Noruega II ✏️ Blogs de Noruega

En el día de hoy tenemos que hacer el camino desde Sogndal hacia Stryn, donde tenemos nuestro alojamiento.
Nos alojamos en una cabaña de un camping de Stryn muy comentado por este foro. El camping está bastante bien, aunque debo decir que todos los campings de la zona tienen muy buena pinta.

Comenzamos el día en el lago de Hafslo, nos dirigimos hacia Kaupanger, para visitar su Stavkirke. No es la más espectacular de Noruega, pero es bastante bonita.
En Kaupanger, si vas en verano, recomiendo llegar hasta el fiordo, justo al lado de donde se coge el ferry hay una plataforma para saltar al fiordo que, si hubiera hecho más calor, seguro habríamos utilizado.
Continuamos por la carretera 5 en dirección norte (hacia Skei).
Antes de llegar a ese pueblecito, nos encontraremos unos cuántos túneles, podremos visitar el museo de los glaciares (no es que haya glaciares en el museo, pero desde allí se pueden contemplar a lo lejos algunas lenguas y tienes bastante información sobre el glaciar de Jostedal). Y una vez pasado el museo, a unos pocos kilómetros y justo antes de entrar a un largo túnel, podremos contemplar una espectacular lengua de glaciar (Boyabreen). No hay lugar para detenerse y hacer fotografías, pero sí podemos entrar en un par de caminitos que salen a la derecha de la carretera para poder contemplar esa maravilla.

Antes de llegar a Skei nos encontramos un lago y unos paisajes bastante espectaculares.

En Skei cogemos la E39 en dirección Byrkjelo. Ni que decir tiene que todo el camino de hoy está siendo entre montañas y con una cantidad enorme de cascadas, ni punto de comparación cuando pasamos a finales de septiembre, en junio hay muchísima más agua (lógico, el deshielo).

En Byrkjelo cogemos la carretera de montaña 60, en dirección Utvik.
Este pequeño puerto de montaña nos permite entrar en una zona en la que hay renos. De repente, entre los árboles comenzamos a ver puntos blancos, pero un poco más adelante descubrimos como otros turistas habían parado su vehículo y estaban haciendo a unos renos que tenían a menos de 10 metros (sin inmutarse). Así que pudimos hacer unas cuantas fotos.
Cuando bajamos el puerto comenzamos a ver un nuevo fiordo, el Nordfjord. Las curvas de bajada desde el puerto nos permiten tener unas vistas increíbles.

Una vez la carretera llega a la altura del agua, por una carretera muy estrecha y que estaba en obras, nos dirigimos hacia Stryn, pasando por Loden y Olden (pueblos a los que volveremos para tomar las carreteras a ver más lenguas de glaciar).

Una vez en Stryn, debemos coger dirección Otta hacia nuestro camping, que está a orillas del lago Strynevatnet.
La pequeña cabaña, con nevera, cocina y 4 literas nos cuesta 450 coronas la noche, las duchas, WC, sauna y solarium son comunitarias, pero están muy limpias.
La única pega que le pongo al camping es que el restaurante/bar estaba cerrado, imagino que por ser principios de junio.
El personal increíblemente amable.

Una vez instalados y tras fotografiar el precioso lago que tenemos frente a nuestra ventana, nos montamos en el coche y deshacemos el camino hecho para regresar a Loen. En este pueblo sale una carretera hacia un lago y una lengua de glaciar: Kjendalsbreen
La carretera no te deja demasiado cerca de la lengua, pero las vistas del lago, de las cascadas, las montañas y el glaciar son increíbles.
No hay transporte público que llegue aquí, de hecho, apenas hay unas cuantas granjas cerca de la estrecha carretera. Ésta fue una de esas razones por las que nos alegramos de alquilar coche.
Esta visita es muy muy recomendable.
Además, junto a la carretera, encontramos una granja antigua con muchas casitas de madera con su tejado de hierba. No sé por qué era tan famosa esa granja, pero lo que sí es que era realmente bonita.


Una vez visitado este lago y glaciar, volvemos a Loen y, en lugar de volver hacia Stryn, decidimos visitar Briksdal (a pesar de que ya lo visitamos hace 6 años) para lo cual hay que llegar al pueblo de Olden.
Qué decir de esta visita?
Puedes ver dos lagos que encuentras por el camino, un par de cascadas increíbles, dos lenguas de glaciar, subir hasta casi tocar el hielo en Briksdal, remojarte en su cascada, etc.

Eso sí, la sensación de tristeza fue increíble cuando llegamos al pie de Briksdal, el retroceso en estos 6 años ha sido brutal. La frase más repetida fue: "Luego dicen que no hay cambio climático".


Volvemos a cenar al camping, donde pasaremos dos noches.

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Éste es el único día del viaje en el que tenemos el coche de alquiler y repetimos alojamiento.
Nos levantamos temprano, buscamos algún sitio para tomarnos una café pero el bar del camping está cerrado. La mujer de la recepción nos pregunta si nos puede ayudar y muy amablemente nos sirve un café gratis de su propia cafetera. Cuánta amabilidad de estos noruegos.

Volvemos a la carretera dirección Otta (aunque no lleguemos a esa ciudad). El objetivo es llegar a Geiranger viendo la carretera de montaña.

No lo he comentado, pero las 3 veces que hemos echado gasoil en Noruega el método de pago ha sido distinto. En esta ocasión, antes de entrar en la carretera de montaña (que luego no era para tanto la pendiente, pero eso sí, pueblos ninguno) decidimos rellenar el depósito, en ningún momento necesitamos de la intervención del señor de la gasolinera, puesto que con un ordenador junto al surtidor y con nuestra tarjeta de crédito se hace todo automáticamente.

Continuando por la carretera 15, comenzamos una zona de curvas de herradura. Nos paramos para contemplar el valle, espectacular. Más adelante nos paramos para hacer fotografías en una cascada espectacular que pasa bajo la carretera. No tomamos la carretera 258 que lleva hacia una zona de esquí, sino que continuamos por un túnel en la carretera 15. Es una zona de varios túneles, muy cercanos entre sí, cada vez que salimos de uno la nieve es más abundante, hasta que tras 3 o 4 llegamos a una zona con lagunas congeladas, el paisaje es increíble.


Tomamos la carretera 63 hacia Geiranger. Más lagunas congeladas. Incluso hay un centro de interpretación que está lleno de turistas que han bajado de varios buses. Muchos italianos (luego comprobaremos que vienen de un crucero atracado en Geiranger).

En ese lugar se puede tomar una carretera para subir a un pico (cuyo nombre no recuerdo), sin embargo, nosotros nos dirigimos hacia Geiranger para ver el fiordo. La niebla amenaza, creemos que no vamos a poder hacer el viaje Geiranger-Hellesylt, sin embargo, mientras vamos bajando el puerto, afortunadamente se despeja el cielo y el sol nos visita otra vez.

Bajando hacia Geiranger hay varios miradores desde donde echar fotos. Nos paramos en todos.


En Geiranger hay dos opciones para recorrer el fiordo. Un sightseeing o utilizar el transbordador a Hellesylt.
¿Cuál es la mejor opción?

El turístico te acerca algo más a las cascadas, dura hora y media y no llega hasta Hellesylt, sino que vuelve sin parar. Para consultar los horarios puedes verlo en la página de turismo de Geiranger.
El transbordador va y viene entre estas dos ciudades, parando apenas 10 minutos en cada una. El precio del billete ida y vuelta es parecido al del turístico. Es un barco más grande y el recorrido tarda 1 hora, así que el total sería de 2 horas.

Nosotros cogimos el transbordador, pero simplemente porque nos venía mejor la hora de salida.

Hay que destacar del fiordo las 7 hermanas, un par de granjas prácticamente colgadas de la montaña, una casa a la que le ha caído una enorme roca y ha destrozado la mitad (a ver si la encontráis).

Hellesylt es pequeñito, pero tiene una iglesia blanca muy bonita y una cascada impresionante.

Tras comer al borde del fiordo, subimos por la carretera 63 desde Geiranger hacia Eisdal, donde tomaremos un transbordador hacia el Trollstigen.
Antes, al finalizar la subida por la 63, tenemos una cascada al borde de la carretera y un mirador maravilloso sobre el Geirangerfjord.

En el camino hacia Trollstigen nos encontramos bosques, cascadas, granjas, etc. Al llegar al inicio de la bajada de Trollstigen, donde está el mirador, vemos con pena que está en obras. Las fotos a tomar por...
La cascada allí es altísima y espectacular, pero de la carretera no llegamos a ver ni la mitad de las curvas de herradura.

No bajamos hacia Andalsnes porque se va haciendo tarde.

Volvemos dirección Stranda, pasamos en coche otra vez por Hellesylt, continuamos por la carretera 60 hasta llegar al precioso lago de Hornindals. Ya tarde llegamos a Stryn.
Otro día espectacular.

No lo he comentado, pero para la comida y la cena nos hemos surtido de comida caliente de SPAR y de los lunchables que todavía nos quedan de jamón y salchichón que llevábamos desde Granada.

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En este día íbamos a soltar nuestro vehículo de alquiler. El día se levantó muy lluvioso, así que entre que la zona no es lo más espectacular que hayamos visto y el mal tiempo, no es que tengamos un gran recuerdo.

Salimos temprano de Stryn, pasamos por el lago de Hornindal. Es enorme y precioso, muy recomendable.

Tuvimos que coger dos transbordadores, uno para llegar a Volda y otro a Solavagen.

No nos dio tiempo, pero en la zona de Alesund está el Hjorundfjorden, que merece la pena bastante.

Llegamos a Alesund, el tiempo malísimo y lo peor una niebla increíble. Efectivamente no se ve nada. Si hiciera buen tiempo seguro que la zona es bonita con tantísimas islas y montañitas.

Nos alojamos en el Hi Hostel. No es muy recomendable, pero era el hotel más barato de la zona.
El desayuno está incluido y nos cuesta sobre los 100 euros la habitación con baño privado.
Tiene una pega y es que el checkin es a partir de las 16 horas. Afortunadamente la señora de la limpieza salió a fumarse un cigarro y nos dejó dejar el equipaje en recepción.

Tras esto nos fuimos al aeropuerto a dejar el coche. Buscamos Europcar, lo más sencillo del mundo, simplemente dejar la llave y sin problema. Luego nos mandaron un mail con los peajes por los que habíamos pasado y con la factura total.
Europcar es caro pero mola. Hertz es caro, te engañan con el seguro y encima cualquier arañazo minúsculo te lo cobrarán. NUNCA MÁS ALQUILAREMOS CON HERTZ.

Volvemos en bus al centro de Alesund. El bus fue carísimo para ser apenas 20 minutos de viaje. Sale coincidiendo con la llegada de algún vuelo, así que hay que estar atento.
Nos deja en el centro de Alesund, junto a la oficina de información turística, en el puerto, sin pérdida.

Sobre Alesund hay que destacar el puertecito (aunque no es impresionante) y, sobre todo, una pequeña montañita que hay justo al lado del centro. Nosotros subimos en el coche y desde allí no vimos nada por la niebla. Se puede subir andando, pero hay unas cuantas escaleras, ánimo, porque en las postales que vimos la vista era buenísima.

Alesund no tiene los típicos edificios noruegos de madera, como encuentras en Bergen o en Stavanger, pero tiene unos cuantos edificios modernistas que llaman la atención.

Si queremos hacer alguna visita en Alesund hay que ir tempranito, puesto que la mayoría salen antes de las 10 de la mañana (al faro, a la isla de los pájaros, etc.) Os recomiendo preguntar en la oficina de turismo.

Nos fuimos temprano al hotel a dormir, puesto que hay que coger el bus al aeropuerto a las 5 de la mañana. En el hotel nos preparan un desayuno para llevar (sandwich, zumo y yogurt). Si os pasa esto alguna vez en Escandinavia, pedidlo, siempre lo preparan.

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