Suiza. 13 días ✏️ Blogs de Suiza

Fuimos a Turismo y una chica de lo más amable nos explicó, en español, lo que podíamos ver en un día en Ginebra. Paseamos por el casco antiguo, la catedral, subimos a la torre (estuvo gracioso, se ve el lago, el Jet d’Eau...). Luego bajamos por el parque inglés al Jet d’eau. Comimos algo por allí en una sombra (hacía mucho calor) y buscamos un barco al que subirnos para pasar la tarde. Los recorridos turísticos había que pagar (con descuento del 50%), así que preguntamos en otra ventanilla y una chica nos indicó un barco que teníamos incluido en la Swiss Pass con el que fuimos a Yvoire, un pueblo que está en el lado francés del lago. Allí nos bajamos, dimos una vuelta por su casco antiguo salido de un cuento, nos acercamos al muelle, al castillo y cogimos el barco de vuelta.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Estos paseos en barco son una delicia. El relax es total. Es como si el tiempo se detuviera. Yo los recomiendo encarecidamente. Volvimos al piso, nos duchamos y salimos a probar otra Fondue. Fuimos al restaurante Les Antiquaires que resultó ser de un gallego, quien nos atendió bastante bien. Esta vez comimos una fondue bourgignon: Te ponen el recipiente con aceite caliente y tu vas friendo trozos de carne de ternera. Luego los acompañas con unas salsas (unas 6) que te ponen en una bandeja al lado. Estuvo buena, mejor que la del día anterior. Nos costó unos 100 francos. Paseamos un poco más por el lago de Ginebra, de vuelta al apartamento y nos acostamos.

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Salimos de Ginebra por la mañana. Tardamos unas 3 horas a Zermatt. Es un pueblo alpino. Las casas mantienen la arquitectura típica de montaña, da la impresión de que todas son hoteles o apartamentos. Nos pareció muy turístico. Había mucha gente vestida de montaña, aunque una minoría eran realmente montañeros. Daba la impresión de que la mayoría se vestía así para ir de picnic o para pasear acorde al ambiente. Por la noche el ambiente era de lo más “cool”. Rollo informal, pero glamuroso. Los precios altísimos en todos lados. En invierno debe ser aun más elitista, por el esquí. Nosotros teníamos apartamento, así que nos arreglamos comiendo por nuestra cuenta. El día que llegamos, fuimos al supermercado, preguntamos en turismo las opciones, dimos una vuelta por el pueblo, sacamos fotos del Materhorn (o Cervino) y nos fuimos a cenar y a preparar el día siguiente.

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Nos levantamos, desayunamos y nos fuimos a ver el Materhorn Glacier Paradise (Unos 100 francos los dos con Swiss Pass). Unos mini-teleféricos, tipo remontes de nieve te subían a las distintas paradas. En 45min. llegamos de los 1500m de Zermatt a 3800m de altitud.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Aquí está el Materhorn Glacier Paradise, un recinto similar al del Jungfrau. Saliendo al exterior hay pistas de esquí disponibles, es un paisaje de lo más bonito (yo nunca había ido a una estación de esquí). Andamos un poco por la nieve, sacamos mil fotos y entramos de nuevo al Palacio del Hielo que está dentro del Glaciar, hay figuras de hielo, varios caminos posibles, es bastante mayor que el del Jungfrau, más impresionante. Sacamos fotos en todos los miradores, subimos en ascensor a la parte más alta desde donde se veían varios cuatromiles. Fue una sensación de lo más liberadora. Un inmenso mar blanco alrededor, los picos ahí que parece que los puedes tocar.... Una experiencia única. Después de un buen rato por allí, emprendimos el camino de vuelta. Al llegar a Zermatt, cogimos otro tren de montaña de camino al Gornegrat (unos 60 francos los dos con Swiss Pass). Desde allí se veían varios glaciares y el Materhorn. Los glaciares son algo increíble. Esa masa gigante de hielo, inmóvil pero al mismo tiempo tan viva... Una maravilla de verdad. Cuando sacamos todas las fotos que nos dio la gana y después de quedarnos atónitos mirando el espectáculo bajamos de nuevo a Zermatt. Una vez abajo, decidimos irnos a cenar y descansar porque el día siguiente también iba a estar cargadito.

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