![]() ![]() Nueva York para reincidentes. ✏️ Blogs de USA
Una semana sin prisas en Nueva York.Autor: Spanish Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (26 Votos) Índice del Diario: Nueva York para reincidentes.
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Etapas 1 a 3, total 4
Prolegómenos. Después de un largo año, decidí que mi Santa se había ganado un merecidísimo viaje de regalo para su cumpleaños. Fundamentalmente, porque se lo había ganado realmente, ya que aguantarme tiene su mérito, y por otro lado, porque sabía que era garantía de éxito, y que, egoístamente, me perdonarían otros olvidos menores y desaguisados varios que tengo de vez en cuando (la edad no perdona…) Así que empecé a buscar posibles destinos para el mes de enero. Seguramente, la opción más fácil hubiese sido buscar un destino en el hemisferio sur, lo que nos hubiese proporcionado un tiempo veraniego, o cuando menos apacible. De todas formas, y aunque un buen clima siempre es de agradecer, el tiempo nunca ha sido un impedimento para nosotros. Así, que ya que no encontré una buena opción para tomar el sol, me decidí por la segunda cosa que más le gusta a las mujeres (o por lo menos a mi esposa): ¡ir de compras!. Y si de ir de compras se trata, el destino sólo puede ser uno: Estados Unidos, y especialmente, Nueva York. Estaba decidido, ¡nos íbamos en Enero a las rebajas a New York! (Hace un poco más pobre que decir que te vas de compras a la Quinta Avenida, pero es infinitamente mas realista) Así que comencé a buscar billetes de avión y un hotel donde alojarnos, si podía ser, que fuese más bien céntrico. Los billetes de avión comencé a buscarlos a mediados de septiembre, y puesto que el año anterior ya había tenido una idea similar, ya tenía una orden de magnitud de precios, y me fijé el objetivo de encontrar los billetes directos desde Barcelona a Nueva York por menos de 450 €. La verdad es que este objetivo, que en un principio parecía fácil, se fue volviendo más y más difícil, puesto que la desaparición de Spanair, y la suspensión de pagos que realizaron American Airlines, hizo que las teóricas tarifas baratas de enero no apareciesen por ninguna parte, y no solo no encontraba precios buenos desde España, sino que incluso no encontraba nada directo interesante. Así que me resigné a viajar vía alguna ciudad europea, y fui cerrando el círculo con las compañías europeas, ya que las americanas no aflojaban. A mediados de Diciembre había acotado el asunto, y prácticamente estaba decidido por un viaje BCN-Lisboa-JFK con TAP saliendo un domingo y volviendo la noche del viernes al sábado (que me venia perfecto, ya que el lunes había que trabajar), y el precio real por persona estaba sobre los 480.-€, aunque si variabas algún día ya te ponías cerca de los 600.-€. El resto de las compañías se movían de ahí para arriba. Peeeero, peeeero, peeeero (que dirían en el Un,Dos,Tres), mi insistencia diaria con el Trabber, y el aura mística de los Viajeros, (o la Divina Providencia, o lo que más guste) hizo que el día que estaba con la tarjeta en la mano para comprar el billete, no resistiese la tentación de volver a mirar de nuevo todas las tarifas (lo que nunca se debe hacer, y en especial si ya has pagado los billetes…), y allí estaban los amigo de www.united.com/ ...B51EBFDE2D para ofrecerme un ¡Barcelona-Newark directo por 325.-€! ¡Eso si que son rebajas, y no lo que hace el Carrefuz, leshe! Mira por donde había encontrado el mítico e inescrutable 2x1, que yo ya pensaba que era una autentica leyenda urbana, y que solo salía en las novelas de ficción… ¡¡Bien!! No hace falta decir que esa noche me acosté tarde, ya que me releí como cuatro veces todas las condiciones (en ingleeeés!), y cuando ya me aguantaba los párpados con palillos, introduje los números mágicos que me abrían las puertas de mi anhelada odisea (o sea que empecé a perjudicar la VISA…). En los días siguientes hice diversas comprobaciones con www.checkmytrip.com/ ...E=NCMTNCMT y similares, ya que no acababa de verlo claro, y me veía en el check-in pagando vete a saber tu que tasa o suplementos, pero el caso es que los billetes se compraron así, y funcionaron a las mil maravillas. Por otro lado, las fechas me encajaban perfectamente, ya que nos íbamos el sábado 21/01 por la mañana, llegando a mediodía, y volvíamos la noche del sábado 28/01 al domingo 29/01, llegando a las 9h a Barcelona. (al final cogí un día mas de fiesta para el lunes por el famoso “¿y si…?”). Breve apunte para mi hija, que me ayudó en todo, pero que no podía venir porque tenia exámenes (“que mala suuuuerte , Pepe Gafez dixit”), renegó de su familia.., me amenazó de todas las formas posibles.., y rogó.. y suplicó.., pero.., ¡se quedó en Barcelona!. (maybe next time, baby!) Bien, pues una vez solucionado lo fundamental, pasábamos a la parte de documentación del viaje. Lo primero fue revisar el ESTA, ya que nos había caducado el verano pasado. La verdad es que el procedimiento es muy simple, y una vez conocido el funcionamiento, no tiene ningún misterio (pagando, por supuesto). El tema de los pasaportes no representaba ningún problema, ya que todavía estaban en vigor por un año más. (este invierno habrá que renovarlos). Con respecto al tema los seguros, esta vez decidí no hacer ninguno, ya que la cobertura de mi tarjeta de asistencia sanitaria había sido ampliada, y el grueso de los gastos se había pagado con la tarjeta de crédito, con lo cual tenía un seguro complementario. ¿Y el alojamiento? La verdad es que esta cuestión me planteó una duda existencial, ya que aunque habíamos estado muy bien en el apartamento que alquilamos en Nueva York en nuestro viaje anterior, al viajar los dos solos el coste ya no era tan competitivo, y sobre todo, esta vez preferí las comodidades de un hotel, con matices. La idea era algún hotel cerca de Times Square-Central Park-5thAv., que tuviese unas habitaciones grandes, e incluso si encontraba un apartotel hubiese sido perfecto, ya que conociendo el paño, al final acabaríamos levantándonos pronto y acostándonos también pronto, así que si podíamos desayunar y cenar en el hotel, seria perfecto. Finalmente, la elección recayó sobre el www.nycsalisbury.com/ , bien ubicado, con unas grandiosas habitaciones suites, una kitchenette en la habitación, a dos calles de Central Park (al ladito del Carnegie Hall), y con un precio más que razonable redondeado por un cupón de descuento de hoteles.com. Para cerrar el precio más interesante, hice una reserva con prepago y sin posibilidad de cancelación de la primera noche a partir de las últimas 48 horas. Y con esto se acabaron todos los preparativos del viaje. Es evidente que le pegamos una repasada exhaustiva a nuestras guías de viajes, a nuestro viaje anterior, consejos de amigos, y por supuesto a Los Viajeros, pero ahora que ya no teníamos la necesidad imperiosa de ver y hacer todo lo que haces la primera vez que vas a NYC, había tomado la firme determinación de dejarme llevar y saborear sin prisas la gran manzana. Las navidades pasaron rápido, y antes de que me diese cuenta, estaba el día de Reyes viendo la previsión meteorológica para la ciudad, y observando con horror que una tremenda ola de frío asolaba la costa este de estados unidos. No es que hiciera frío.., no.., ¡es que era donde lo fabricaban!, ¡con máximas que no llegaban a los cero grados! Así que aquí empecé a tener dudas, ya que al ser mi mujer bastante alérgica a la nieve (supongo que por acompañarme una y otra vez a esquiar a pesar de que lo odia…), y conociendo la alta probabilidad de nevadas con semejante ola de frio, volví a retomar el plan B caribeño ó índico. Por suerte, un par de preguntas inocentes por parte de mi hija a su madre me acabaron de convencer, como luego pude comprobar. Y es que, como no le he dicho antes, aclaro que mi mujer no sabía nada y se enteró el día de su cumpleaños, solo un par de días antes de salir para NYC (me pareció excesivo decírselo la noche antes, je,je…) Desafortunadamente, el cambio euro-dólar ya no era tan beneficioso como lo había sido en años anteriores, y con el dólar a 1,3€ me di por satisfecho con el cambio que me hicieron en mi oficina de La Caixa, sobre 1,285, con recompra del 30% sobrante (¡aunque no sé para que, porque a mí jamás me ha sobrado dinero de ningún viaje!). Viaje. Dia 1 Sabado. Como es de esperar, sin dormir mucho, nos amaneció un magnifico día en Barcelona. No así en NYC, ya que una rápido vistazo a la webcam de Times Square nos demostró que hacia un frio del carajo, que la gente iba vestida como si fuese al polo (excepto alguna fiestera loca, como en todas partes…), y que la previsión para la tarde era nieve. Taxi al aeropuerto, y en el camino, de nuevo empiezo a pensar en la tarifa del avión, recreándome en la gran cantidad de cosas que me pueden cobrar al llegar al mostrador de embarque, o en si habré olvidado algo fundamental o reseñable. Bueno, que sea lo que Dios quiera ( y la VISA permita…). Como no había conseguido realizar la facturación previamente ni seleccionar los asientos, (a pesar de recorrer las webs habituales), nos dirigimos al mostrador de embarque. Una señorita nos hizo las preguntas de rigor sobre seguridad (¿Ha hecho Vd. las maletas? ¿las ha tenido a la vista …? ), comprobó que estuviésemos en la lista de embarque y finalmente pasamos al mostrador de embarque. El equipaje fueron dos maletas grandes, rígidas, medio vacías, a facturar, con una de tela de cabina vacía dentro de una, el trolley con la cacharrería electrónica y la muda de emergencia con nosotros, dentro del avión, nuestros bolsos de mano y nuestros dos abrigos. Ningún problema ni de facturación, ni de embarque por los bultos. El control de seguridad, como siempre en Barcelona, de intensidad mediana tirando a baja, pero bastante rápido, ya que eran las 8h de la mañana, y teníamos el avión a las diez de la mañana. Así pues, el último café expresso más o menos razonable durante los próximos ocho días, el último cigarrito (algún pero debía tener ni Santa), y para la puerta de embarque. ![]() El avión, un 757-200, pequeño, aunque con asientos cómodos, amplios y con pantallitas individual. (películas, series, música, información del vuelo). Como compañera de asiento en el bloque de tres (mi mujer tenia ventanilla, y yo el del medio) una dicharachera mujer que vivía en Detroit, y que no dio mucha guerra (le ayudó bastante los botellines de Rioja de los que se había provisionado abundantemente en el dutyfree).Por cierto, solo un miembro de la tripulación hablaba español, y se quedó todo el viaje en 1ª (era el que hablaba, y por eso lo descubrimos) ![]() ![]() Puntualmente, a las 10h30 el avión se encamina al despegue, hace su correspondiente cola, y cuando tocaba el “entrando en pista para despegue”, notamos que el avión no acelera y el piloto empieza un discurso (tranquilo) en inglés casi ininteligible, en los que apenas entiendo algo de “Fire, Firefighters, sensors”, y palabras sueltas… El murmullo fue subiendo de volumen mientras volvíamos a la terminal, pero al volver a abrirse las puertas y conectar los fingers, los pasajeros se (nos) tranquilizamos bastante. Posteriormente nos explicaron que el piloto había visto que se encendía un sensor de fuego en el compartimento de equipajes, motivo por el cual había decidido volver a la terminal para que los bomberos lo examinasen todo. Por supuesto no había ningún incendio, pero con buen criterio, se decidía sustituir completamente la caja de los fusibles de los sensores, ya que había recambio en el aeropuerto, y se arrancaba un protocolo de revisión exhaustivo del aparato. La reparación nos dijeron que duraría unos treinta minutos, y puesto que alguna persona ya había salido del aparato, nos desembarcaron a todos. Como ya veíamos el panorama, nos fuimos al McDonals a comer algo, ya que en nuestra puerta de embarque solo había un mini-bar que se saturó inmediatamente. Efectivamente, la reparación igual duró los treinta minutos, pero la revisión debió durar tres horas, ya que hasta las 14h no conseguimos volver a embarcar, y finalmente despegamos sobre las 15h pasaditas, ya que nos habíamos comido el slot que nos tocaba, y ya entramos en una hora punta. La verdad es que durante un ratito hubo bastante silencio, aderezado por alguno que se quejaba del retraso y de los enlaces que perdería, pero en general, podríamos decir que la sensación era de respeto tenso. Por suerte, el ambiente se fue relajando, y a mitad de vuelo ya era bastante normal. La verdad es que nosotros estábamos bastante tranquilos, ya que nuestro plan para este día era desembarcar en la ciudad, acomodarnos en el hotel, e improvisar un paseo por los alrededores del hotel y buscar algún sitio para cenar. De todas maneras, el retraso había complicado más de lo previsto nuestro plan, y realmente se complicó al divisar en el aterrizaje el aeropuerto de Newark completamente nevado. ![]() Así que por fin tomamos tierra en estados unidos sobre las seis de la tarde, y rápidamente nos dirigimos a la zona de inmigración: ¡la cola era tremenda! A pesar de que había muchos mostradores, para los ciudadanos extranjeros sólo había la mitad, y era precisamente donde más gente había. Aprovecho para comentar que ya no son necesarios los dos papelitos que entregaban antes, ya que ahora sólo necesitas el verde. (él de si vas a cometer un atentado…) Pues, como no hay más remedio, nos pasamos una hora para conseguir salir del control, y a pesar de que iban relativamente rápida, como era de esperar, el policía se recreó en revisar nuestros pasaportes y en concreto, las hojas donde estaban nuestros visados de Estambul del verano pasado. No obstante, no nos dijo nada más que lo imprescindible, ya que estaba más pendiente del ordenador y nuestras huellas (por supuesto, nos tocó el policía yankee que no hablaba nada de español). A partir de aquí, empiezas a andar pasillos hasta llegar al http://www.panynj.gov/airports/pdf/ewr-airtrain-brochure-spanish.pdf que es un tren lanzadera sin conductor (como el de barajas) que te lleva hasta la estación del tren de cercanías. Una vez aquí, coges un tren de cercanías (previa espera en un andén que te mueres de frio) que te lleva hasta la estación de Penn Station. (Ojo aquí, ya que hay también una estación en Newark llamada Penn Station). Es curioso el detalle del revisor, que en vez de picar el billete, ponía un papelito en el respaldo del asiento para saber que llevabas billete. Y por fin, a las ocho de la noche, estábamos en Manhattan. Como he dicho antes, la ciudad nos había recibido con una nevada, que aunque ligera si que nos dificultaba bastante el movernos con nuestras maletas, y por este motivo, decidimos coger un taxi directamente hasta el hotel. El tráfico era infernal y aunque el trayecto no fue muy largo, creo que amortizamos los 11$ que nos costó. Por fin y sin más problemas, llegamos al hotel donde, al menos, aquí sí que nos atendieron con rapidez y sin ningún inconveniente. ![]() ![]() ![]() Como a lo tonto a lo tonto eran las 21h (las 03h para nuestros cuerpos), nos buscamos una pizzería al lado del hotel, y tras comernos la primera pizza del viaje en nuestra habitación, nos metimos en la cama donde caímos rendidos sobre las 23h. Etapas 1 a 3, total 4
Vuelta por Central Park. Dia 2 Domingo.
Bueno, pues diana, y a por ellos… Para cuando yo me desperté a las 6h30’, mi mujer ya había bajado a echarse el pitillo y al subir se hizo el primer café del día en la maquina de la habitación. Estuvimos un rato comentado la jugada, y a las 7h30 decidimos que ya podíamos lanzarnos al mundanal ruido, así que nos acercamos a la esquina de la 57th, donde hay un www.europacafe.com/ , y para empezar, mi santa se casca un full breakfast con pancakes, frutas, mermeladas, nutella, zumo, café latte y no sé que mas.. Yo muy formalito, una cookie gigante y mi cafelito. La tontería, 30$... ![]() Una vez en forma, nos tiramos para Central Park, y aunque las calles me recuerdan las de “Soy leyenda”, con Will Smith medio pallá por medio de Manhattan, cuando llegamos al parque la cosa se anima, y vemos un montón de gente haciendo jogging y paseando a los perros. En las calles se deshace la nieve muy rápido, ya que ha salido un poco el sol, pero en el parque todavía se mantiene una buena capa de nieve. Vamos subiendo por el parque, y cuando llegamos al edificio Dakota, el sol se vuelve a ocultar y la sensación de frío se empieza a hacer muy intensa (estamos entre -5 y -3 °C). Andamos un poco más, y a mitad del parque decidimos coger el metro y volver al hotel para abrigarnos más. (Ya aprovechamos y compramos la www.mta.info/metrocard/ ) ![]() ![]() ![]() Ahora si que nos abrigamos con todo lo que hemos traído (guantes, gorros, bufandas, ropa interior larga), y de nuevo a la calle, hacia el Rockefeller Center, a ver la pista de patinaje, porque el árbol de navidad ya lo han quitado. Ya que estamos allí, aprovechamos y entramos a los estudios de la www.nbcuniversalstore.com/ en el Rockefeller Center para ver un poco todo el merchandising de Chuck, American Idol, Fear Factor, etc… Se puede entrar a ver un minishow, y hacer de público, pero no a la hora que estuvimos (ante del mediodía del domingo). Aprovechamos para sentarnos un poco y guasapear con mi hija, para ver como va todo. ![]() Seguimos para abajo, y aterrizamos en Times Square. Ya es mediodía, y ya hay movimiento, pero por supuesto nada que ver con el mogollón del verano, o de las fechas mas señaladas. Puedes andar por el centro de la plaza, ¡y se ven los escaparates, y no una marea humana!. Había un magnifico mirador que me parece que era en la tienda Aeropostale, pero ya no lo encuentro por Google, y creo que igual ya no está. Una lástima porque la vista de la plaza estaba muy bien. ![]() Como hemos visto la previsión del tiempo para los días siguientes, ya sabemos que el día siguiente lloverá con un 90% de posibilidad, por lo que decidimos ir de compras a Jersey Garden, ya que por un lado es un Centro Comercial cerrado, y por otro está muy cerca de Manhattan. Por eso, decidimos acercarnos a la terminal del Bus Port Autorithy para investigar los horarios y demás del bus que te lleva al centro comercial. De vuelta, y como ya empezaba a ser mas que tarde, nos metimos a comer en un dallasbbq.com/times-square en la calle 42, donde nos atiende una recepcionista hispana, aunque luego los camareros serán todos angloparlantes. Dos combos de costillas, pollo, steaks y patatas…, muchas patatas… con cebolla…, y salsa de barbacoa... Vamos, una fiesta del colesterol, pero hay que reconocer que lo hacen rico los joios… ¡Ah!, la cola a tutiplén, pero la cerveza a precio europeo, o sea cara… Este día, a pesar de estar en la zona más turística de NYC, casi no vimos (oímos) extranjeros, al menos europeos o orientales, y lo que parecía era que había mucha gente de los alrededores, con bolsas y mochilillas para pasar en día en la city, pero por la noche aflojaba una bestialidad comparado con el verano. La comida, incluida service y tips, 55$. ![]() Al salir, como ya era tarde, nos fuimos paseando hasta el Empire, y al ver que Macy’s estaba abierto, mi mujer quiso entrar, y allí que nos fuimos. Ya, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, como tenía los pies heladitos, se compró unas botas-descansos que habíamos visto que llevaba absolutamente todo el mundo, y que luego efectivamente reconoció que eran tan calentitas que ya no se las ha podido poner nunca en Barcelona. Saliendo de Macy’s hicimos una parada técnica en un Starbucks de las que cada día caían dos o tres, y es que así hacíamos visita al baño, yo me leía los periódicos por internet, según las horas contactamos con casa, y sobre todo, ¡descansábamos los pies un poco! Con cinco bucks “arreglao”, aunque lo de los carajillos no conseguí hacérselo entender a ninguno…. Por cierto, muchísima gente pagando con el IPhone, que aunque aquí también se pueda…, pero realmente se ve muy poca gente en comparación con USA De aquí, andando al Deli de turno a comprar algo para cenar y la cervecita (en tu bolsita marrón, cual alcohólico...), y al hotel a cenar y dormir, que entre una cosa y otra, otra vez las once de la noche. De compras en Jersey Gardens. Dia 3 Lunes. Pues efectivamente, los del tiempo la acertaron, y estaba cayendo el diluvio universal, ya que por suerte, subió un poco la temperatura y no era nieve, porque si no hubiese sido de colapso ciudadano. Unas pasticas (que subió mi santa del Deli) con el café, y después una carrerita hasta el metro, que por suerte estaba en la esquina de nuestra manzana. Sin problemas a Port Autorithy, compramos los billetes en la maquina automática, que permite seleccionar idioma español, y nos montamos en el bus de las 8h30, mas o menos, ya que tarda unos tres cuartos de hora y abrían a las 9h30’, y las tiendas a las 10h. Al final, con un megaatasco en el famoso túnel Lincoln tardamos más de una hora en llegar, pero se hizo llevadero, porque siempre hay algo chocante que mirar (sus coches, sus camiones, sus anuncios…). Aprovecho para decir, que ir a Jersey Gardens o a Woodbury es una elección del tiempo que tengas, la ropa que te guste y lo que te quieras gastar. Nosotros guardamos el comodín de alquilar un coche e ir a Woodbury solo si la semana se nos torcía y nos daba por ahí, pero con el destrozo que hizo mi mujer en Jersey Gardens y en días sucesivos en Manhattan, ella misma se autolimitó, y desistió de ir… Recomiendo mirarse las webs, y comparar las marcas, pero si no eres un devot@ de una marca en concreto que solo esté en Woodbury…. ![]() El autobús que nos llevó iba medio vacío, y eso nos hizo pensar que la vuelta no tendría problema (¡error!), y además nos olvidamos la bolsa que nos íbamos a traer, así que me cogí un carrito (5$) y “palánte”. Por cierto, en todo el centro hay wifi (solo hay que registrase, gratis, como en el Starbucks o el McDonals), lo cual permite que en las puertas de las tiendas estén los chicos dándole a la tecla, (o las mamas preguntándoles cosas a sus hijas, ejem, ejem…). ![]() ![]() El caso es que esto es un trabajo de corredor de fondo: miramos todas las tiendas (¡hasta las de ropa infantil! ¿para que?), las volvemos a mirar, “me pruebo”, “no me gusto”, “vamos a la primera”, “vaya, pues no, volvamos a la de antes”… Por suerte hay varias cafeterías, bancos para sentarse, ¡y hasta alguna tienda de caballeros!. La comida, como en casi todos estos sitios, es un mega mostrador, en el cual hay hamburguesería, chino, pizzería, etc… Lo que quieras, pero fast food para comer rápido en unas mesas comunes y seguir comprando. Con 20$ solucionados los dos. Por fin sobre las 18h veo que ya tenemos todo lo previsto (y algo de imprevisto), y ya hemos estado tres veces en CK, Hilfinger, Guess, etc.., y por fin propongo la retirada. Lo metemos todo en las bolsas mas grandes, y cargados cual Julia Roberts (de bolsas, no de tipasso) al bus: ¡Já, hay una cola de la leshe, y además llueve! Por suerte el bus llega rápido, y la gente va entrando, y al final conseguimos subirnos casi los últimos, pero tendremos que hacer todo el viaje con las bolsas encima de las rodillas porque el bus va a tope. La vuelta se hace más pesadita, ya que la oscuridad y la lluvia ya no nos permiten entretenernos, pero por fin sobre las 20h estamos en el hotel, y tras una escapadita rápida a comprar la cena, como casi todos los días, sobre las 23h caemos rendidos en la cama. Etapas 1 a 3, total 4
Brooklyn y Staten Island. Dia 4 Martes.
Hoy es el día que tiene mejor previsión de tiempo de la semana, y por ello vamos a aprovecharlo para hacer un poco el turista, aunque visitaremos algunas partes que sencillamente nos apetece conocer. Así que un cafecito rápido en el hotel, y de nuevo a coger el metro, pero esta vez para realizar uno de los trayectos más largos de la línea, ya que nos íbamos a ir al barrio de Brooklyn, y en concreto, a Coney Island. El día nos alegró bastante, ya que se levantó soleado, y aunque frio, la verdad es que fue un alivio después de los días anteriores. En Coney Island, que de hecho es una pequeña península al sur de Brooklyn, por si alguien no lo sabe (que no creo…) se encuentra un mini parque de atracciones que ha salido en multitud de películas, y se ha presentado como un sitio desolado y frecuentado por gente de mal vivir. ![]() ![]() La verdad, es que en esta soleada mañana de enero, lo que vimos fue un precioso boulevard (al estilo del de Atlantic City en Boardwalk Empire) frente al Atlántico con algún que otro deportista, y algunos abueletes pescando. Vamos, bastante bucólico, y más que desolado, yo diría solitario, porque realmente está en el último rincón de la ciudad. ![]() Desde alguno de los espigones de madera se ve una panorámica general de las atracciones y del Acuario de Nueva York (bastante pobretón, aparentemente). ![]() Al volver a la estación de metro, que por cierto es muy vistosa en el exterior, nos encontramos al nathansfamous.com/PageFetch/ , o lo que es lo mismo, la Meca de los hotdogs. Como se ve en la foto, tienen un contador del record del devorador de perritos (masculino y femenino), y otro que descuenta los días hasta el siguiente concurso. A mi es que realmente, unos perritos calientes a las 9h de la mañana, pues como que no…, así que aunque estaba ya abierto, optamos por unos Dunkin donuts enfrente, y nos volvimos a subir al metro para volver al centro de Brooklyn. ![]() ![]() Nuestra siguiente para da fue Prospect Park, un parque de dimensiones más que respetables, como pudimos comprobar, ya que nos bajamos del metro en una de las entradas en sus extremos y lo cruzamos completamente. Bonito, y verde, muy verde. Así que andando andando, llegamos hasta al otro extremo del parque, donde se encuentra la librería municipal de Brooklyn, y aunque tenía cierta curiosidad por verla, desistimos que hacerlo y continuamos caminando por Flatbush Av., que resultó ser una avenida bastante entretenida en la que vimos un Nueva York mucho más normal y ordinario, mas cercano a las ciudades europeas a las que estamos acostumbrados, sin rascacielos y en un entorno mas de barrio. ![]() ![]() ![]() Tras la parada técnica de rigor en un centro comercial (Atlantic Mall) para café, pipi y mail, giramos por Lafayette Ave., en dirección al barrio judío, pero cuando llevábamos andadas cuatro o cinco travesías le preguntamos a una chica por la calle, y nos dijo que debíamos subir bastante más, así que optamos por coger el autobús. Efectivamente, el recorrido era largo, y las distancias en el mapa eran engañosas, ya que además íbamos un poco desviados (nos dirigíamos a la zona de Williamsburg, en concreto a Bedford Avenue). ![]() Finalmente, cuando bajamos del bus estuvimos un rato paseando, y nos impactó muchísimo todo el ambiente de los judíos ortodoxos, y aunque ya te lo esperas, la verdad es que no deja de sorprender ver a niños y grandes, hombres y mujeres, todos, absolutamente todos vestidos de negro y con sus peculiares trajes. Al ser mas o menos la hora de salida de los colegios, vimos a muchísimas mujeres con los niños, y hasta los que iban en los carritos iban ya con el estilo de ropa (por cierto, carritos Bugaboo a patadas…) ![]() La verdad es que fuimos paseando, y mirando a un lado y otro, y cuando nos quisimos dar cuenta, habíamos salido de la zona donde estaban, y no habíamos hecho ni una foto. Tan solo esta del parking de autobuses que me hizo gracia. ![]() Pues eso... Tras patearnos medio barrio, que por cierto es absolutamente tranquilo y seguro, nos volvimos a montar en el autobús y volvimos a Fulton Street (la calle comercial de Brooklyn). De aquí ya empezamos a bajar hacia los embarcaderos, y cuando encaras Grace Street, ya empiezas a ver Manhattan al otro lado del río. ![]() ![]() ![]() ![]() Una vez en Brooklyn Heights, tienes una magnifica vista de los rascacielos de Manhattan desde el paseo del Brooklyn Bridge Park. ![]() Si lo vas siguiendo, en dirección al puente, llegas a la zona de DUMBO, con el parque donde hacen festivales y cine en vivo en verano, y donde está el famoso banco de Woody Allen. Pero antes de cruzar, y como ya era la hora, entramos a comernos una pizza en grimaldisnyc.com/ , ya que por fortuna había cuatro o cinco mesas vacías (en verano las colas dan miedo). Dentro, pues lo que se espera: manteles de cuadros, pizzas enormes, buen servicio y ¡cerveza Brooklyn! El único inconveniente: es diminuto, y las mesas están una encima de otra, lo que me permitió tener una simpática charla con una familia ucraniana que estaban en la mesa de al lado (¡no hay mal que por bien no venga!). Al salir, dudamos en entrar a tomar algo al River Café, pero uno de los aparcacoches nos dijo que hasta mas tarde no nos atenderían, como si fuese una especie de cambio de turno de comida a cena, y como tampoco nos decía gran cosa, nos fuimos a ver el janescarousel.com/. ![]() Después de unas pocas fotillos de Manhattan, el parque, el Empire a través del puentes y alguna cosilla más, nos fuimos al metro para cruzar el puente, que ya llevábamos unos cuantos kilómetros andando, y los pies ya empezaban a decir aquí estoy yo. ![]() ![]() ![]() Por cierto, la foto del Empire a través del puente no tiene perdida: Es en la calle Washington, y además había como cuatro cinco personas con trípodes haciendo fotos profesionales. El caso es que de allí, el metro nos llevó al embarcadero del ferry a Staten Island, que como sabéis es gratis, ya que el propietario lo cedió a la ciudad a cambio de que el billete costase tan solo un céntimo, y como el coste de cobrarlo es mayor, pues no cobran nada. Como no habíamos montado, pues nos subimos con toda la gente que salía de trabajar, puesto que ya eran las cinco de la tarde. ![]() ![]() Al pasar, saludamos a Miss Liberty, aunque pasa un poco lejos, y no se aprecia bien. Curiosidad: el ferry va lleno de enchufes para recargar los IPhones, los IPads ó cualesquiera que sean los cachivaches con manzanita que lleves. ![]() En Staten Island tampoco nuestra intención era estar mucho rato, así que lo único que hicimos fue e ir dando un paseo hasta el memorial del 11-S, y hacer unas cuantas fotos desde allí. El memorial en sí, es muy austero, pero yo le encontré muy bonito, ya que de forma panorámica es una especie de antorcha a través de la cual se ve lo que había sido la ubicación de las torres gemelas en Manhattan. ![]() ![]() ![]() En los laterales, hay unos cuadraditos con los nombres de las víctimas que vivían en Staten Island, y son unas pequeñas placas con perfiles de caras. Como en varios otros sitios, aprovechando la poca afluencia de gente, estaban haciendo fotos profesionales panorámicas de Manhattan. A la vuelta, íbamos prácticamente solos, con excepción de un buen grupo de seguidores de los Rangers de NYC, de la NHL (liga de Hockey Hielo) que jugaban esa noche, pero vamos apenas 70 ó 80 personas contra los entre 3500 y 6000 que caben (según los barcos), ¡y a la ida se quedó gente en tierra! ![]() No se si al ir mas vacío, o que le metieron más caña, pero a la vuelta fue imposible hacer ninguna foto en condiciones (también ya había oscurecido completamente). Al bajar del ferry, fuimos andando hacia la bolsa, y cuál no sería mi sorpresa, que al llegar a la altura de Charging Bull, vimos que lo habían rodeado con unas vallas. Supongo que ya debían estar hartos de los mogollones que se montaban para hacerle fotos al dichoso toro. No era el caso esa noche, ya que estábamos solos con unos tipos alemanes, y que muy amablemente nos fotografiamos recíprocamente. Si alguien no lo ha visto, está aquí www.earthcam.com/ ...rgingbull/ (los policías están siempre, mires a la hora que mires) ![]() ![]() Finalmente, tras un par de fotos al WYSE, cogimos el metro hasta el hotel, nos compramos la cena, y después de comer algo, hoy si que caímos muertos en la cama… Tribeca y Midtown. Dia 5 Miercoles. El día se levantó un poco nublado, pero luego se fue arreglando, y las temperaturas ya estaban normalmente entre los 3°C y los 6°C, lo que era una bendición teniendo en cuenta los días iniciales. Este fue un día un poco desordenado, y el mejor ejemplo de improvisar sobre la marcha. ![]() Empezamos dirigiéndonos a Canal Street, ya que pensamos que en Chinatown empezarían a abrir todo muy pronto… ¡Error!. A las 9h de la mañana estaba todo cerrado, así que café para hacer tiempo, una vueltecita por los alrededores, y luego hacia el templo Budista Manayana, que…bueno…lo podemos dejar en curioso. ![]() ![]() Lo que si era el timo de la estampita era la estatua de los 1000 budas en el Eastern States Buddhist Temple. No se donde lo habíamos leído, pero vamos, sin comentarios… ![]() Cuando ya nos cansamos de darle la vuelta a Chinatown, y como tampoco pensábamos comprar ninguna limitación barata, fuimos a dar una vuelta por Tribeca, aprovechando para echarle un vistazo a los restaurantes de Robert de Niro, y ojeando ya alguna cosa de tiendas. ![]() ![]() Curiosidad: me siguen encantando los aparcamientos en vertical. ![]() Lógicamente, empezamos entrar en alguna tienda, y acabamos en la de las zapatillas Converse, donde encargamos unas zapatillas diseñadas por nosotros para nuestra hija (escoges colores, dibujos, estampados, etc…), pero nos dijeron que debíamos volver a la tarde a recogerlas. Así pues, una vueltecita más, alguna fotillo y a buscar sitio para comer. ![]() ![]() Un poco a voleo, decidimos entrar en el Restaurante Odeón, porque nos gustó desde fuera, y vimos entrar un par de grupos de personas con pintas respetables, y ya tenía ganas de comer algún día un poco a la europea theodeonrestaurant.com/ El sitio fue un acierto, con muy buen ambiente, a medio camino entre gente con traje y corbata, de trabajar, y algo más informal. La comida, con unas buenas carnes, sus acompañamientos a parte y unos postres más que correctos. La cuenta, 140$ con servicio y propina. Tras un par de expressos en condiciones, salimos del restaurante y nos fuimos a buscar las zapatillas, aunque por el camino alguna tienda más fue cayendo. De allí, de nuevo metro y a la Biblioteca Pública, que a parte de merecer de por sí una visita, nos iba a solucionar un problema: Estábamos intentando reservar las entradas para el memorial del 11/S en la Zona Cero (son gratis, pero hay que pedirlas con antelación), y en nuestro portátil se nos cortaba una y otra vez el proceso de reserva, al igual que desde los teléfonos, así que decidimos buscar una conexión de internet fija y la Biblioteca era el sitio ideal. ![]() Efectivamente, en estas salas hay ordenadores para uso público, te dan un código, vas al que te toca, ¡y a navegar!. ![]() De todas formas, entre una cosa y otra se nos fue la tarde, y nos dirigimos rápidamente a Times Square, al chiringuito de TKTS, ya que ¡esta noche tocaba musical! La elegida, con un 25% de descuento del precio de taquilla, ya que a pesar de las fechas, luego vimos que estaba casi lleno: ![]() Fuimos al hotel a dejar las compras, y ¡al teatro! La obra nos encantó, ya que tiene una gran puesta en escena, con unos decorados curraditos, y buenas voces. La historia se sigue bien, ya que aunque tiene variantes sobre el guion de Disney, las canciones nos las sabemos casi todas. Eso sí, el inglés…uff, ¡como nos cuesta! Tras las tres horitas de show (con el intermedio de rigor), nos fuimos al hotel, y tras picar algo rápido, ¡a dormir! [align=justify] Etapas 1 a 3, total 4
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