Uganda y Kenia. Agosto 2011 (en construcción) ✏️ Blogs de Kenia

Día 4.

Hoy me levanto fatal. El cambio de hábitos, la comida y el cansancio supongo que me han afectado al estómago y tengo un dolor que no me deja estar de pie.
A las 6, ya estamos listos para salir. Nos esperan más de 9 horas de viaje con destino a Entebbe y luego un avión destino Nairobi.

Hoy viene con nosotros un rastreador de gorilas de Entebbe. Tiene permiso unos días y se va a su casa así que Morgan nos pregunta a ver si nos importa.
Yo no recuerdo mucho del viaje porque iba tan mala que pasé la mayor parte dormida. Solo se que estuvo lloviendo todo el camino.

Paramos a comer en el ecuador, pero muy rápido, porque iban todos bastante preocupados por como estaba y lo único que querían era llegar, por lo menos a Entebbe, (y yo también, claro).
A las 5 de la tarde ya estabamos en Entebbe, en el Airport Guesthouse. En cuanto bajamos del coche, Anne me preparo una jarra de infusión (de no se que planta), que me sentó fenomenal. Me hizo tomarmela entera y la verdad es que se lo agradeci mucho porque entre eso y poder tumbarme un rato en una habitación que nos dejó, puede salir hacia Nairobi con otro cuerpo.
Estuvimos hablando con ella un rato, y la verdad es que es majisima, y se preocupó en todo momento por nosotros. Eso no es facil de encontrar así que os recomiendo este alojamiento sobre todo, por encontrarnos como en casa.
A eso de las 9 nos fuimos al aeropuerto de Entebbe a coger un avión destino Nairobi. Nos vamos con pena de no pasar mas días en Uganda. Lo que hemos visto nos ha encantado así que volveremos.

Llegamos a Nairobi y nos espera un taxista de Kweza Bed and Breakfast, el alojamiento que hemos reservado. Mas o menos a mitad de camino el taxista nos pregunta si queremos ir a un supermercado. Al decirle que no, insiste varias veces mas, y como no queremos parar en ninguno, acaba por decirnos que él sí tiene que comprar cosas y ni corto ni perezoso entra en un parking. En ese momento, nosotros que ibamos bastante preocupados por la seguridad en Nairobi, empezamos a ponernos un poquito tensos. Pero claro, tampoco queremos empezar con mal pie, así que de momento estamos a la espectativa.
Entramos en el parking, para el coche y nos dice que va a comprar unas cosas. Antes de que nos de tiempo a reaccionar nos encontramos encerrados dentro del coche (se ha llevado las llaves), y solos en un parking. Eso si, se ha dignado a bajar un porquito las ventanillas para que nos entre aire.... Pablo está que trina, y yo parecida.

El taxista vuelve a los 15 minutos con una bolsa llena de comida (no tendría nada en la nevera...), y reanudamos el camino al B&B. Al llegar, me pide que le pague. Me niego a pagarle ya que el taxi lo he contratado con el alojamiento, así que ya arreglare cuentas con ellos.
Por fin en la habitación. Lo que es la habitación no está mal, aunque está en un sótano y en cuanto a la ubicación no nos dala sensación de que sea una zona muy segura, pero bueno, nos moveremos en taxi y únicamente vamos a estar un día...

Día 5.

Hoy es nuestro único día en Nairobi, y no empieza muy bien. Teníamos previsto un día de excursiones con un guía que hablase castellano. Lo teniamos contratado desde España, y pagado que es peor, pero cual es nuestra sorpresa cuando a las 8 de la mañana no aparece nadie. Llamamos al contacto que tenemos y nos dice que nos envía a alguien en un rato. Me dice que no puede ser un guía que hable en castellano porque ha habido un contratiempo y no tenían prevista nuestra llegada...(???)
En fin, ahí empieza un cúmulo de malentendidos que terminará con una mala experiencia con esa agencia.
A eso de las 10 llega un taxista que nos va a llevar al orfanato de elefantes, a Langata a ver las jirafas, y a Karen.
Lo primero que hacemos es ir al orfanato de elefantes David Sheldrick Wildlife Trust. He leido que la hora de visita es a las 11, que es cuando sacan a los elefantes durante una hora para que los turistas podamos verlos como juegan, se bañan, les dan de comer... así que es nuestro primer destino de la mañana.
No nos defrauda. Aunque llegamos tarde, porque está en las afueras de Nairobi, nos da tiempo a ver un grupo de crias de elefante jugando entre ellas. Los cuidadores nos explican que la mayoría de estas crías estaban enfermas, o solas porque habían matado a sus madres, o perdidas. Ellos las rescatan y las cuidan en estas instalaciones.




Es muy emocionante. Teniendo en cuenta que lo que nos ha movido a venir a Kenia, son precisamente los animales, es increible encontrarte de repente con un elefante al que puedes tocar si estiras un poco la mano...
En un momento, se ponen a jugar entre todos tumbandose unos encima de otros y dandose con la trompa, lo que provocó las risas de todos los que estabamos alrededor.


Al salir nos quedamos un poco rezagados y enseguida viene uno de los cuidadores a decirnos que tenemos que irnos porque van a volver a sacar a los elefantes para una visita privada. Nos dice que es necesario reservarlo con antelación, pagando por supuesto, aunque no nos dijo cuanto, y es posible darles el biberon, jugar con ellos...

No pudimos resistirnos a apadrinar un elefante y a falta de uno apadrinamos dos, uno nosotros y otro para mi hermana. Un regalo original y además nos vamos con la sensación de estar contribuyendo en algo bueno.

Salimos de allí y vamos directamente a Langata, el centro de protección de jirafas de Rothschild. Este ha sido uno de los momentos mas divertidos de todo el viaje. Además de ver a las jirafas desde una plataforma, es posible darles de comer, asi que las risas están aseguradas!
Incluso hay mucha gente que se pone la comida en la boca para que las jirafas se la quiten con la lengua!! A mi personalmente, eso me pareció demasiado, una cosa es tener babas de jirafa en la mano y otra muy distinta que te chupe la cara!




Después de relajarnos un rato dando de comer a las jirafas y echando unas risas, nos vamos a comer a Karen Blixen Coffee Garden. Menudos jardines. Es un sitio precioso, y el restaurante es buenísimo, o por lo menos eso nos pareció. Comimos pescado, verduras, carne, postre, cafe... y nos hubiesemos quedado alli toda la tarde de lo a gusto que estabamos.

A eso de las 16.30, viene a buscarnos otro taxista, porque el primero pretendía llevarnos al hotel a la hora de comer y terminar ahi nuestro "día de excursiónes". Al final le explicamos que hemos pagado por un día entero y quedamos en que nos envia a un compañero después de comer. Y ese es Peter. Es un chico que a pesar de estar con nosotros solo una tarde, nos da una sensación de llevar con él días. En todo momento explicandonos cosas, en conversación, proponiéndonos lugares a visitar... Y lo mas curioso y extraño, sin pedir nada a cambio (si a alguien le interesa tengo su teléfono).
Con él vamos a ver la casa de Karen Blixen (Memorias de África). Conservan muebles originales de la casa, entre ellos el reloj de cuco y el gramófono y muchas fotos de Karen. Es curioso como idealizamos las películas (al menos yo). Pensaba encontrarme con un Varón Blixen mas bien feucho, y un Denys Finch-Hatton guapisimo (estilo Robert Reford), y resulta que es al reves! (bueno, tampoco exactamente, pero desde luego nada parecido a lo que me imaginaba...).

Nos damos cuenta que es muy tarde, y tenemos una reserva para el Carnivore a las 19.30 (o eso creíamos...). Vamos directos al B&B a pegarnos una ducha rápida mientras Peter nos espera en la puerta.
Y empezamos a sufrir el tráfico de Nairobi... madre mía! hora y media nos costó llegar al Carnivore... Y por si fuera poco, al llegar, nos dicen que no tenemos ninguna reserva hecha! De todas formas nos dan una mesa porque nos dicen que sólo somos dos y no les ocasiona ningún problema (para problemas, los que va a tener la agencia...). Una vez sentados, nos disponemos a disfrutar de la cena y de las carnes a la parrilla.


Con una salsa para cada tipo de carne...


La banderita nos dura en pie menos de lo que pensabamos. No hacen mas que pasar y pasar con trozos enormes de carne que te parten en el plato (y eso que a mi me hacen un trozo de cada sin especias para cuidar el estómago). Comemos pollo, ternera, cerdo, avestruz, camello y cocodrilo. Este es el menú:


Para rebajar toda esta cantidad de comida, una manzanilla y a dormir, que mañana si que si, empieza e safari...

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Dia 6.

Nos levantamos con ganas... empieza el safari! No tenemos muy claro a que hora vienen a buscarnos porque ayer cuando llamé por teléfono me dijeron a las 7, pero también me enviaron un e-mail y me dijeron que a las 8. Por si acaso, nos levantamos prontito y vamos a desayunar. Al final, el B&B no ha estado tan mal. La localización no es la mejor, ni la mas segura, pero teniendo en cuenta que no tenemos intención de andar solos por esa zona, ni tan mal. Y la habitación, en un sótano pero la cama muy cómoda, con su mosquitera, y amplia. El desayuno abundante, y muy variado. El día anterior se puede elegir lo que se quiere desayunar, y o bien lo llevan a la habitación o se toma en la terraza viendo Nairobi. Para un par de días en los que solo se va a dormir, es pasable.
A las 7.20 salimos a la calle y alli está Wilson. Es un hombre pequeño, con cara de simpático. Le pregunto a ver si él es el guía, y me contesta que sí. Acto seguido, (ya con un nudo en el estómago), le pregunto si habla castellano (se lo pregunto en inglés porque me huelo la respuesta). Me dice que no con una sonrisa, y yo le digo que nosotros hemos contratado un safari con un guía que hable castellano.
Llama por teléfono a Amos, el "jefe" de la agencia Vessel Africa con la que hemos contratado el safari. No nos enteramos de nada, porque no hablan en inglés, pero nos dice que ha habido un error y que no tienen ningún guía que hable castellano. Dice que Amos está intentando buscar uno, y que podemos esperar a que lo encuentre pero que no sabe cuanto tiempo va a tardar.
Imaginaros que disgusto. En ese momento el viaje de mi vida se tambalea porque los 7 días no van a ser iguales, ni la comunicación entre los tres. Yo me defiendo, pero Pablo no habla nada de inglés, asi que el panorama que se presenta no es muy comodo que digamos.
Lo hablamos un rato y llegamos a la conclusión de que no merece la pena estar esperando no sabemos cuanto. Es mejor salir y ya nos apañaremos como podamos, seguro que es mejor de lo que pensamos. Nos ayuda a tomar esta decisión el hecho de que no hemos pagado el viaje completo. Únicamente hemos pagado el 30% así que luego ya lo arreglaremos con Amos.
Resulta ser una decisión estupenda porque Wilson es un encanto. Lo primero que hace es disculparse por empezar con tan mal pie, y nos propone olvidarlo mientras dure el safari para poder disfrutarlo a tope. Totalmente de acuerdo.
Wilson es kalenjin, y nos cuenta historias sobre los corredores de maraton, (él también entrenaba pero no encontró patrocinador y lo tuvo que dejar), y desde hace 15 años se dedica a hacer safaris con turistas.
Vamos dirección Amboseli, y el Kilimajaro. Tenemos unas 4 horas de camino, y vamos tan emocionados viendo el paisaje y hablando con Wilson, que para cuando nos damos cuenta, estamos en la entrada del parque. De camino al campamento, vemos nuestro primer elefante, que maravilla. Es enorme y se queda allí quieto, mirándonos.



A las 12.30 estamos en el Kibo Safari Camp, el que será nuestro campamento base para estos dos días en Amboseli. La tienda es mejor de lo que nos imaginabamos, está todo limpio y la gente es muy amable. Nos refrescamos un poco y vamos a comer. Es un bufé variado, hay sopas, verduras, carne, pescado... Y después de comer un ratito de relax en los sofas de la terraza para poder respirar profundamente y disfrutar del paisaje, del aire, del olor, del color... de África.



La única pega, por sacar alguna es que está muy nublado y no podemos ver el Kilimajaro.
A las 15.45 nos montamos en el 4x4 beige y salimos en busca de animales. Es genial, están por todas partes, y tan cerca... parece mentira que haya un montón de coches y furgonetas y ellos estén tan tranquilos.
Los elefantes están por decenas, adultos, bebes y de todas las edades. Incluso vemos a dos adultos jugando. Bueno, jugando creiamos nosotros porque Wilson nos aclara que el juego no es tal, y parece que están en plena pelea. Se me pone la piel de gallina al escuchar el sonido que emiten y como chocan los colmillos.



Había muchas crías con mama...




Vemos jirafas, gacelas de Thompson, gacelas de Grant, cebras, hipos, ñus y un montón de aves además de elefantes.


Aqui os pongo un águila pescadora africana y un avestruz.


Y esto, son una garza goliath (me da la sensación de que fuese terciopelo...), y un chacal. A estos me los imaginaba mucho mas grandes de lo que he visto que son en realidad.

Otra de las cosas que nos llama la atención, es que durante el safari hay momentos en que parece que los animales tienen su sitio y nosotros el nuesto, sin peligro de ningún tipo, como si no pudiesemos "mezclarnos", como si fuesemos meros espectadores, pero, de repente, unos animales en el camino o un acercamiento inesperado hacen que nos demos cuenta de que estamos en su terreno, y que somos nosotros los visitantes, los observadores que deben respetar lo que les rodea, y que desde luego merece la pena.





Al llegar al campamento, una ducha calentita, y a reponer fuerzas con la cena. Se empieza a notar el frio así que una sopa sienta de maravilla. Y luego un rato frente al fuego, mirando cientos de estrellas y charlando de nada en particular, mirando las fotos del día, escribiendo cómo ha ido el día...

Día 7

Nos levantamos a las 6 de la mañana porque hemos quedado con Wilson a las 7. Hemos dormido estupendamente aunque ha hecho muchisimo frio. Unas tostadas, huevos revueltos y un poco de fruta, y ya estamos preparados para ir en busca de leones!
Mi ilusión era ver elefantes, y ha sido lo primero que he visto así que todo lo demás va a ser un regalo. De todas formas, ya que estamos, ver leones también me gustaría...
Esta mañana vemos hipopotamos en el río. Están tan ricamente rodeados de aves y de elefantes.


Y por supuesto bufalos


Después de una mañana intensa, nos vamos al campamento y pasamos lo que queda de mañana leyendo tranquilamente fuera de la tienda. Se está estupendamente.
Mi estómago sigue dando guerra así que me limito a comer arroz y pollo que no está la situació como para tener que salir corriendo del coche...
Después de comer volvemos a salir del campamento en busca de los grandes felinos, pero no hay suerte. Damos varias vueltas en una zona en la que esa mañana se han visto leones, pero seguimos sin conseguir ver ninguno.
Volvemos un poco decepcionados aunque se nos pasa pronto al ver imagenes como ésta:


Por la noche después de cenar, un grupo de masai que trabajan en el campamento nos dedican unas danzas alrededor del fuego. Es impresionante como saltan.

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Día 8.

Nos ponemos en marcha después de un completo desayuno, después de nuestra última noche en el Kibo Safari Camp. El día ha amanecido nublado otra vez, así que nos vamos a ir de aquí sin poder ver el Kilimanjaro… Una razón más para volver!
Salimos de Amboseli sobre las 7.30 de la mañana porque nos espera un largo camino hasta nuestro próximo destino; el Lago Nakuru. Mientras cruzamos Amboseli, vemos a lo lejos el Kilimanjaro. No se ve muy nítido porque el día no está despejado, pero nos damos por satisfechos.


Durante el camino, Wilson nos cuenta que esa zona es agrícola y poblada mayoritariamente por Kikuyu, la tribu más numerosa de Kenia.
Paramos en un mirador desde el que vemos la extensión del Valle del Rift. Es un paisaje muy distinto al que hemos visto en Amboseli; mucho más verde y por lo tanto la gente que vive aquí tiene muchas más posibilidades, por lo menos en cuanto a agricultura se refiere, convirtiéndolo en su modo de vida.
De repente paramos el coche en un atasco, y aparece gente corriendo y gritando. Wilson nos traduce, y resulta que han atropellado a una persona más adelante. Al pasar lo vemos allí, hay mucha gente mirando, entre ellos muchos niños. Nos impresiona mucho la escena, no lo tapan ni intentan que nadie se acerque.
Después de ese mal trago, llegamos a Nakuru. Nos quedamos en el Steam Hotel. No es gran cosa; podríamos describirlo como un hotel de carretera. Eso sí tiene piscina (que no podemos probar porque hace bastante mal tiempo). Comemos algo rápido allí mismo, y a las 16.00 salimos hacia el lago. Todavía no lo sabíamos pero va a ser una tarde estupenda.
El parque no tiene nada que ver con Amboseli. Es muy verde con mucha vegetación y muchos árboles, y el lago es enorme. El tiempo no nos acompaña y empieza a llover, pero nos resistimos a marcharnos y en un rato para de llover.
Lo primero que vemos son búfalos. Wilson nos cuenta que son animales con mucha fuerza y muy peligrosos, aunque a simple vista no lo parecen, siempre con un bocado de hierba en la boca…


Y una jirafa comiendo plácidamente.


Un poco más adelante vemos nuestro primer rinoceronte. Es enorme, y hay una cría a su lado. Están un poco lejos, así que decidimos seguir hacia adelante.


Nos dirigimos a la orilla del lago, donde Wilson nos dice que podemos bajarnos. Es toda una aventura bajarnos del coche. No hago más que mirar hacia los lados… Las cebras están muy cerca, y el lago está lleno de flamencos y pelícanos. Estamos un rato paseando por la orilla del lago y seguimos buscando…



A lo lejos vemos una hiena que se acerca al camino. Se va acercando cada vez más, y pasa corriendo a nuestro lado sin dar ninguna importancia a nuestra presencia.


Y de repente, ahí está, tumbado tan ricamente… el rey de la sabana! Son dos machos jóvenes, que están tranquilamente tumbados. Estamos un rato mirándolos y vemos unos rinocerontes al fondo, así que vamos a verlos con la intención de volver luego donde los leones. Poco a poco, los rinocerontes (madre e hijo), se van acercando a la zona donde están los dos leones. Quieren echarlos de ahí! Por un momento parece que no quieren acercarse demasiado. Los leones les miran como diciendo: se acercarán?



Pero no se dan por vencidos, y siguen acosándolos hasta obligarles a moverse. Qué caras de miedo tenían los dos! Bromeamos sobre los “reyes” de la selva… va a resultar que son los rinocerontes! Al final consiguen que se vayan corriendo.





Antílope de agua (Waterback)


Ha sido una tarde muy curiosa, sobre todo por ese duelo “rino-leon”. Volvemos muy emocionados al hotel, y cenamos algo antes de irnos a la cama.

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