Idioma: English Español
Mostrar/Ocultar Blogs / Diarios
Mostrar/Ocultar Fotos / Pics
Blogs 
ARAGÓN, CATALUÑA Y LA PACA DEL 22 DE AGOSTO AL 3 DE SEPTIEMBRE DE 2011

ARAGÓN, CATALUÑA Y LA PACA DEL 22 DE AGOSTO AL 3 DE SEPTIEMBRE DE 2011 ✏️ Blogs de Francia Francia

Mi verano por el norte de España y Sur de Francia
Autor: Platazr  Fecha creación:  Puntos: 3 (1 Votos)
Etapas 4 a 6,  total 15
anterior anterior  1  2  3  4  5  siguiente siguiente

Miércoles, 24 de agosto de 2011

Miércoles, 24 de agosto de 2011


Localización: Francia Francia Fecha creación: 05/05/2012 15:22 Puntos: 0 (0 Votos)
No podemos madrugar. Es imposible después de la paliza de coche de los dos días anteriores. Cuando por fin soy capaz de levantarme, preparo el desayuno. Después mi chico friega, nos arreglamos y a la calle. Nuestro objetivo es Saorge, según mi guía (de la Biblioteca) es un pueblecito precioso. Intentamos llegar evitando los peajes pero el GPS nos dirige directamente a un túnel en obras cerrado y cada vez que nos alejamos nos vuelve a mandar para allá, no queda otra… a pagar 1€ de peaje.
El trayecto por la autopista no aporta nada pero una vez abandonada ésta, las carreteras secundarias nos ofrecen un hermoso paisaje que nos obliga a parar una y otra vez para disfrutarlo. Son carreteras llenas de curvas, que la señales llaman acertadamente “lacetes”, 2 lacetes, 3 lacetes, 4 lacetes… (Podían haber ahorrado poniendo una única señal al principio del todo diciendo 2.000 lacetes), flanqueadas por tranquilos y bellos pueblos, nos paramos en algunos para hacer fotos rápidas… es una pena no disponer de tiempo para poder pasearlos con calma.
Llegamos a Sospel, después de dos horas desde que salimos del hotel. En el mapa, la carretera hasta Saorge se antoja tan larga y enrevesado como lo ha sido hasta ahora, así que decidimos quedarnos en Sospel: aparcamos a este lado del río desde donde vemos las casas que se asoman al mismo en la otra orilla, algunas pintadas con trampantojos, cruzamos el río por su fortificado puente medieval y damos un paseo entre las casas, muchas con curiosos trampantojos que engañan a la vista y nos hacer imaginar lo que no hay. Un callejón formado por dos casas que parecen apoyarse una en la otra. Numerosos hoteles se amontonan en torno al río pero sus terrazas están vacías. Al otro lado del río, las terrazas de los restaurantes nos atraen hasta decidirnos por una pizzería (Le Picoune: 15 Ave Jean Medecin; 06380 Sospel) donde comemos dos apetitosas pizzas y una deliciosa ensalada, helados de postre, todo por 52,50€. Si no pides bebida, te ponen directamente una botella de agua del grifo, cosa muy interesante por lo que más tarde veréis.
Después de la comida nos dirigimos a Mentón, casi en la frontera con Italia. Cuando yo tenía 14 años hice un puzzle de 4.000 piezas de este pueblo y siempre quise verlo en persona. Después de xxx años, mi sueño se ha cumplido.
En las carreteras vemos los primeros súper coches que nos indican en qué zona nos hallamos… no entiendo para qué se compran esos bólidos si la velocidad máxima permitida en Mónaco es de 50 km/h y estas carreteras tan llenas de curvas no permiten una velocidad mucho mayor.
He aguantado bien la somnolencia que me invade cuando subo al coche y no conduzco pero nada más entrar al pueblo pierdo totalmente la conciencia durante unos minutos. Ascendemos por las colinas sobre las que se asienta en pueblo, tratando de encontrar aparcamiento gratuito y terminamos llegando al cementerio en cuya puerta hay un sitio con la matrícula de nuestro coche escrita en él y un mirador que se asoma sobre el puerto, la playa y los tejados del casco antiguo. Otra vez la vista es maravillosa. Una vez embriagados con tanta belleza, seguimos las indicaciones hacia la Basílica de San Miguel Arcángel que, con su imponente torre, domina el paisaje urbano del viejo Mentón. En la plaza que precede a la fachada, un mosaico de piedras, reproduce el escudo de armas de los Grimaldi quienes reinaban en Mentón cuando se construyó la iglesia. Desde esta misma iglesia unas vertiginosas escaleras descienden directamente a la playa, iniciamos el camino pero sin llegar abajo, nos escabullimos por una callejuela lateral para pasear por el casco antiguo antes de llegar al mar. Nos dejamos engañar por los trampantojos de un palacete que se cuelga de las escaleras… es perfecto… tanto que en la casa vecina vemos una hornacina con una virgen y nos tenemos que acercar para comprobar si es real o si solo está dibujada… es real.
Llegamos al mar descendiendo entre las callejuelas… ¡cómo me gusta callejear por los cascos antiguos de los pueblos y las ciudades… sobre todo si son peatonales! En una calle paralela al mar, peatonal, se amontonan las tiendas de souvenirs, heladerías, boutiques, restaurantes y bares y turistas a partes iguales. El barullo no tiene nada que ver con la tranquilidad y silencio que se respiraba en la zona alta donde los turistas no se aventuran. Junto a la playa están construyendo “algo” que no somos capaces de adivinar: son como cubos sesenteros que se unen unos a otros, alargándose paralelamente al paseo marítimo. Es curioso cómo la vida en las terrazas de los restaurantes y la gente en la playa se mezcla con lo más cotidiano: una señora se asoma en rulos a su pequeño balcón.
Dudamos si bañarnos o no pero al final no lo hacemos, y ante mis ojos aparece a la imagen que, dividida en 4000 diminutas partes, tuve durante años tan presente primero en el bar que tenían mis padres y más tarde en el salón de mi casa. Me cuelo entre las playas privadas para hacer la fotografía desde el mismo punto desde el que estaba hecha aquella que tardé un mes en ensamblar.
En Francia es típico que hoteles y restaurantes “se apropien” de trozos de playa y sólo sus clientes puedan acceder. Es algo tan ajeno a la mentalidad española… gracias a la “Ley de Costas” que protege toda la costa española de la privatización… en teoría.
De vuelta al coche, nuestros primeros helados franceses… los dos por 5€… y casi los únicos que tomaremos en la calle porque a partir de ahora los precios de los helados se duplicarán allá donde vayamos. Ahora subimos las escaleras de San Miguel enteritas… y son unas cuántas. Nos asomamos de nuevo al mar desde el mirador… un deleite para los sentidos… todos excepto el olfato, porque los efluvios de fluidos humanos que ascienden nos deciden a marchar.
Hoy toca cena en el hotel, así que paramos en un súper para abastecernos de pan y otras cosillas con las que engañar el estómago.
Como todavía es pronto, hacemos una parada inesperada en Mónaco para tener una primera visión del diminuto país de los Grimaldi. Aunque parezca que sea de juguete, hasta el GPS lo considera un país con todas las de la ley, así que como mi chico no bajó el plano de Internet pensando que estaría incluido en el de Francia nos encontramos circulando a la antigua… con plano de papel y, a ciegas. Durante nuestro deambular sin orientación hemos coincidido en varias ocasiones con el trazado del circuito de Fórmula 1 incluyendo su túnel. Este es el único circuito de Fórmula 1 por el que puede conducir cualquier mortal. Casualmente, nos detenemos en la plaza del Casino y aparcamos allí mismo. En la plaza, las turistas ataviadas con sus mejores galas, cámara en ristre, se afanan en inmortalizar el glamour del lugar. Los coches más lujosos ornamentan la entrada del Casino: Mercedes deportivos, Rolls Royces, Bentleys, Ferraris, Lamborghinis, Maserattis, Porsches… pero aquí el más llamativo se encuentra un poco más arriba, aparcado en la misma puerta de Cartier: es un elegante Opel Astra negro que se camufla entre varios Smarts.
Nosotros, a pasear por detrás del Casino, desde aquí vemos los yates de los ricos y los mosquitos piensan que somos turistas “ricos, ricos” y nos dejan marcados con unos gigantes y glamourosos granos que pican horrorosamente. Los mosquitos no entienden de finura ni elegancia y se portan igual de mal en todas partes.
Después de unas cuantas vueltas, salimos de Mónaco y ahora sí: al hotel a llenar la panza y reposar las piernas.

Etapas 4 a 6,  total 15
anterior anterior  1  2  3  4  5  siguiente siguiente


Jueves, 25 de agosto de 2011

Jueves, 25 de agosto de 2011


Localización: Francia Francia Fecha creación: 05/05/2012 15:23 Puntos: 0 (0 Votos)
El plan para hoy es demasiado ambicioso y al final se queda en casi nada: Mónaco y La Turbie.
Desayunamos y nos vestimos, mi chico con zapatos y pantalón largo y yo con sandalias y vestido y en la mochila metemos el uniforme de “turista”: sandalias de machaque, camisetas y pantalón corto. Nuestra intención es entrar en el Casino más o menos decentes y luego cambiarnos en el baño del parking para continuar con las visitas más cómodos.
Planteamos mal el orden. Deberíamos haber subido primero a la Turbie por las Corniches (famosas carreteras costeras de la Costa Azul) desde donde hay bellas vistas de Mónaco y de la costa en general. En lugar de eso entramos primero en Mónaco que con la caravana, nos lleva ±1 hora… ¡cómo si estuviera en Madrid!
Damos vueltas y vueltas por el pequeño país… la verdad es que aquí en cuanto te descuidas ya te has salido. Intentamos encontrar un centro comercial para aparcar por la patilla, como explicaba un forero de www.losviajeros.com pero no hay forma: este parking es más caro que los públicos porque en Mónaco los parkings públicos son gratis para estancias inferiores a 1 hora, luego ya… el precio es acorde al país.
Ante el fracaso nos encaminamos a La Turbie, pueblecito encaramado en lo alto de los acantilados a cuyo pié se extiende Mónaco. Existe un monumento romano muy bien conservado al que nos encaminamos. El aparcamiento nos sale gratis porque aquí los parquímetros son gratis a la hora de la comida. Por desgracia, el parque en el que se asienta el Trofeo de los Alpes está cerrado (aquí los horarios son sagrados y muchas cosas cierran a mediodía, como es el caso) así que a nuestro pesar, nos ahorramos los 5€ de mi entrada y los 3,50€ de la de estudiante de mi chico. En la entrada, un mirador sobre el mar nos deleita con bellas vistas panorámicas de un país entero (Mónaco) y parte de otro (Francia).
Como el monumento (Le Trophée des Alpes) es muy grande, rodeamos el parque y desde algunos puntos lo podemos ver. Las callecitas del pueblo son como a mí me gustan: estrechas, solitarias, con fachadas pintadas de alegres colores, peatonales… una delicia pasear por ellas.
Volvemos a Mónaco y aparcamos en el parking que hay en la plaza del Casino. Entramos al edificio por 10€, imprescindible llevar documentación porque ponen tu nombre en la entrada, está terminantemente prohibido a menores y entrar con cámaras de fotos (si llevas te hacen dejarla en la consigna), además hay que apagar el móvil.
Por 10€ solo se ve el vestíbulo, la sala Europa en la que están las mesas, la sala de las tragaperras y un vestíbulo al fondo al que se abren las salas privadas (inaccesibles para los 10€) donde los ricos de verdad se encierran a jugarse sus fortunas, esas que nosotros, pobres mortales, ni soñamos. El edificio, con decoración barroca, es espectacular en sí pero sinceramente, el ambiente me ha parecido un tanto patético: en la sala Europa solo había abierta una mesa con backgammon donde un turista parecía ir ganando, porque se fue con su pareja hacia adentro (creemos que a la ventanilla donde cambian las fichas) y salían muy contentos, y dos mesas de ruleta con una apuesta mínima de 5€. Detrás de los croupiers, en una silla alta unos tipos trajeados se encargaban de vigilarlos. Mi chico quería jugar a la ruleta pero a mí me parecía un poco decadente y no me atraía en absoluto… esperaba otra cosa, quizá influida por las películas donde aparecen los casinos de las Vegas llenos de gente… aquí había cuatro gatos. Evidentemente el Casino vive de lo que se juega en las salas privadas pero tampoco quiere desdeñar el bocadito que supone el dinero de los turistas. Posiblemente por la noche el ambiente esté más animado. Por los 10€ no voy a dejar de probar el baño, por supuesto. Hay un mecanismo que hace girar la tabla en torno a un saliente, entiendo que para desinfectarlo, lo malo es que no para y cuando salgo tiene que entrar la señora que atiende el aseo para solucionarlo… yo me largo.
Nos cambiamos a la ropa y calzado cómodos que tenemos en la mochila en el maletero del coche y salimos con destino al puerto: aparcamos en su parking y paseamos por allí: vemos un puesto de helados pero los precios son astronómicos, 2,5€ por bola… ¡Tiene bolas la cosa! salimos corriendo porque no vamos a pagar 10€ por lo que ayer nos costó exactamente la mitad. Nos dejamos impresionar por unos yates inmensos, la mayoría con una bandera que desconocemos… posiblemente de alguna excolonia inglesa porque tiene la Jack Unión en la parte superior izquierda (como la de Australia o Nueva Zelanda), y un bicho que no apreciamos bien sobre fondo rojo…algún paraíso fiscal del Caribe, apostamos por Barbados. A la vuelta lo comprobaremos.
COMPROBANDO

¡Casi! El país es Bermudas, pero sí, es un paraíso fiscal y de playas maravillosas del Caribe.
Como dice mi chico, los coches distinguen a estos ricachones de los mortales… pero el tamaño del yate distingue a los ricos de los asquerosamente ricos… Yo no concibo que una sola persona pueda tener tanto dinero como para comprar y sobre todo mantener uno de estos barcos, pero la realidad es que hay personas que se lo pueden permitir. En la lejanía vemos llegar el yate más espectacular de todos, con forma de submarino. No atraca, se queda fondeado en la bocana del puerto. Mi chico me explica que es Román Abramóvich, un magnate ruso del petróleo, undécima fortuna del mundo, dueño del Chelsea, que probablemente venga al sorteo para la Champions de la FIFA y la final de la Supercopa que jugarán mañana aquí el Barça y el Oporto.
Después vamos a la zona histórica: el Museo Oceanográfico, que fue la base de Jacques Cousteau (recuerdo ahora que en la Expo de Sevilla, Mónaco sorprendió con un espectacular pabellón que no era otra cosa que un enorme acuario con un túnel submarino). También la catedral y el Palacio del Príncipe… En la puerta de la catedral se para un monovolumen del que desciende un gordo cincuentón con cara de ruso y justo detrás aparece una rubia y despampanante veinteañera. Nos imaginamos que es uno de los rusos multimillonarios, dueño de alguno de los lujosos yates que están atracados en el puerto viejo y su joven amante. El chófer les indica qué ver y dónde les recoge.
Por la hora solo visitamos la catedral que además es lo único gratis y lo que más nos apetece de las tres opciones. Es neorrománica, y su interior bastante sobrio comparado con la fachada de varios cuerpos. Llaman la atención las sencillas lápidas de los monarcas monegascos, incluidos Grace y Rainiero, las únicas adornadas con flores.
Al salir, un restaurante (Sarl Freddy’s: 6 Rue de L’Eglise, 98000 Monaco-Ville) “nos llama”, pedimos algo parecido al menú del día de los restaurantes españoles (aquí se llama “formule”), pero a precio de aquí, claro, y comemos por 53€, deberíamos habernos fijado que es mejor no pedir bebida porque 4€ por una cerveza sin alcohol de 25cl es “algo” caro. Entonces deberíamos habernos dado cuenta de que NO se pide bebida en los restaurantes… que es mejor pedir “Tap water” que es de lo poco gratis que hay por aquí (aparte de la catedral). Casi cuando estamos terminando se sientan en la mesa de al lado unos rusos con niños y piden la “formule” pero les dicen que a esa hora ya no lo sirven… pues que pongan el horario en el cartel ¿no?, a mi me parece muy de “picaresca” que no especifiquen el horario en el que se sirve la “formule” y cuando la gente lo pide, les digan que ya está fuera de hora. Así que los rusos se marchan.
Nos agrada mucho la plaza del Palacio, hay un guarda solitario que hace una especie de coreografía de aquí para allá, en torno a la garita, mientras los turistas le miran y fotografían. La gente se queda mirando las picadurotas de mosquitotes que lucen mis piernas… pero que conste que no soy la única.
Intentamos hacernos una foto con el temporizador pero no hay forma… siempre pasa alguien por delante de la cámara cuando se dispara… nos lleva 3 intentos.
Las tiendas de souvenirs que hay en la plaza ya están cerradas por lo que no podemos curiosear, pero los miradores sobre los 3 km² de Mónaco nos ofrecen unas espectaculares vistas… desde aquí el príncipe puede vigilar literalmente a todos sus súbditos.
Mi chico quiere pasarse por el estadio Luis I para hacerse una foto… mañana juega su amado Barça. Nos hemos cruzado en una ocasión con el autocar del equipo. Nos perdemos un poco, como aquí no tenemos GPS… en Mónaco nos estamos orientando de oído… pasamos por la parrilla de salida y por la meta del circuito de Fórmula 1.
El coche nos está avisando de que le queda gasolina para unos 30 km y… ¡tenemos que volver al hotel en Niza! Yo estoy nerviosita perdida… entre vuelta y vuelta vamos mirando si hay una gasolinera pero el espacio en este diminuto país es demasiado valiosos para desperdiciarlo en poner gasolineras… aunque yo supongo que Ferraries y Rolls Royces tienen que “comer” en algún sitio. Ante mis nervios, mi chico desiste de su deseo de ir al estadio e iniciamos el regreso al hotel con la esperanza de que en la autopista encontremos una gasolinera, si no, llenaremos el depósito en la que hay justo al lado del hotel. Pero… ¡gran alegría!, nada más salir de Mónaco vemos una… ¡menudo peso me quito de encima! Llenamos el depósito y compramos un mapa de toda la región de la PACA, incluyendo Provenza que visitaremos después. Con la tranquilidad que da el depósito lleno, decidimos volver a Mónaco buscando el estadio.
Este país es curioso, como se encuentra dispuesto en forma de hemiciclo descendiendo desde las colinas hasta el mar, algunas de las carreteras para llegar abajo zigzaguean entre Francia y Mónaco y entras y sales del país según la curva sea a la izquierda o a la derecha.
Llegamos al estadio y vemos los equipos de televisión, hacemos la foto y al irnos nos encontramos de nuevo con el autocar del Barça rodeado por aficionados. Está claro que los jugadores están entrenando en el estadio. Decidimos quedarnos a verlos salir, así que buscamos un parking cercano y allí dejamos el coche. 5 minutos andando y a esperar. Solo un pequeño problema, he dejado la cámara grande con las baterías de repuesto en el coche y me he llevado solo la cámara pequeña con “lo puesto”. La batería empieza a gastarse peligrosamente. Mi chico se queda frente al autocar, al otro lado de la calle yo me acerco a las vallas y me quedo detrás de unos niños a los que su padre termina llevándose a pesar de sus protestas. En ese momento que hago con un puesto privilegiado frente a la puerta por la que salen los jugadores. No he conseguido regular la cámara para que las fotos salgan bien y Villa e Iniesta me salen movidos. Cuando por fin consigo ajustar la cámara para que me salgan las fotos nítidas, la tardanza de los jugadores hace que la batería se termine… No me ha gustado la actitud de los jugadores, aquí hay gente que seguramente ha pedido vacaciones en sus trabajos para venir a verlos y ellos no se dignan a pararse un par de minutos para saludar y que les fotografíen. Algunos incluso van con los cascos y el móvil… ¿no se dan cuenta de que si estas personas no les apoyaran y les fueran a ver a los partidos ellos tendrían que trabajar en otra cosa? ¡Desagradecidos!
Cuando salen todos, nosotros nos vamos y según llegamos al parking el autocar nos pasa… ¡Adiós, capullos!
Ahora viene la gracia. Introduzco el ticket del parking en la máquina y no funciona. Y aquí no hay nadie. Avisamos por un interfono… con mi francés nivel 0,5 y el hombre se pone a hablar al otro lado, así que le contesto “yo no compro pan” para que se de cuenta de que su retahíla es inútil. Oigo el verbo “vinir” y entiendo que mandan a alguien. Al rato llega un señor que prueba el ticket… inútilmente, habla también por el interfono y por fin nos abre la barrera… nos vamos sin pagar nada porque en realidad nosotros intentamos salir antes de que se cumpliera la primera hora gratuita de rigor.
Autopista, peaje, hotel, picoteo y cama… por este orden y hasta mañana.

Etapas 4 a 6,  total 15
anterior anterior  1  2  3  4  5  siguiente siguiente


Viernes, 26 de agosto de 2011

Viernes, 26 de agosto de 2011


Localización: Francia Francia Fecha creación: 05/05/2012 15:24 Puntos: 0 (0 Votos)
Después del desayuno toca Niza. Está justo aquí al lado y parecía que la estábamos ignorando. No tenía muchas expectativas y esto es lo mejor puesto que así te sorprenden los lugares. En este caso, positivamente.
Como los peajes nos están limpiando el bolsillo jugamos al escondite con los parkings y parquímetros a los que tratamos de evitar a toda costa… y salvo ayer en Mónaco, hasta ahora lo hemos conseguido.
Primero queremos ver la catedral ortodoxa rusa de San Nicolás, damos varias vueltas intentando evitar los parquímetros cosa que se antoja harto difícil. Vemos una indicación hacia la iglesia y la seguimos… en la entrada un cartel dice que se permite el estacionamiento gratuito a los visitantes… ¡después de dar mil vueltas!, menos mal que por lo menos no hemos aparcado en un parking público y pagado el aparcamiento.
Por 3€, la catedral rusa abre sus puertas a los visitantes, a los que recibe con unas planchas plastificadas explicando los tesoros de la iglesia en varios idiomas… ¡incluido el español! Exhibe una increíble colección de iconos y, aunque pequeña por dentro en superficie, la altura de su cúpula principal es espectacular….
El exterior es también digno de verse, con las típicas cupulillas “cebolla” de las iglesias rusas, aquí en rojo, crema y verde. Y unas cornisas que parecen auténticos encajes, como si la piedra la hubiera trabajado un orfebre en lugar de un cantero.
Volvemos al coche y volvemos a la búsqueda de un espacio gratuito para aparcar, entre vuelta y vuelta nos asomamos a la Bahía de los Ángeles, recorrida en tierra por la “Promenade des Anglais”. Pasamos junto al elegante hotel Negresco donde decidimos que nos alojaremos en nuestra próxima visita a Niza. No nos merecemos menos.
Por fin aparcamos en la Rué Foderé, muy cerca de la iglesia Neoclásica Notre Dame du Port. Paseamos en torno al puerto Viejo. A un lado están atracados algunos yates, al otro, las barcas de los pescadores. Nos dirigimos al “Monumento a los Muertos en la I Guerra Mundial” y justo a su espalda, pasado el hotel Suisse, al fondo, un ascensor gratuito nos lleva a lo alto de la Colina del Chateau, justo en el extremo del Quai de l’Etats-Units. El Castillo está en ruinas pero las vistas de la Bahía de los Ángeles son maravillosas. Unos portugueses nos ven intentando hacernos una foto y se ofrecen a hacérnosla ellos. Perfecta. Aquí están también los restos de la primera catedral románica de Niza. El calor aprieta bastante y pedimos una botella de agua en el único bar que hay en lo alto de la colina… 2,5€ por ½ litro de agua… ¡Cómo para pedirte unas cigalas aquí!
Se indica como lo más interesante del conjunto una catarata artificial, que ocupa lo que antes era la torre del homenaje del castillo. Después de haber estado hace cuatro días en el Monasterio de Piedra, esto no nos impresiona mucho, la verdad.
Decidimos bajar andando. El frondoso parque que es toda la colina, refresca el camino. Rodeamos los cementerios protestante, judío y católico que se concentran en la colina unos junto a los otros. Nos dirigimos a la plaza de Garibaldi siguiendo una señal que nos indica que vayamos por una carretera con una verja cerrada al fondo, por aquí sube un mendigo con un carrito de la compra en el que probablemente van todas sus pertenencias. Unas vallas amarillas cierran el paso pero nosotros, que somos más chulos que nadie, retiramos una de ellas y nos dirigimos directamente a la verja cerrada pensando que el mendigo ha entrado por alguna puerta lateral que no vemos desde aquí arriba. Recorremos los ±200 m hasta ella para descubrir que un candado la cierra a cal y canto y que no hay puertas alternativas. Una familia inglesa con un repelente niño sabihondo que subieron con nosotros en el ascensor y con los que coincidimos en el mirador, esperan junto a las vallas a ver si podemos pasar o no. Cuando nos damos la vuelta, ellos se van. Ahora tenemos que desandar los 200 m, cuesta arriba. Buscamos un camino alternativo y vamos a parar al puerto, que está en el lado opuesto a la plaza Garibaldi.
Como ya es la hora de comer, nos sentamos en la terraza de un restaurante junto al puerto… ¡hummm, en la “formule” hay mejillones! A mi chico le encantan. Pero nos pasa lo mismo que a los rusos en Mónaco… nos dicen que ya es muy tarde para servir el menú… ¡si solo son las 3 de la tarde!... Pues si no hay Casera nos vamos… y nos llevamos nuestras cosas. No puedo evitar decirle al camarero que si ya no lo sirven debería retirar el cartel que lo anuncia. Farfulla algo entre dientes, supongo que no le gusta que una extranjera le diga lo que tiene que hacer… peor para él. Yo voy a gastar mi dinero en otro lugar. Por desgracia, como ya habréis imaginado, parece una práctica habitual en la zona: atraer a los extranjeros a sus mesas con ofertas que, una vez sentados, ya no quieren servir.
Nos dirigimos al coche para coger la bolsa de la playa. Vemos un supermercado en la esquina y allí nos dirigimos, compro unas ensaladas frescas para tomar, pan, agua fresca, zumo, yogur líquido, naranjas, fiambre y queso. He puesto el agua en la parte trasera del carro y no me he dado cuenta, así que el guarda del súper, ojo avizor, me avisa que el agua también tiene que pasar por la caja… ¡quería robar por valor de 0,66€! Por 23,81€ compramos comida para un par de días, incluido un picnic en la plaza Garibaldi a la que llegamos andando. Nos sentamos junto a una fuente a los pies del héroe italiano y nos montamos un banquete por muy poco dinero. Mientras comemos, nos entretenemos viendo pasar el tranvía y a la gente: unos dormitan a la sombrea, numerosas personas nos imitan y sacan sus bocadillos, incluso hay quien nos pregunta si hemos comprado las ensaladas por allí… ¡qué envidia damos!
Después un paseo por la zona antigua, callejear un poco entre callejuelas flanqueadas por casas de colores, con plantas y ropa tendida. Calma y paz, sin ruidos, lejos del bullicio de la gran ciudad, saboreando la tranquilidad de la vida cotidiana. Y como nos ocurrió en Mentón, de repente llegamos a la calle de los puestos de souvenirs y los restaurantes y las calles vacías parecen un viejo recuerdo. Es increíble la diferencia entre una calle y su perpendicular, se pasa de una calle desierta a otra atestada sólo con doblar una esquina. Me fascina como estas ciudades mantienen su aire tranquilo de “pueblo” en las zonas antiguas, mientras el mar atrae y concentra a turistas, restaurantes y tiendas con su glamour y ajetreo. Así pasó en Mentón, y lo veremos en Cannes y Saint Tropez.
Llegamos a la plaza de la catedral de Santa Reparada (no sabía yo que una santa se podía reparar). Al entrar en ella vemos una heladería con sus mostradores en el exterior en la que hay largas colas de turistas y locales atraídos por su fama y los 90 sabores de helado que ofrece. Los toldos de las terrazas que la llenan casi impiden ver la fachada de la iglesia. Decidimos que lo primero es entrar a la catedral para verla, luego elegiremos terracita. Al salir, elegimos la terraza que está junto a la famosa heladería Fenocchio de los mil sabores. Mi chico se toma una copa de helado y yo un granizado de menta… ¡refrescante!... (Antonia Café: plaza Rosetti) por 12,90€. Hemos acertado con el orden porque mientras nos relajamos allí sentados disfrutando de nuestras consumiciones y del devenir de la gente, han cerrado la catedral.
Nos dirigimos hacia el mar. Un paseo por la “Promenade de l’Anglais” que pretende llegar al hotel Negresco, pero como está más o menos a la mitad de la Promenade y nosotros estamos a la altura del Quai de l’États-Units, decidimos que paseamos un rato mientras observamos a la gente: el patinador, los ancianos, los niños… y de repente una playa pública: bajamos para darnos un chapuzón. Las playas de Niza son de piedras, no hay ni un grano de arena, por este motivo debería gustarme más que una playa tradicional porque odio que se me meta la arena por todas partes o que se me quede pegada al cuerpo, pero que se me claven los cantos en los pies o los riñones me hace todavía menos gracia. Yo no me baño pero mi chico sí. Mientras tanto, intento mantener el equilibrio sentada entre cuatro piedras para que no se me queden marcadas en el cuerpo. Pues ahora preferiría una playita normal de arena… por lo menos es más mullidita. Por eso todo el mundo lleva una colchoneta... ¡No saben nada los nizardos!
Un niño con un flotador en forma de media tabla de surf recibe de frente todas las olas justo en la orilla… ¡se lo está pasando en grande!
Ha bajado el sol y empieza a ser hora de marcharse. Por una vez el regreso será rápido puesto que el hotel está muy cerquita.
La cena consiste en los restos que nos han quedado de la compra en el supermercado esta mañana y algo del embutido ibérico español… ¡sí señor… delicatessen!

Etapas 4 a 6,  total 15
anterior anterior  1  2  3  4  5  siguiente siguiente


📊 Estadísticas de Diario ⭐ 3 (1 Votos)
  Puntos Votos Media Visitas
Actual 0 0 Media 13
Anterior 0 0 Media 36
Total 3 1 Media 9875

05 Puntos
04 Puntos
03 Puntos
02 Puntos
01 Puntos
Para votar necesitas conectarte como usuario registrado.
Te puedes registrar gratis haciendo click aquí

Diarios relacionados
De viaje por Francia: diarios, viajes y excursiones en coche.De viaje por Francia: diarios, viajes y excursiones en coche. Recopilación de todas las etapas que he publicado en el foro de... ⭐ Puntos 5.00 (1 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 317
11 DÍAS POR BRETAÑA Y NORMANDÍA CON NUESTRO COCHE.11 DÍAS POR BRETAÑA Y NORMANDÍA CON NUESTRO COCHE. Pueblos con magia, castillos de cuento, costas, faros y el Monte San... ⭐ Puntos 4.94 (18 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 237
Mont-Saint-Michel, Fougeres, Vitre y Saint-MaloMont-Saint-Michel, Fougeres, Vitre y Saint-Malo Visita a Mont-Saint-Michel aprovechando que se iba a convertir en una isla esos... ⭐ Puntos 5.00 (11 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 186
TOUR DE FRANCE.TOUR DE FRANCE. Recorrido en coche por alguno de los sitios más importantes de las regiones de Languedoc-Rosellón, Midi-Pyrenees, Aquitania, Valle del Loira, Bretaña y Baja... ⭐ Puntos 4.96 (27 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 126
Ruta en coche Barcelona-Paris con niños - Semana Santa 2022Ruta en coche Barcelona-Paris con niños - Semana Santa 2022 Viaje a Paris en familia, en coche desde Barcelona, con paradas... ⭐ Puntos 5.00 (2 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 117

forum_icon Foros de Viajes
Pais Tema: Viajar a Francia - consejos
Foro Francia Foro Francia: Foro de viajes por Francia: París, Versalles, Bretaña, Provenza, Pirineos, Costa Azul, Valle del Loira y sus castillos, Normandía...
Ir a tema del foro Ir a tema del foro
Últimos 5 Mensajes de 448
333518 Lecturas
AutorMensaje
Salodari
Salodari
Moderador de Diarios
Moderador de Diarios
03-04-2009
Mensajes: 18936

Fecha: Jue Oct 19, 2023 06:49 pm    Título: Re: Viajar a Francia - consejos

Me llevo mensajes a Plaga de chinches en París
Salodari
Salodari
Moderador de Diarios
Moderador de Diarios
03-04-2009
Mensajes: 18936

Fecha: Lun Nov 27, 2023 08:59 pm    Título: Re: Viajar a Francia - consejos

Mensajes movidos a Crit'Air - Pegatina medioambiental - coche en Francia

En la primera página de ese hilo tenemos info y enlaces a páginas oficiales Amistad
noja
Noja
Indiana Jones
Indiana Jones
26-06-2009
Mensajes: 1309

Fecha: Dom Mar 24, 2024 05:57 pm    Título: Re: Viajar a Francia - consejos

Llevamos dos años visitando Francia y cada vez nos gusta más. El último viaje fueron nuestras vacaciones pasadas de verano donde estuvimos en un capfun en un entorno precioso en la comarca del Perigord. Pudimos alternar el ocio de las piscinas del camping con los pueblos tan bonitos que tiene esta zona, no nos cansamos de ver ccosas! Este año queremos repetir en otro sitio pero unas vacaciones similares. Sitios/ pueblos bonitos que no queden lejos, playas si las hubiera dignas de ver...He visto que la cadena de campings capfun ofrece todo lo que mis hijos buscan y en Francia hay...  Leer más ...
gasolines
Gasolines
Willy Fog
Willy Fog
15-08-2007
Mensajes: 15393

Fecha: Dom Mar 24, 2024 08:10 pm    Título: Re: Viajar a Francia - consejos

Si todos los sitios donde has puesto el mensaje tienen un camping de ese tipo, entonces yo cogeria el que más me gustara, ya que todas esas zonas (las landas, la camarga, la provenza,...) son preciosas y tienen muchas cosas que visitar.


Saludos
Concetta
Concetta
Super Expert
Super Expert
09-01-2009
Mensajes: 977

Fecha: Dom Mar 24, 2024 08:16 pm    Título: Re: Viajar a Francia - consejos

Has visitado Provenza ? Conozco parte, la visite en distintas ocasiones pero me gustó especialmente la zona alrededor del Macizo de Luberon, pasamos diez días visitando diferentes con motivo de la floración de la lavanda, es muy interesante. Algunos lugares son pequeñas poblaciones donde se celebraban actos relacionados con la floración de la lavanda Mont Ventoux Gorges de la Nesque Rustrel - Colorado Provenzal Aviñon L’Isle sur la Sorgue Abadia de Sénanque Gordes Roussillon Ferrassières Lourmarin Bonnieux Lacoste Arles Hay otra zona más al sur, muy turística que la...  Leer más ...
Respuesta Rápida en el Foro

¡Regístrate Aquí para escribir en el Foro!


Mostrar/Ocultar Galería de Fotos
Francia
Mirando al horizonte
Anaritz22
Francia
Atardeciendo en Las Landas
Anaritz22
Francia
Una luz a lo lejos en Las Landas
Anaritz22
Francia
Camping La Paillotte - Embarcadero
Anaritz22
All the content and photo-galleries in this Portal are property of LosViajeros.com or our Users. Aviso Legal - Privacidad - Publicidad
Nosotros en Redes Sociales: Pag. de Facebook Twitter instagram Canal de Youtube