Un verano en el Ártico: SVALBARD 78ºN ✏️ Blogs de Noruega9 dias por libre en Svalbard.Autor: Jorlena Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (13 Votos) Índice del Diario: Un verano en el Ártico: SVALBARD 78ºN
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Etapas 1 a 3, total 9
Este viaje a Svalbard es el sueño cumplido que nació hace más de una década en nuestro primer viaje a Noruega.
Hace más de 10 años recorrimos Noruega de Sur a Norte, bordeando con nuestro coche toda la costa, fiordo a fiordo, hasta el Círculo Polar, para acabar en las Islas Lofoten. Y así fue como cumplí el sueño de una niña de pisar la línea del Circulo Polar Ártico. Quedó pendiente Svalbard. Una promesa para volver. Una promesa que hoy ya está cumplida. Svalbard es uno de los lugares más remotos del planeta. Es un archipiélago perteneciente a Noruega, situado en el Alto Ártico entre los paralelos 74º y 81ºN. Un reino virgen, un desierto prístino y helado, con un clima extremo, de escarpadas montañas e infinitos glaciares. De valles de tundra ártica pintados de blanco por la hierba del algodón. Donde habitan más osos polares que personas. Donde también vive el zorro ártico. Donde hay renos gorditos por las calles que no se asustan cuando te acercas. Tierra de ballenas y morsas. De frailecillos a millares. Y de un pájaro con muy mala leche que se lanza a picotearte hasta que te largas de las inmediaciones de donde tiene su nido. A Svalbard lo bañan el Océano Ártico, el Mar de Barents y el Mar de Groenlandia. Hay unos pocos asentamientos habitados. El más grande de ellos es Longyearbyen (78ºN) en la isla de Spitsbergen, a 1338Km del Polo Norte, donde haremos campamento base. Del 20 de Abril al 23 de Agosto el sol nunca se pone. Es un día eterno. La noche Polar empieza el 26 de Octubre y acaba el 15 de febrero. Durante casi 4 meses viven en completa oscuridad. Dicen los lugareños que la mejor época para visitar las islas es en el mes de abril. Porque hay un poco de todo. Nuestro viaje ha durado 9 días. Del 8 al 17 de Agosto. Hemos tenido unas temperaturas que han oscilado entre 3 y 9ºC. Ha llovido poco, más que lluvia era una especie de llovizna. El cielo permanecía nublado casi todo el día, aunque el sol salía tímidamente en bastantes ocasiones. El último día nevó y los picos de las montañas se cubrieron de nieve. Un magnifico lugar para disfrutar del silencio. Bienvenidos al Alto Ártico. Etapas 1 a 3, total 9
Despegamos de Oslo mientras anochece y tras 3 horas aterrizamos en Svalbard de día. Ya desde la ventana del avión vemos las cumbres inhóspitas y heladas del vasto territorio deshabitado.
El pequeño aeropuerto está encajado entre las montañas y el mar. Solo hay una cinta para recoger maletas. Bajas del avión y entras en la nevera. El paisaje se atisba prometedor. Nada más salir del aeropuerto una señal de "peligro osos" nos da la bienvenida. En la calle, a pie del fiordo y junto al mar nos esperan 2 autobuses para recoger a los pasajeros del vuelo y llevarlos a sus hoteles. Subimos y antes de partir pasa con el conductor con datáfono a cobrar. Son 170 NOK (17euros) por persona para ida y vuelta. En apenas 10 minutos nos dejan en el hotel que hemos reservado para los primeros dos días: Gjestehuset 102. Está en Nybyen en la periferia de la ciudad. Es una zona apartada pero preciosa. Mientras nos dirigimos a la entrada vemos a un pequeño zorro ártico paseando por la calle. Son cerca de las 2.00h AM y no hay nadie en recepción. Han dejado las llaves de las habitaciones para los huéspedes en la entrada, pero para nosotros no hay llave. Empezamos bien.... Nos disponemos a llamar, pero el teléfono no da línea. Nos miramos y aparecen los sudores fríos. Al final nos ayuda un cliente del hotel y llama por nosotros. Tardan menos de 5 minutos en venir y finalmente podemos irnos a dormir. El día siguiente lo dedicamos a explorar Longyearbyen a pie por nuestra cuenta. Aquí viven unas 2000 personas. Es la población de más de 1000 habitantes más septentrional del mundo. La zona de Nybyen nos parece ideal. Solo se escucha el ruido del agua y del viento. Y desde nuestra ventana tenemos una vista idílica del valle y de los glaciares. Bajamos por la carretera hasta el centro observando las viejas y destartaladas cabañas de colores, la verde tundra y las flores de algodón. Vemos renos pastando. Más pequeños y gorditos que los de Noruega. Nos acercamos y no se van. Se dejan fotografiar. El colegio está protegido con una gran valla anti-osos. No podemos salir de la zona segura de la ciudad sin un arma o un acompañante armado. Hay varias tiendas de material deportivo de inverno y souvenirs, una Iglesia, un hospital, una farmacia, una Universidad, una biblioteca, una oficina de correos, restaurantes, un gran Supermercado (con sección de comida preparada) y una tienda separada donde se vende el alcohol (donde nos pedirán la tarjeta de embarque para poder comprarlo). También hay un pequeño cementerio en una colina del valle. Pero aquí nadie puede ser enterrado de forma tradicional ya que el permafrost hace salir todo a la superficie. Si vas a descansar aquí debe ser en formato ceniza. En la oficina de información turística se pueden pedir prestadas bicicletas para 3 días. Sin coste. Ni siquiera te piden el pasaporte. Si os alojáis en Nyben es bueno saber que hay una media hora de caminata al centro. Bajar está muy bien pero subir ya no tanto. Y con la bici si no estás muy en forma no llegas...Hay taxis que te suben y cuestan entre 10 y 15 Euros al cambio. Contamos alrededor de una decena de hoteles en el centro. Mucho más caros que en Nyben. Nos sorprende la cantidad de motos de nieve que hay por todos lados, que las casas estén sobre pilotes debido al permafrost y que las tuberías no vayan por dentro de los edificios sino que estén expuestas. De camino hacia el mar nos paramos a fotografiar las casas de colores típicas de todas postales de Svalvard. Al llegar al mar nos empieza a perseguir un pájaro, una especie de gaviota pequeñita. Nos revolotea y nos intenta picar en la cabeza. Me pongo la mochila en la cabeza para poder avanzar y se lanza en plancha a picotearla mientras me da la risa e intento huir. Luego sabremos que el pobre pájaro ha cruzado el globo, desde la Antártida hasta el Ártico para poner un huevo y solo intenta protegerlo. Eso bien vale un buen picotazo Etapas 1 a 3, total 9
El treking de Sarkofagen fue mucho más exigente de lo esperado.
Salimos desde Nybyen, el punto más alto de Longyearbyen y el plan era alcanzar la cima de la montaña que abandera el valle. El grupo de la expedición era bastante variopinto, en edad y preparación física. Gente muy bien equipada y alguno en vaqueros y zapatillas. El guía, que llevaba un fúsil en la mochila, hablaba Español (era un suizo residente en Málaga que venía a trabajar en verano) y pidió voluntarios para cargar con 6 botellas de 2L de agua en termos. Como no habia muchos voluntarios hubo un valiente insensato que se cargó 3 termos. El guia cargó otros 3. Repartió también comida y unos crampones llenos de barro que tuvimos que cargar cada uno en su mochila. Nada mas cruzar la señal de "peligro osos" nos adentramos en el valle para iniciar la ascensión hacia el glaciar que veíamos desde la ventana de nuestra habitación. Al principio del camino vimos un nido de urogallos bebés que aguardaban a que su mamá les trajera la comida. Que monos... todos despeluchados. Cuando llegamos a la base del glaciar nos pusimos los crampones y empezamos la ascensión por el hielo. El glaciar Longyear es estable y sin grietas, mayormente plano por lo que no se necesitan cuerdas. Hay pequeños riachuelos de agua sobre hielo que lo surcan en los extremos. El guía nos dijo que era un glaciar muerto. Que no crecía pero tampoco menguaba. Dijo que en Svalbard tenían glaciares en retroceso pero también había glaciares en progreso (creciendo). Para nuestro gusto el guía iba demasiado rápido y el grupo con capacidades físicas desiguales se estiraba mucho. No se que habría hecho si nos hubiera sorprendido un oso. El paisaje se hace extraño, como de un planeta diferente. Pudimos ver fósiles grabados en piedras de 60 millones de años de antigüedad según nos dijeron. Yo creo que los guardan y cada vez que hacen la excursión hacen ver que los encuentran. Llegado un punto, en lo alto del glaciar, había que cruzar un río para seguir con el ascenso. Y el guía eligió un mal sitio para cruzar, que los primeros casi se van río abajo. El resto encontramos un sitio mejor para cruzar. Y a partir de este punto empieza la verdadera subida. Por una especie de tartera con permafrost. Muy poco estable y un poco resbaladiza. No hay camino. El camino lo hace el caminante al andar. Nos encontramos con otro río, que baja de a saber donde. Y el guía en lugar de cruzarlo nos hace hacer una ascensión alternativa. Yo lo quería matar y no era la única. En la cima nos sorprende una extensa llanura cubierta de tundra, hay unas vistas magnificas de otro glaciar y del valle con Longyearbyen al fondo. Utilizamos agua del termo para preparar la comida deshidratada que nos han dado y bebemos una taza de sirope de arándanos calentita. De postre, cookies. El de los 3 termos vuelve a sonreír como un niño y yo pienso que gente así tendría que haber más en el mundo. Hay otro excursionista que saca un dron y lo hace volar desde lo alto. Y tras unos 20 minutos de descanso empieza el descenso. Sin camino. Dice el guía que el mejor camino va cambiando. Pues muy bien. Unos sufren más que otros. La mayoría de los que iban en cabeza subiendo se empiezan a quedar atrás. Y los buenos "descendedores" tomamos la delantera. La experiencia es un grado. El del dron pasa de su novia que baja con zapatillas muy lenta y a trompicones. Él ya está abajo, tiene que grabar porque tiene un blog y estas fantásticas tomas le van a permitir ganar nuevos seguidores. En el tramo final hay que salvar muchos riachuelos con piedras muy inestables y es muy fácil acabar en el suelo de un resbalón. Finalmente y después de unas 5 horas conseguimos llegar al punto de partida envueltos en barro. Ducha y cena preparada por nosotros en la cocina del hostel. Sopa de sobre y jamón ibérico español que hemos traído en la maleta. Y un cola-cao. Salimos de nuevo al exterior a escuchar el silencio. Es un silencio que no cansa. No nos damos cuenta y ya son las 23.00h. Cerramos las cortinas de la habitación y nos ponemos los antifaces. Mañana cambiamos de hotel y nos vamos en una lancha rápida a ver un frente glaciar que muere en el mar. Etapas 1 a 3, total 9
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