La Selva Negra y la Alsacia ✏️ Blogs de AlemaniaSemana del puente de Diciembre en la Selva Negra y la AlsaciaAutor: Dmengual Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (12 Votos) Índice del Diario: La Selva Negra y la Alsacia
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Etapas 1 a 3, total 10
Llegamos a Frankfurt con vuelo de Iberia Express. El vuelo llega un pelín tarde debido a la niebla en el aeropuerto de Frankfurt, y después de aterrizar a las 11.35h nos pasamos unos 20 minutos rodando por la pista (para que nos quejemos de Barajas…). Recogemos maletas, que según llegamos a equipajes ya están en la cinta dando vueltas, y tiramos hacia las empresas de alquiler de vehículos.
Hemos alquilado un Golf gasolina con Europcar a través de la empresa Autoeurope. El alquiler sale por 245€ para nueve días, que es menos de 30€ el día. Aquí uno ya empieza a ver que los precios alemanes son bastante asequibles. No hay Golf, pero a cambio nos dan un BMW serie 1. Preguntamos si no puede ser Golf, ya que estamos acostumbrados a la tracción delantera y nos preocupa la conducción en nieve, pero no puede ser. Eso sí, teniendo en cuenta que es invierno y vamos a conducir en nieve, decidimos contratar el seguro a todo riesgo, que son 12€ adicionales por día. Los dos podemos conducir el vehículo porque vivimos en la misma casa y según el de la tienda de alquiler es como si estuviésemos casados Nos ha tocado un bmw blanquito con la última equipación. Viene con GPS integrado, lo cual nos va a venir muy bien, a pesar de que contamos con nuestro propio GPS (Esme). En la tarjeta que nos dan pone “no damage”, lo cual no es cierto, ya que el portón lateral derecho trasero tiene un pequeño rallón, pero no nos preocupa porque hemos contratado el seguro a todo riesgo. Conducimos hacia Heppenheim. Primera toma de contacto con las autopistas alemanas libres de velocidad. Al principio uno piensa que no puede ser… pero al final uno se acostumbra a ver coches pasar a toda velocidad por el carril izquierdo, y como buen español “culo veo culo quiero”, así que ni cortos ni perezosos pasamos al carril izquierdo y a pisarle al pedal. Las autopistas son rectas, carriles enormes, excesivamente señalizadas, y no hacen más que verse carrazos todo el rato. Es como si un bmw fuera nuestro seat… afortunados estos germánicos! Llegamos a Heppenheim y como todavía no entendemos muy bien las normas del tráfico nos pasamos un rato hasta aparcar en la calle. Hemos reservado habitación con booking en el hotel Park inn Radisson, y como parte de la cadena no nos decepciona. Hemos pagado 47€ por la habitación doble y resulta ser un habitáculo bastante amplia, limpia y con una bonita vista a las casas tradicionales del pueblecito. Salimos a dar una vuelta por el pueblo y a comer algo rápido. Nos encontramos con que está lleno de puestos callejeros y gente en la calle tomando wursten (salchichas) y glühwein (vino caliente). Deambulamos un poco y finalmente nos animamos con sendas salchichas y un vino caliente. La salchicha buenísima, el vino caliente asqueroso: es como calentar un don simón en el microondas. También hemos comprado una botella de agua, sin darnos cuenta de que para los alemanes la regla es el agua carbonatada y la excepción la natural. Seguimos deambulando por el mini pueblo, nos tomamos un wofle de capuccino y de chocolate, y tiramos hacia Heidelberg. *** Imagen borrada de Tinypic *** Heidelberg está a unos 30km por autopista. Una vez allí decidimos aparcar el coche en uno de los múltiples aparcamientos municipales de pago, y afortunadamente lo hacemos en la plaza más céntrica. Salimos a dar una vuelta y nos encontramos las calles plagadas de los mercadillos tradicionales de navidad. Entramos en la catedral, que como protestante que es, la austeridad está presente en todo momento, y subimos hasta la torre para divisar los tejados de la ciudad. Heidelberg está ubicado entre la ribera del río (cuál??). La ciudad es alargada y desde la torre divisamos el famoso castillo que está en la parte alta. Seguimos deambulando por la ciudad…huele a salchichas, vinazo caliente y de vez en cuando a castañas asadas. Según anochece cada vez hace más frío y decidimos volver a Heppenheim. Una vez en Heppenheim salimos a buscar un restaurante para cenar. Nos hemos concienciado rápidamente con acostumbrarnos al horario alemán, ya que por ser invierno amanece tarde (8am) y anochece alrededor de las 4.30pm, así que son las 7.30pm y comenzamos nuestra búsqueda. Problema: es sábado noche, hay un ambiente increíble en las calles (moverse por las pocas calles del centro es una odisea debido a la cantidad de gente) y hay muy pocos restaurantes. Después de dar vueltas pensamos que vamos a tener que desistir y tomarnos otro wursten en la calle, pero decidimos preguntar por última vez en un restaurante griego y tenemos la suerte de que acaba de liberarse una mesa, así que ahí vamos. Los precios son bastante asequibles: cenamos por 32€ incluyendo bebida (cervezas), entrantes y plato principal. Los alemanes de al lado de nuestra mesa acaban de cenar por 16€ los dos… Después a la camita, estamos muertos por habernos levantado tan pronto para coger el vuelo, así que si uno se puede ir a la cama a las 21.30h, ¿por qué no? Etapas 1 a 3, total 10
Me levanto prontito (6.30h) para intentar ir a correr. Es de noche y está nevando muchísimo!!! Así que desisto.
A las 8h nos levantamos los dos. Miramos de nuevo por la ventana y alucinamos con la nevada que ha caído y sigue cayendo. Ahora el pueblecito de Heppenheim sí parece bucólico con todos los tejados y calles blancas. Salimos a dar una vuelta por el pueblo blanco, hacemos unas fotillos, y luego cogemos maletas y tiramos hacia Heidelberg. En Heidelberg tenemos nuestra primera toma de contacto con el coche, la nieve y los neumáticos de invierno. Aunque es un bmw y como tal tiene tracción trasera, cuando hay nieve en la carretera no notamos nada. Al llegar al aparcamiento del Schloss (castillo) hay bastante nieve acumulada, y en algún momento el coche nos culea, pero en todo momento está controlado. Vivan los neumáticos de invierno!!!! Visitamos el castillo (5€ adulto). Ver todo completamente nevado añade entretenimiento a nuestra visita. Aprovechamos para pasar por el museo de la farmacia, que está dentro del castillo y cuya entrada está incluida en el precio del castillo, deambulamos por el interior del castillo y acabamos en las bodegas, donde se acumula el mayor número de turistas visitando uno de los barriles más grandes que hemos visto nunca. Está lleno de japoneses. Este es uno de los pocos sitios que vamos a ver llenos de turistas en esta época del año, ya que es temporada baja en toda la zona. Al salir del castillo jugamos un rato con la nieve. Es una pasada como está todo de blanco! Luego subimos a nuestro bmw y a tirar kilómetros por las autopistas libres alemanas dirección a Estrasburgo. Está nevando y no se puede ir muy deprisa, pero en algún tramo que está mejor llegamos a coger los 190 km/h. A Estrasburgo llegamos a las 15.30h aproximadamente. Cruzamos toda la ciudad dirección a Holtzheim, que es un pueblo donde hemos reservado nuestro hotel (Roi Soleil). Nos cuesta 38€ la habitación doble, una ganga que hay que aprovechar, aunque es cierto que está lejos de la ciudad y hay que coger el coche. Dejamos las maletas en el hotel y tiramos hacia el aparcamiento que hay al lado de la Petite France, del cual hemos leído que es barato (3.30€ por 2 a 6 horas). Deambulamos por la ciudad. Empezamos por la Petite France con sus canales y casas tradicionales, y seguimos hacia la catedral. Estrasburgo se ha autodenominado “capitale de Noël”, y como tal está totalmente llena de luces navideñas, adornos y puestos callejeros vendiendo figuritas, vino caliente, zumo de manzana caliente, perritos calientes, dulces, castañas asadas, y casi todo lo que nos venga a la cabeza sobre la Navidad. Lis está feliz viendo tantos adornos y luces navideñas, la verdad es que sus habitantes se lo han tomado muy en serio y hace mucho bien a la ciudad visitarla por la noche con tales luces y adornos. Nos tomamos un par de Biere de Noël en un bar llamado la linterna. La cerveza es artesanal y nos gusta bastante, pero no percibimos sus matices de sabores. Cenamos en el barrio de la Petite France, intentamos seguir con el horario alemán a pesar de que no tengamos tanto hambre a esas horas, y pedimos un Tarté Flaumbé, que es básicamente una especie de pizza que venden como la especialidad local. Lis acompaña la comida con otra Biere de Noël, esta vez viene en botella y nos damos cuenta del toque que tiene de naranja amarga y canela. Está buenísima. Etapas 1 a 3, total 10
Me levanto prontito (7.30h) para ir a correr. Esta vez la meteorología no frustra mis planes y consigo hacer mis 10km por carriles bicis. Los franceses sí saben lo que es montar una buena infraestructura para que la gente use su bici: hay carriles bici por todas partes y muy accesibles.
Luego tiramos hacia Estrasburgo (de nuevo aparcamos el coche en el aparcamiento de la Petite France) y visitamos la ciudad de día. Teníamos intención de visitar la catedral por dentro (ya la habíamos visto el día anterior y nos pareció impresionante) para disfrutar de sus vidrieras con la luz del sol, pero vamos directamente y subimos a su torre, y cuando intentamos entrar han cerrado sus puertas para la visita diaria al reloj astronómico que se pone en marcha a las 12.30h. Finalmente abandonamos la ciudad dirección a Ribeauville. Llegamos a Ribeauville a mediodía. Comienza a nevar fuerte, y eso, junto con que Ribeauville es una ciudad preciosa de casas tradicionales alsacianas, hacen que nuestra visita se convierta en un momento totalmente bucólico. Hemos aparcado pagando 2€ por 6horas, pero si buscas bien hay lugares al final de la calle principal que son gratuitos. Deambulamos por la ciudad recorriendo de principio a fin su calle principal, y acabamos entrando a comer en uno de sus restaurantes. Buscábamos algo rápido, pero el restaurante se convierte en todo un descubrimiento gastronómico y nos ponemos las botas. Eso sí, un poco carillo (60€ los dos) que para eso estamos en Francia. Después de comer conducimos al pueblo vecino de Riquewirh, el cual está rodeado por una pequeña muralla y tiene un toque medieval que cautiva cuando deambulas por sus calles. Hemos vuelto a pagar 2€ por aparcar durante 6horas. Damos un garbeo por el pueblo disfrutando de las fachadas de las viviendas alsacianas tradicionales y de sus calles empedradas, y finalmente abandonamos camino hacia la Colmar. Colmar es una ciudad grande que cuando entras parece como cualquier otra. Sin embargo, una vez aparcas el coche (si lo haces fuera del centro es gratis) y comienzas a adentrarte en ella, enseguida te das cuenta de que está llena de casas de arquitectura tradicional alsaciana, también decoradas con motivos navideños, y sus plazas llenas de puestos navideños vendiendo lo mismo que en el resto de pueblos y ciudades que ya hemos visitado. Tiene un barrio de pescadores con canales al que llaman la pequeña Venecia. Creo que es la vigésima ciudad a la que sus habitantes denominan pequeña Venecia por sus canales. Esto no es original señores. Pero hay que reconocer que las casas tradicionales enfrente de los canales quedan muy bien. Cervecita de Noël en un bar (impresionante…), y aprovechamos para reservar habitación en Ribeauvillé, que nos ha gustado mucho y como es temporada baja el precio es asequible (58€ la habitación doble incluyendo desayuno). Cenamos en Ribeauvillé. Esta vez buscamos en internet y nos damos cuenta de que este pueblo debe ser parada obligatoria para todo buen amante de la comida, así que aprovechamos y buscamos algún restaurante recomendado, pero como es temporada baja tenemos que conformarnos con otro que estaba en nuestro plan B. Sin embargo, nuestro plan B resulta ser espectacular: cenamos rollos de carne picada envueltos en noodles, con mucha pimienta y salsa de vino (espectacular!!) y gnocchis con salsa carbonara. También nos trincamos una botella de vino blanco de la región (Rielsing) que nos sabe a gloria. Nos tomamos una copilla en un whiskería local. Esto de ser cools hace que no tengan coca-cola, así que Lis se puede tomar un gin-tonic normalito, pero yo me tengo que conformar con un whiskey mccallans a palo seco, que aunque está bueno a mi me entraría mejor con mi cocacola (taras de ser español…). Etapas 1 a 3, total 10
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