en Irlanda! La sensación que tuve es que apenas podía ver la punta del iceberg de lo que un día fue el mundo tal y como lo vivían las sociedades de hace unos miles de años. ![]() ![]() ![]() ![]() Journeys 1 to 3, Total 10
Desayuno en el comedor del pub y segundo cafetito en el maravilloso patio, planificando la ruta del día, aunque me apetecía dar una vuelta de día por este pueblín (menos de 1.500 habitantes. La vista nocturna del castillo de Trim me había parecido extraordinaria, pero el paseo matinal por el recinto, entre la bruma del río y el ambiente gris de un día lluvioso le dio un punto de medievo, transmitiendo algo de lo duro que debió ser vivir en la época en que la calefacción y la ropa seca siempre de repuesto o la nevera llena no existían. Este es el castillo donde se rodaron algunas escenas de Braveheart.
A las tierras del condado de Meth no me extraña que las consideren como las más fértiles del mundo. Al menos lo parecen. La tierra es muy oscura y el verde profundo de la vegetación dan, al menos, esa imagen de prodigalidad que se atribuye. Me llamaron mucho la atención las granjas a ambos lados de la carretera. Para nosotros, en España (o al menos para los que, como yo, vivimos más bien de forma modesta), este tipo de casas están reservadas para los que pueden permitirse una segunda vivienda de recreo. Las casitas de una planta o, como mucho de dos alturas, transmiten pulcritud y confianza, (ni una reja); a ninguna le falta su jardincito (ya quisieran los patios de nuestras urbanizaciones de adosados!), su buen coche a la puerta, visillos blancos en las ventanas, macetas cuidadosamente elegidas para contrastar y resaltar los colorines de las paredes, de los tejados, de las puertas y ventanas, las vallas, los postes. Aunque detrás o al mismo lado estén los cobertizos del ganado, mucho menos estéticos, claro. Y es que el ganado es muy importante, como en nuestro norte. No he dejado de ver vacas a los lados de ningún tramo de carretera. Hoy tocaba hacer kilómetros y, mapa de michelín en ristre, enfilé hacia el condado de Kilkenny, donde parecían haber quedado todos los autobuses de turistas que en esos días visitaban Irlanda. Alrededor del castillo-palacio todo estaba preparado para los visitantes, pero al menos en los jardines se podía jugar con las ardillas y alejarse un poco del ruido. Llegar por la tarde hasta la Abadía de Jerpoint me compensó de sobra. La torre aparece de repente como a punto de invadir la carretera y fue el primer sitio donde los gritos de los grajos me parecieron oportunos, pájaros negros entre ruinas de piedra y vegetación húmeda y oscura. Además tenían incluso un folletito en español (0,50 €), en el centro de interpretación del Brú na Boinne no lo tenían y tras mirarme como con extrañeza me ofrecieron uno en francés. Me gustan mucho los claustros y éste, visitado casi en soledad, me pareció encantador. ![]() El día iba de abadías porque, buscando un punto desde el que fotografiar la roca desde lejos, me encontré con un prado con vacas presidido por los muros de la Abadía de Hore y no pude resistirme a pasar un poco de miedo entre las sombras de sus piedras cuando ya se estaba poniendo el sol. ![]() ![]() Journeys 1 to 3, Total 10
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