Namaste!! ✏️ Blogs de Nepal

Viaje a Nepal: Namaste!!

Ahí estaba yo, en el aeropuerto de Barajas deseando embarcar rumbo a Qatar para llegar después de una interminable escala a Katmandú. Era la primera vez que viajaba sólo y aunque no tenía miedo de aburrirme, estaba nervioso y ansioso a la vez, pues era un viaje largo y no siempre acierta uno a dormir en el avión, sobre todo dependiendo de la compañía...

Mis temores se confirmaron al comprobar que mis compañeros de fila eran dos niños de unos 4 y 6 años, llorones y maleducados, pero unos buenos cascos y una película aburrida son el mejor somnífero. Después de 6 horas de llantos, gritos, peleas y algún que otro sobresalto en mi sueño, llegué a Qatar. Tras 8 horas de escala en las que no me faltó entretenimiento, embarqué de nuevo hacia Katmandú, esta vez en mejor compañía.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Al llegar a la capital de Nepal, todo mi cansancio y angustia desaparecieron como por arte de magia. ¡Por fin estaba allí! Y es que había deseando tanto este viaje... Desde pequeño soñaba con visitar el país del Himalaya, ver el monte Everest y recorrer alguna ruta de trekking que me llevara un poco más cerca del cielo... Aunque soy un viajero empedernido, nunca me había decidido a ir, pues siempre mis acompañantes se negaban a ir a un sitio tan "aventurero"y por fin decidí lanzarme sólo a la aventura.

Llegar al hotel y ducharme fue todo uno, y una vez descansado y limpio salí a recorrer las calles de Katmandú. Mi hotel, cercano al distrito de Thamel, estaba muy bien situado y rápidamente me encontré en medio del bullicio de la capital, las tiendas, los mercados, los coches que conducen como buenamente pueden (¡no hay ni un sólo semáforo en toda la ciudad!) y una mezcla de olores, colores y gente que me dejó una primera impresión imborrable.

Katmandú está a 1200 m sobre el nivel del mar, y desde allí pude ya observar algunas de las montañas más altas del mundo, aunque difícil identificarlas sin un guía...decidí buscarme un taxistaa través del hotel para que me llevara a los sitios más inaccesibles e imprescindibles como las Stupas de Swyambunath y Bodnath. También le pedí que me llevara a Patán, una de las ciudades imperias, y decidí recorrer por mi cuenta la Durbar Square, patrimonio de la humanidad de la Unesco, por sus maravillosas edificaciones medievales.

La comida y el ambiente local hicieron el resto de mi día, y al atardecer disfruté de un buen plato de noodles y verdura en un restaurante local, todo regado con una espectacular cerveza tibetana...¡delicioso!

Después de la cena, un paseo por Thamel me llevó de vuelta al hotel para descansar unas cuantas horas antes de continuar mi viaje al dia siguiente...

---

5.30 am, y ese sonido tan...grrr! Pero sólo tardé un momento en darme cuenta de donde estaba, y la sonrisa me volvió a la cara. Hoy dejaría Katmandú para viajar a Bhaktapur, la tercera ciudad imperial de Nepal, y también patrimonio de la Unesco.

Antes de continuar, debo mencionar que soy un apasionado del arte y la arquitectura, y es por eso que muchos de mis viajes me han llevado a ciudades y países con un gran patrimonio artístico y cultural, como es el caso de Nepal y el valle de Katmandú.

Bhaktapur es una encantadora ciudad de provincias enclavada en medio del valle desde donde se pueden admirar unas buenas vistas panorámicas del Himalaya desde la terraza de cualquier restaurante y hotel. Recorrer el caso antiguo a pié es una delicia, y aunque se parece un poco al centro de Katmandú, la belleza de los palacios y edificios civiles es inigualable. Por eso, y por estar tan bien conservados, merece la pena pagar las 750 rupias que piden para entrar en la zona monumental, que es además donde se encuentran todos los hoteles, pero yo disfruté durante horas de mi paseo, sin dejar de explorar un poco más allá, en las calles residenciales, donde apenas se ven turistas...

Nepal es un país en el que es muy fácil conectar con la gente local y donde uno, a pesar de viajar sólo no se siente atacado ni molestado. La gente es en general amable y tímida, y si les dedicas una sonrisa es muy probable que te recompensen con una suya.

Por la tarde en la plaza central de Bhaktapur tiene lugar todos los días un mercado de artesanía, ropa y un poco todo lo que puedas imaginar, desde películas piratas de Bollywood a cuencos tibetanos y ropa de montaña. Un batiburrillo de turistas y vendedores ambulantes que bombardean los oídos de los transeúntes con los cantos tibetanos interpretados por monjes, que completaban la atmósfera de calidez e intercambio de la plaza.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Es también en Bhaktapur donde conocí a Minna y Juha, dos viajeros finlandeses con los que hice amistad. Después de dos semanas viajando y haciendo por el reino de Mustang, esta pareja había decidido continuar recorriendo el país hacia el oeste, y me invitaron a unirme a ellos para la siguiente etapa: Pokhara y el Annapurna.

---

Después de la inmersión en el arte y la cultura tradicionales de Nepal, llegó la hora de ir en busca de un poco de aventura. Como yo tenía el viaje reservado con una empresa de viajes de aquí de España, quedé con Minna y Juha directamente en Pokhara. Junto con el resto del grupo fuí en minibús por una carretera imposible, con curvas sin visibilidad, precipicios a un lado, paredes de piedra verticales a otro... Nuestro conductor, Novin, me dejó realmente impresionado por su gran capacidad de concentración y su habilidad al volante en una carretera en la que se circulaba a base de toques de bocina y guiños de faros...
*** Imagen borrada de Tinypic ***

Tras el impresionante trayecto, el grupo y yo llegamos por fin a Pokhara, en la base de los Annapurna. Pokhara me dió rápidamente una sensación de paz y espiritualidad que no había encontrado en Katmandú ni Bhaktapur. A pesar de que aquí también había bastantes turistas, la ciudad y el lago son un conjunto bien armonizado, en el que uno se siente de verdad de vacaciones. Nos alojamos en una de las pensiones en una calle cerca de la "avenida" principal y después me encontré con Juha y Minna para ir a recorrer la ciudad.

Pokhara no tiene mucho que ver, desde el punto de vista "turístico". No hay vistosos templos ni edificios muy antiguos que merezca la pena visitar, pero sí es un excelente primer contacto con la naturaleza y la montaña. Aquí fuimos a visitar la cascada del río Seti, que tras el paso de los siglos ha excavado una curiosa garganta en la piedra, y también nos acercamos hasta el lago, donde nos dimos un relajante paseo en barca, mientras discutíamos los detalles del día siguiente...

---